La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

El documento aprobado por el papa en 1967 para determinar las líneas de acción en la música sagrada, al hablar de los instrumentos musicales, viene.

Presentaciones similares


Presentación del tema: "El documento aprobado por el papa en 1967 para determinar las líneas de acción en la música sagrada, al hablar de los instrumentos musicales, viene."— Transcripción de la presentación:

1

2

3 El documento aprobado por el papa en 1967 para determinar las líneas de acción en la música sagrada, al hablar de los instrumentos musicales, viene a poner en primer lugar el uso del órgano; pero ya admite otros varios instrumentos, con tal que no sean demasiado profanos.

4 Esto es muy importante para los que están preparando la liturgia. Hay veces que las lecturas no tienen una idea fija. Hay veces que hasta las tres lecturas están alrededor de un mismo tema o por lo menos la lectura principal. Hay que buscar cantos, si es posible, que traten dicho tema. El documento da varias normas sobre la música misma. En primer lugar, que esté en consonancia con la lectura.

5 Otra norma es que se pongan los cantos en consonancia con el tiempo litúrgico en que estemos. Claro que hay cantos que se suelen cantar durante todo el año. Cuando hay un tiempo litúrgico con cantos muy propios, dejemos “descansar” los que se cantan en todo el año. Por ejemplo, llega el tiempo de Adviento y aprovechemos tantos y tan bonitos cantos de pedir que venga el Señor y de preparar el camino.

6 el camino del Señor. Vamos a preparar Automático

7 Vamos a construir la ciudad de nuestro Dios.

8 Vendrá el Señor con la aurora, él brillará en la mañana,

9

10

11 Él nos dará la libertad Hacer CLICK

12 Pero no adelantemos acontecimientos y decir que ya ha venido el Señor. Porque hay coritos que, siguiendo malamente la moda de muchos comercios, se pasan el adviento cantando cantos de Navidad. Si estamos en Adviento, debemos preparar el camino del Señor. Ya llegará la Navidad. Si estamos en Adviento, recordemos el papel de san Juan Bautista para preparar el camino del Señor.

13 Puede ser que los últimos días de Adviento tengan una novena especial de Navidad, como en algunos lugares tienen “las posadas”. Entonces sí es propio cantar algo de Navidad. Algunos, cuando llega la Navidad, están ya aburridos de villancicos y quieren que pase rápido.

14 Cuando llega la Cuaresma, se deben cantar cantos que se acomoden más a la penitencia. Lo mismo en la Semana Santa. Pero cuando llega la Pascua debemos cantar cantos alegres. Y cantar algún “aleluya” más alegre, que se diferencie de otros aleluyas más sencillos o normales que podemos cantar el resto del año. Por ejemplo:

15 Aleluya aleluya aleluya Automático

16 El Señor resucitó.

17

18

19 El Señor resucitó. Cantad con alegría.

20 Demos gracias al Señor.

21 El Señor resucitó. Cantad con alegría.

22 Demos gracias al Señor.

23 Aleluya aleluya Aleluya aleluya

24 El Señor resucitó.

25 Aleluya aleluya aleluya. El Señor resucitó. Hacer CLICK

26 Los hay que señalan más la penitencia y los hay más alegres, confiados en el Señor. La Pascua no es sólo un día. Termina propiamente en la fiesta de Pentecostés. Y en Pentecostés, quizá ya desde el día de la Ascensión cantamos al Espíritu Santo. Es interesante distinguir los diferentes tonos del aleluya. Y lo mismo podemos decir del “Señor, ten piedad”.

27 Si es una fiesta de la Virgen, es normal que se pongan cantos en su honor. Si es la fiesta de un santo, quizá el patrono, además del himno, si tiene, es bueno atender al carisma o al espíritu que ese santo tenía: si se distinguía por la caridad o por el apostolado, etc. Otra norma para los cantos es que se pongan en consonancia con la fiesta que se celebra.

28 No es lo mismo canto de entrada, de ofrenda o de comunión. Algunos tienen una gran confusión y lo ponen todo complicado y revuelto. El canto es la expresión de la asamblea. No es lo mismo cantar en la misa que cantar la misa. Y una norma esencial de los cantos es que se pongan en consonancia con el momento de la celebración.

