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Institución Jesús lo que prometió lo cumplió. Había prometido dar su cuerpo y su sangre como alimento de la vida espiritual. Quizá los apóstoles entre.

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2 Institución

3 Jesús lo que prometió lo cumplió. Había prometido dar su cuerpo y su sangre como alimento de la vida espiritual. Quizá los apóstoles entre ellos alguna vez comentarían sobre esa promesa; pero no podían entender ni el cuándo ni el cómo, hasta que llegó el jueves, la víspera de la muerte de Jesús.

4 En esa tarde-noche, que llamamos la Última Cena, hizo algo maravilloso: dar a los apóstoles a comer su cuerpo y beber su sangre bajo las apariencias de pan y vino. Y aumentó la maravilla dando a los apóstoles el poder para hacer lo mismo en nombre de Jesús y que todos podamos alimentarnos comiendo al mismo Jesús.

5 Jesús, en la tarde antes de morir, quiso reunirse con sus discípulos para celebrar la pascua judía. Esa pascua iba a tener una vivencia mucho más importante, porque el símbolo iba a quedar lleno de la realidad plena que es la entrega propia de Jesús.

6 Aquella cena no iba a quedarse sólo en una alusión simbólica de la muerte de Jesús y de la cena celestial, sino que se iba a hacer una realidad: presencia ya anticipada de la muerte de Jesús y presencia también anticipada de lo que será el banquete eterno del cielo.

7 La mayoría de los que no son católicos dicen que aquello no era una realidad, sino que era sólo símbolo de lo que Jesús presentaba. Pero ya desde los tiempos primitivos la Iglesia lo ha tenido por verdadero, como lo han manifestado los apóstoles y sus sucesores. Lo narran tres de los 4 evangelistas y san Pablo en la 1ª carta a los corintios.

8 El evangelista san Juan no lo narra, a pesar de haber narrado el sermón de la promesa. Este evangelio desea sobre todo completar cosas que no han narrado los otros, aunque algunas cosas repite. Pero, como el evangelio era sobre todo catequesis, creía que la institución de la Eucaristía estaba suficientemente clara con la repetición en cada misa que se celebraba.

9 Por esta misma razón los otros evangelistas hacen sólo un breve relato sin detenerse en otras circunstancias. Parece ser que primero cumplieron actos rituales que debían hacer. Había unas lechugas y un cáliz primero que se daba a todos, mientras el padre de familia explicaba el significado de la celebración. Y se recitaba una primera parte de salmos.

10 Luego venía la cena propiamente dicha cuando el padre de familia bendecía el pan ázimo, ponía las yerbas amargas y se comía el cordero pascual asado. Después se ofrecía el tercer cáliz llamado de acción de gracias, porque se daba gracias por la cena celebrada. Después de retirados los restos, se ofrecía el 4º cáliz y se recitaba la 2ª parte de los salmos.

11 Parece ser que Lucas y Pablo están algo más interesados en lo histórico y ponen la consagración del pan hacia la mitad o poco más de la cena, pero la del vino claramente al final de la cena. Sin embargo Mateo y Marcos, que se fijan más en lo litúrgico, lo ponen seguido hacia el final. Es difícil saber exactamente en qué momento realizó Jesús la consagración del pan y del vino.

12 Así pues, estaban siguiendo los ritos tradicionales de los judíos en aquella cena. Y en un determinado momento Jesús tomó solemnemente un pan, levantó los ojos al cielo, dio gracias en alta voz a su Padre y bendijo el pan.

13 Luego lo partió, como signo de compartir su propio ser con los demás. Y se lo fue dando a los apóstoles diciendo: “Tomad y comed: esto es mi cuerpo”. Y seguramente añadió: “que será entregado por vosotros”.

14 Cuando Jesús dice que eso es “mi cuerpo”, debemos entender el estilo de hablar de los hebreos, pues cuerpo aquí es toda la persona: cuerpo y alma. No se trata de una separación como tenían los griegos entre el cuerpo y el alma, sino que va todo unido con esa palabra.

15 Del mismo modo tomó una copa, que tendría junto a sí, la llenó de vino, dio gracias de nuevo a su eterno Padre y bendiciéndola la ofreció a los apóstoles, para que bebieran todos, diciendo: “Tomad y bebed todos de este cáliz, porque es mi sangre, sangre de la Nueva Alianza, que será derramada para la remisión de los pecados”.

16 Hay entre los 4, pequeñas diferencias que no alteran lo esencial. Cuando Jesús está hablando de “mi sangre” se refiere igualmente a toda su vida hecha realidad. Algo así es también cuando nosotros rezamos a la “preciosísima Sangre”. Para los hebreos la sangre era la sede de la vida o la vida hecha realidad. Y, como toda la vida venía de Dios, por eso ofrecían la sangre a Dios.

