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Rosa Chacel (España, INICIO

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Presentación del tema: "Rosa Chacel (España, INICIO"— Transcripción de la presentación:

1 Rosa Chacel (España, 1898-1994 INICIO
Cultura y pueblo (fragmento) " El pueblo español, hubiera buscado aún durante algún tiempo la fórmula de su revolución, y no por falta de adiestramiento en las disciplinas políticas, sino sólo por falta de ese aliento creador que lleva a los trances de vida o muerte. Pero ha bastado que pesase una amenaza sobre la independencia de su alma para que haya podido realizar su revolución, con una secreta consigna que no llega a aflorar en ninguna conciencia, continuar. INICIO

2 Rosa Regás (España, 1933) INICIO
" Ser niño en Chiapas es haber nacido en un paisaje caldeado por el sol y sombreado por árboles, pero cruzados a todas horas por la amenaza de una tropa poderosa y enemiga; andar por las sombras de esos parajes buscando dónde guarecerse de la persecución y las bombas, permanecer atrapado en comunidades de desplazados, dejando pasar los días en la precariedad, en la carencia, en la provisionalidad. Ser niño en un campamento de refugiados es ver a los pájaros esconderse tras las nubes por terror a los helicópteros, es temer y soñar con otros pajarracos, más potentes y ruidosos, que cruzan el firmamento, rugiendo sin hacer ondear las alas al viento, sino siguiendo rígidos una línea que no admite titubeos en su camino INICIO

3 Rosalía de Castro (España, 1837-1885)
A las orillas del Sar (fragmento) " En los ecos del órgano o en el rumor del viento, en el fulgor de un astro o en la gota de lluvia, te adivinaba en todo y en todo te buscaba,           sin encontrarte nunca.      Quizá después ha hallado, te ha hallado y te ha perdido otra vez, de la vida en la batalla ruda, ya que sigue buscándote y te adivina en todo,           sin encontrarte nunca.      Pero sabe que existes y no eres vano sueño, hermosura sin nombre, pero perfecta y única; por eso vive triste, porque te busca siempre           sin encontrarte nunca. " INICIO

4 Safo Grecia, 0612 aC-0548 aC " Morirás, y de ti no quedará memoria, y jamás nadie sentirá deseo de ti porque no participarás de las rosas de Pieria; oscura en la morada de Hades, vagarás revoloteando entre innobles muertos. " INICIO

5 Santa Teresa de Jesús (España, 1515-1582)
" Son tan oscuras de entender estas cosas interiores, que a quien tan poco sabe como yo, forzado habrá de decir muchas cosas superfluas y aun desatinadas para decir alguna que acierte. Es menester tenga paciencia quien lo leyere, pues yo la tengo para escribir lo que no sé; que, cierto algunas veces tomo el papel como una cosa boba, que ni sé qué decir ni cómo comenzar. Bien entiendo que es cosa importante para vosotras declarar algunas interiores, como pudiere; porque siempre oímos cuán buena es la oración, y tenemos de constitución tenerla tantas horas, INICIO

6 Selma Lagerlof (Suecia, 1858-1940)
" Eran caballeros desde la mañana a la noche, oficiales de ocasión, aventureros y orgullosos bohemios. Hombres famosos, sabían tocar todos los instrumentos, eran ricos en cómicas frases y alegres refranes, y expertos en el oficio del júbilo. " INICIO

7 Agatha Christie - Agatha Marie Clarisa Miller - (Gran Bretaña, 1891-1976)
" Hasta el fiscal le había cumplimentado por su presencia de ánimo y serenidad. En suma, el juicio le fue favorable del todo. La misma señora Hamilton, le había testimoniado su gran bondad; solamente Hugo...Pero ella no quería pensar en Hugo. De súbito, a pesar del calor sofocante del departamento, se estremeció y deseó no ir ahora hacia el mar. Un cuadro se dibujaba con toda claridad en su mente. Veía la cabeza de Cyril subir y bajar de la superficie del agua nadando hacia la roca. INICIO

8 Safo (Grecia, 0612 aC-0548 aC) Morirás, y de ti no quedará memoria, y jamás nadie sentirá deseo de ti porque no participarás de las rosas de Pieria; oscura en la morada de Hades, vagarás revoloteando entre innobles muertos. " INICIO

9 Adelaida García Morales (España, 1945)
El Sur (fragmento) " Mañana, en cuanto amanezca, iré a visitar tu tumba, papá. Me han dicho que la hierba crece salvaje entre sus grietas y que jamás lucen flores frescas sobre ella. Nadie te visita. Mamá se marchó a su tierra y tú no tenías amigos. Decían que eras tan raro... Pero a mí nunca me extrañó. Pensaba que entonces tú eras un mago y que los magos eran siempre grandes solitarios. " INICIO

10 Alfonsina Storni (Argentina, 1892-1938)
" Aquí, sobre tu pecho, tengo miedo de todo; estréchame en tus brazos como una golondrina y dime la palabra, la palabra divina que encuentre en mis oídos dulcísimo acomodo. Háblame de amor, arrúllame, dame el mejor apodo, besa mis pobres manos, acaricia la fina mata de mis cabellos, y olvidaré, mezquina, que soy, ¡oh cielo eterno!, sólo un poco de lodo. INICIO

11 Ana Rossetti - Ana Bueno de la Peña - (España, 1950)
Hubo un tiempo, tiempo de la invención y la torpeza, en el que la soledad era un esplendoroso y pavoroso exilio, donde se conspiraba contra la lección que no se quería aprender y se espiaba el misterio que se quería arrebatar. Era una gruta húmeda que enrejaba la luz en los helechos, era el rincón de los castigos donde lágrimas larvadas entronizaban, al fin, su soberanía, era la pesadilla que aleteaba acorralada en una alcoba irreconocible, o un corazón agazapado en su escondite maquinando citarse con venganzas, rebeldías y secretos ilícitos. INICIO

12 Andree Chedid (Egipto, 1920)
Sin cesar En lo vivo de sí mismo Se acomete el poema Espejos del instante Fragmentos del deseo Ecos del grito Hurgando el hueso hasta la médula Atravesando el hábito hasta el alma Volviendo a abrir las puertas del espacio Aliviando los desórdenes del espíritu El poema Se precipita sobre nuestras páginas ávidas Explorando a la vez Toda la llama Y todo el agua. " INICIO

13 Anita Desai (India, 1937) " Lo que tanto le agradaba y le satisfacía de aquel lugar, de Carignano, era su desnudez. Era esa, sin duda, la principal virtud de todo Kasauli: la aridez. Tenía rocas, tenía pinos. Tenía luz y aire. En cualquier dirección se dominaba un inmenso panorama: hacia el norte, las montañas; hacia el sur, las llanuras. De tanto en tanto, un águila se deslizaba a través de aquella masa diáfana y despejada de luz y aire. Nada más. INICIO

14 Assia Djebar - Fatima-Zohra Imalyène - (Argelia, 1936)
" Las jovencitas de mi época -poco antes de que la tierra natal se liberara del yugo de la colonia-, mientras que el hombre sigue teniendo derecho a cuatro esposas legítimas, contamos con cuatro idiomas para expresar nuestros deseos, antes de jadear: el francés para la escritura secreta, el árabe para nuestros sofocados suspiros hacia Dios, el líbico berebere cuando imaginamos volver a encontrar a nuestros ancestrales ídolos maternos. INICIO

15 Augusta Gregory (Irlanda, 1852-1932)
Cuchulain of Muirthemne (fragmento) " Así que Ailell mando a uno de sus siervos a buscar a Ethal Anbual y le dijo: Vengo a invitarte a que me acompañes para hablar con Ailell y Maeve. No iré – dijo él – y no daré a mi hija al hijo de Dagda. Así que el sirviente volvió y le dijo a Ailell: El no vendrá y sabe la razón por la que le llamas. Tanto Ailell como Dagda se enfurecieron por su respuesta, y salieron junto con sus hombres armados, y destruyeron todo el palacio de Ethal Anbual, y el fue llevado ante ellos. Y Ailell le dijo: Entrega tu hija ahora al hijo de Dagda. INICIO

