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Escritores que nos regalaron Páginas con Amor y pintores que nos deleitaron por su Amor a los libros Semana Cultural CEO Tijarafe 2013 Páginas de Amor.

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1 Escritores que nos regalaron Páginas con Amor y pintores que nos deleitaron por su Amor a los libros
Semana Cultural CEO Tijarafe 2013 Páginas de Amor

2 Charles Edward Perugini. In the orangery (1878)
EL LECTOR Bernhard Schlink En la noche siguiente me enamoré de ella. Me pasé la noche en duermevela, añorándola, soñando con ella, creyendo sentirla a mi lado, hasta que me daba cuenta de que estaba agarrando la almohada o la manta. Tenía los labios irritados de tanto besarnos. Charles Edward Perugini. In the orangery (1878) 1

3 Rima XXIX Sobre la falda tenía el libro abierto, en mi mejilla tocaban
sus rizos negros, no veíamos las letras ninguno, creo, mas guardábamos ambos hondo silencio. Anselm Friedrich Feuerbach. Paolo y Francesca (1863) Gustavo Adolfo Bécquer ( ) 2

4 Jean Horone Fragonard Mujer joven leyendo
Vuelve Vuelve otra vez y tómame, amada sensación retorna y tómame - cuando la memoria del cuerpo se despierta, y un antiguo deseo atraviesa la sangre; cuando los labios y la piel recuerdan, cuando las manos sienten que aún te tocan.Vuelve otra vez y tómame en la noche, cuando los labios y la piel recuerdan.... Kavafis Jean Horone Fragonard Mujer joven leyendo 3

5 Amar, amar, amar, amar siempre, con todo el ser y con la tierra y con el cielo, con lo claro del sol y lo oscuro del lodo: amar por toda ciencia y amar por todo anhelo. Amo más Y cuando la montaña de la vida nos sea dura y larga y alta y llena de abismos, amar la inmensidad que es de amor encendida ¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos! Rubén Darío ( ) Emma Irlam Briggs ( ) Un libro antes de dormir 4

6 5 VIENTO DEL ESTE, VIENTO DEL OESTE Pearl S. Buck
Durante el día, en el transcurso de las horas en que mi marido está ausente, no hago más que pensar en sus palabras. Recuerdo sus ojos, su rostro, la curva de sus labios, el ligero contacto de su mano en la mía cuando, juntos, volvemos las páginas del libro abierto en la mesa ante la cual nos sentamos. ALEXANDR DEINEKA, “Muchacha con un libro” 5

7 Gabriel García Márquez El amor en los tiempos de cólera
Fue la época en que se amaron mejor, sin prisa y sin excesos, y ambos fueron más conscientes y agradecidos de sus victorias inverosímiles contra la adversidad. La vida había de depararles todavía otras pruebas mortales, por supuesto, pero ya no importaba: estaban en la otra orilla. " Courbet (evasión ) Baudelaire 6

8 COMO AGUA PARA CHOCOLATE
Laura Esquivel Pedro, que estaba junto a ella, le dijo a Tita: - ¿Y a mí no me va a felicitar? - Sí, cómo no. Que sea muy feliz. Pedro, abrazándola más cerca de lo que las normas sociales permiten, aprovechó la única oportunidad que tenía de poder decirle a Tita algo al oído: - Estoy seguro de que así será, pues logré con esta boda lo que tanto anhelaba: estar cerca de usted, la mujer que verdaderamente amo… Mary Cassatt - Auguste Reading to Her Daughter 7

9 El corazón es agua que se acaricia y canta
El corazón es agua que se acaricia y canta. El corazón es puerta que se abre y se cierra. El corazón es agua que se remueve, arrolla, se arremolina, mata. El corazón es agua Miguel Hernández Renoir, mujer leyendo 8

10 Como un Árbol (1962) Pedro García Cabrera
Fue en tu pequeña mano, en el mar de una mano, donde sembré mi vida como un árbol. Tus dedos, nuestros dedos, raíces de ternura. Y nos creció la sombra como un árbol. Mis manos en las tuyas tus dedos injertados en los míos, nido se hizo el árbol. Fue en tu pequeña mano, en el mar de una mano, en donde nos nacimos como un árbol. ALLAN R, BANKS, “Leyendo en una tarde soleada” 9

11 Capítulo 1 (1ª parte de El Quijote)
Miguel de Cervantes No le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse; porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto, y cuerpo sin alma. Don Quijote leyendo Honore Daumier 10

12 Fragmento de Orillas del amor
Luis Cernuda Sintiendo todavía los pulsos de ese afán, yo, el más enamorado, en las orillas del amor, sin que una luz me vea definitivamente muerto o vivo, contemplo sus olas y quisiera anegarme, deseando perdidamente descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma, hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha visto. Albert Anker Leyendo al abuelo 11

13 T.F. Simon. Vilma leyendo en un sofá
Idilio. Federico García Lorca. Tú querías que yo te dijera el secreto de la primavera. Y yo soy para el secreto lo mismo que es el abeto. Árbol cuyos mil deditos señalan mil caminitos. Nunca te diré, amor mío, por qué corre lento el río. Pero pondré en mi voz estancada el cielo ceniza de tu mirada. ¡Dame vueltas, morenita! Ten cuidado con mis hojitas. Dame más vueltas alrededor, jugando a la noria del amor. ¡Ay! No puedo decirte, aunque quisiera, el secreto de la primavera. T.F. Simon. Vilma leyendo en un sofá 12

14 Amor (fragmento). Pablo Neruda
¡Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás! Morir y todavía amarte más. Y todavía amarte más y más. Nikolai Bogdanov-Belsky - Mujer leyendo 13

