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Publicada porTeodosio Monterrosa Modificado hace 10 años
1
Un joven, ya no daba más con sus problemas. Cayó de rodillas, orando:
“Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada"
2
El Señor, como siempre, acudió y le contestó:
“ Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras ".
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El joven suspiró aliviado
El joven suspiró aliviado. “ Gracias, Señor " dijo, e hizo lo que le había dicho.
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Después, vió una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared.
Al entrar, vió muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba. Después, vió una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared.
5
"Señor", susurró, “ quisiera esa que está allá"
Y el Señor contestó, “Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar"
6
Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre es útil mirar a nuestro alrededor y ver las cosas con las que se enfrentan los demás.
7
Verás que debes considerarte más afortunado de lo que te imaginas.
8
Cuando reenvies este mensaje ...
¿Cuántos de tu lista no lo recibirán, porque no tienes la seguridad de que crean en algo? ...
9
Ahora tienes, una vez más, la oportunidad de enviar un mensaje de reflexión, inclusive a esas personas.
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Qué el Señor bendiga tus pasos por esta tierra ...
11
Muchas personas, directa o indirectamente, hicieron posible lo que acabas de ver ...
Haz tú lo mismo.
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