16 Carmen Conde (España, 1907-1996)
" Llegó a mi noche y la removió con sus alas espesas. Entonces quedó partida en dos: una suya y otra desvelada. Estos ojos por los que nunca cruzaron mejores pájaros, se abrieron para coger su figura; pero él no estaba fuera de la vigilia; así que los cerré –viéndole- en un resplandor que olía a hierba soleada. (...) Nada me anunció; fue conmigo al hallazgo lúcido de las cosas. Y en la primera oscuridad madura, hermanos ya nuestros cabellos, me reveló su figura; el cuerpo perfecto de tácita forma. Por ello amo la noche, cima donde se me da su gracia. Ni desnudez ni ropaje. INICIO

17 Carmen de Burgos (España, 1867- 1932)
El artículo 438 (fragmento) "El marido que sorprendiendo en adulterio a su mujer matase en el acto a ésta o al adúltero o les causara alguna de las lesiones graves, será castigado a la pena de destierro. Si les causara lesiones de segunda clase, quedará libre de pena. Estas reglas son aplicables a los padres en iguales circunstancias, respecto a sus hijas menores de veintitrés años (...)" INICIO

18 Carmen Kurtz - Carmen de Rafael Marés - (España, 1911-1999)
Duermen bajo las aguas (fragmento) " Allá en el fondo, todas las palabras que dijimos y de las cuales ya no guardamos recuerdo, duermen bajo las aguas. Duermen aquellas que no supimos decir y esperan su turno para salir a flote. Las cartas que hemos roto, las no recibidas y las veces que hemos dicho adiós. La pena que sentimos y que ahora, al recordarla, nos parece pequeña. La risa o el llanto que no llegó a brotar. La amistad que buscamos en el momento dificil y que resultó más débil que nosotros, más falta de ayuda. La persona a quien quisimos consolar y nos sirvió de consuelo...Todo duerme allí, en ese fondo. " INICIO

19 Carmen Laforet (España, 1921-2004)
Nada (fragmento) " Quizá me ocurra esto porque he vivido siempre con seres demasiado normales y satisfechos de ellos mismos. Estoy segura de que mi madre y mis hermanos tienen la certeza de su utilidad indiscutible en este mundo, que saben en todo momento lo que quieren, lo que les parece mal y lo que les parece bien… Y que han sufrido muy poca angustia ante ningún hecho. (...) Me compensaba el trabajo que me llegaba a costar poder ir limpia a la Universidad, y sobre todo parecerlo junto al aspecto confortable de mis compañeros. INICIO

20 Carmen Martín Gaite (España, 1925-2000)
De su ventana a la mía (fragmento) " Estaba mucho más allá, en ese más allá ilocalizable adonde precisamente ponen proa los ojos de todas las mujeres del mundo cuando miran por una ventana y la convierten en punto de embarque, en andén, en alfombra mágica desde donde se hacen invisibles para fugarse. Nadie puede enjaular los ojos de una mujer que se acerca a una ventana, ni prohibirles que surquen el mundo hasta confines ignotos. INICIO

21 Charlotte Bronte (Gran Bretaña, 1816-1855)
Jane Eyre (fragmento) " Brocklehurst: ¿Sabes dónde van los malos después de morir? Jane: Al infierno Brocklehurst: ¿Y sabes lo que es el infierno? Jane: Un abismo lleno de fuego Brocklehurst: ¿Te gustaría caer en ese abismo y arder en él eternamente? Jane: No, señor Brocklehurst: ¿Y qué debes hacer para evitarlo? Jane: Estar sana y no morir, señor. " INICIO

22 Christine de Pisan (Francia, 1364-1430)
La ciudad de las damas (fragmento) " Si fuera costumbre mandar a las niñas a la escuelas e hiciéranles luego aprender las ciencias, cual se hace con los niños, ellas aprenderían a la perfección y entenderían las sutilezas de todas las artes y ciencias por igual que ellos... pues... aunque en tanto que mujeres tienen un cuerpo más delicado que los hombres, más débil y menos hábil para hacer algunas cosas, tanto más agudo y libre tienen el entendimiento cuando lo aplican. INICIO

23 Concha Espina (España, 1879-1955)
La esfinge maragata (fragmento) " Vibra el soplo estridente de la máquina que desaloja vapor, cruje con recio choque una portezuela, algunos pasos vi-gorosos repercuten en el an-dén, silba un pito, tañe una campana, y el convoy trajina, resuella y huye, dejando la pequeña estación muda y sola, con el ojo de su farol vigilante encendido en la torva oscuridad de la noche. (...) Con más audaz descubre ahora las hermosuras de aquel semblante serenísimo que duerme y sonríe. La llama tembladora del fósforo quema los dedos cómplices sin que el viajero artista deje de ver y de admirar: la tez morena clara, de suavísimo color; puras las facciones y graciosas... INICIO

24 Concha López Narváez (España, 1939)
El visitante de la madrugada (fragmento) " El viento es terrible en el desierto, George. El aire huracanado te fustiga y persigue, como si fuera un ser animado y poderosísimo que disfruta haciendo alarde de una fuerza destructiva. En aquellas inmensas soledades el viento brama, amenaza y aviva los fantasmas del pasado. Aquella tarde, entre los aullidos del viento volví a oír, por tercera vez en pocos días, el terrible zumbar de un kangling que se acercaba, y en mi imaginación los espíritus errantes de los muertos comenzaron a bailar una macabra danza y a extender sus descarnadas manos hacia mí. " INICIO

25 Concha Méndez (España, 1898- 1986)
Eran verdes como un mar... Eran verdes como un mar, con reflejos de alto cielo. -¡Qué bien sabían mirar!- unos ojos que recuerdo En la penumbra lucían con una luz de misterio, como dos claros abismos abiertos a mil deseos Muchas horas tuve cerca los ojos verdes aquellos, que implorantes me miraban ¡y yo hacia por no verlos! Y hoy que mirarlos quisiera, están tan lejos..., ¡tan lejos! INICIO

26 Edwidge Danticat (Haití, 1969)
Krik? Krak! (fragmento) " Escribir es como trenzarse el pelo. Tomar un montón de mechones desordenados y ásperos e intentar darles unidad. Tus dedos aún no han perfeccionado la labor. Algunas trenzas te quedan largas, otras cortas. Algunas son gruesas, otras finas. Algunas pesadas. Otras ligeras. Como las distintas mujeres de tu familia. Esas cuyas fábulas y metáforas, cuyos símiles y soliloquios, cuya dicción y je en sais quoi, por obra de sus dedos, se deslizan día a día en tu sopa de subsistencia. " INICIO

27 Elfriede Jelinek (Austria, 1946)
Las amantes (fragmento) " Así, en el transcurso de los años, se creó un círculo natural: nacer y empezar y casarse y salir y tener a la hija, la ama de casa o vendedora, generalmente ama de casa, la hija empieza, madre estira las patas, hija se casa, sale, se lanza del estribo, ella da a luz a la siguiente hija, la tienda de subsistencias populares es el centro del círculo natural de la naturaleza, en sus frutas y verduras se reflejan las estaciones del año, se refleja la vida humana en sus múltiples formas de expresión, en su único escaparate se reflejan las caras atentas de las vendedoras reunidas aquí para esperar el matrimonio y la vida. Pero el matrimonio siempre llega solo, sin la vida. INICIO