29 Y en cuanto a la repetición de los cantos, algunos cantan siempre lo mismo y algunos tienen la manía de siempre variar. Se debe balancear: ni siempre lo mismo para no aburrir, ni variar demasiado, que exigiría mucho ensayo, lo que no puede hacerse con toda la asamblea. Se debe mezclar lo antiguo con lo moderno. Debemos tener en cuenta que la música no es por sí misma, sino por la celebración.

30 Viniendo concretamente a las partes de la Misa. Suele haber un canto de entrada. ¿Qué significa un canto de entrada? Debe ayudar a dar el paso de la vida a la celebración. Es decir, de la calle, del trabajo, de otras circunstancias de la vida, al momento de ese encuentro celebrativo. Es como un paso para cambiar de pensamientos y sentimientos.

31 Además de poder señalar el canto de entrada ese paso, se puede señalar alguna circunstancia de la celebración, especialmente el tiempo litúrgico en que estamos. También este canto puede o debe despertar en el corazón de los asistentes los sentimientos propios de esa celebración: Podemos buscar la unidad, o la alegría o la reconcilia- ción o el encuentro con Dios.

32 Un ejemplo que puede significar el paso que damos desde la vida a la celebración. y todo porque nos reunimos llamados por el Señor, puede ser el siguiente: Por todo eso, hay muchos tipos de cantos de entrada.

33 Automático

34 que nos ha congregado ante su altar,

35 celebremos el misterio de la fe

36

37 Celebremos el misterio de la fe

38 Hacer CLICK

39 Después del acto penitencial o reconocimiento de los pecados, viene un canto de los llamados “rituales”, que es el “Señor, ten piedad”. Normalmente se debe cantar lo establecido: “Señor, ten piedad” repetido, siguiendo “Cristo, ten piedad” repetido, y terminando de nuevo con “Señor, ten piedad” repetido. Según las circunstancias se puede repetir más o cambiar algo.

40 Este es un canto un poco raro en la historia. Quizá es un residuo de la procesión de entrada o de la exposición de peticiones, sobre todo de los catecúmenos. Algunos ponen aquí un canto penitencial; pero ya pasó y reconocimos que Dios nos perdona, aunque sabemos que para pecados graves es necesaria la confesión. El “Señor, ten piedad”, con el “Cristo” y “Señor” de nuevo, va dirigido todo a Jesucristo.

41 Y por eso le glorificamos a Dios. Los domingos y días de fiesta cantamos el Gloria. Es un himno muy antiguo alegre y festivo, que suele entonar el presidente de la celebración. De suyo habría que cantar el mismo texto. Si se cambia, siempre debe ser un canto de alabanza al Padre, Hijo y Espíritu Santo. El “Señor, ten piedad” es un pedir protección cuando hemos reconocido que Dios nos perdona, al menos los pecados leves.

42 Es un himno a Dios, principalmente de meditación. La Iglesia lo tiene como el más importante, después del “santo, santo”. Se puede hacer de varias maneras: se puede recitar o cantar el verso y un solista recitar o cantar las estrofas. Se puede acompañar con música suave instrumental. Después de la 1ª lectura hay un canto muy importante que es el salmo responsorial.

43 El “aleluya”, antes del evangelio, es un canto pequeño para acompañar al sacerdote o diácono en la procesión hasta el ambón. Es un canto alegre para preparar los ánimos de la gente a escuchar con gozo la palabra del Señor. Cristo nos habla y merece ser escuchado de pie. Se puede repetir el canto después del evangelio como signo de gozo por haber escuchado al Señor.

44 Aquí es donde puede haber un silencio, una especie de descanso para meditación, o con un fondo musical. Es el momento de escuchar. Puede haber un canto de la asamblea sobre el motivo de ofrecer: lo mismo que ofrecemos el pan y el vino, nos ofrecemos a nosotros mismos. En la preparación de los dones para el ofertorio, a veces con procesión, suele haber un canto. No es de importancia.

