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He experimentado constantemente en mi vida la presencia amorosa y eficaz de la Madre del Señor; María me acompaña cada día en el cumplimiento de la misión de ser el Sucesor de Pedro... He experimentado constantemente en mi vida la presencia amorosa y eficaz de la Madre del Señor; María me acompaña cada día en el cumplimiento de la misión de ser el Sucesor de Pedro...
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Esto es para Ti que hoy estás desilusionado...
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Para ti que ya no tienes esperanza...
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Para ti que estás acostumbrado a una vida gris...
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Para ti que ya no crees conseguir nada nuevo...
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Para ti que has olvidado la capacidad de maravillarte...
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Para ti que has perdido la confianza de llamar a Dios “Papá”...
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Para ti que sufres...
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Para ti a quien la vida parece haberle negado mucho...
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Hoy quiero decirte... ¡ Levántate ! Porque Cristo te ama!!!
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¡ Levántate ! Y tu voz podrá dar gracias para siempre...
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Recuerda siempre que el trabajo más importante no es el de la transformación del mundo, sino el de la transformación de nosotros mismos.
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Que sólo en el silencio el hombre logra escuchar en lo íntimo de la conciencia la voz de Dios, que verdaderamente le hace libre.
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Que un joven sin alegría y sin esperanza no es un joven auténtico, sino un hombre envejecido antes de tiempo.
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Que sólo quien, en nombre del amor, sabe ser exigente consigo mismo, puede exigir amor a los demás.
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Pues es amando a los demás que descubriréis el sentido de la vida.
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Que sólo el amor construye, sólo el amor acerca, sólo el amor logra el amor de los hombres en su diversidad.
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El hombre suele penetrar con frecuencia en el sendero oscuro de la vida, pero de repente las tinieblas se deshacen ante el esplendor de la Palabra de Dios.
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En verdad os digo... todas las cosas, todos los acontecimientos, para quien sabe leerlos con profundidad, encierran un mensaje que, en definitiva, remite a Dios.
21
Nunca te olvides que... "No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón". Nunca te olvides que... "No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón".
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Y que Cristo está muy cerca de todos los que sufren.
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La paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad
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Sin la esperanza se apaga el entusiasmo, decae la creatividad y mengua la aspiración hacia los más altos valores.
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Es posible alcanzar la felicidad aunque sea desde el sacrificio...
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«Os he buscado tantas veces... Ahora vosotros habéis venido a mí. Y yo os lo agradezco». SS. Juan Pablo II
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Juan Pablo II 1920-2005
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El mundo ya te proclama como Juan Pablo II “El Grande” Te invito a conocer mis blogs católicos: “Pequeñas Semillitas” http://peque-semillitas.blogspot.com/ “Juan Pablo II inolvidable” http://juanpabloinolvidable.blogspot.com/ Felipe de Urca
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