28 Elizabeth Barret Browning (Gran Bretaña, 1806-1861)
Sonetos del portugués (VII) " El mundo me parece tan distinto desde que oí los pasos de tu alma muy leves, sí, muy leves, a mi lado, en la orilla terrible de la muerte donde yo iba a anegarme, y me salvó el amor descubriéndome una vida hecha música nueva. Aquellas hieles destinadas por Dios quiero beber, cantando su dulzura, junto a ti. Los nombres de lugar son diferentes porque estás o estarás aquí o allá. Y ese don de cantar que yo amé tanto (los ángeles lo saben) me es querido sólo porque hace resonar tu nombre. " INICIO

29 Elizabeth Bowen (Irlanda, 1899-1973)
La amante del diablo (fragmento) " Dejó la carta sobre la cama, y luego la volvió a coger para leerla nuevamente. Sus labios, bajo las huellas del lápiz labial, empezaron a ponerse blancos. Se dio cuenta del cambio que experimentaba su propio rostro, y acudió al espejo, le pasó la mano para quitarle el polvo que lo cubría, y se miró furtivamente. El espejo le devolvió la imagen de una mujer de cuarenta y cuatro años, de mirada sorprendida bajo el borde del sombrero caído hacia adelante. No se había empolvado desde que salió de la tienda donde tomó sola el té. INICIO

30 Elizabeth Gaskell - Elizabeth Stevenson - (Gran Bretaña, 1810-1865)
Cranford (fragmento) " Las mujeres se ocupan de los jardines repletos de flores exquisitas sin una mala hierba que los afee; para ahuyentar a los rapaces que contemplan con anhelo dichas flores a través de las verjas; para espantar a los gansos que se aventuran en los jardines si por azar queda la cerca abierta, para decidir en materia de literatura y política sin inquietarse por razones o argumentos innecesarios, para obtener una información clara y correcta de todos los miembros de la parroquia. " INICIO

31 Elsa Triolet - Elsa Bougmolov - (Francia, 1896-1970)
De la vida literaria (fragmento) " Sabes que en realidad no existe el tiempo ni el espacio, que poco importa dónde nos encontremos es como si no nos hubiésemos separado; queremos y detestamos a la misma gente y las mismas cosas, y retomamos la conversación empezada en nuestro cuarto cuando éramos chicas. " INICIO

32 Else Lasker-Schüler (Alemania, 1869-1945)
" Miro las hileras de imágenes de las nubes, hasta dispersarse y descubrir su ruta azul. Flotaba solitaria en todos los mundos, descifré los estrelloglíficos y los signos lunares en torno al hombre. Y tímida me pregunté si o cuando alguna vez he nacido y después muerto. Un vestido de duda tenía puesto, qué antiguo dolor, consagrado a mí, tejió en la rueda del tiempo. Y cada imagen que de este mundo gané perdí doblemente, y también lo que imaginaba INICIO

33 Emilia Pardo Bazán (España, 1851-1921)
Entre las representaciones de una especie de pesadilla angustiosa que agitaba a Perucho veía el muchacho un animalazo de desmesurado tamaño, bestión Indómito que se acercaba a él rugiendo, bramando y dispuesto a zampárselo de un bocado o a deshacerlo de una uñada... Se le erizó el cabello, le temblaron las carnes, y un sudor frío le empapó la sien... ¡ Qué monstruo tan espantoso! Ya se acercaba..., ya cierra con Perucho..., sus garras se hincan en las carnes del rapaz, su cuerpo descomunal le cae encima lo mismo que inmensa boca... El chiquillo abre los ojos... INICIO

34 Emily Bronte (Gran Bretaña, 1818-1848)
Cumbres borrascosas (fragmento) " Ahora, a la claridad de las llamas, yo podía distinguir por completo su figura. Era muy esbelta, y al parecer apenas había salido de la adolescencia. Estaba admirablemente formada y poseía la más linda carita que yo hubiera contemplado jamás. Tenía las facciones menudas, la tez muy blanca, dorados bucles que pendían sobre su delicada garganta, y unos ojos que hubieran sido irresistibles de haber ofrecido una expresión agradable. " INICIO

35 Emily Dickinson (EEUU, 1830-1886)
No era la muerte " No era la muerte, pues yo estaba de pie y todos los muertos están acostados, no era de noche, pues todas las campanas agitaban sus badajos a mediodía, no había helada pues en mi piel sentí sirocos reptar, ni fuego pues sólo mis pies de mármol podían helar un santuario, y sin embargo, se parecían a todas las figuras que yo había visto ordenadas para un entierro, rememoraba el mío, como si mi vida fuera recortada y calzada en una marco, y no pudiera respirar sin una llave, y era como si fuera medianoche, ciertas. INICIO

36 Ernestina de Champourcín (España, 1905-1999)
Toda la primavera dormía entre tus manos! Iniciaste en un gesto la fiesta de las rosas y erguiste, enajenada, esa flecha de luz que impregna los caminos. ¡Toda la primavera! Fervores del instante transido de capullos, gracia tímida y leve del perfume sin rastro, caricias que despiertan el sexo de las horas. Brotaron de tus palmas en éxtasis gozoso los trinos y las brisas. Y tu ademán secreto despertó en rubores la pubertad del mundo. INICIO

37 Fátima Mernissi (Marruecos, 1940)
" El Profeta era famoso por su increíble capacidad de dominarse. Nunca actuaba sin pensárselo bien, reflexionaba días enteros cuando estaba confrontado a un problema, y la gente estaba acostumbrada a esa lentitud de reflexión. Captar el problema y reflexionar sobre él antes de tomar ninguna decisión constituían los rasgos de carácter que le permitieron sobrevivir y comunicarse con una sociedad de costumbres violentas. La impresión dominante que se desprende de su retrato «oficial», tal y como aparece en los libros de historia, es la de un hombre dulce y tímido. " INICIO

38 Fernán Caballero - Cecilia Bohl de Faber - (España, 1796-1877)
Tres almas de Dios (fragmento) " Hasta los ecos que repitieron los bélicos sonidos de trompas y clarines, han caído en un obstinado mutismo, no queriendo descender a alternar con el canto del gallo, cantor que cual no otro, cumple con una de las primeras reglas de su arte, que es la de echar la voz; con la algarabía de las golondrinas que charlan hasta por las alas; con el ronco y poco armonioso arrullo de los palomos, amantes formales, fieles y comedidos; ni con los destemplados arranques de los patos poco filarmónicos, que sin la más mínima aprehensión, hieren el aire que los rodea y los oídos que los oyen; pero ni aun con los alegres cantares del canario saltimbanqui, que prefiero a las de laurel, coronas de jaramago. " INICIO

39 Flora Tristán (Francia, 1803-1844)
" El Inca Mayta Capac, soberano de la Ciudad del Sol, fue destronado y tuvo que huir por las cimas heladas de la cordillera acompañado por algunos de los suyos, hasta que al cuarto día, rendido de fatiga, muriendo de hambre y de sed, se detuvo al pie del Volcán. De repente, cediendo a una inspiración divina, Mayta plantó su dardo y exclamó: ¡Arequipa!, palabra que significa: Aquí me quedo...y en torno de su dardo, sobre los flancos de un volcán rodeado de desiertos por todos lados, los hombres agruparon sus habitaciones. " INICIO

40 Françoise Sagan - Françoise Quoirez - (Francia, 1935-2004)
Buenos días, tristeza (fragmento) " Dudo en llamar con el nombre bello y serio de tristeza, a este sentimiento desconocido cuya dulzura y cuyo dolor me tienen obsesionada. Es un sentimiento tan completo y egoísta que me llega a dar verguenza, mientras que la tristeza me ha parecido siempre honrosa. Conocía el arrepentimiento, el fastidio y hasta el remordimiento. La tristeza, no. Ahora siento algo que me envuelve, como una seda enervante y dulce, y que me separa de los demás. Aquel verano yo tenía diecisiete años y era feliz del todo. " INICIO

