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Para el que no sabe mirar, todo puede ser “ordinario” (en el sentido de banal, sin relieve, sin mensaje, sin poder liberador…) Para el que sabe mirar,

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Presentación del tema: "Para el que no sabe mirar, todo puede ser “ordinario” (en el sentido de banal, sin relieve, sin mensaje, sin poder liberador…) Para el que sabe mirar,"— Transcripción de la presentación:

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2 Para el que no sabe mirar, todo puede ser “ordinario” (en el sentido de banal, sin relieve, sin mensaje, sin poder liberador…) Para el que sabe mirar, lo más ordinario se convierte en señal de Dios, en palabra y acción salvadora de Dios. El que sabe mirar ve a Dios en cualquier niño, en cualquier persona que sufre, en cualquier persona buena, y hasta en cualquier brizna de hierba o en cualquier piedrecilla del camino. Abre los ojos y mira. José Arregi Texto: Marcos 7, 31-37. Tiempo Ordinario 23 –B- Comentarios y presentación: Asun Gutiérrez Cabriada. Música: Mozart. Quinteto clarinete en La.

3 Segunda lectura Santiago 2, 1-5 Hermanos míos, no mezcléis con favoritismos la fe que tenéis en nuestro Señor Jesucristo glorificado. Supongamos que en vuestra asamblea entra un hombre con sortija de oro y espléndidamente vestido, y entra también un pobre con traje raído. Si os fijáis en el que va espléndidamente vestido y le decís: «Siéntate cómodamente aquí», y al pobre le decís: «Quédate ahí de pie o siéntate en el suelo a mis pies», ¿no estáis actuando con parcialidad y os estáis convirtiendo en jueces que actúan con criterios perversos? Escuchad, mis queridos hermanos, ¿no eligió Dios a los pobres según el mundo para hacerlos ricos en fe y herederos del reino que prometió a los que lo aman? Santiago nos habla desde su experiencia eclesial. Nos presenta su ejemplo con un detalle que prueba que se trata de algo vivido. Hay quienes en la comunidad cristiana no son conscientes de todo lo que implica seguir a quien dijo: “ Los últimos serán los primeros ”. Mantienen las categorías mundanas y dan los primeros lugares en las iglesias a quienes los tienen igualmente en la sociedad porque son poderosos y visten bien. En cambio a las personas pobres, mal vestidas, a quienes tal vez huelen mal, las tratan con menosprecio. Es hacer lo contrario de lo que recomienda y hace Jesús. La carta de Santiago es particularmente sensible a la preferencia del Dios de Jesús por l@s insignificantes. Acusa por ello a quienes hacen esas distinciones de proceder con “ criterios malos ”, es decir, opuestos a la verdad de Jesús. El sencillo y exigente texto de Santiago nos sigue interpelando. ¿Acaso entre nosotr@s, los buenos apellidos, el poder económico, político, religioso y social, la “ buena presencia ” no siguen siendo razones para tener un peso y una opinión que no son reconocidos a las personas pobres? “No podemos construir una comunidad, signo del Reino de vida, si hacemos acepción de personas”. (Gustavo Gutiérrez)

4 31 Dejó el territorio de Tiro y marchó de nuevo, por Sidón, hacia el lago de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis. Jesús sale de la región “ sagrada ” de Palestina, para entrar en el territorio pagano de la Decápolis. El mensaje de Jesús es universal. No excluye a nadie. Si no hay alimentos impuros, tampoco hay personas impuras. El texto es uno de los tres milagros narrados por Marcos y no recogidos por Mateo. Para la mentalidad de la época, la sordera y la mudez pertenecen al tipo de enfermedades que son consideradas un castigo divino. Las personas que las sufren son consideradas pecadoras. Jesús, al abrir los oídos y soltar la lengua a una persona, no sólo le devuelve la salud física, también la reintegra a la vida social con todos sus derechos. Hace que las personas dejen de ser marginadas. Así es la actuación de Jesús. Así se manifiesta el Reino.

