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Práxedes y la Llave de Oro

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Presentación del tema: "Práxedes y la Llave de Oro"— Transcripción de la presentación:

1 Práxedes y la Llave de Oro

2 La mañana de su decimosexto cumpleaños, Práxedes caminaba por el riíto que cruzaba su jardín, cosquillando el agua con los dedos del pie. El sol estaba brillantísimo esa mañana y reflexionaba sobre la superficie del agua, causando que las ondulaciones de luz bailaran sobre todos los objetos del jardín y en el vestido blanco de Práxedes, produciéndole el sentido de estar caminando entre las estrellas. De repente, su pie tocó una roca cubierta de musgo y ella se deslizó en el riíto, mojando todo el vestido. Ella rápidamente miró hacia la ventana para ver si alguien la había visto y se apresuró a su habitación para cambiarse el vestido antes de que alguien se diera cuenta.

3 Se cambió el vestido blanco por uno rosado y mientras colgaba el mojado para que se secara, vio que algo se caía desde sus volantes y golpeaba el suelo de piedra con un retintín metálico. Práxedes se inclinó para examinar lo que había caído y vio que era una llave de oro. Pero, ¿de dónde había venido esta llave? Debía haber estado en el riíto y tal vez se había enredado entre los volantes del vestido cuando Práxedes se deslizó.

4 Al escudriñar la llave de cerca, ella se dio cuenta de que había unos símbolos inscritos en la llave. ¡Que raro! Colgó la llave sobre su collar, regalo de cumpleaños de su papá, y abrió la puerta para salir. 1. Práxedes va a preguntarle a su abuela que puede significar la llave. 2. Ella va al estudio de su padre para consultar sus libros para ver si puede descubrir algo sobre la llave. 3. Ella encuentra un amigo que puede ayudarle.

5 Ella caminó por el pasillo y tocó la puerta de su abuela.
-¡Adelante! dijo la abuela. Práxedes empujó la puerta. Allí estaba su abuela, sentada a su máquina, cosiendo, lo que hacía mucho desde que murió su esposo. -Buenos días, abuela- dijo ella. -Buenos días, nieta, y feliz cumpleaños- respondió. -Mire, abuela, lo que he encontrado. Práxedes le mostró la llave a su abuela. - Hmm, una llave. ¿Dónde la encontraste? -Por el riíto, en el jardín. Los ojos de la abuela empezaron a brillar. De repente, sonó la voz de la madre de Práxedes. -¡Práxedes, Práxedes! -Bueno, hablamos de esto más tarde, ahora vamos- dijo la abuela. -¿Adónde vamos, abuela? -Ya verás.

6 La abuela abrió la puerta, y allí esta la madre de Práxedes, preguntando dónde estuviera.
-Ah, allí estás. Vamos. Todas se dirigieron al salón de baile y cuando la mamá de Práxedes abrió la puerta, adentro estaban todos los familiares y amigos de Práxedes aplaudiendo y silbando. Práxedes estaba sorprendida. No esperaba todo eso. En el rincón cerca del piano había una montaña de regalos para ella. -Tóquenos algo- dijo el tío de Práxedes.

7 Ella se sentó y comenzó a tocar un popurrí de canciones que había aprendido durante sus años de lecciones. Todos estaban hipnotizados. Práxedes percibió que durante toda su interpretación, la miraba fijamente Agamenón, su compañero de clase e hijo del alcalde. Al fin de su presentación, todo el salón estalló en aplauso tremendo por la música melodiosa de Práxedes. Luego todos empezaron a mezclarse y comer los manjares deliciosos que había preparado con tanto cariño el cocinero. Apenas se había levantado del piano cuando Agamenón se dirigió a ella. Práxedes no pudo impedir ruborizarse cuando comenzó a hablar con ella este chico atractivo. Ir a la página 5

8 Caminaba por el pasillo hasta la puerta del estudio de su padre
Caminaba por el pasillo hasta la puerta del estudio de su padre. En todas las paredes había estantes con todo tipo de libros. Práxedes no sabía dónde empezar a investigar sobre el origen de esta llave misteriosa. Ella se sentó en la silla del escritorio de su padre al y empezó a girar mientras pensaba. Había unas carpetas sobre el escritorio y su curiosidad la venció y ella decidió abrirlas para ver que había adentro. Todo lo que encontró fueron algunos papeles aburridos— cartas y otra correspondencia— además, su padre era oficial, ¿qué más habría? De repente, en una de las cartas, vio los mismos símbolos que había sobre la llave.

9 Quitó la llave del collar para compararlo y por seguro, los símbolos armonizaron. Luego ella se dio cuenta de que era el escudo de armas de la familia del alcalde. La llave debía pertenecer a ellos, pero ¿Cómo había resultado que la llave estaba en el riíto de su jardín? Ella pensaba en Agamenón, hijo del alcalde y, de hecho, su compañero de clase, a quién le gustaba mucho pero por ser tímida, nunca podía alcanzar interactuar mucho con él. Sin embargo, como el padre de Práxedes estaba en viaje de negocios, ella decidió que tuviera que superar su timidez y encargarse de devolver la llave a Agamenón.