41 Fredrika Bremer (Suecia, 1801-1865)
Cartas desde Cuba (fragmento) " Las damas criollas, o sea, nacidas en la isla, no se defienden del sol ni del viento; no lo necesitan tampoco. Después del mediodía, cuando la brisa llega del mar, el aire no está caliente, ni el sol quema aquí como en el continente. La piel de las criollas es pálida, pero no enfermiza: tiene un color de olivo claro que, junto con los bellos ojos negros, pero dulces, ofrece un aspecto muy agradable. Se ve a los curas a pie, con sus grandes manteos y sus enormes y curiosos sombreros. La mayoría de las gentes en las calles son negros y mulatos; también en las tiendas se ve a los mulatos, especialmente en las tabaquerías. Por todas se ve fumar tabacos, sobre todo unos pequeños llamados “cigarritos”. INICIO

42 Gabriela Mistral - Lucila Godoy Alcayaga - (Chile, 1889-1957)
Amor, amor " Anda libre en el surco, bate el ala en el viento, late vivo en el sol y se prende al pinar. No te vale olvidarlo como al mal pensamiento: ¡le tendrás que escuchar! Habla lengua de bronce y habla lengua de ave, ruegos tímidos, imperativos de mar. No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave: ¡lo tendrás que hospedar! Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas. Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar. No te vale decirle que albergarlo rehúsas: ¡lo tendrás que hospedar! Tiene argucias sutiles en la réplica fina, argumentos de sabio, pero en voz de mujer. Ciencia humana te salva, menos ciencia divina: ¡le tendrás que creer! INICIO

43 Jorge Sand - Amandine Aurore Lucie Dupin - (Francia, 1804-1876
" Pilar tocaba el punto esencial de la situación; Mario se calmó y consintió en esperar su curación en Grenoble. Tuvo que consentir también en ver a Pilar a su lado. No podía pensar ya en entregar al rigor de la ley a la que acababa de salvarle y a quien más valía atraer por la dulzura. No se atrevía a irritarla con su desprecio, y a pesar de la invencible repugnancia que Pilar le inspiraba, se preocupaba cuando ella permanecía mucho tiempo fuera y se alegraba cuando la veía volver. Al cabo de dos o tres días, aquel estado de cosas se hizo intolerable; Pilar era incapaz de hacer ningún razonamiento moral; sólo quería que la amasen. Describía su pasión con una elocuencia salvaje, pretendiendo y creyendo efectivamente que era un amor casto, porque no era gobernado por los sentidos, y sublime, porque tenía todo el fuego de una imaginación desordenada y de un despecho exaltado. INICIO

44 Gertrude Stein (EEUU, 1874-1946)
" Dentro existe el sueño, fuera el enrojecimiento, en la mañana existe el significado, en la tarde el sentimiento. En la tarde existe el sentimiento. En el sentimiento cualquier cosa descansa, en el sentimiento cualquier cosa se acumula, en el sentimiento existe resignación, en el sentimiento existe reconocimiento, en el sentimiento existe repetición y completamente equivocado existe un pellizco. Todas las posiciones tienen vaporizadores y todas las cortinas tienen edredones y todo lo amarillo tiene discriminación y todo el círculo tiene circunferencia. Esto hace la arena. " INICIO

45 Gertrudis Gómez de Avellaneda (Cuba, 1814-1873)
Gualcazinla contemplaba con ojos enjutos el cuerpo de su esposo meciéndose en el aire con los convulsivos estremecimientos de la última agonía; pero había desaparecido repentinamente de su rostro aquella expresión de estúpida demencia que hacía tres años llevaba sin cesar impresa. Un golpe terrible dado a su corazón había trastornado su entendimiento; otro golpe igualmente doloroso acababa de restituirle la razón. " INICIO

46 Grazia Deledda (Italia, 1871-1936)
Cenizas (fragmento) " Eran todos - dice - hombres valerosos, hábiles, dispuestos a todo, que sabían despreciar la muerte. ¿Crees tú acaso que todos los bandoleros son malos? Te engañas, hija mía; son hombres que se ven obligados a mostrar su valor, nada más que eso. Mi marido solía decir: En los tiempos antiguos los hombres iban a la guerra, ahora no hay guerras, y los hombres siguen con necesidad de luchar; por eso se ejercitan en actos de violencia, rapiñas y otros excesos, no por hacer mal, sino para hacer alarde, sea como sea, de su valor. " INICIO

47 Hildegard Von Bingen (Alemania, 1098-1179)
Scivias (fragmento) " El entendimiento se halla en el alma como el verdor de las ramas y las hojas en el árbol; la voluntad, como las flores; el ánimo, como el primer brote de su fruto; la razón, como el fruto ya en sazón; los sentidos, como el alcance de su altura y anchura. " INICIO

48 Isabel Allende (Chile, 1942)
" Elaboraba la sustancia de sus propios sueños y con esos materiales fabricó un mundo para mí. Las palabras son gratis, decía y se las apropiaba, todas eran suyas. Ella sembró en mi cabeza la idea de que la realidad no es sólo como se percibe en la superficie, también tiene una dimensión mágica y, si a uno se le antoja, es legítimo exagerarla y ponerle color para que el tránsito por esta vida no resulte tan aburrido. (...) De mí dependía la existencia de todo lo que nacía, moría o acontecía en las arenas inmóviles donde germinaban mis cuentos. Podía colocar en ellas lo que quisiera, bastaba pronunciar la palabra justa para darle vida. " INICIO

49 Jane Austen (Gran Bretaña, 1775-1817)
Tanto Mr. Elliot como su amigo de Marlborough Buildings, dieron tema de conversación para toda la tarde. ¡Era tan sincero el empeño manifestado por el coronel Wallis de conocerlos y tan vivo el afán que en ello había tenido Mr. Elliot! Hablaron también de Mrs. Wallis, a quien de un momento sólo conocían por referencias, pues, a causa de una indisposición, se hallaba recluida en casa. Mr. Elliot la presentaba como una mujer encantadora y digna de figurar entre las amistades de Camden Place. Sólo esperaban que se restableciera para conocerla personalmente. Sir Walter imaginaba que debía de tratarse de una mujer verdaderamente hermosa. Deseaba conocerla, y daba por sentado que superaría en belleza a las insulsas mujeres con que se cruzaba en las calles de Bath. INICIO

50 Jeanne Marie Leprince de Beaumont (Francia, 1711-1780)
La bella y la bestia (fragmento) " Tres apacibles meses pasó la Bella en el castillo. Todas las tardes la Bestia la visitaba, y la entretenía y observaba mientras comía, con su conversación llena de buen sentido pero jamás de aquello que en el mundo llaman ingenio. Cada día la Bella encontraba en el monstruo nuevas bondades, y la costumbre de verlo la había habituado tanto a su fealdad, que lejos de temer del momento de su visita miraba con frecuencia el reloj para ver si eran las nueve INICIO

51 Josefina Aldecoa (España, 1926)
Historia de una maestra (fragmento) " Yo preservaba mi paz refugiándome en la indiferencia tentadora de mi madre. Nos sentábamos en sillas bajas a la sombra de los árboles y cosíamos las dos. Le contaba historias de los niños, le hablaba de nuestros amigos. Juana nos acompañaba. Jugaba y charlaba sin cesar y alegraba todos nuestros momentos. Evoco aquel verano y veo el pequeño grupo que formábamos las tres, mi madre, mi hija y yo, unidas en una plácida armonía, voluntariamente aisladas de los insistentes presagios de nuestros hombres. " INICIO

52 Juana de Ibarbourou - Juana Fernández Morales - (Uruguay, 1892-1979)
" Llueve... espera, no duermas. Estate atento a lo que dice el viento, y a lo que dice el agua que golpea con sus dedos menudos en los vidrios. Todo mi corazón se vuelve oídos para escuchar a la hechizada hermana que ha dormido en el cielo, que ha visto el sol de cerca, y baja ahora elástica y alegre de la mano del viento, igual que una viajera que torna de un país de maravilla. Cómo estará de alegre el trigo, amante. Con qué avidez se esponjará la hierba, cuántos diamantes colgarán ahora del ramaje profundo de los pinos. INICIO

