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Publicada porIrene Ramos Olivera Modificado hace 9 años
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Madre, esta es la palabra más bella que conozco. Al contemplar tu rostro, la escribo como la única que concibo para llamar tu atención sobre mí. Madre… ¡qué bien me suena! Ya me pesan los años y sin embargo me siento como un niño que busca el refugio de tu regazo.
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Madre, al invocarte, levanto mis ojos al cielo tratando de encontrar la figura de tu persona y solo contemplo un bello azul celeste, pero no soy capaz de descubrirte y cansado me digo: ¡Qué lejos me queda la Mamá de mi alma!...¡con lo que yo la necesito! Inclino mi cabeza hacia la tierra y con los párpados pesados le rezo a mi Mamá y entrelazando las manos le suplico:
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Madre, no se pedir lo que me conviene y aunque lo supiese lo pediría mal porque bien conozco mi bajeza, esta con la que me considero capaz de cualquier miseria. Ahora, Madre querida, solo busco el calor de tu cercanía, la caricia de tu mano, el latido de tu Corazón maternal cuando me aprietas contra tu pecho y oigo que pronuncias mi nombre: “Hijo mío.. hijo mío…”
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Madre, al recapitular mi vida, me viene a la mente, como primer recuerdo de mi infancia, la tenue silueta de una Inmaculada a la que yo le piropeaba con ayuda de mujeres piadosas que me enseñaban el camino de la Fe: “Madrecita mía, Madrecita mía…” así articulaba, quizás, las primeras palabras con las que invocaba a mi Mamá del cielo, como así me la daban a conocer las mujeres de mi entorno familiar.
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Madre, ahora que me resta menos camino por andar del que ya he caminado, te rindo el alma como tributo al inmenso amor que te debo. Doy gracias a Dios porque me ha hecho cristiano. Me dirijo hacia mi último destino, que es Jesucristo, mi Señor y mi Dios, con la feliz certeza de que me llevas de tu mano, como siempre me has llevado, Madre de mi alma.
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Madre,buena del cielo. Guarda y ayuda a la juventud Bendita sea tu Pureza. Y eternamente lo sea. Pues todo un Dios se recrea. En tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa. Virgen Sagrada María. Te ofrezco desde este día. ¡Alma.Vida y Corazón! ¡Mírame con compasión! ¡No me dejes Madre mía! ¡Hasta morir en tu amor!
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