45 Si hay canto, es muy propio que exprese este sentimiento de unidad en la celebración. Como es un momento más para la escucha, es más propio para que el coro pueda cantar algo más especial o exclusivo, sin necesidad de que se una la asamblea al canto. También el ofertorio es un momento de unidad y fraternidad.

46 Y viene el canto más importante de la misa, que es el “santo, santo”. Lo antecede el prefacio donde el celebrante, en nombre de la comunidad, da gracias a Dios y le alaba por su grandeza expresada en la creación y la salvación en Cristo. El pueblo, al terminar, aclama a Dios. Es como decir: “Señor, estamos de acuerdo con lo dicho. Y por eso te consideramos tres veces santo”.

47 Se debería cantar con las mismas palabras que están en el ritual; pero se ha hecho ya costumbre cantarlo con palabras de alabanza, que vienen a decir lo mismo. Lo propio es que el “santo, santo” sea cantado por la asamblea, aunque también puede ser alternado con el coro o un solista.

48 Y llegamos a un canto que tiene menos importancia: el “Cordero de Dios”. Aquí hay seguidos dos gestos importantes: la paz y la fracción del pan. El hecho de darse la paz no quiere decir que haya que cantar un canto. De hecho no hay congruencia entre estar dando la paz y estar cantando. Pueden estar unos cantando y otros dando la paz. El gesto es importante, no el canto.

49 Pero sí está el canto mientras la fracción del pan. Son unas peticiones: “Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo…” Se suele decir tres veces terminando al final: “danos la paz”. Si la fracción del pan durase mucho, se podría repetir más veces. Si durase muy poquito, bastaría con una vez. Como es difícil saberlo, por costumbre nos quedamos con las tres veces.

50 Y viene la comunión. Es un gesto importante el recibir a Jesucristo, que se ha hecho presente en la consagración. En algunas misas son bastantes las personas que se acercan a la comunión. Es un momento muy propio para que se acompañe con cantos. Pero que el cántico sea acomodado para el momento.

51 No es acomodado para la comunión un canto que sea bullanguero, sino que sugiera la paz y tranquilidad propia de quien está recibiendo a Jesús. Así que la primera norma es que no moleste, sino que ayude al comulgante. Especialmente cantos sobre Jesucristo allí presente o sobre los frutos que nos trae. También son propios cantos de unidad, de fraternidad y de paz.

52 A veces se cantan cantos a la Virgen o cantos que pueden distraer la atención de quien busca unirse directamente con Cristo. Así que hay dos normas esenciales: que sean cantos suaves y que ayuden a unirse con Cristo Jesús.

53 Y al final viene el canto de despedida. Algunos dicen que no tiene sentido, sobre todo si se ha dicho: “Podemos ir en paz”. ¿Podemos irnos o nos quedamos? Pero en muchos sitios la gente quiere cantar más. Depende de lugares, de culturas… Hay lugares donde son como más fríos, otros cantan todo lo que pueden.

54 Está bien un canto que nos ayude a conectar la celebración con la vida que continúa. Puede ser un canto de acción de gracias. O mejor, un canto de envío para propagar la Buena Nueva que llevamos en el corazón, de modo que seamos testigos de las bondades del Señor.

55 Recordamos lo que decía san Basilio: “El canto rehace las amistades, reúne a los que estaban separados entre sí, vuelve amigos a los que estaban mutuamente enemistados. Si el canto está bien escogido y bien ejecutado, la asamblea litúrgica tendrá una ayuda muy grande.

56 Terminamos lo que hemos tratado sobre la música sagrada con un canto muy propio para despedir la misa. Porque, si hemos tenido grandes (o pequeñas) vivencias ante el altar de Jesús, ¿Qué mejor que llevar a los hermanos lo que hemos visto y oído?

57 Automático Lo que hemos visto y oído,

58 lo vivido ante el altar,

59

60 lo tenemos que llevar.

61

62 lo vivido ante el altar.

63 María guardaba a Jesús en su corazón para darlo al mundo. Así debemos ser nosotros. AMÉN


Descargar ppt "El documento aprobado por el papa en 1967 para determinar las líneas de acción en la música sagrada, al hablar de los instrumentos musicales, viene."

Presentaciones similares


Anuncios Google