53 Katherine Anne Porter (EEUU, 1890-1980)
cantaba desentonando apasionadamente, llevando los agudos a un prolongado y doloroso lamento. Laura, que recorría los mercados escuchando a los baladistas y se detenía todos los días a escuchar al muchacho ciego que tocaba su flauta de caña en la calle Dieciséis de Septiembre, escuchaba a Braggioni con despiadada cortesía, pues no se atrevía a sonreír ante su lamentable interpretación. Nadie se atrevía a sonreírle. revolucionario y un enamorado profesional de la humanidad. Jamás morirá de eso. raza, una aristócrata., INICIO

54 Laura Restrepo (Colombia, 1950)
" Supe que había sucedido algo irreparable en el momento en que un hombre me abrió la puerta de esa habitación de hotel y vi a mi mujer sentada al fondo, mirando por la ventana de muy extraña manera. Fue a mi regreso de un viaje corto, sólo cuatro días por cosas de trabajo, dice Aguilar, y asegura que al partir la dejó bien. Cuando me fui no le pasaba nada raro, o al menos nada fuera de lo habitual, ciertamente nada que anunciara lo que iba a sucederle durante mi ausencia, salvo sus propias INICIO

55 Madame de La Fayette - Marie Madeleine Pioche de la Vergne - (Francia, 1634-1693)  
La princesa de Clèves (fragmento) " Le he dado, con mi falta, mejores medios para defenderse de mí que todos los que ella buscaba, tal vez inútilmente. Pierdo, a causa de mi imprudencia, la ventura y la gloria de ser amado por la más amable y la más estimable mujer del mundo; pero si hubiera perdido tal dicha sin causar perjuicio a esa mujer y sin producirme un dolor mortal, tendría, al menos, ese consuelo; INICIO

56 Marguerite Duras (Francia, 1914-1996)
El amante (fragmento) " Un día, ya entrada en años, en el vestíbulo de un edificio público, un hombre se me acercó. Se dio a conocer y me dijo. La conozco desde siempre. Todo el mundo dice que de joven era usted hermosa, me he acercado para decirle que en mi opinión la considero más hermosa ahora que en su juventud. Su rostro de muchacha me gustaba mucho menos que el de ahora, devastado. (...) Entre los dieciocho y veinticinco años mi rostro emprendió un camino imprevisto, ese envejecimiento fue brutal. Ví como se apoderaba de mis rasgos uno a uno... He conservado aquel rostro nuevo. Ha sido mi rostro. Ha envejecido más por supuesto, pero relativamente menos de lo que hubiera debido. Tengo un rostro lacerado por INICIO

57 Marguerite Radclyffe Hall (Gran Bretaña, 1880-1943)
Joan no comprendió hasta qué punto se había extendido el espacio personal de su madre hasta que compartieron una habitación. No había un solo centímetro para sus cosas en ningún rincón. Los cajones estaban llenos, los armarios, repletos, y sobre el tocador se alineaban frascos y más frascos de medicamentos que, junto con una gran cantidad de fruslerías inútiles, atiborraban el muelle. Y lo descorazonador era que la señora Ogden parecía incapaz de poner el orden necesario. Estaba lejos de tomar a mal la intrusión de Joan; por el contrario, le encantaba que su hija durmiera con ella, y sin embargo, cada nueva sugerencia que implicara la desaparición de algún objeto topaba con su resistencia. -"¡Oh, eso no, cariño! Me lo regalaron cuando era joven en la India", o "Joan, no cambies de sitio esa cajita lacada. Creía que sabías que estaba en el salón de Chesham". " INICIO

58 Marguerite Yourcenar (Francia, 1903-1987)
" El sufrimiento es uno. Se habla de sufrimiento como se habla del placer, pero se habla de ellos cuando ya nos dominan. Cada vez que entran en nosotros, nos sorprenden como una sensación nueva y tenemos que reconocer que los habíamos olvidado. Son diferentes porque nosotros también lo somos: les entregamos cada vez un alma y un cuerpo modificados por la vida. Y sin embargo, el sufrimiento no es más que uno. No conoceremos de él, como no conoceremos del placer, más que algunas formas, siempre las mismas, de las que estamos presos. Habría que explicar esto: nuestra alma, supongo, no tiene más que un teclado restringido y aunque la vida se empeñe en hacerlo sonar, sólo podrá obtener dos o tres pobres notas. " INICIO

59 María Teresa León (España, 1903-1988)
Juego Limpio (fragmento) De muchas cosas he de hablaros. Quiero decirlas a tapadas en estas hojas que nadie leerá. He salvado apenas unas cenizas alegres, vivido una lección. Estoy en ese punto doloroso que es como un gemido que avergüenza y que mis maestros de moral llamaban arrepentimiento. Llevo los ojos cargados de verdades, que no me pertenecen. No sé cómo hacerlas salir. Soy un navío atracado a la soledad de un puerto y sufro porque quisiera encontrarme con el marinero borracho que conoce las mejores tabernas y acompañarle muelle abajo, en silencio, pensando en las alegres cosas que se fueron. ¿Dónde están? ¡Oh, que vuelvan mis amigos con su risa clara y su fortaleza! Pero ¿soy yo o ellos los que se han marchado? Rezo mucho. Soy famoso por mi fervor. Quien lo dude puede preguntar a los que me rodean: al padre Superior, enemigo de los iluminados, o al padre Blas Torrero, ese santo que arranca páginas de su san Juan de la Cruz para leerlas en la iglesia, fervorosamente: "Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero..." Todos los pastores que me guardan estarán conformes en que la prodigiosa experiencia que he vivido sirvió para multiplicar mi renunciamiento. ¡Ay, si supieran que la más estrecha disciplina no consigue arrancar la duda de mi corazón! ¡Si adivinaran que me horroriza la palabra matar y, sin embargo, he aplaudido al ver un avión enemigo caer envuelto en llamas! No, no creo en sus razones de orden, de jerarquía, de tradición, de buen sentido. Mi doblez, sí, mi doblez, el otro color de mi corazón, me lleva a negarlos, en cuanto oigo hablar de victoria. Yo he visto esa victoria. ¡Que poco tiempo se necesita para establecer el mal! Jamas creí que los mortales pudieran encontrarlo tan a mano, ahí con sólo inclinar la mejilla a derecha o izquierda, con solo emborracharse de poder. Y lo digo tristemente en la noche de mi remordimiento, en el túnel de lagrimas donde camino. Seré un ignorante, pero aun me pregunto: ¿quiénes, quiénes tenían razón? Porque mis hábitos, mis pobres hábitos negros de paño mal tostado de sol místico, se adelgazan, de pronto, sobre mis rodillas, hasta desvanecerse en el humilde color verde garbanzo de soldado de la República...  Si, yo he sido soldado. INICIO

60 María Lejárraga (España 1875- 1974
Día de Reyes (fragmento) Sentada en una silla. con un montón de ropa que coser al lado, mirando a menudo las despiadadas manecillas del reloj que con su vertiginosa carrera iban robándola horas de sueño. movía maquinalmente sus helados dedos que se resistían a seguir trabajando. ¡Cuántas penas. cuántos afanes. cuántas angustias! Desde el aciago día en que la muerte posó su fría y descarnada mano sobre el pecho del que era alma de su alma, no había gozado un instante de dicha. no había descansado un momento. no abandonó un solo día el penoso trabajo con que procuraba el pan para su hijo. Pero lo triste, lo desconsolador, lo desesperante,  era que aquellos ojos, siempre anegados en lágrimas, cansados de llorar, iban de día en día perdiendo facultades. Ya no eran como antes esclavos de su voluntad; ya no podía utilizarlos el tiempo que necesitaba; ahora se imponían ellos, y al cabo de unas cuanta horas de trabajo, perdían su fijeza. se cubrían de espeso velo y se cerraban al fin. iAquello era horrible! Poco a poco irían debilitándose más, acabarían por ser inútiles, y entonces... no quería pensarlo: se morirían de hambre. ¡Qué angustia! Por ella no, a ella le importaba poco sufrir; pero aquel niño. aquel ángel, aquel pedazo de su ser que tanto quería, no podía pedir pan para que se lo negasen. Estaba rendida. la costura apenas adelantaba. Se acostaría, sí; no tenía lumbre para vencer el frío de aquella noche de Enero que, helando sus huesos, inutilizaba sus dedos para el trabajo. INICIO