10 Ella tendría que encontrar una manera de ir al centro para dársela
Ella tendría que encontrar una manera de ir al centro para dársela. De repente, Práxedes oyó la voz de su madre. -¡Práxedes, Práxedes! Ella salió del estudio de repente para que su madre no supiera que había estado allí. Apareció la madre en el pasillo. -Allí estás Práxedes. Quería decirte que vamos al centro. Tu padre te había pedido un vestido de la modista para tu cumpleaños. Práxedes estaba felicísima. Ahora podría encontrar a Agamenón para devolver la llave. -¿Ya estás lista? Vamos. Dijo la madre.

11 Entonces Práxedes acompañó a su madre a la modista en el centro
Entonces Práxedes acompañó a su madre a la modista en el centro. Cuando se probó el vestido, le entalló casi perfectamente, salvo que las mangas estuvieron un poco largas. Esta era la oportunidad que Práxedes buscaba. Mientras que la modista le ajustaba las mangas, ella correría a la casa de Agamenón para darle la llave. Ella le pidió a su mamá que le permitiera ir al rincón para comprar unas dulces y se fue. Ella tenía que correr rápido para no tardar mucho en regresar. Ella levantó su falda y corrió lo más rápido que podía a través del centro hasta la puerta de la residencia del alcalde.

12 Le pidió al guardia una audiencia con Agamenón
Le pidió al guardia una audiencia con Agamenón. Él estaba muy sorprendido al oír que Práxedes había venido para verlo y él bajó a la puerta para charlar con ella. Ella le dio la llave explicando donde la había encontrado y que no entendió como estaba allí. Él se rió. -Me da pena decirte que pasó. En realidad, es la llave de mi armario. Estaba montando a caballo con mi padre más allá de tu casa, más cerca de donde nace el río que debe ser el de que proviene el riíto que pasa por tu jardín. Estaba soñando despierto y una rama me tiró del caballo y cayó en el río, perdiendo la llave. El río la habrá llevado a tu jardín. ¡Qué coincidencia!

13 -Pues, fue un placer poder devolvértela pero mi mama me espera y ahora debo irme.
-Espérate, he oído que tocas muy bien el piano. ¿Porqué no vienes una tarde a tocar para mi, más bien, para nosotros? Práxedes empezó a ruborizarse. -Bien, te avisaré cuando vengo. Práxedes brincaba por la calle para encontrar a su madre dejando a Agamenón sonriendo. FIN DE ESTA HISTORIA Volver a la página 1

14 -Feliz cumpleaños Práxedes. ¿No bajas a hablar conmigo?
De repente, oyó a alguien susurrar su nombre por la ventana. Ella fue a la ventana y allí abajo estaba Agamenón, su compañero de clase y también hijo del alcalde. -Feliz cumpleaños Práxedes. ¿No bajas a hablar conmigo? Ella bajó por el enrejado de la pared con mucho cuidado por no arruinar su vestido. -Te ves como algodón de azúcar, él bromeó. -¡Que payaso eres! Ella respondió. -Supongo que no tienes tiempo para ir al río conmigo hoy -No, no puedo. Pronto tendré un recital con mis compañeros de la clase de piano. Yo soy la protagonista no puedo decepcionarlos. ¿Por qué no vienes? -Bien, trataré de asistir. ¿Que es esto?- dijo, tocando la llave.

15 Ella entonces le explicó como había encontrado la llave
Ella entonces le explicó como había encontrado la llave. Agamenón la convenció de dársela para que el pudiera mostrársela a su abuelo, quien podía comprender los símbolos en ella. Ella se puso de acuerdo ya que casi era la hora de salir par el recital y los dos se separaron. Agamenón fue a la casa de su abuelo y le mostró la llave. Al inspeccionarla, el dijo -Pienso que pertenece a la abuela de Práxedes. Sabes que nosotros fuimos amigos hace algún tiempo pero perdimos contacto. Quizás esta es una oportunidad para volver a conocerla.

16 Entonces, Agamenón regresó a su casa para prepararse para el recital, mientras que su abuelo salió también. Cuando Agamenón llegó al recital, Práxedes ya estaba tocando, además, era una pieza muy melodiosa, y él estaba hechizado por ella. Después de que ella había terminado su pieza y todo el mundo había aplaudido y aclamado, el fue para felicitar a Práxedes. Mientras ellos charlaban, ambos notaron que habían llegado juntos al recital la abuela de Práxedes y el abuelo de Agamenón. Ir a la página 5

17 Un atisbo por encima del hombro de Agamenón le reveló a Práxedes que su abuela se dirigía a ellos, llevando un cofrecito en sus manos. Ella lo colocó en el piano y dijo a Práxedes -Este es para que sirve la llave que encontraste. Ya que tú la has encontrado, es tuyo lo que esté adentro. Con sus manos temblando, Práxedes insertó la llave en el ojo mientras miraban su abuela y Agamenón. Cuando levantó la tapa, adentro había un collar, un anillo, dos pendientes y una tiara, todos incrustados de diamantes. -Eran mis joyas de boda- dijo la abuela, -tal vez tú puedas llevarlas cuando te cases, dijo mirando a Agamenón y Práxedes al mismo tiempo. Los dos se ruborizaron profundamente y se alejó de ellos la abuela con una sonrisa ancha sobre su cara. FIN DE ESTA HISTORIA Volver a la página 1


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