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Miguel-A. “Diario de una fea”.

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Presentación del tema: "Miguel-A. “Diario de una fea”."— Transcripción de la presentación:

1 Miguel-A. “Diario de una fea”

2 Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera, y le dijo a mi padre:
"Hicimos lo que pudimos... pero nació viva". Mi mamá no sabía si quedarse conmigo o con la placenta.

3 Como era prematura, me metieron en una incubadora
Como era prematura, me metieron en una incubadora... con vidrios polarizados. Mi madre nunca me dio el pecho, porque decía que sólo me quería como amiga.

4 Yo siempre fui muy peluda
Yo siempre fui muy peluda. A mi madre siempre le preguntaban: "Señora, ¿usted la parió o la tejió?”. Mi padre llevaba en su billetera la foto de la niña que venía en el catálogo cuando la compró.

5 Pronto me di cuenta que mis padres me odiaban, pues mis juguetes para la bañera eran un radio y un tostador eléctrico. Una vez me perdí. Le pregunte al policía si creía que íbamos a encontrar a mis padres. Me contestó: "No lo sé. Hay un montón de lugares donde pueden haberse escondido".

6 Mis padres tenían que atarme un trozo de carne al cuello, para que el perro jugara conmigo.
Sí, amigos, yo soy FEA, tan FEA que una vez me atropelló un auto, y quedé aún mejor.

7 Cuando me secuestraron, los secuestradores mandaron un dedo mío a mis padres para pedir recompensa. Mi madre les contestó que quería más pruebas. Tuve que trabajar desde muy chica. Trabajé de dependienta en una tienda de mascotas, y la gente no paraba de preguntarle al dueño cuánto costaba yo.

8 Un día llamó un chico a mi casa diciéndome: “Ven hoy a mi casa, que no hay nadie”. Cuando llegué, efectivamente, no había nadie... El psiquiatra me dijo un día que yo estaba loca. Le contesté que quería buscar una segunda opinión. “¡Usted verá!. Lo único que le pasa es que, además de estar loca, es usted muy fea", me dijo.

9 En una ocasión, cuando me iba a suicidar tirándome desde la terraza de un edificio de 50 pisos, mandaron a un cura a darme unas palabras de aliento. Sólo dijo: “¡En sus  marcas, listos...!”. El último deseo de mi padre, antes de morir, fue que me sentara en sus piernas. Lo habían condenado a la silla eléctrica...


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