61 María Zambrano (España, 1904-1991)
Filosofía y poesía (fragmento) " La poesía unida a la realidad es la historia. Pero, no es preciso decirlo así, no debiera serlo porque la realidad es poesía al mismo tiempo y al mismo tiempo, historia. El pensamiento, el riguroso pensamiento filosófico tradicional separó a ambas y casi las anuló, reservándose para sí la realidad íntegra, para sustituirla en seguida por otra realidad, segura, ideal, estable y hecha a la medida del intelecto humano. " INICIO

62 Marianne Moore (EEUU, 1887-1972)
y conveniencia: e Italia, con sus playas iguales -logrando un epicureísmo del que la enormidad ha sido extraída: y Grecia con sus cabras y sus patillas, el nido de modificadas ilusiones: y Francia, la "crisálida de las mariposas nocturnas" en cuyos productos, el misterio de la construcción nos desvía de lo que originalmente era nuestro objeto -substancia en la médula: y el Este con sus caracoles, sus emocionales taquigrafías y sus cucarachas de jade, sus cristales de roca y su imperturbabilidad, todas con calidad de museo: y América donde hay la pequeña. vieja y desvencijada victoria del sur, donde se fuman cigarrillos en las calles del norte; donde no hay correctores de pruebas, ni gusanos de seda ni digresiones: ¡la tierra del hombre salvaje; sin hierba, sin vínculos, país sin lengua -en el que las letras son escritas no en español, ni en griego o latín o taquigrafía, sino en llano americano que los perros y gatos puedan entender! La letra "a" en el salmo y en la calma cuando es pronunciada con el sonido de "a" en vela es muy evidente, pero ¿por qué continentes de malentendidos deben ser explicados por el hecho? ¿Deberá entenderse que al existir hongos venenosos que parecen simples hongos todos sean peligrosos? En el caso de la fogosidad, que puede ser erradamente tomada como apetito, de un calor que puede parecer ser prisa, no se pueden sacar conclusiones. Haber malentendido el asunto es haber confesado que no hemos indagado mucho. El sublimado saber de China, el discernimiento de los egipcios, el inundador torrente de emoción comprimido en los verbos del hebreo, los libros del hombre que es capaz de decir: "Yo no envidio a nadie sino a ese, sólo a ese que coge más peces que yo" -la flor y el fruto de toda esa observada superioridad- ¿no nos hemos tropezado con ella en América, debe uno imaginar que no existe allí? Eso jamás se ha confinado a un solo sitio. " INICIO

63 Marina Tsvetaeva (Rusia, 1892-1941)
Al poeta lo lleva lejos la palabra. Entre sí y no, por baches indirectos de parábolas, signos, planetas, hasta lanzándose desde el campanario agarra un garfio, pues el camino del cometa es el camino del poeta. Casuales eslabones ése es su enlace. Mirar las estrellas de nada sirve! en el calendario no se pronostican los eclipses del poeta él es el que desordena los naipes, falsea el peso y las cuentas, el preguntón en el pupitre, el que a Kant para el arrastre deja. El que en el pétreo foso de la bastilla es como un árbol que crece en su belleza... aquél de huellas siempre desaparecidas, él que es el tren al que cualquiera llega tarde, su camino es el de los cometas. El camino del poeta arde pero no calienta, arranca pero no cría, estalla y se quiebra. Tu camino es el de enredadas cabelleras, no pronosticado en el calendario INICIO

64 Mary Shelley - Mary Godwin Wollstonecraft - (Gran Bretaña, 1797-1851)
esfuerzos. Con una ansiedad rayana en la agonía, coloqué a mi alrededor los instrumentos que me iban a permitir infundir un hálito de vida a la cosa inerte que yacía a mis pies. Era ya la una de la madrugada; la lluvia golpeaba las ventanas sombríamente, y la vela casi se había consumido, cuando, a la mortecina luz de la llama, vi cómo la criatura abría sus ojos amarillentos y apagados. Respiró profundamente y un movimiento compulsivo sacudió su cuerpo. (...) Cuando coloqué mi cabeza en la almohada no dormí, aunque tampoco puedo decir que estuviera pensando. Mi imaginación, espontánea, poseída, me guió, dando a las imágenes sucesivas que crecían en mi mente una viveza más allá de las fronteras usuales del ensueño. Y vi con los ojos cerrados, pero con aguda visión mental, al pálido estudiante de artes profanas hincado al lado de la cosa que había unido. Vi el odioso fantasma de una hombre alargado y entonces, por obra de algunos poderosos motores mostró signos de vida y movimientos torpes, de movimiento semivivo. (...) Monstruo odiado ¡Infame asesino! Los tormentos del infierno serán un castigo demasiado benévolo para tus crímenes. ¡Demonio inmundo! ¿Me reprochas que te haya creado? Pues, bien, acércate y extinguiré el brillo de la vida que, en mi locura, supe alumbrar en ti. " INICIO

65 Murasaki Shikibu (Japón, 0978 dC-1026)
de la novela y como nació. Primero, no consiste sencillamente en que el autor haga una narración de las aventuras de otra persona. Por el contrario, la novela surge porque la propia experiencia del narrador acerca de hombres y cosas, ya sea en bien o en mal -y no solamente lo que él mismo ha pasado, sino también los hechos que no hizo más que presenciar o que le fueron contados-, le produjo una emoción tan arrebatadora, que no podría tenerla encerrada más tiempo en su corazón. Muchas veces algo de su propia vida o de lo que lo rodea le parece al escritor tan importante, que no puede soportar que quede en el olvido. Jamás deberá llegar el día -piensa- que los hombres no sepan esto. Esa es mi idea de como surgió este INICIO

66 Nadine Gordimer (Sudafrica, 1923)
Un arma en casa (fragmento) " Sin embargo, el temor acompaña a lo desconocido. El temor les llegó como una droga, aunque no procedente del botiquín de ella caminaron con calma sin nada que decirse por los pasillos de los juzgados, Harald dejó pasar a Claudia con la cortesía de un desconocido cuando encontraron la puerta, entraron y avanzaron de lado torpemente para sentarse en los bancos. Incluso el olor del lugar era como el de un país extranjero al que hubieran sido deportados. El olor a barreras de madera pulidas y suelo encerado. Las ventanas coronaban la pared hasta el techo, como reflectores inclinados. Los uniformes los llevaban unos hombres con la impersonalidad de los miembros de un culto, todos ellos intercambiables. Había unas pocas figuras sentadas ahí cerca, el mismo tipo de gente que mira desde los bancos de los parques o se tiende boca abajo en los jardines públicos. El pensamiento huye de lo que tiene delante, como hace un pájaro que ha entrado volando en un espacio cerrado, debe de haber algún agujero por donde salir. Harald se dio de bruces con la presencia del colegio, demasiado lejano para recordarlo de modo consciente: el olor institucional y la madera dura bajo las nalgas. Incluso topó con el nombre de un maestro: nada del pasado podía ser más remoto que este presente. (...) La violencia fortuita de las calles nocturnas que habían esperado leer en el rostro desconocido del mensajero formaba parte de los riesgos posibles en ese lugar, junto con otros más generales, como el de contraer una enfermedad, no realizar una ambición, perder el amor. Aquellos que son responsables de una existencia admiten que la exponen a todo esto. Matar a una mujer en un arrebato de pasión celosa, el mero hecho de que se les ocurriera -con vergüenza, aceptando su banalidad periodística- suponía permitir incluso que la misma naturaleza de esos actos pudiera romper los límites de ese contexto vital. (...) INICIO

