La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

La crisis del siglo III en el Imperio Romano: problemas políticos, económicos, sociales y religiosos.

Presentaciones similares


Presentación del tema: "La crisis del siglo III en el Imperio Romano: problemas políticos, económicos, sociales y religiosos."— Transcripción de la presentación:

1 La crisis del siglo III en el Imperio Romano: problemas políticos, económicos, sociales y religiosos.

2 ¿Qué significa la crisis del siglo III?
¿Cómo se manifiesta esta crisis en el ámbito político, económico, social y religioso? ¿Cómo se desarrollan las épocas de Diocleciano y Constantino?

3 La crisis del siglo III El siglo III es un período de transformaciones. Es una preparación para la Edad Media. Se establecen alteraciones políticas, militares, económicas, sociales, culturales y religiosas. Rómulo Augusto es depuesto por Odoacro, Young Folks History of Rome, 1880

4 La crisis del siglo III Edward Gibbon menciona que Roma vive una decadencia desde el siglo II d.C. El fin del imperio es producto de la presión interna de los cristianos y la externa de los germanos. M. Rostovtzeff insiste en las causas internas (crisis económica, despoblación, agotamiento de suelos, etc.)

5 La crisis del siglo III Según Pablo Ubierna, las fronteras y el mediterráneo ya no son seguros atravesados por bárbaros y piratas. En el interior del imperio reina la guerra civil, los conflictos sociales y la crisis económica. Es un imperio que pierde la unidad y organización. Genserico saqueando Roma, por Karl Briullov (1836).

6 La crisis del siglo III Geográficamente es un imperio con grandes diferencias en sus regiones y pueblos. La mitad oriental del imperio usa el griego como lengua corriente. En Egipto se usa el copto; en Siria y Palestina predomina el arameo; en Anatolia hay diversas lenguas previas al griego; y en África mantienen su cultura y lengua hasta la llegada del Islam. Mapa del Imperio Romano.

7 La crisis del siglo III En Iberia, la Galia y Britania, las lenguas y tradiciones locales se mantienen bajo las capas latinizadas. En lo económico, Oriente posee una rica producción de alimentos. Hay contactos comerciales con el mundo persa, chino e indio. Mosaico de Lod Lida, Israel. Detalle marino con un velero

8 La crisis del siglo III Occidente funciona como productor de algunas materias primas (lana, arcilla y cereales) Pero principalmente es consumidor. Es un imperio desigual y diverso. El mundo romano entra en una profunda crisis política, social y cultural. Mosaico que muestra trabajos de carga y descarga en un barco en las costas de Tunicia, Africa

9 La crisis del siglo III La crisis política se manifiesta en cuanto el imperio romano no tiene una constitución firme. Hay inestabilidad política tras la muerte de los emperadores. Algunos emperadores perecen en guerras contra los bárbaros en el limes (Decio, Gordiano) Otros son asesinados por el ejército (Galieno, Treboniano Galo) Busto de Gordiano III, entre 242 y 244

10 La debilidad de la figura del emperador
“Los motivos de intervención del ejército, o, mejor, de los ejércitos, no son de un orden muy elevado; hacían o deshacían emperadores por dinero o por amor propio. A veces, las legiones elevan a un personaje militarmente incapaz, si es rico. Luego se disgustan y lo matan. También lo matan si el emperador es demasiado severo en la disciplina. Matan por capricho, por el placer de matar; a veces, por un motivo plausible, cuando el elegido es incapaz de vencer a los bárbaros”. Ferdinand Lot, El fin del mundo antiguo y el comienzo de la Edad Media, p.8

11 La crisis del siglo III La moneda se devalúa y esto genera dificultades económicas. El siglo III muestra la constante degradación monetaria. Hay una disminución del contenido del metal precioso, lo que afectó su valor monetario. Las piezas de oro, plata y bronce se hunden. Su valor disminuye. Moneda de Marco Aurelio Caro

12 La crisis del siglo III Con la alteración de las monedas y trastornos de los precios, se precipita la caída. Hay un estado de regresión económica. La economía monetaria cede el paso a la natural o doméstica. El Estado cobra el impuesto territorial en especie. Antoniniano de Filipo el Árabe.