15 EDWIN HARRIS, “Una lectura tranquila”
El amor nuevo (fragmento). Amado Nervo Todo amor nuevo que aparece nos ilumina la existencia, nos la perfuma y enflorece. En la más densa oscuridad toda mujer es refulgencia y todo amor es claridad. Para curar la pertinaz pena, en las almas escondida, un nuevo amor es eficaz; porque se posa en nuestro mal sin lastimar nunca la herida, como un destello en un cristal. EDWIN HARRIS, “Una lectura tranquila” 14

16 15 Que el clavel y la rosa Tirso de Molina
Que el clavel y la rosa, ¿cuál era más hermosa? El clavel, lindo en color, y la rosa todo amor; el jazmín de honesto olor, la azucena religiosa, ¿Cuál es la más hermosa? La violeta enamorada, la retama encaramada, la madreselva mezclada, la flor de lino celosa. ¿Cuál es la más hermosa? Que el clavel y la rosa, ¿cuál era más hermosa? Tamara de Lempicka 15

17 Ayer te besé en los labios...
Ayer te besé en los labios. Te besé en los labios. Densos, rojos. Fue un beso tan corto, que duró más que un relámpago, que un milagro, más. El tiempo después de dártelo no lo quise para nada ya, para nada lo había querido antes. Se empezó, se acabó en él. Pedro Salinas Pintura de Fritz Wagner 16

18 Retrato de dos niños. Sofonisba Anguissola
En el árbol de mi pecho En el árbol de mi pecho... En el árbol de mi pecho hay un pájaro encarnado. Cuando te veo se asusta, aletea, lanza saltos. En el árbol de mi pecho hay un pájaro encarnado. Cuando te veo se asusta, ¡eres un espantapájaros! Gloria Fuertes Retrato de dos niños. Sofonisba Anguissola 17

19 CHARLES COURTNEY CURRAN, “Chica leyendo”, 1892
Escrito está en mi alma vuestro gesto, y cuanto yo escribir de vos deseo; vos sola lo escribisteis, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo en esto. En esto estoy y estaré siempre puesto; que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo, tomando ya la fe por presupuesto. Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma mismo os quiero. Cuando tengo confieso yo deberos; por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir, y por vos muero. Garcilaso de la Vega Soneto V CHARLES COURTNEY CURRAN, “Chica leyendo”, 1892 18

20 Mujer leyendo, Utagawa Kuniyoshi
Fragmento de: Anoche cuado dormía Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que una colmena tenía dentro de mi corazón; y las doradas abejas iban fabricando en él, con las amarguras viejas, blanca cera y dulce miel. Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que un ardiente sol lucía dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba calores de rojo hogar, y era sol porque alumbraba y porque hacía llorar. Antonio Machado Mujer leyendo, Utagawa Kuniyoshi 19

21 Esto es amor, esto es amor, yo siento...
Esto es amor, esto es amor, yo siento en todo átomo vivo un pensamiento. Alfonsina Storni Yo soy una y soy mil, todas las vidas pasan por mí, me muerden sus heridas. Y no puedo ya más, en cada gota de mi sangre hay un grito y una nota. Y me doblo, me doblo bajo el peso de un beso enorme, de un enorme beso. Alphonse Mucha Chocolate Amatller 20

22 (conocido como el indio Naborí) Décima de Jesús Orta Ruiz
nos dio un genio visionario, Una canaria en Martí y de un machete canario salió el machete mambí. aguardiente y vino de uva, Unimos trigo y maní, y por tanto amor que incuba esa unión de corazones, no son siete los Montones, son ocho, contando a Cuba. FRANK BENSON, “La lectora”, 1910 21

23 22 Franz Eybl, Muchacha leyendo
Cerrar podrá mis ojos la postrera… Francisco de Quevedo Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevaré el blanco día; y podrá desatar esta alma mía hora, a su afán ansioso linsojera; mas no de esotra parte en la ribera dejará la memoria en donde ardía; nadar sabe mi llama la agua fría, y perder el respeto a ley severa: Alma a quien todo un Dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, médulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejarán, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrán sentido. Polvo serán, mas polvo enamorado. Franz Eybl, Muchacha leyendo 22

24 23 Leyendo en la playa Joaquín Sorolla A un ruiseñor
Canta en la noche, canta en la mañana, ruiseñor, en el bosque tus amores; canta, que llorará cuando tú llores el alba perlas en la flor temprana. Teñido el cielo de amaranta y grana, la brisa de la tarde entre las flores suspirará también a los rigores de tu amor triste y tu esperanza vana. Y en la noche serena, al puro rayo de la callada luna, tus cantares los ecos sonarán del bosque umbrío. Y vertiendo dulcísimo desmayo, cual bálsamo süave en mis pesares, endulzará tu acento el labio mío. José de Espronceda Leyendo en la playa Joaquín Sorolla 23

25 David Teniers el Joven. El alquimista
Balada Él pasó con otra; yo le vi pasar. Siempre dulce el viento y el camino en paz. ¡Y estos ojos míseros le vieron pasar! Él va amando a otra por la tierra en flor. Ha abierto el espino; pasa una canción. ¡Y él va amando a otra por la tierra en flor! El besó a la otra a orillas del mar; resbaló en las olas la luna de azahar. ¡Y no untó mi sangre la extensión del mar! El irá con otra por la eternidad. Habrá cielos dulces. (Dios quiera callar.) ¡Y él irá con otra por la eternidad! Gabriela Mistral David Teniers el Joven. El alquimista 24


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