5 32 Le llevaron un hombre que era sordo y apenas podía hablar y le suplicaban que le impusiera la mano. En el tiempo de Jesús, sordomuda es una persona con dificultades para recibir información, serios problemas para decir lo que piensa e impedida para tomar iniciativas y decisiones libres. Jesús resuelve el problema de la incomunicación humana.

6 33 Jesús lo apartó de la gente y, a solas con él, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. El contacto personal y físico con Jesús elimina ataduras, trabas y miedos. Jesús habla al paralítico, al ciego, habla con la niña enferma, habla y toca a los leprosos... Con el sordomudo recurre a los gestos, para darle a entender que quiere devolverle el oído –metiendo sus dedos en los oídos- y que quiere soltarle la lengua –tocándola con su saliva-. Esté donde esté, en territorio pagano o judío, para Jesús el único criterio para decidir lo que puede o no puede hacer es la necesidad concreta del ser humano. Éste es también el criterio para las personas que quieran seguirle.

7 34 Luego, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: –Effatha (que significa: ábrete) Un gesto expresivo de Jesús –levantar los ojos al cielo y suspirar-, nos pone en la pista de dónde buscaba el poder de regenerar a quien necesita ser recread@ y liberad@. La misma palabra dirigida al sordomudo puede resonar hoy en nuestros oídos y en nuestro corazón, invitándonos a realizar gestos creadores y a ofrecer signos de vida. Quizá la invitación fundamental a las mujeres y a los hombres de hoy y de siempre esté expresada en esas palabras de Jesús al sordomudo: “ ¡ÁBRETE! ”.

8 35 Y al momento se le abrieron sus oídos, se le soltó la traba de la lengua y comenzó a hablar correctamente. Podemos aplicarnos esta tarea curativa a nosotr@s mism@s. Preguntarnos si tenemos que curarnos de alguna sordera o mudez voluntarias. Si construimos vallas que nos “insonorizan” e impiden que llegue hasta nosotr@s el rumor de la vida de l@s demás, con sus problemas y sus alegrías. En los acontecimientos cotidianos hemos de saber escuchar la voz de Jesús y no hacernos l@s sord@s ante la injusticia, el hambre, los deseos, el dolor, las palabras, las ilusiones... de l@s demás. ¿Dejo hablar? ¿Sé escuchar? ¿Hablo correctamente utilizando palabras positivas, constructivas, claras, respetuosas, sinceras, apaciguadoras..? ¿Tengo los oídos abiertos y atentos para escuchar la Palabra y ponerla en práctica?

9 36 Él les mandó que no se lo dijeran a nadie, pero cuanto más insistía, más lo pregonaban. Nadie obedece en el texto la orden de silencio dada por Jesús. Él sabe, por propia experiencia, que cuando se vive la Palabra, cuando se la acoge en el corazón, ¿cómo guardar silencio? ¿Cómo no salir corriendo al mundo entero y comunicar a tod@s la Buena Noticia?

10 37 Y en el colmo de la admiración decían: –Todo lo ha hecho bien. Hace oír a los sordos y hablar a los mudos. El relato termina con un precioso elogio sobre Jesús: ¡Todo lo ha hecho bien! Lo mismo que se dice de Dios en el relato de la creación (Gn 1,31) Jesús inaugura con hechos y palabras la Nueva Creación.

11 ¡Danos oídos atentos y lenguas desatadas! Que nadie deje de oír el clamor de los acallados, ni se quede sin palabras ante tantos enmudecidos. Tímpanos que se conmuevan para los que no oyen. Palabras vivas para los que no hablan. Micrófonos y altavoces sin trabas ni filtros para pronunciar la vida, para escuchar la vida y acogerla. ¡Que los sordos oigan y los mudos hablen! Para el grito y la plegaria, para el canto y la alabanza. para la música y el silencio, para la brisa y el viento, para escuchar y pronunciar tus palabras aquí y ahora. Tú que haces oír a sordos y hablar a mudos... ¡Danos oídos atentos y lenguas desatadas! Ulibarri Fl. Ulibarri Fl.


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