13 La crisis del siglo III Muchos contribuyentes pagan con pan, vino, aceite, vinagre, tocino, madera, tejidos, animales de tiro (caballos, mulas), etc. Con ingresos en especie, los sueldos y pagas son en especie. El sueldo del ejército tiende cada vez más a ser pagado en especie. No desaparece del todo el pago en moneda, pero disminuye drásticamente. Mosaico con dos esclavos, siglo II d.C., Dougga, Museo Nacional de Bardo (Túnez)

14 La crisis del siglo III Resulta difícil pagar un sueldo en numerario al ejército romano. Es una tropa muy costosa. Para proteger las fronteras, se pagan a tropas bárbaras. Se retribuyen sus servicios con tierras. La forma de pago en especie o reparto de tierra aduce a una transformación económica. Bajo relieve de un legionario romano, c. siglo I d.C.

15 La crisis del siglo III En cuanto al comercio, el mundo romano producía, transportaba y vendía poco. El tráfico se convierte en monopolio de los orientales. Los romanos no jugaron un papel importante en la navegación: las tripulaciones eran griegas, ilirias y egipcias. El comercio internacional queda aniquilado. Navegantes y comerciantes. Mosaico hallado cerca de Ostia

16 La crisis económica de Roma
“En pocas palabras, Roma, después de cuatro siglos, se arruinaba sin tregua, y su ruina pecuniaria arrastraba todos sus recursos políticos. Cuando una sociedad no puede subvenir a sus propias necesidades, tampoco puede proveer a su propia defensa durante mucho tiempo. Roma, en el siglo IV, ni podía nutrir a sus ciudadanos, ni mantener su administración, ni pagar a sus tropas: año por año, se empobrecía la población y sus cargas se hacían más pesadas, al mismo tiempo que disminuían sus fuerzas”. Ferdinand Lot, El fin del mundo antiguo y el comienzo de la Edad Media, p.74

17 Mosaico de los barcos. Museo de la ciudad de Rimini

18 Gordiano III.

19 Busto de Probo en una moneda romana de la época del Imperio romano.

20 Claudio II en una moneda conmemorando su equidad

21 Moneda representando a Emiliano

22 La crisis del siglo III Junto con esto, hay persecuciones contra los cristianos. Ya desde el siglo I, el cristianismo se había implantado en numerosas regiones del imperio. Consigue adeptos en distintos ambientes, incluidos el ejército, la administración y el entorno del emperador. Los romanos buscan una cohesión moral y religiosa. La Virgen María en las Catacumbas de Priscila, Roma.

23 La crisis del siglo III Frente a las invasiones fronterizas, las usurpaciones y epidemias se retorna a las tradiciones religiosas de Roma. Se restablece el pacto con los dioses y la ciudad. Se acusa a los cristianos de atentar contra el pax deorum romano. Se considera a los cristianos culpables de las desdichas de Roma. Fresco en las Catacumbas de San Gennaro, Nápoles, Italia.

24 La crisis del siglo III Tertuliano y san Cipriano defienden a los cristianos. Señalan que éstos se muestran leales al imperio. Septimio Severo realiza decretos anticristianos. Maximino el Tracio ataca a los jefes de las iglesias. Quinto Septimio Florente Tertuliano, , padre de la iglesia y teólogo

25 La crisis del siglo III Decio y Valeriano llevan a cabo persecuciones sangrientas contra los cristianos. Galieno promulga un edicto de tolerancia (260 d.C.). Restablece la paz religiosa. Es la pequeña paz de la Iglesia. Moneda mostrando a Trajano Decio

26 Tertuliano y el cristianismo
“Con incesantes plegarias, pedimos para los emperadores una larga vida, un reinado tranquilo, un palacio seguro, tropas valerosas, un Senado fiel, un pueblo leal, un mundo en paz, y en fin, todo lo que un hombre o un César pueden desear”. Tertuliano, Apologético, XXX, 4

27 Las persecuciones de Decio y Galo
“A Decio, que no reinó el par de años completos, pues enseguida fue degollado junto con sus hijos, le sucede Galo. En este tiempo muere Orígenes, cumplidos los sesenta y nueve años de su vida. Dionisio, por su parte, escribiendo a Hermamón, dice de Galo esto que sigue: "Pero es que Galo ni reconoció el mal de Decio ni tuvo la precaución de examinar qué le derribó, sino que vino a estrellarse contra la misma piedra que estaba delante de sus ojos. Cuando el imperio moraba bien y los asuntos salían a pedir de boca, expulsó a los santos varones que ante Dios intercedían por su paz y por su salud, y, en consecuencia, junto con ellos, persiguió también a las oraciones hechas en su favor”. Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, VII, 1

