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TECNOCIENCIA Y SOCIEDAD DE CONSUMO: COSIFICACIÓN, PODER Y OPORTUNDADES PERDIDAS Marcel Cano Soler.

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Presentación del tema: "TECNOCIENCIA Y SOCIEDAD DE CONSUMO: COSIFICACIÓN, PODER Y OPORTUNDADES PERDIDAS Marcel Cano Soler."— Transcripción de la presentación:

1 TECNOCIENCIA Y SOCIEDAD DE CONSUMO: COSIFICACIÓN, PODER Y OPORTUNDADES PERDIDAS
Marcel Cano Soler

2 I. Empezaremos recordando un mito:
Prometeo

3 «Así que Zeus, temiendo que fuera a perecer toda nuestra raza, envía a Hermes a llevar a los hombres el sentido moral y la justicia, para que hubiera en las ciudades ordenamientos y pactos convencionales de amistad. Le pregunta entonces Hermes a Zeus de qué manera les daría el sentido moral y la justicia a los humanos: “¿Acaso al modo como están repartidas las técnicas, así también reparto estos dones? Están repartidas de este modo: con que uno solo domine la medicina vale para muchos profanos, y los mismo los otros profesionales ¿También el sentido de la justicia y de lo moral lo infundo así entre los hombres, o lo distribuyo entre todos?”»

4 Técnica Supervivencia – carencias físicas humanas
Pero solo con ella no es posible la con-vivencia, faltan las virtudes morales y políticas (se supone – pueden ser) poseídas por todos (fundamento democrático, tal vez “robespierrano” ...). Ya no es tan sencillo (ni antes tampoco). Cuando de la técnica se desprenden consecuencias, los afectados deben poder decidir sobre aquello que les afecta.

5 II. Dos ideas para empezar

6 Primera idea: democratización de las decisiones sobre procesos tecnociencientíficos
Tanto la sociedad en su conjunto, como los individuos, cada uno en su esfera específica, deben poder participar y decidir sobre los asuntos en los que se ponen en marcha procesos tecnocientíficos cuyo alcance y resultado les atañen.

7 Pero para poder decidir, es preciso saber sobre qué se decide.
La función del experto no debe ser decidir por los demás sino hacer que los demás posean un saber suficiente para poder decidir.

8 Segunda idea: democratización del conocimiento
es necesario que se dé un proceso social comunicativo en el que: Los científicos asuman un papel activo en la difusión social de su trabajo: divulgación responsable. 2. La sociedad debe responsabilizarse de la formación de ciudadanos capaces de asumir plenamente su papel.

9 Los comités de bioética y los comités de ética científica deben ser elementos indispensables en un tratamiento democrático de los usos de la tecnociencia. Deben ser plurales y representativos de las diferencias sociales y culturales. En cuestiones importantes debería existir la posibilidad de consultar directamente a la sociedad para pedir su consentimiento, siempre informado.

10 III. ¿Porqué es esto tan difícil de conseguir?
Pongamos un ejemplo: las biotecnologías.

11 Biotécnicas y biotecnologías

12 Una primera distinción:
Técnica: relativo o perteneciente a las aplicaciones de las técnicas o las artes; conjunto de procedimientos de un arte o un oficio. Aquí podemos hablar de biotécnicas

13 Tecnología: Ciencia de las artes industriales [
Tecnología: Ciencia de las artes industriales [...]; Ciencia que trata de las artes industriales, de tal manera que es como la teoría de la industria práctica. Comprende la descripción crítica de los procesos industriales, recoge la historia de sus progresos e investiga las mejoras y avances de dichos procedimientos. La tecnología utiliza los métodos de la ciencia y la ingeniería.

14 Aquí podemos hablar de biotecnologías.

15 Biotécnicas: procesos de ritmo lento (asumible por los ecosistemas) y de producción limitada.
Biotecnologías: producción en masa y temporalmente acelerada. No se trata de una mera diferencia cualitativa.

16 Algunas biotecnologías son inherentes a la sociedad de consumo masivo
Algunas biotecnologías son inherentes a la sociedad de consumo masivo. Sólo son pensables en una sociedad que necesita un continuo y acelerado incremento de la producción, minimizando al máximo los costes.

17 Y con esto llegamos al núcleo del problema:
el uso de las biotecnologías viene determinado por el modelo económico existente: en una sociedad capitalista de consumo masivo, las biotecnologías pueden responder más a las necesidades del sistema productivo – dirigido por ‘estrategias de seducción’ destinadas a fomentar el consumismo – que a las necesidades reales de la sociedad.

18 Siguiendo con esta argumentación podemos decir que la premisa de partida de un sistema de consumo masivo es que todo lo que existe es susceptible de ser consumible si con ello se generan beneficios. Esto conlleva, necesariamente, una intrínseca tendencia a la cosificación, tanto del mundo como del propio ser humano. Pero veamos otro ejemplo para profundizar más en la cuestión.

19 Biotecnologías i medicina

20 Plantearemos aquí la cuestión de la Eugenesia liberal, partiendo del tratamiento que le da Habermas en su obra: Habermas, J., El futuro de la naturaleza humana, ¿hacia una eugenesia liberal?, Paidós, Barcelona, 2002

21 En la obra, Habermas se plantea un movimiento anticipatorio para poder pensar sobre aquello que está aun por venir. Este planteamiento viene avalado por otros autores: «Es mejor disponer de principios para enfrentar situaciones imposibles que no tenerlos para situaciones que se nos presentan de repente» N. Agar, “Liberal Eugenics”, en H. Kuhse (ed.) y P. Singer Unsanctifying human life : essays on ethics Blackwell Publishers, 2001, p. 181.

