Ejercicios de análisis de textos (palabras ocultas)

Presentación del tema: "Ejercicios de análisis de textos (palabras ocultas)"— Transcripción de la presentación:

1 Ejercicios de análisis de textos (palabras ocultas)
Escuela Nacional Superior de Arte Dramático “Guillermo Ugarte Chamorro” Rango Universitario Ley 29630 Ejercicios de análisis de textos (palabras ocultas) Prof. Rufino Ramírez C.

2 PALABRAS OCULTAS En los párrafos siguientes hay veintidós palabras escondidas, todas son nombres propios de varón. Búscalas. Surcar los mares sin equipaje, susurrar amores imposibles... aquel día que me hablaste de tu poesía lució como nunca el ángel de tu rostro. Nada, ni nadie podría hacerte renunciar a la alegría que te impregna, que da vida a las frágiles palabras que surgen sin cesar de tu alma melancólica. Si no expresaras la armonía que invade todo tu ser, te consumirías en el lodo negro de la tristeza. Cuanto más lejos envíes tus sentimientos más enriquecedor será el perfecto regalo de las musas. Te imagino recostada en tu diván favorito, recreando versos, soñando despierta con nuevas metáforas que luego esconderás en el rincón más íntimo de tu armario. Con tus poemas y tus modestos ripios... ¡qué feliz eres Isabel!

3 PALABRAS OCULTAS En los párrafos siguientes hay veintidós palabras escondidas, todas son nombres propios de varón. Búscalas. Surcar los mares sin equipaje, susurrar amores imposibles... aquel día que me hablaste de tu poesía lució como nunca el ángel de tu rostro. Nada, ni nadie podría hacerte renunciar a la alegría que te impregna, que da vida a las frágiles palabras que surgen sin cesar de tu alma melancólica. Si no expresaras la armonía que invade todo tu ser, te consumirías en el lodo negro de la tristeza. Cuanto más lejos envíes tus sentimientos más enriquecedor será el perfecto regalo de las musas. Te imagino recostada en tu diván favorito, recreando versos, soñando despierta con nuevas metáforas que luego esconderás en el rincón más íntimo de tu armario. Con tus poemas y tus modestos ripios... ¡qué feliz eres Isabel!

4 En los párrafos siguientes hay catorce palabras escondidas, todas son nombres de animales. Búscalas.
Las tardes que me aburro suelo asomarme al balcón para saludar con mi pañuelo a los barcos que entran y salen del puerto. Me divierte contemplar la línea azul del horizonte mientras mi hermana trata de enfocar los viejos prismáticos del abuelo. Los días de temporal las olas rompen con fuerza, levantando sobre las rocas torbellinos de espuma. Cuando está nublado y el cielo acaba llorando, contamos historias sobre el tesoro del fin del arco iris. Si la noche nos sorprende pasamos un buen rato nombrando las brillantes estrellas. Yo amo el mar.

5 En los párrafos siguientes hay catorce palabras escondidas, todas son nombres de animales. Búscalas.
Las tardes que me aburro suelo asomarme al balcón para saludar con mi pañuelo a los barcos que entran y salen del puerto. Me divierte contemplar la línea azul del horizonte mientras mi hermana trata de enfocar los viejos prismáticos del abuelo. Los días de temporal las olas rompen con fuerza, levantando sobre las rocas torbellinos de espuma. Cuando está nublado y el cielo acaba llorando, contamos historias sobre el tesoro del fin del arco iris. Si la noche nos sorprende pasamos un buen rato nombrando las brillantes estrellas. Yo amo el mar.

6 En los párrafos siguientes hay diez palabras escondidas, todas son nombres de partes del cuerpo humano. Búscalas. Francisco me cuida mucho, piensa en mí continuamente y está siempre pendiente de lo que me pasa. Jugamos a la pelota, me enseña a leer y escribir, me pasea en su patinete rojo y, algunas veces, me compra caramelos.  Anoche había tormenta, oí dos truenos, me asusté y fui corriendo a su cama. Me abrazó para que se me pasara el miedo y me prometió que cuando cesara la tormenta iría a buscarme cinco doradas estrellas. Pude dormir pensando en mis estrellas. Yo quiero mucho a mi hermano.

7 En los párrafos siguientes hay diez palabras escondidas, todas son nombres de partes del cuerpo humano. Búscalas. Francisco me cuida mucho, piensa en mí continuamente y está siempre pendiente de lo que me pasa. Jugamos a la pelota, me enseña a leer y escribir, me pasea en su patinete rojo y, algunas veces, me compra caramelos.  Anoche había tormenta, oí dos truenos, me asusté y fui corriendo a su cama. Me abrazó para que se me pasara el miedo y me prometió que cuando cesara la tormenta iría a buscarme cinco doradas estrellas. Pude dormir pensando en mis estrellas. Yo quiero mucho a mi hermano.

8 ¡Sigan buscando… buena suerte!