28 De la paz en tiempo de Galieno
“Pero no mucho después, mientras Valeriano sufría la esclavitud entre los bárbaros, empezó a reinar solo su hijo y gobernó con mayor sensatez. Inmediatamente puso fin, mediante edictos, a la persecución contra nosotros, y ordenó por un rescripto a los que presidían la palabra que libremente ejercieran sus funciones acostumbradas. El rescripto rezaba así: "El emperador César Publio Licinio Galieno Pío Félix Augusto, a Dionisio, Pina, Demetrio y a los demás obispos: He mandado que el beneficio de mi don se extienda por todo el mundo, con el fin de que se evacuen los lugares sagrados y por ello también podáis disfrutar de la regla contenida en mi rescripto, de manera que nadie pueda molestaros. Y aquello que podáis recuperar, en la medida de lo posible, hace ya tiempo que lo he concedido. Por lo cual, Aurelio Cirinio, que está al frente de los asuntos supremos, mantendrá cuidadosamente la regla dada por mí”. Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, VII, 13-14

29 La época de Diocleciano
En el siglo IV, se inicia un período de grandes reformadores en el imperio. Diocleciano orienta su política hacia una monarquía absolutista y de derecho divino. Estableció la seguridad en Occidente. Reprimió las revueltas y el bandidaje y sometió a los bárbaros en el mar del Norte. Moneda de Diocleciano

30 La época de Diocleciano
Consolida la concepción del poder imperial. Los emperadores pueden ser adorados como dioses (Dominus et deus; Sol unuictus) Diocleciano crea un sistema diárquico y luego tetrárquico. Esto busca repartir los centros de decisión imperial. Para evitar la aparición de usurpadores y provocar la fragmentación del imperio. Busto de una estatua del emperador roman Busto de una estatua del emperador romano Diocleciano

31 La época de Diocleciano
En el sistema diárquico, Diocleciano gobernó las provincias orientales y Maximiano las occidentales. Para legitimar su poder se confiere una consagración religiosa (el apoyo de Júpiter y Hércules) Ellos manifiestan la presencia de tales divinidades. Es una fundamentación sacro-ideológica de la monarquía. Moneda de acuñación militar de Diocleciano.

32 La época de Diocleciano
Se adopta la adoratio o proskýnesis, genuflexión ante el emperador. La realeza se manifiesta en diademas, gemas, trajes imperiales, insignias, manto purpúreo, etc. Los emperadores se sitúan por encima de los súbditos. El emperador posee un poder con un origen divino. Moneda de Diocleciano.

33 La época de Diocleciano
En política exterior, resuelven las revueltas en las Galias. Persisten movimientos en el Rin y el Danubio por parte de los germanos. Se somete a los francos y se vence a los sármatas. En Oriente, se llevan a cabo campañas contra los persas, sirios, armenios y egipcios. Detalle del ataque de Galerio sobre Narsés en el Arco de Galerio en Salónica, Grecia

34 La época de Diocleciano
Diocleciano crea el sistema de la tretarquía y reparte el imperio. Elige a tres colaboradores sin consultar al senado ni al ejército. Los tetrarcas buscan el mantenimiento de la unidad imperial. Son 2 augustos y 2 césares. Los augustos se encargan de la defensa del imperio y los césares de la administración. Los Tetrarcas, escultura en porfidio saqueada del Gran Palacio de Constantinopla en Actualmente ubicada en el Tesoro de San Marcos, Venecia.

35 La tetrarquía de Diocleciano
“La tetrarquía, gobierno de cuatro príncipes, no implica, empero, una dislocación del poder imperial. El reparto de las tareas administrativas y militares no supone ruptura de la unidad imperial. Los panegéricos y documentos historiados (arco de Salónica, grupos de pórfido de la Plaza de San Marcos, de Venecia) los sitúan al mismo nivel y adornados con las mismas insignias. Pero no tienen iguales poderes. Hércules no es Júpiter sino que trabaja para él. Diocleciano es el más antiguo, pero también es el padre y Maximiano Hércules le está siempre subordinado. Cuando se crearon los Césares, se les revistió, igualmente, con todos los atributos del poder imperial: las victorias compartidas por los cuatro es el rasgo más significativo de ello. Pero, en cuanto a los Augustos, son como los hijos ante los padres. Así queda preservada la unidad del Imperio. En la cúspide se halla Diocleciano y los otros tres soberanos actúan para su gloria, ya sean Augustos, ya Césares”. Christol y Nony, De los orígenes de Roma a las invasiones bárbaras, p.217

