Al ver la ciudad de Córdoba, en Argentina, vemos que ocurre como en el resto de ciudades que fueron colonias españolas. Hay un núcleo central, organizado en trama cuadriculada, al que se van añadiendo barriadas, que articulan con el núcleo original mediante grandes avenidas, símbolo del poder criollo o burgués. La dirección de las distintas tramas formadas no tiene por qué ser igual, sino que se adapta al terreno. Grandes parques aparecen articulando grandes espacios. Una vía de circulación rápida circunda la ciudad, uniéndosele las vías que sirven de articulación de las cuadrículas interiores. Las vías de ferrocarril la atraviesan y van a parar al centro de la parte de la ciudad que queda por encima del río. MIRAR CÓRDOBA, ARGENTINA
El único elemento que rompe las tramas perfectamente cuadriculadas es la irrupción del curso del río en la ciudad, pero se resuelve el problema geométricamente. Existe un punto en el que parecen confluir varias vías de articulación, que podría se el centro, núcleo originario de la ciudad, junto al río. MIRAR CÓRDOBA, ARGENTINA
Las manzanas están organizadas en perfecta cuadrícula, aunque en distintas direcciones se mantiene el esquema en toda la ciudad. MIRAR CÓRDOBA, ARGENTINA