“¡Donde las dan... las toman!” Miguel-A.. Un hombre entra en un restaurante, y se sienta a la única mesa totalmente libre en ese momento. Después de repasar.

Presentación del tema: "“¡Donde las dan... las toman!” Miguel-A.. Un hombre entra en un restaurante, y se sienta a la única mesa totalmente libre en ese momento. Después de repasar."— Transcripción de la presentación:

1 “¡Donde las dan... las toman!” Miguel-A.

2 Un hombre entra en un restaurante, y se sienta a la única mesa totalmente libre en ese momento. Después de repasar la carta de menú, ve en la otra esquina del salón comedor a una hermosa mujer sola en una mesa.

3 Cuando llega el camarero a preguntar al nuevo cliente sobre la elección de menú, realiza su petición con total normalidad. Sin embargo, le solicita que le traslade el servicio a la mesa de la señorita de la otra esquina del comedor... ya que él va a cambiarse de inmediato.

4 A continuación, el caballero se acerca a la mujer, y le dice: - Disculpe, señorita. He visto que está usted sola. ¿Puedo sentarme a su lado y hacerle compañía?. Con aires de escandalizada, la mujer se pone en pie y responde gritando para que lo oigan todos los presentes en el comedor: - ¡¿Usted está loco?! ¡¿Pero quién se ha pensado que soy yo?!.

5 - Disculpe -contesta el caballero-, yo sólo quería hacerle compañía mientras comía. A lo que la mujer responde dándole una sonora bofetada, mientras grita ante los presentes en el comedor: - ¡¡Será atrevido!! ¡¡Y encima insiste!!.

6 El hombre, completamente abochornado, vuelve a su mesa inicial del restaurante. Y, avergonzado por los cuchicheos de los comensales, ni siquiera se atreve a levantar la cabeza mientras come.

7 Pasados unos minutos, se presenta ante él la mujer y, en voz moderada, le dice: - Caballero, disculpe por la forma brusca con que lo he tratado antes. - ¡Bah! -responde-. No tiene importancia. Comprendo que pueda haber malinterpretado mis palabras.

8 - ¿Malinterpretado sus palabras? ¡No, no, caballero! Había entendido con total perfección la bondad de su intención. Ocurre que soy psicóloga de profesión, y estoy llevando a cabo un estudio sobre la reacción de las personas ante situaciones inusitadas y adversas.

9 Entonces es el hombre el que siente que le han tomado el pelo, y utilizado como conejillo de indias. Se pone de pie y, para que le oigan todos en el restaurante, contesta gritando: - ¡¿900 euros?!. ¡¡Estás loca!! ¡¡Ni la puta más cara cobra tanto!!.