36 La época de Diocleciano
Diocleciano persiguió a los cristianos y maniqueos (persas). Restaura las tradiciones romanas y la paz de los dioses. Los edictos del instituyeron la persecución. Se ordena la destrucción de los edificios de culto, confiscación de libros y destitución de funcionarios cristianos. Se encarcela al clero. La catacumba de San Calixto en Roma

37 La época de Diocleciano
Diocleciano hizo reformas políticas y militares. Enfoca el tesoro al ejército, con una recluta estable. Para evitar sublevaciones, las tropas cambian de mando. Luego de las reformas políticas, económicas y militares, el emperador abdicó (305 d.C,). Arco triunfal de la tetrarquía, Sbeitla, Túnez

38 La época de Constantino
Le sucede Constantino, quien se vuelve emperador único del imperio ( ) En su tiempo se lleva a cabo el edicto de Milán: establece la libertad de culto en el imperio. Le devuelve a los cristianos los bienes que se le habían confiscado en su persecución Es un edicto de tolerancia. Cabeza de bronce de Constantino I

39 La época de Constantino
La legislación comienza a integrar a la iglesia en el seno del Estado y sus instituciones. Constantino se afirma como cristiano. Vislumbra en la misericordia de Cristo la salvación del alma. Funda su monarquía hereditaria en el monoteísmo providencialista. Cabeza colosal del emperador Constantino el Grande, Roma, siglo IV

40 La época de Constantino
El gobierno tetrárquico se abandona por el efecto de descentralización. Constantino elimina a los detractores: sólo existe un Dios, por lo mismo un emperador. Constantino queda como único emperador de derecho divino. El poder y la autoridad proceden de Dios. Busto de la estatua colosal de Constantino en la Basílica Nova de Roma

41 El imperio cristiano “Al igual que no hay sino un solo Dios, y no dos, o tres, o más, puesto que el politeísmo es, en realidad, ateísmo, del mismo modo no hay sino un solo emperador”. Eusebio de Cesarea, Discurso de los Tricennalia, III

42 El imperio de Constantino
“Constantino es el fundador de la monarquía absoluta de derecho divino. Afirmó este carácter en el momento en que marginó el modelo tetrárquico y las referencias a Júpiter y Hércules como dioses protectores. Si el politeísmo convenía a la tetrarquía, el monoteísmo era el fundamento de la monarquía de Constantino […] A un reino divino correspondía un reino en la Tierra, imagen y semejanza de lo celeste. El poder y la autoridad proceden de Dios. A un único Dios, en un principio Sol Invictus, después el Dios de los cristianos, tenía que corresponder un solo emperador. Si Dios está rodeado de ángeles, el emperador deberá estar de Césares […] De la misma manera que el Hijo de Dios fue enviado a la tierra para preparar el reino de Dios, el emperador está llamado a cumplir la obra del Logos, es decir la de Cristo […] Es por tanto un siervo de Dios, un elegido para cumplir la obra de Dios en la Tierra”. José M. Solana, “El renacer del imperio: de Diocleciano a Teodosio”, p.815

43 La época de Constantino
La legislación de Constantino se deja influenciar del legado cristiano. Es prudente y moderada sobre el derecho a las personas, el derecho privado y penal. Las leyes humanas prohíben marcar con un hierro rojo a los esclavos. Suavizan el régimen de las prisiones y leyes severas para los crímenes. Icono donde aparece Constantino presidiendo el Primer Concilio de Nicea.

44 La época de Constantino
A lo largo del siglo III, Roma había dejado de ser residencia de los emperadores. Éstos se establecen en los centros operacionales y militares y de áreas económicas. El emperador crea una nueva capital: Constantinopla. Es una nueva Roma cristiana. Mosaico representando a Constantino I el Grande en Hagia Sofía, Estambul

45 La época de Constantino
Respetó las costumbres paganas. Respetó los templos antiguos. Los habitantes de Constantinopla recibieron los mismos privilegios que los de Roma. Se construyó un senado formado por notables orientales. Es una nueva Roma que posee un nodo estratégico en el imperio. Moneda de Constantino, con una representación del Sol Invictus

46 El Imperio Cristiano La conversión de Constantino abre la vía al triunfo del cristianismo. Durante el siglo IV se establece como religión oficial del Estado. Tras la muerte de Constantino, sus hijos depuran el paganismo. Se alejan de los ritos inmorales y prácticas mágicas. Estatua de Constantino en York, ciudad donde fue proclamado emperador.