17 En Jesús la expresión “sangre” es algo grandioso porque se trata de la persona misma. “Cuerpo y sangre” es como decir: toda la persona, todo su ser. Esta es la expresión de Cristo, que aparece como superior al templo, superior al sábado, a Moisés, a Salomón, a Jonás, a los ángeles. Es el insuperable enviado de Dios.

18 Y en ese momento el pan y el vino se transforman, se transustancian (ya veremos esto) en el Cuerpo y Sangre, que es la misma persona de Jesús. Más: Es Dios mismo, quien al pronunciar aquellas palabras, son como palabras de creación.

19 Automático

20 cogió el pan entre sus manos,

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26 Hacer CLICK

27 Después de dar su cuerpo y sangre, Jesús añadió: “Haced esto en memoria mía”. Sobre estas palabras siempre ha entendido la Iglesia que no se trataba de una memoria cualquiera, sino que mandó Jesús a los apóstoles que hicieran lo mismo que Él había hecho. Por lo tanto Jesús les constituyó a los apóstoles como sacerdotes para que pudieran ofrecer este sacrificio y distribuir la comunión.

28 La palabra de Jesús, cuando decía “esto es mi cuerpo”, era la misma que resucita muertos, cura enfermos, convierte el agua en vino, multiplica los panes y calma las tempestades. Así lo entendieron los apóstoles y así lo realizaban con la primitiva cristiandad en lo que llamaban “la fracción del pan”.

29 Si no hubiera sido verdad, habría engañado a toda la Iglesia durante tantos siglos: A una Iglesia que no puede sustentarse sobre una mentira o una locura. Por lo tanto decir lo contrario sería un absurdo y una blasfemia.

30 La Iglesia católica sabe de una manera decisiva que la existencia y el sentido del sacrificio eucarístico tal como lo hizo Jesús en la Última cena, en la noche en que fue entregado, es algo cierto; y cree que en la celebración eucarística se repite lo mismo que hizo el Señor, pues se hace por mandato suyo.

31 La Iglesia está convencida que la celebración eucarística no es una simple rememoración de los misterios de la Pasión del Señor, sino una verdadera actualización. Para esto revisamos los textos y sabemos cómo Jesús, antes de ser llevado a la muerte, viendo su hora llegar, nos fue dando este gran misterio de amor.

32 Antes de ser llevado a la muerte, Automático

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38 Y levantando la copa de vino:

39 "esta es mi sangre que os doy a beber". Hacer CLICK

40 Mt 26, Mc 14, Lc 22 y I Cor 11. Según los entendidos la 1ª narración o más antigua sería la de san Pablo en la 1ª carta a los corintios. Hay pequeñas diferencias; pero siguiendo dos tradiciones: Por un lado Lucas y Pablo, que eran compañeros en algunos viajes, y por otra Mateo y Marcos, que algunos dicen ser el relato de san Pedro. Hay 4 narraciones sobre la institución de la Eucaristía:

41 Las pequeñas diferencias son más para entendidos. Repito una vez más que los evangelistas no trataban de hacer historia, en sentido de periodismo, sino catequesis. Por eso no se exponía todo igual en todos los lugares. Por ejemplo, Lucas y Pablo ponen “que será entregado por nosotros”, cosa que falta en Mateo y Marcos.

42 También hay que mirar el aspecto litúrgico, ya que estas escenas habían pasado a la liturgia. Y para la liturgia siempre ha habido diferencias según las civilizaciones. De ahí la pequeña diferencia al hablar de “sangre”. Lo básico es lo que siempre ha creído la Iglesia sobre el acto de Jesús, lleno de amor y de paz.

43 Otra razón para ver algunas pequeñas diferencias en las mismas palabras de Jesús, es por el tipo de lenguaje. Resulta que Jesús hablaba en arameo y especialmente san Pablo escribe y piensa en griego. Por ello, al poner las palabras exactas de Jesús para la liturgia, hay pequeñas diferencias, pero ninguna esencial.

44 Al decir que es una tradición quiere decir que se le ha entregado, se le ha comunicado de manera personal a través de los apóstoles; pero que en definitiva proviene de Jesús. Es algo que le ha sido entregado para entregarlo a otros. San Pablo nos dice que no está inventando nada, sino que todo lo ha recibido del Señor.

45 Al principio de la cena, Jesús había comenzado con mucha gravedad: “Con gran deseo he querido tener esta pascua con vosotros”. En realidad era una cena muy especial. No era sólo algo que muchos israelitas celebraban con emoción. Se trataba sobre todo de la primera eucaristía. Y se trataba del inmenso amor que Jesús ponía en ese momento.

46 Terminamos pidiendo que el Señor nos dé a comprender y gustar todo el amor que nos manifestó al instituir la Eucaristía.

47 Gustad y ved qué bueno es el Señor. Auto- máti- co

48 qué bue- no es.

49 Dichoso el que se acoge a Él.

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52 Mi alma se gloría en el Señor.

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54 Gustad y ved qué bueno es el Señor.

55 qué bueno es.

56 Dichoso el que se acoge a Él.

57 AMÉN


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