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Primer Domingo de Cuaresma. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. La gracia de nuestro Señor Jesucristo,el amor del Padre y.

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1 Primer Domingo de Cuaresma

2 En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. La gracia de nuestro Señor Jesucristo,el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros Y con tu espíritu. Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados

3 misterios, reconozcamos nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

4 Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

5 Amén. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.

6 ORACIÓN COLECTA Al celebrar un año más la santa Cuaresma concédenos, Dios todopoderoso, avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en su plenitud.

7 Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amen.

8 Lectura del libro del Deuterenomio. Dijo Moisés al pueblo: “El sacerdote tomará de tu mano la cesta y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. Entonces tomarás la palabra y dirás ante el Señor tu Dios: “Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí como emigrante

9 con pocas personas, pero allí se convirtió en un pueblo grande, fuerte y numeroso. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escucho nuestros gritos, miró nuestra indefensión, nuestra angustia y nuestra opresión. El

10 Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y prodigios, y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel. Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor me has dado”. Los pondrás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás en

11 en presencia del Señor, tu Dios. Palabra de Dios

12 Está conmigo, Señor, en la tribulación

13 Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente, di al Señor: «Eres mi fortaleza y mi refugio, eres mi Dios, en quien confío».

14 Está conmigo, Señor, en la tribulación

15 A ti no te alcanzará la desgracia ni la plaga llegará a tu tienda, pues él ordenó a sus santos ángeles que te guardaran en todos tus caminos; te llevarán en sus brazos para que tu pie no tropiece en piedra alguna; andarás sobre el león y la serpiente, pisarás al tigre y al dragón.

16 Está conmigo, Señor, en la tribulación

17 Porque él se ha unido a mí, yo lo liberaré; lo protegeré, pues conoce mi nombre; si me llama, yo le responderé, estaré con él en la desgracia, lo libraré y lo llenaré de honores;

18 Está conmigo, Señor, en la tribulación

19 Lectura de carta del apostol San Pablo a los Romanos. Hermanos: La Escritura dice: “La palabra está cerca de ti; la tienes en los labios y en el corazón”. Se refiere a la palabra de la fe que anunciamos. Porque, si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de

20 entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación. Pues dice la Escritura: “Nadie que crea en él quedará confundido”. En efecto, no hay distinción entre judío y griego; porque uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues todo el que

21 invoca el nombre del Señor será salvo. Palabra de Dios

22 Lectura del santo Evangelio según San Lucas En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, el Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto, mientras era tentado por el diablo. En todos aquellos días estuvo sin comer y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres

23 Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: no sólo de pan vive el hombre”. Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo, y le dijo: “Te daré el poder y la gloria de todo esto, porque a mí me ha sido dado y yo lo doy a quien quiero. Si tú te

24 arrodillas delante de mí, todo será tuyo”. Respondiendo Jesús le dijo: “Está escrito: Al Señor tu dios adorarás y a él solo darás culto”. Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti para que te cuiden”, y también

25 “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”. Respondiendo Jesús, le dijo: “Está escrito: “No tentarás al Señor tu Dios”. Acabada toda la tentación, el demonio se marchó hasta otra ocasión. Palabra del Señor

26 HOMILÍA

27

28 CREDO

29 Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y

30 sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados,

31 la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén

32 ORACIÓN DE LOS FIELES

33 La presencia de Dios en nuestra historia nos anima a caminar con Jesucristo y a cargar la cruz de cada día para colaborar en su obra redentora. Digamos: -Señor, ten piedad.

34 Para que en este tiempo nos abramos al amor que Dios nos concede hecho perdón, cercanía y misericordia. Oremos. -Señor, ten piedad.

35 Para que Cristo, que se anonadó por amor y venció las tentaciones, nos ayude a dar libremente nuestra vida para transformar nuestra sociedad y elevara a él. Oremos. -Señor, ten piedad.

36 Para que Cristo, que en su pasión asumió nuestro sufrimiento y pecado, transforme nuestra vida a imagen suya. Oremos. -Señor, ten piedad.

37 Para que al celebrar esta Eucaristía, prenda de nuestra salvación y garantía de la nueva y eterna alianza, nos identifiquemos más con Aquel que es nuestro alimento y vida. Oremos. -Señor, ten piedad.

38 Señor Jesucristo, que en el desierto fuiste tentado por el maligno, y en la cruz lo derrotaste para siempre, escucha nuestras oraciones y haz que este tiempo de conversión y penitencia nos fortalezca para superar las pruebas, uniéndonos más a ti. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

39 LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

40 Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. Bendito seas por siempre, Señor.

41 Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. Bendito seas por siempre, Señor.

42 Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

43 ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Te rogamos, Señor, que nuestra vida sea conforme con las ofrendas que te presentamos y que inauguran el camino hacia la Pascua. Por Jesucristo nuestro Señor.

44 El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.

45 En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. El cual, al abstenerse durante cuarenta días de tomar alimento, inauguró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal, y al

46 rechazar las tentaciones del enemigo nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado; de este modo, celebrando con sinceridad el misterio de esta Pascua, podremos pasar un día a la Pascua que no acaba. Por eso, con los ángeles y los santos te cantamos el himno de alabanza diciendo si cesar:

47 Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de su gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

48 Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente

49 aceptada, tomó pan; dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: TOMAD Y COMED TODOS DE EL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

50 Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y BEBED TODOS DE EL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS

51 HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA. Éste es el Sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. !Ven, Señor Jesús!

52 Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos, humildemente, que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos

53 del Cuerpo y Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y reunida aquí en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal; y con el Papa Francisco, con nuestro Obispo Casimiro y todos los pastores que cuidan de tu

54 pueblo, llévala a su perfección por la caridad. Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia, admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen, Madre de

55 Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

56 Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

57 Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

58 Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

59 Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz os dejo, mi paz os doy"; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.

60 Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. La paz del Señor esté siempre con vosotros. Y con tu espíritu. Podéis daros fraternalmente la paz.

61 Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

62 Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. El Cuerpo de Cristo. Amén.

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64 ORACIÓN Después de recibir el pan del cielo que alimenta la fe, consolida la esperanza y fortalece el amor, te rogamos Dios nuestro que nos hagas sentir hambre de Cristo, pan vivo y verdadero, y nos enseñes a vivir constantemente de toda palabra que sale de tu boca. Por Jesucristo Nuestro Señor.

65 El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. Amén. Podéis ir en paz. Demos gracias a Dios.

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