67 Natalia Ginzburg - Natalia Levi - (Italia, 1916-1991)
" Mi padre hacía, en la mañana, una ducha fría. Lanzaba, bajo el azote del agua, un grito, como un largo rugido; luego se vestía y tragaba grandes tazas de ese mezzorado gélido, en el que vertía muchas cucharadas de azúcar. Salía de casa cuando las calles todavía estaban oscuras, y casi desiertas; salía en la niebla, en el frío de esas albas de Torino, con en la cabeza una boina ancha, que le formaba casi una visera en la frente, con un impermeable largo y ancho lleno de bolsillos y de botones de cuero, con las manos detrás de la espalda, la pipa, ese paso chueco suyo, un hombro más alto que el otro; en las calles no había aún casi nadie, mas con las pocas personas que había él lograba chocar pasando, caminando ceñido, cabizbajo. " INICIO

68 Nelly Sachs (Alemania, 1891-1970)
" Al amanecer, cuando un ave ensaya el despertar... empieza el momento de la nostalgia de todo el polvo al que la muerte ha abandonado. Oh, hora de los nacidos, pariendo en dolores en los que se forma la primera costilla de un nuevo ser humano. Amado, la nostalgia de tu polvo atraviesa rugiendo mi corazón. " INICIO

69 Nisia Floresta - Dionísia Gonçalves Pinto – Brasil, 1810-1885
Opusculo Humanitario (fragmento) " Si Rousseau, con su Emilio, hace enrojecer a las madres francesas por el olvido en que estaban de ese su primer deber de la maternidad, en Francia, donde las amas tienen al menos alguna educación y se distinguen por el aseo, ¿qué sentirían las madres brasileñas que bien comprendieran aquel libro ante la vista de sus hijos colgando del seno de míseras africanas que pasan muchas veces del azote de la Casa de Corrección o en las propias manos de los señores, a la cuna del inocente para ofrecerle su leche? INICIO

70 Olympia de Gouges - Marie Gouze - (Francia, 1748-1793)
" La meta de toda asociación política estriba en la conservación de los derechos naturales e imprescindibles de la Mujer y del Hombre: esos derechos son la libertad, la propiedad, la protección y, ante todo, el hacer frente a la opresión. La libertad y la justicia consisten en devolver todo cuanto pertenece al prójimo; así, pues, el ejercicio de los derechos naturales de la mujer no tiene más límites que la tiranía continua a la que se ve sometida por parte del varón; esos límites deben ser modificados a través de las leyes dictadas por la Naturaleza y la Razón. La Ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y todos los Ciudadanos deben concurrir personalmente, o a través de sus representantes, a su elaboración; debe ser la misma para todos: todas las Ciudadanas y todos los Ciudadanos, al ser iguales ante ella, deben, pues, participar por un igual en todas las atribuciones, puestos y empleos públicos, según sus capacidades respectivas, y sin más distingos que los dimanantes de sus virtudes y sus talentos. Nadie debe ser hostigado por sus opiniones, incluso por las fundamentales; la mujer tiene derecho a subir al cadalso; por tanto, debe tener el de poder subir a la Tribuna; siempre y cuando sus manifestaciones no siembren el desconcierto en el orden público estatuido por la Ley. La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones constituye uno de los derechos más preciados de la mujer, puesto que dicha libertad garantiza la legitimidad de los padres respecto a los hijos. Por tanto, toda Ciudadana puede, pues, declarar libremente: "soy madre de un hijo procreado por usted", sin que ningún prejuicio bárbaro la obligue a disimular la verdad; salvo que deba responder del abuso de dicha libertad, en los casos estipulados por la ley. " INICIO

71 Pamela Travers - Helen Lyndon Goff - (Australia, 1899-1996)
Mary Poppins (fragmento) " Supongo querida _ dice a Mary Poppins, a quien parece conocer de antiguo _, "que ha venido a buscar bizcocho". Lo ha adivinado usted, señora Corry, respondió Mary Poppins con suma cortesía. Muy bien. ¿No se lo han dado aún Fannie y Annie?, y al decir esto miraba a Jane y Michel. Jane movió la cabeza, dos tímidas voces se dejaron oír detrás del mostrador. No, mamá dijo miss Fannie confusa. Se lo íbamos a dar ahora, murmuró miss Annie en un temeroso susurro. La señora Corry se irguió en toda su estatura y contempló llena de cólera a sus dos gigantecas hijas. En voz baja, pero henchida de ira y desprecio, dijo: ¿Ibais a dárselo? ¿De veras? Muy interesante. Y, puedo preguntar, Annie, ¿quién te ha dado permiso para despachar mi bizcocho? Nadie, mamá. Y no lo he despachado. Sólo pensaba... ¡Sólo pensabas! Eres muy amable. Pero te quedaría muy agradecida si no pensaras. Me basto yo para pensar lo que hay que hacer aquí, declaró la señora Corry con voz baja y espantosa. Y estalló luego en una carcajada estridente y cloqueante. ¡Mírenlas! ¡Miren a las mariquitas lloronas!, chirrió apuntando con su huesudo dedo a sus dos hijas. Jane y Michel se volvieron y vieron como una gran lágrima se deslizaba por el triste rostro de Annie, pero no se atrevieron a decir nada, porque aunque la señora Corry era muy pequeña, se sentía ante ella apocados y despavoridos. " INICIO

72 Pearl S. Buck - Pearl Sydenstricker Buck - (EEUU, 1892-1973)
les gustó pelear, vino a destruir aquella existencia. Los invasores saquearon, violaron y mataron cuanto encontraron en su camino. Bajo el régimen de una violencia y crueldad como Ling Tan y los suyos jamás habían presenciado se despertó también en ellos el instinto de matar, de matar abiertamente y en la oscuridad, empleando todas las armas, todos los medios. El hijo mayor de Ling Tan colocaba trampas y fríamente asesinaba, con su cuchillo, a las víctimas que caían en ella. El segundo se unió a los guerrilleros de las montañas y mataba únicamente cuando era necesario. El más joven, mataba por la alegría que ello le proporcionaba. Y hasta el viejo Ling Tan, que mantenía a su búfalo escuálido a fin de que los japoneses no lo obligaran a sacrificarlo, aprendió a dar muerte a seres humanos sin remordimiento. Por último, su nuera, Jade, logró un día, colocando veneno en los manjares con que los invasores celebraban un banquete, eliminar a varios de ellos. Pero tal estado de cosas angustiaba a Ling Tan y lo mantenía desvelado por las noches. ¿No significará el fin de nuestro pueblo el hecho de convertirnos en iguales a otros pueblos guerreros del mundo?. Sin embargo, en estos días debemos recordar que la paz es buena. Los jóvenes no pueden recordar, y somos nosotros, los que recordamos, quienes tendremos que enseñarles nuevamente que la paz es el gran alimento del hombre. " INICIO