47 El Imperio Cristiano Juliano el Apóstata conserva ciertos ritos paganos: acepta el neoplatonismo, relatos mitológicos y los cultos de divinidades. Joviano y Valentiniano, cristianos ambos, se muestran más neutrales. Valente acomete contra los paganos. Graciano adopta una política hostil contra los mismos. Juliano «el Apóstata» en una moneda de bronce

48 El Imperio Cristiano Dentro de la teología cristiana, el soberano es el que guía el género humano hacia la verdadera religión. Esta religión es un camino para la salvación. Hay una constante relación del poder temporal en los asuntos religiosos. El emperador aparece como un servidor de Dios. Fresco del buen pastor, Catacumba de San Calixto, Roma

49 El Imperio Cristiano Se da la conversión de emperadores.
Las leyes favorecen a los cristianos y hacen retroceder el paganismo. Aumentan las sedes episcopales en Oriente, la Galia e Italia. Se convierten las grandes familias y pueblos periféricos. Imagen del buen pastor en la Catacumba de Priscilla en Roma, siglo III

50 Fresco de un bautismo, Catacumba de Sa Calixto, siglo III
Pintura cristiana en la catacumba de San Callixto, siglo III

51 Panes y pez, siglo III, Catacumba de San Callixto, Cripta di Lucina, Roma

52 El edicto de Milán y el cristianismo
“Cuando yo, Constantino Augusto, y yo, Licinio Augusto, nos reunimos felizmente en Milán y nos pusimos a discutir todo lo que importaba al provecho y utilidad públicas, entre las cosas que nos parecían de utilidad para todos en muchos aspectos, decidimos sobre todo distribuir unas primeras disposiciones en que se aseguraban el respeto y el culto a la divinidad, esto es, para dar, tanto a los cristianos como a todos en general, libre elección en seguir la religión que quisieran, con el fin de que lo mismo a nosotros que a cuantos viven bajo nuestra autoridad nos puedan ser favorables la divinidad y los poderes celestiales que haya. 5. Por lo tanto, fue por un saludable y rectísimo razonamiento por lo que decidimos tomar esta nuestra resolución: que a nadie se le niegue en absoluto la facultad de seguir y escoger la observancia o la religión de los cristianos, y que a cada uno se le dé facultad de entregar su propia mente a la religión que crea que se adapta a él, a fin de que la divinidad pueda en todas las cosas otorgarnos su habitual solicitud y benevolencia”. Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, X, 5

53 El edicto de Tesalónica
“Los emperadores Graciano, Valentiniano y Teodosio Augustos: edicto al pueblo de la ciudad de Constantinopla. Es nuestra voluntad que todos los pueblos regidos por la administración de nuestra clemencia practiquen esa religión que el divino apóstol Pedro transmitió a los romanos, en la medida en que la religión que introdujo se ha abierto camino hasta este día. Es evidente que esta es también la religión que profesa el profeta Dámaso, y Pedro, obispo de Alejandría, hombre de apostólica santidad; esto es que, de acuerdo con la disciplina apostólica y la doctrina evangélica debemos creer en la divinidad una del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo con igual majestad y bajo /la noción/ de la Santa Trinidad. Ordenamos que aquellas personas que siguen esta norma tomen el nombre de cristianos católicos. Sin embargo, el resto, que consideramos dementes e insensatos, asumirán la infamia de los dogmas heréticos, sus lugares de reunión no obtendrán el nombre de iglesias y serán castigados primeramente por la divina venganza, y, después, también /por justo castigo/ de nuestra propia iniciativa, que tomaremos en consonancia con el juicio divino”. Cod. Theod., XVI, 2

54

55 La decadencia del Imperio Romano
“La causa fundamental de la decadencia y, después, de la descomposición del Imperio romano, nos parece la siguiente: El Imperio había llegado a ser una maquinaria excesivamente complicada y vasta, demasiado sabia; el mundo mediterráneo, en estado de regresión económica desde el siglo III, no podía ya soportar su peso. Desde el final de este siglo, se divide en dos, pars Orientis, pars Occidentis. Para la existencia misma del poder, el Estado se ve en la necesidad de limitar su campo de acción. Esta misma necesidad obligará muy pronto al Occidente a fraccionarse en Estados semirromanos, semibárbaros […] Esta contracción de la acción política se acompaña de otra del espíritu público: llegará hasta la desaparición de la idea de interés general, de la noción de Estado, en la época bárbara”. Ferdinand Lot, El fin del mundo antiguo y el comienzo de la Edad Media, p.164


Descargar ppt "La crisis del siglo III en el Imperio Romano: problemas políticos, económicos, sociales y religiosos."

Presentaciones similares


Anuncios Google