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Carta Apostólica de Beatificación: Nos, con Nuestra Autoridad Apostólica, concedemos que el Venerable Siervo de Dios Leopoldo de Alpandeire, de la Orden.

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1 Carta Apostólica de Beatificación: Nos, con Nuestra Autoridad Apostólica, concedemos que el Venerable Siervo de Dios Leopoldo de Alpandeire, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que testimonió el misterio de Jesucristo crucificado con el ejemplo y la palabra, al ritmo humilde y orante de la vida cotidiana y compartiendo y aliviando las preocupaciones de los pobres y afligidos, de ahora en adelante pueda ser llamado Beato y que se pueda celebrar su fiesta en los lugares y, según las normas establecidas por el Derecho, el 9 de febrero de cada año, día de su nacimiento para el cielo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Dado en Roma, junto a San Pedro el día 8 de septiembre del año del Señor 2010, sexto de Nuestro Pontificado. Benedictus, PP. XVI

2 Nació el 24 de junio de 1864 en la pequeña localidad de Alpandeire, pueblo que en el año 2008 contaba con una población de 278 habitantes y está situado en la comarca montañosa de la Serranía de Ronda, provincia de Málaga (España).Serranía de Ronda Fue el mayor de cuatro hermanos, tres varones, uno de los cuales murió joven mientras realizaba el servicio militar en la guerra de Cuba, y una mujer. La familia, aunque de condición modesta, poseía tierras dedicadas al cultivo de cereales y almendros, así como algún ganado caprino. Ellos mismos cultivaban el terreno y realizaban las faenas agrícolas, siendo este trabajo su actividad principal.guerra de Cuba

3 Toda su infancia y juventud transcurrió en Alpandeire dedicado a faenas agrícolas, salvo el periodo de servicio militar (1887-1888), que realizó en el Regimiento de Infantería Pavía en Málaga.

4 Ingresó en la Orden Capuchina Decidió dedicarse a la vida religiosa después de haber oído predicar a dos capuchinos en la ciudad de Ronda, con motivo de la beatificación de Diego José de Cádiz en 1894. Tras varios intentos que resultaron fallidos, ingresó en 1899 en calidad de postulante en el convento que poseía la orden capuchina en Sevilla. En 1900 emitió sus votos y recibió como nombre religioso el de Fray Leopoldo de Alpandeire. Tras destinos sucesivos en Antequera, Granada y de nuevo Sevilla, el 21 de febrero de 1914 fue trasladado definitivamente al convento de Granada, donde residió durante 42 años.RondaDiego José de CádizAntequera

5 Su vida en Granada [editar]editar Permaneció de forma ininterrumpida en esta ciudad entre 1914 y 1956. La mayor parte del tiempo desempeñó la función de fraile limosnero, lo cual le obligaba a recorrer la ciudad a pie y entrar en numerosas viviendas solicitando donativos.

6 Poco a poco su figura fue haciéndose popular, de modo que numerosas personas solicitaban su consejo o intermediación, empezándose a conocerlo como "el humilde limosnero de las tres Ave Marías", porque así eran las oraciones que dedicaba a quienes le pedían su bendición. Murió el 9 de febrero de 1956.

7 Lo que más llama la atención del caso de Fray Leopoldo es que muchos granadinos todavía recuerdan que lo conocieron en vida. Lo veían por las calles pedir limosna, con sus sandalias, su barba blanca, el cíngulo de su hábito...

8 Su verdadero nombre era Francisco Tomás Márquez Sánchez y nació el 24 de julio de 1864 en el seno de una familia humilde del campo.

9 Su vocación no fue temprana (decidió abrazar la vida religiosa al ver la experiencia de beatificación de Diego José de Cádiz) y no tomó el hábito capuchino hasta 1899 (a los 35 años) en el convento de Sevilla, cambiando su nombre por el de Leopoldo. Desde ahí comenzó un periplo que fue forjando la personalidad del fraile, que se dedicaba a la huerta y a la limosna.

10 Dios le probó también con llagas ulcerosas que estimó como auténticas dádivas del cielo: «El Señor me las envía para expiar mis muchos pecados». Y con una tortura espiritual: al término de una vida plena, la estimaba vacía: «Si hubiera sabido aprovecharme de tantas gracias recibidas ahora sería santo; pero ¡cómo he perdido el tiempo!». Los religiosos irán en su busca para escuchar sus frases espontáneas, de madurez espiritual y humana, nacidas del sosiego interior que doraba el atardecer de su vida.

11 Una riada de público, de los más variados estamentos sociales, invadió el sanatorio donde se encontraba por su enfermedad, pero él añoraba su desnuda celda conventual, a la que regresó tras una mejoría calificada de sorprendente. ¡Luz verde a su vocación de contemplativo! Al cabo de pocos meses, apoyado en dos bastones, seguía en casi todo la vida conventual. En la iglesia pasaba la mayor parte del día. Fiel a su misión de caminante recorrerá el Via Crucis (siempre lo hizo diariamente) y se le verá horas enteras ante el sagrario, ante la imagen del crucificado y de la Virgen. «El Señor me deja ahora libre de ocupaciones para que rece por todos».. Sus ojos, tocados ya por la ceguera, parecían mirar únicamente al mundo que llevaba dentro. Imposible vislumbrar la intensidad espiritual de estos tres años

12 Bendito Fray Leopoldo te pido de corazón que me concedas (decir la petición mentalmente) y por eso yo te rezo a tí y al sagrado corazón, a las ánimas del cielo, a la Virgen y a Dios nuestro Señor me concedan (repetir) que mi vida no se apague sin que os lo pueda agradecer con promesas o rezos, con limosnas o buenas obras por la Gloria de Nuestro Señor y de ti Fary Leopoldo, abogado del consuelo de los que en verdad tienen fé, de los que sufren desgracia y de los que creen en Dios. Amén

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14 ORACIÓN: Oh, Dios que dijiste; El que se humilla será ensalzado, vuelve los ojos de tu misericordia a las virtudes que practicó tu fiel Siervo Fray Leopoldo, y haz que tambien nosotros vivamos humildes y puros en tu santo servicio. Dígnate glorificar a tu siervo en la tierra y concédenos por su intercesión la gracia que te pedimos, si es de tu divino agrado. Así sea

15 JACULATORIA: ¡Pastora divina de las almas! Por la filial y tierna devoción que te profesó Fray Leopoldo, dígnate interceder ante la Santísima Trinidad para obtener la gracia que te pedimos.


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