La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

1º Sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. 2º Los que sirven para curarnos, para nuestra sanación: Penitencia y.

Presentaciones similares


Presentación del tema: "1º Sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. 2º Los que sirven para curarnos, para nuestra sanación: Penitencia y."— Transcripción de la presentación:

1

2

3 1º Sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. 2º Los que sirven para curarnos, para nuestra sanación: Penitencia y Unción de enfermos. 3º Los que están al servicio de la comunidad o de los fieles: Orden sacerdotal y Matrimonio. Vimos los sacramentos en general. Son 7. Podemos clasificarlos en tres bloques:

4 Sacramentos de la iniciación cristiana son los que nos van iniciando, porque ponen los fundamentos de toda vida cristiana. Siempre han tenido en la Iglesia desde el principio una unidad. Primero se nos da la gracia con el Bautismo. Luego esa gracia debe fortalecerse y luego debe sustentarse.

5 En efecto, los fieles renacidos en el Bautismo se fortalecen con el sacramento de la Confirmación y finalmente, son alimentados en la Eucaristía con el manjar de la vida eterna, y, así por medio de estos sacramentos de la iniciación cristiana, reciben cada vez con más abundancia los tesoros de la vida divina y avanzan hacia la perfección de la caridad" (Pablo VI, Const. apost. "Divinae consortium naturae"; Decía Pablo VI: "La participación en la naturaleza divina que los hombres reciben como don mediante la gracia de Cristo, tiene cierta analogía con el origen, el crecimiento y el sustento de la vida natural.

6 «Se lava la carne para que se purifique el alma, se unge la carne para que quede consagrada el alma; se marca la carne con el signo de la cruz para que el alma quede fortificada; la imposición de mano hace sombra a la carne para que el alma quede iluminada por el Espíritu; se alimenta la carne con el cuerpo y la sangre de Cristo para que el alma quede repleta de Dios» (De resurrectione, 8) Tertuliano, un autor cristiano de finales del siglo II, decía sobre los sacramentos de la Iniciación:

7 De estos sacramentos el primero es el Bautismo, no porque sea el principal, que se supone es la Eucaristía, porque es donde más propia y realmente está Jesucristo. Pero el bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana. Es el pórtico de la vida del espíritu, es la puerta que abre el acceso a todos los demás sacramentos, de modo que sin el bautismo no se puede recibir ningún otro sacramento.

8 Nos cuenta san Mateo al final del evangelio que un día Jesús resucitado se reunió con los apóstoles para darles un mandato especial, como de una forma solemne. Seguramente ya se lo habría anunciado en otras ocasiones y quizá explicado. Pero en este día les dice, como de una manera oficial: Sobre el bautismo, primeramente vemos por qué bautiza la Iglesia. Y la respuesta es: porque es un mandato del Señor Jesús.

9 «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.» (Mt 28, 18-20)

10 Este mandato, para los apóstoles y para toda la Iglesia, es doble. Primero, les manda predicar, es decir, hacer discípulos, organizar una comunidad. Lo segundo es la forma de comenzar a organizar la comunidad: por medio del bautismo. No se trata sólo de un rito más o menos, sino de un bautismo real, que sea participativo y fructuoso para nuestra vida.

11 Es un mandato concreto de bautizarnos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Esto es lo que en los Hechos de los Apóstoles se dice: bautizarse “en el nombre de Jesús”. Quiere decir: bautizarse como Jesús nos enseñó con sus palabras y con su vida. Este mandato sigue hoy en la Iglesia y nos dice: “Bautizaos en el nombre de Jesús”.

12 Bautizaos en el nombre de Jesús, bautizaos en espíritu y verdad. Automático

13

14 y haré que guardéis mis preceptos.

15

16 Bautizaos en el nombre de Jesús, bautizaos en espíritu y verdad.

17 Hacer CLICK

18 En la iglesia primitiva el bautismo se llamaba “lavatorio” o “lavatorio místico”. Pero más que lavar significa “sumergir”. Esto lo veremos mejor al hablar de los modos en que puede realizarse el bautismo. Y para significar mejor que la persona es sepultada con Cristo para resucitar con Él. Una de las cosas primeras que debemos saber es qué significa la palabra “bautismo”. Significa simplemente “lavar”.

