Érase una vez, un pequeño reino muy lejos de aquí, rodeado de bosques y montañas. En un gran castillo Encima ce una colina vivían la reina y su hija Blancanieves.
A Blancanieves le encantaba ir a pasear por el reino y una tarde fue a recoger flores al campo. Sin que se diera cuenta anocheció y Blancanieves se perdió en un espeso bosque.
Tras pasarse toda la noche caminando, encontró una casita en la que vivían los 7 enanos. Los enanitos la acogieron, y estaban contentos con ella, pero uno de ellos no entendía por qué tenía que vivir en su casa sin darle nada a cambio, así que ideó un plan para deshacerse de ella.
A la mañana siguiente se disfrazó de anciana y cuando los demás enanos se fueron a trabajar, él volvió a casa y le ofreció una manzana envenenada que le hizo caer en un sueño tan profundo como la muerte.
En el castillo, la reina estaba preocupada por la desaparición de su hija y mandó a un joven cazador para que fuera a buscarla por el bosque.
Cuando los enamos volvieron se sorprendieron al ver a Blancanieves aparentemente muerta, intentaron despertarla pero les fue imposible. Le construyeron un ataúd de cristal donde poder velarla todos los días.
Al ver a sus hermanos llorar, el enano responsable de la muerte de Blancanieves se dió cuenta de su error y se adentró en el bosque de donde nunca volvió a salir.
Tras muchos meses, el joven cazador encontró la princesa que dormía en un ataúd de cristal. Al verla se enamoró de ella y le dió un beso. En ese momento, Blancanieves abrió los ojos y quedó completamente enamorada del joven que la había salvado.
Ambos volvieron al castillo con la reina, se casaron y vivieron felices para siempre. FIN