22 «Se trata de que, con la creciente dinámica de la civilización, disminuyen notablemente las posibilidades de pronosticar el tipo de vida que nosotros y los que vengan vamos a tener. [...] La incertidumbre es una consecuencia lógica de nuestras posibilidades de acción.» D. Innerarity, La sociedad invisible, Espasa, Madrid, 2004

23 Estamos plenamente de acuerdo en que las cuestiones cosmovisionales tienen una incidencia directa en las prácticas propias de cada sociedad. También coincidimos en que una imagen cientifista y reduccionista del ser humano i de la naturaleza no son en absoluto positiva.

24 Estamos también de acuerdo en que la eugenesia liberal puede verse plenamente legitimada mediante una idea de la naturaleza humana como esta. Pero, atacar una imagen reduccionsta con otra igualmente reduccionista no es la mejor solución para llegar a un consenso social para un uso adecuado y racional de las biotecnologías.

25 El principal problema para un uso adecuado reside en su imbricación con un sistema económico cuyo objetivo es distinto e incluso contradictorio con el bien común, un bien común que sólo existe mediante un consenso igualitario que no busque la imposición de una manera específica de ver el mundo.

26 No estamos de acuerdo en que esté en juego decidir qué somos y como nos consideramos éticamente. Este es un problema que no puede ser la base de decisiones impuestas, desde ninguna de las perspectivas enfrentadas (reduccionismo cientifista o sustancialismo esencialista).

27 Un ejemplo complejo de lo que está en juego lo podemos encontrar en la cuestión de los mal llamados “bebés medicamento”. Si podemos salvar vidas y evitar sufrimientos, vale la pena legislar contra la eugenesia perfeccinadora. No hay que eludir la cuestión de los límites, pero se trata de una tarea que requiere un esfuerzo social constructivo.

28 IV. La extensión de los principios de la Bioética.

29 Un ejemplo de cómo conseguir un uso adecuado de la tecnociencia lo podemos encontrar en una aplicación global de los principios fundamentales de la bioética: - Benevolencia - No maleficencia - Justicia - Autonomía

30 Benevolencia: aplicar las posibilidades que ofrece la tecnociencia única y exclusivamente en beneficio de la humanidad como conjunto, incluyendo el medio ambiente como condición de posibilidad fundamental de la existencia misma de la humanidad.

31 No maleficencia: evitar, de la manera más efectiva que sea posible (aceptando que nunca existe el riesgo 0) cualquier mal, aunque este sea tan sólo una amenaza posible. En especial si los beneficios que esperamos encontrar no justifican los riesgos posibles.

32 Justicia: ante la evidente desproporción existente entre, por ejemplo, los llamados “primer mundo” y “tercer” y “cuarto” mundos, se imponen tres consideraciones: 1. Toda implicación de la tecnociencia que agrande esa brecha debe ser rechazada. 2. Toda aplicación beneficiosa debe poder ser universalizada, más allá de cualquier criterio económico. 3. Dicha universalización de la tecnociencia no puede realizarse como una imposición, debe ser adaptada a los requisitos ambientales y culturales de las sociedades que las reciban.

33 Autonomía: es preciso considerar a las personas y a las sociedades como entidades libres, capaces de tomar sus propias decisiones por ellas mismas. Es imprescindible que se desarrolle una extensa y eficiente tarea de divulgación científica social, destinada a hacer que el gran público conozca suficientemente bien (sin ser necesario que cada ciudadano sea un científico) la naturaleza, los retos, los beneficios y perjuicios de la tecnociencia. Sólo de esta manera podrán hacer uso de su capacidad de decisión, mediante lo que podríamos llamar un consentimiento social informado.

34 Hoy ya no formularíamos de la misma manera el mito de Prometeo que describe Platón en el Protágoras. Pensaríamos, de la misma manera, en la necesidad de una excelencia moral y política propia de los ciudadanos de una sociedad democrática. Pero, más allá de la existencia de la técnica como virtud dominante, pensaríamos en una sociedad dominada por lo que Aristóteles denominó crematística, frente a una sociedad gobernada por la economía.

35 «Todos los que trafican [comercian] aumentan sin límites su caudal. [
«Todos los que trafican [comercian] aumentan sin límites su caudal. [...] Algunos creen que esa es la función de la economía doméstica y acaban por pensar que hay que conservar o aumentar la riqueza monetaria indefinidamente. [...] Algunos convierten todas las facultades en crematística, como si ese fuera su fin.», Política, Gredos, pp. 73 – 74.

36 Para concluir acabaremos llegando a la conclusión que el problema, en definitiva, radica en la necesidad de cambiar las prioridades, pasando de una forma de vida organizada alrededor del incremento sin fin del deseo de consumir, a otra en la que los parámetros de la existencia humana no estén regidos por estos impulsos. Se trata de una sociedad aun por construir. El inconveniente, no obstante, lo encontramos en estas palabras de Habermas:

37 «Las sociedades capitalistas no pueden responder a los imperativos de la limitación del crecimiento sin abandonar su principio de organización, puesto que la reconversión del crecimiento capitalista espontáneo hacia un crecimiento cualitativo exigiría planificar la producción atendiendo a los bienes de uso. En todo caso, el despliegue de las fuerzas productivas no puede desacoplarse de la producción de valores de cambio sin infringir la lógica del sistema». Habermas, J., Problemas de legitimación en el capitalismo tardío, Cátedra, Madrid, 1999.


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