19 lavatorio saludable, lavatorio de regeneración, sacramento del agua, fuente sagrada, piscina sacra, sacramento de la Trinidad. San Pablo en la carta a su discípulo Tito llamaba: “baño de regeneración y renovación del Espíritu Santo”, porque significa y realiza el nacimiento del agua y del Espíritu, de lo cual hablaba Jesús. El bautismo en la historia se ha llamado de muchas maneras:

20 Y, como Nicodemo no lo entendía, Jesús le explicó: “En verdad, en verdad te digo: El que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu”. Es necesario renacer por el baño de regeneración. Un día, o más bien una noche, estaba Jesús con Nicodemo y, entre otras cosas, le dijo Jesús: “En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios”.

21 “Este baño es llamado iluminación porque quienes reciben esta enseñanza, su espíritu es iluminado”. Al hablar del bautismo hablaban de iluminación, porque recordaban las palabras del principio del evangelio de san Juan al decir que el bautizado recibía al Verbo que ilumina a todo hombre. El bautizado, tras ser iluminado, se convierte en luz para otros. En la primitiva cristiandad, unos 100 años después, san Justino decía:

22 San Juan Nacianceno, por el año 370, hacía un resumen de lo que es el bautismo: “El Bautismo es el más bello y magnífico de los dones de Dios... lo llamamos don, gracia, unción, iluminación, vestidura de incorruptibilidad, baño de regeneración, sello y todo lo más precioso que hay. Don, porque es conferido a los que no aportan nada; gracia, porque, es dado incluso a culpables; bautismo, porque el pecado es sepultado en el agua; unción, porque es sagrado y real (tales son los que son ungidos); iluminación, porque es luz resplandeciente; vestidura, porque cubre nuestra vergüenza; baño, porque lava; sello, porque nos guarda y es el signo de la soberanía de Dios”.

23 La idea de bautismo en religión no es un invento de la Iglesia ni siquiera del mismo Jesucristo, aunque le dio pleno sentido, como veremos. Ya en cierto sentido había bautismos entre los israelitas en el Ant. Testamento. También había bautismos o purificaciones entre los egipcios, persas, indios, griegos, babilonios, etc. Ya sentían que para presentarse ante la divinidad debían purificar el cuerpo y el sentido de la vida.

24 Varias de estas purificaciones pasaron a los israelitas. Especialmente al grupo de los esenios, que eran como una especie de monjes religiosos en tiempos de Jesús. También los fariseos tenían sus purificaciones. También los sacerdotes debían purificarse cuando iban a ofrecer el sacrificio.

25 En el Antiguo Testamento hay varias prefiguraciones del bautismo. Algunas de ellas se las nombra cuando se bendice el agua bautismal de manera solemne, como en el sábado santo, en la vigilia pascual. Ya desde el primer libro de la Biblia el agua, se dice, es fuente de vida y fecundidad. En la creación “el Espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas”.

26 Ya lo decía el mismo san Pedro en su carta 1ª (3,21) cómo el arca de Noé era símbolo del bautismo, en la cual “unos pocos se salvaron”. El bautismo era el paso de la muerte a la verdadera vida. En el arca de Noé se prefiguraba la salvación de un grupo sobre los demás. Los santos padres vieron siempre esta salvación como un símbolo del bautismo.

27 Y el hecho de que el pueblo de Dios iba a recibir la tierra prometida es símbolo del don de la gracia que Dios nos concede por medio del agua del bautismo. Por medio de esta agua sana nuestra enfermedad y derrama su amor. Otro símbolo especial era el paso del mar Rojo, que fue la gran liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.

28 El agua del Señor sanó mi enferme- dad, el agua del Señor Jesús. Automático

29 El agua del Señor sanó mi enferme- dad, el agua del Señor Jesús.

30

31 y tu corazón de piedra en amor transformaré.

32 El agua del Señor sanó mi enfermedad, el agua del Señor Jesús.

33 El agua del Señor sanó mi enfermedad, el agua del Señor Jesús. Hacer CLICK

34 El precursor de Jesús comienza a predicar la conversión y al que daba muestras de conversión lo bautizaba. San Juan no inventó el bautismo. Era algo que solían hacer algunos otros predicadores, aunque no llegaran a la categoría de profetas. Hay en el evangelio una purificación especial, anuncio y “precursor” del sacramento del Bautismo, que es el bautismo de san Juan Bautista.

35 Al hablar del bautismo de san Juan, debemos distinguir el bautismo que realizaba con la gente y el que hizo con Jesús. San Juan no podía dar ninguna gracia, porque la gracia propiamente tal sólo la puede dar Dios. Así que el bautismo de Juan era una expresión externa de la conversión que cada uno realizaba en su corazón. Si la conversión era profunda, se supone que Dios le daría alguna gracia.