73 Rosa Chacel (España, 1898-1994) INICIO
Cultura y pueblo (fragmento) " El pueblo español, hubiera buscado aún durante algún tiempo la fórmula de su revolución, y no por falta de adiestramiento en las disciplinas políticas, sino sólo por falta de ese aliento creador que lleva a los trances de vida o muerte. Pero ha bastado que pesase una amenaza sobre la independencia de su alma para que haya podido realizar su revolución, con una secreta consigna que no llega a aflorar en ninguna conciencia, continuar. (...) Hay un solo punto de enlace real entre estas dos entidades de que nos ocupamos: la moral. Un conjunto de determinaciones ideales, lógicas, perfectamente congruentes y recíprocamente complementarias del sentir humano. En las estaciones -empleando este término por aludir a la madurez de las ideas- en que el pensamiento ha alcanzado grandes contenidos sustanciosos y concretos, el sentido moral ha rebasado sus mismos preceptos, informando la totalidad de la vida, difundiéndose por cauces insospechables, arraigando espontáneo en el puro campo intuitivo; sin olvidar las formas inferiores de contagio y hábito que no carecen de importancia. Pero el presente -recurriendo siempre a la brevedad de la metáfora- ha logrado todo su esplendor por eliminación; los últimos hallazgos del pensamiento no son más que exclusiones. ¿Cómo conectar éstos, que para la ciencia son puntos positivos, con el sentir natural que en el primer intento se extendería por ellos, notándose los vacíos y, por tanto, considerándose manco, disipándose en esta duda, en esta satisfacción? (...) No es posible dudarlo: su meta es el límite de la posibilidad del hombre. Tanto los surgidos como leve balbuceo, antes que ninguna forma madura, como los creados por el hombre próximo a la tierra, privado de la sociedad culta, de frente a una cultura admirada u odiada, perseguido o inadvertido por ella; todos, en fin, tienen las medidas de los grandes cánones; todos aspiran, o acaso atentan, a la perfecta norma que lleva al hombre más allá de sí mismo. " INICIO

74 Rosa Regás (España, 1933) INICIO
por árboles, pero cruzados a todas horas por la amenaza de una tropa poderosa y enemiga; andar por las sombras de esos parajes buscando dónde guarecerse de la persecución y las bombas, permanecer atrapado en comunidades de desplazados, dejando pasar los días en la precariedad, en la carencia, en la provisionalidad. Ser niño en un campamento de refugiados es ver a los pájaros esconderse tras las nubes por terror a los helicópteros, es temer y soñar con otros pajarracos, más potentes y ruidosos, que cruzan el firmamento, rugiendo sin hacer ondear las alas al viento, sino siguiendo rígidos una línea que no admite titubeos en su camino hacia un punto de monte elegido por los cerebros ocultos de la represión, con el objetivo implacable de vaciar sobre él su vientre exterminador para sembrar el pánico, el dolor y la muerte. Ser niño en esos momentos es esconderse tras los árboles aun a sabiendas de que no hay refugio ni protección ni para ellos ni para los suyos cuando asome renqueando por la cuesta el camión del Ejército cuya silueta podrían dibujar a ciegas: hombres uniformados y armados, de pie, verticales, paralelos e inconmovibles, y amenazantes como obuses. Ser niño en Chiapas es no tener más futuro que el que quiera conceder ese ejército sin rostro que crece y se multiplica y se desparrama por los campos y los caminos, y atraviesa cordilleras, y penetra en las casas y las iglesias atravesando paredes y esteras. Niños de Chiapas que del progreso no conocen más que la destrucción, las armas sofisticadas que arrasarán cosechas, árboles, chozas, animales y humanos. Niños que apenas supieron lo que es comer a placer, descansar en un lecho, o disponer de agua para lavarse y ver crecer lo que plantaron sus padres; que desconocen lo que es una tarde en paz y el juego sin temor a la puerta de la casa. Niños que nacieron, crecieron y vivieron en lucha por la vida, por su vida, barrida el alma por un temor y una frustración que algún día y de algún modo habrán de convertir en coraje para que cese tanto dolor. " INICIO

75 Rosalía de Castro (España, 1837-1885)
" En los ecos del órgano o en el rumor del viento, en el fulgor de un astro o en la gota de lluvia, te adivinaba en todo y en todo te buscaba,           sin encontrarte nunca.      Quizá después ha hallado, te ha hallado y te ha perdido otra vez, de la vida en la batalla ruda, ya que sigue buscándote y te adivina en todo,           sin encontrarte nunca.      Pero sabe que existes y no eres vano sueño, hermosura sin nombre, pero perfecta y única; por eso vive triste, porque te busca siempre           sin encontrarte nunca. " INICIO

76 Santa Teresa de Jesús (España, 1515-1582)
quien tan poco sabe como yo, forzado habrá de decir muchas cosas superfluas y aun desatinadas para decir alguna que acierte. Es menester tenga paciencia quien lo leyere, pues yo la tengo para escribir lo que no sé; que, cierto algunas veces tomo el papel como una cosa boba, que ni sé qué decir ni cómo comenzar. Bien entiendo que es cosa importante para vosotras declarar algunas interiores, como pudiere; porque siempre oímos cuán buena es la oración, y tenemos de constitución tenerla tantas horas, y no se nos declara más de lo que podemos nosotras; y de cosas que obra el Señor en un alma declárase poco, digo sobrenatural. Diciéndose y dándose a entender de muchas maneras, sernos ha mucho consuelo considerar este artificio celestial interior tan poco entendido de los mortales aunque vayan muchos por él. Y aunque en otras cosas que he escrito ha dado el Señor algo a entender, entiendo que algunas no las había entendido como después acá, en especial de las más dificultosas. El trabajo es que para llegar a ellas -como he dicho- se habrán de decir muchas muy sabidas porque no puede ser menos para mi rudo ingenio. " INICIO

77 Selma Lagerlof (Suecia, 1858-1940)
" Eran caballeros desde la mañana a la noche, oficiales de ocasión, aventureros y orgullosos bohemios. Hombres famosos, sabían tocar todos los instrumentos, eran ricos en cómicas frases y alegres refranes, y expertos en el oficio del júbilo. " INICIO

78 Wislawa Szymborska (Polonia, 1923)
Discurso en la oficina de objetos perdidos " Perdí unas pocas diosas camino del sur al norte, también muchos dioses camino de este a oeste. Un par de estrellas se apagaron para siempre, ábrete, oh cielo. Una isla, otra se me perdió en el mar. Ni siquiera sé dónde dejé mis garras, quién anda con mi piel, quién habita mi caparazón. Mis parientes se extinguieron cuando repté a tierra, y sólo algún pequeño hueso dentro de mí celebra el aniversario. He saltado fuera de mi piel, desparramado vértebras y piernas, dejado mis sentidos muchas, muchas veces. Hace tiempo que he guiñado mi tercer ojo a eso, chasqueado mis aletas, encogido mis ramas. Está perdido, se ha ido, está esparcido a los cuatro vientos. Me sorprendo de cuán poco queda de mí: un ser individual, por el momento del género humano, que ayer simplemente perdió un paraguas en un tranv INICIO

79 Zenobia Camprubí Aymar (España, 1887- 1956)
... [J. R.] acababa de dictar su llamamiento para empezar a recoger dinero para los intelectuales españoles que sufren en los campos de concentración de Francia cuando al abrir el periódico se le hundió la cabeza de pena al leer sobre la muerte de Antonio Machado. Trató que lo invitaran a la Universidad de La Habana, pero los más jóvenes, Gaos en particular, que fue el primero en beneficiarse, no querían tener nada que ver con los mayores (solamente los de su generación) y prevaleció sobre J. R. Ahora era más grande su dolor por no haber podido ayudarle. Quizás se hubiera salvado. Pero como dice J. R.: «Ha sido una muerte noble, acorde a su vida —sobre todo física— esforzada y lastimosa». Me parece que a ratos había algo de envidia en los pensamientos de J. R. en cuanto a su muerte. Lo más probable es que J. R. estuviera muerto o completamente loco de haber seguido su suerte, pero el día en que juntó su destino al mío, cambió ese fin. Después de todo, yo soy, en parte, dueña de mi propia vida y J. R. no puede vivir la suya aparte de la mía. Y yo no acabo de ver ningún ideal que valga el arrojar una vida, pese a todo lo que se proclama. En esta empresa nuestra, yo siempre he sido Sancho. INICIO


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