36 Para expresar mejor la conversión, que es un paso de vida de pecado a una vida más en concordancia con los preceptos de Dios, san Juan bautizaba en el río Jordán, que era un río casi sagrado para los israelitas. El “paso del Jordán” fue la entrada en la tierra de promisión. Muchos fariseos iban a escuchar a Juan, pero no se bautizaban porque creían que no necesitaban conversión.

37 Un día vino Jesús y expresó a Juan su deseo de ser bautizado. Jesús ciertamente no necesitaba convertirse y por lo tanto no necesitaba expresar su conversión. Y, aunque Juan se resistía en hacerlo, Jesús insistió. Por eso el bautismo de Jesús, por deseo del mismo Jesús, representó algo muy diferente de lo que los convertidos hacían.

38 En ese momento Jesús expresaba que se incorporaba a la humanidad doliente, a la humanidad pecadora, para cargar sobre sí los pecados de la humanidad. De una manera más grandiosa cargaría con estos pecados en su oración de Getsemaní, en su pasión interna sintiéndose pecador, y de manera más real en la cruz, hasta sentirse apartado de Dios.

39 Lo del bautismo de Jesús fue un acto grandioso de humildad y solidaridad. Podríamos decir de “compasión”. Pero en aquel día lo más grandioso es lo que pasó en Jesús al salir del agua: Fue lleno o ungido por el Espíritu Santo. En una oración profunda y mística sintió, como hombre, al Espíritu Santo en Él y la voz del Padre celestial que le proclamaba como su Hijo.

40 En este sentido el bautismo de Jesús prefigura el bautismo que el mismo Jesús instituiría para dar verdaderamente la gracia de Dios. Algunos creen que en ese momento quedó instituido el bautismo cristiano. Normalmente se tiene como momento principal cuando manda Jesús a los apóstoles a hacer discípulos y bautizar. Porque no parece propio poder bautizar sin el mandato de predicar y hacer discípulos.

41 Aquí el evangelista no dice ninguna fórmula de bautismo, porque se supone que todos lo saben; pero sí indica que, antes de bautizar, se debe proclamar el Evangelio y se le debe creer, que es con la inteligencia y el corazón. En el evangelio según san Marcos, después del mandato de Jesús a los apóstoles para que vayan por el mundo a proclamar el Evangelio, les dice: “El que crea y sea bautizado se salvará”.

42 como Hijo de Dios, el poder recibido del Padre. Y les confía a los apóstoles, y a la Iglesia, esta doble misión: dar testimonio de la acción salvífica de Dios en todo el mundo por medio de la predicación, y dar positivamente la gracia de la salvación por medio del bautismo. Según los evangelios de Mateo y Marcos les da el mandato a los apóstoles con gran poder, es decir,

43 Jesús, durante su vida, no parece que bautizase a nadie. Sin embargo empleó la palabra “bautismo” en el sentido de sumergirse hablando principalmente de su pasión y muerte. De hecho el bautismo es una configuración de la muerte y resurrección de Jesús. Por lo tanto hasta que no llegase la pasión, muerte y resurrección de Jesús, no tenía sentido que pudiera existir el bautismo cristiano.

44 Terminamos esta primera lección sobre el bautismo, recordando cómo quiso Jesús ser bautizado por san Juan Bautista en el Jordán, prefigurando el verdadero bautismo que Él nos daría para insertarnos en la verdadera vida de la Santísima Trinidad.

45 Vino de Galilea a las aguas del río Jordán. Automático

46 en pos del Bautis- mo de Juan.

47 Al salir de las aguas de repente el cielo se abrió

48 y el Espíritu Santo como paloma descendió.

49 Y del cielo se oyó la voz del Padre, que dijo:

50 “Este es mi hijo amado mi elegido”.

51 Oh Jesús, siervo elegido, que en las aguas del Jordán

52 el Espíritu te ha ungido para tu misión de amar.

53 Oh Jesús, siervo elegido, que en las aguas del Jordán

54 nos revelas el misterio de la santa trinidad.

55

56 para nosotros resurgir.

57

58 El Espíritu Santo nos hace ser nueva creación.

59

60

61 Gloria al Padre de los cielos, Gloria al Hijo Salvador,

62

63 Que con la intercesión de María podamos vivir nuestro bautismo venciendo al mal,

64 para que podamos estar, con ella, los ángeles y los santos en el cielo, alabando por siempre al Señor. AMÉN


Descargar ppt "1º Sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. 2º Los que sirven para curarnos, para nuestra sanación: Penitencia y."

Presentaciones similares


Anuncios Google