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Bases teóricas Élida Lois.

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Presentación del tema: "Bases teóricas Élida Lois."— Transcripción de la presentación:

1 Bases teóricas Élida Lois

2 Fases en la confección de un dossier
Localización de todo el material posible Datación Descriframiento Transcripción Doble clasificación cronológica de manuscritos de lecciones (o campañas de lectura) Doble clasificación tipológica de lecciones Reorganización de todo el material recopilado Descripción Análisis

3 p. 4 (Bourdieu) El análisis de las versiones sucesivas de un texto, no revelará toda su fuerza explicativa a menos que se reconstruya (un poco artificialmente sin duda) la lógica del trabajo de escritura entendido como la investigación realizada teniendo en cuenta la dificultad estructural del campo y del espacio de posibles que propone. Se comprenderán mejor las dudas, los arrepentimientos, las vueltas, si se sabe que la escritura, navegación arriesgada en un universo de amenazas y de peligros, también está guiada, en su dimensión negativa, por un conocimiento anticipado de la recepción probable, inscripta en el estado de potencialidad del campo; que similar al peirate, peiratès, el que intenta un golpe, que ensaya (peirao), el escritor, tal como lo entiende Flaubert, es aquel que se aventura más allá del camino señalizado del uso ordinario y el que es experto en el arte de encontrar el pasaje entre los peligros que constituyen los lugares comunes, las ideas recibidas, las formas convencionales.

4 p. 89 (Levaillant, orientación hermenéutica) p
p. 89 (Levaillant, orientación hermenéutica) p. 90 (Debray-Genette, epígrafe sobre poética de la escritura) La génesis no es lineal, sino que tiene dimensiones múltiples y variables [...]. El borrador no cuenta la “buena” historia de la génesis, la historia correctamente orientada hacia el final feliz: el texto. El borrador no cuenta sino que muestra: la violencia de los conflictos, el corte de las opciones, las terminaciones imposibles, el límite, la censura, la pérdida, la emergencia de intensidades, todo lo que está escrito –y todo lo que no lo está. El borrador ya no es más la preparación del texto, sino el otro del texto. Richard atribuye a los obsesivos de la estructura, a los especialistas de la abstracción, la preocupación constante de la “coordinación de los antagonismos esenciales”; creo sin embargo, o precisamente por esa misma razón, que ese es el interés de la unión de la poética con la genética, establecer esa coordinación, sin borrar los antagonismos.

5 p. 91 (Debray-Genette, exogénesis)
Particularmente en Flaubert, la lectura, la elección y la reescritura insistente de documentos en la búsqueda inmediata de estructuras y de giros estilísticos propios conforman un raro ejemplo de lo que he convenido en llamar exogénesis. Este término no se refiere al mero estudio de las fuentes, sino a la forma en que los elementos preparatorios exteriores a la obra (en particular libresca) se inscriben en los manuscritos y los informan, en toda la extensión del término, de una primera manera [...] Página a página se imbrican los elementos de su discurso, se construye una suerte de sinfonía documental donde cada detalle es repensado, desplazado, narrativizado. Flaubert no está como pretendía un poco superficialmente Valéry, embriagado por los detalles a expensas de lo principal: todo elemento de la exogénesis, lentamente fagocitado, se convierte en un elemento específico de la endogénesis –entendiendo por este término la agrupación, interferencia y estructuración de únicamente los constituyentes de la escritura.

6 p. 92-93 (Debray-Genette, texto y escritura, poética de las reescrituras)
Desde un punto de vista crítico, la escritura, constitutiva de ella misma, no tiene origen ni fin asignables. El escritor se constituye a sí mismo no por otra cosa que por el hecho de que escribe, y que se lee a sí mismo. Desde que otro lo lee, o desde que él se lee por otro (y, ciertamente, su lectura es siempre y desde ya informada por aquella de los otros), busca disponer esta escritura en un texto. Es por esto que, desde el punto de vista genético, y contrariamente a lo que dice Barthes, parece útil distinguir los fenómenos de escritura de los fenómenos de textualización, y considerar el texto como producto histórico de la escritura, organizado en comienzo y fin, incluso finalidad. Es justamente entre la escritura y el texto que existe el juego y el hecho del que los métodos críticos dan cuenta [...] La genética no destruye los principios de una poética narrativa. En cambio socava la seguridad que puede dar el texto final, sobre todo porque no la confirma. Hace perceptible, no solamente la variación, sino sobre todo, y es en esto que puede existir una poética específicamente genética, el(los) sistema(s) de variación.

7 p. 94 (Grésillon, 1989, cuestionamiento de la lingüística existente)
Dados los trazos que nos interesa relevar del lenguaje, en tanto sistema organizado de signos lingüísticos, ¿son las ciencias del lenguaje, en la medida que proporcionan un análisis razonable, capaces de describir el proceso de “ejecución” por el cual Hegel tradujo el pasaje del pensamiento a la mano? Para decirlo en pocas palabras: en el estado actual de las investigaciones, no existe ningún modelo lingüístico que pueda servir de marco a tal proyecto

8 p. 102-103 (de Biasi propuesta de “textanálisis”)
Por motivos que hacen a los presupuestos mismos de la crítica genética de inspiración psicolanalítica, el problema instalado por la génesis (cómo construir el vínculo entre la dinámica temporal de la escritura de los manuscritos y la estructura significante del texto de la obra) se encuentra resuelto desde el comienzo. Ya que el inconsciente es “no temporal”, la temporalidad causal de los borradores y de la génesis no tiene más importancia que la temporalidad biográfica de la vida del propio escritor. (…) Ese punto de vista, de acuerdo a la teoría freudiana, consiste en trasladar toda la productividad y toda la temporalidad en el espacio del Inconsciente que es a la vez “no temporal” y, si se quiere, “hipertemporal” desde que todo se conserva y queda disponible. Es por eso que el psicoanálisis, con de las nociones de “rechazo”, “censura”, “trauma”, etc., hace del “tiempo” la sustancia misma de los procesos, que no es necesario buscar en los trazos objetivos de la génesis. Dese esa perspectiva, los manuscritos no serán concebidos como objetos en sí, sino como una extensión útil del sujeto problemático que es el texto.

9 p. 103 (Grésillon sobre Bellemin-Noël)
Por seductor que sea en su forma de asir el pre-texto en su “fecundo desorden” y de dejarnos entrever los universos insospechados de la palabra latente, ¿no hay riesgo de asociar libremente a partir de cualquier cosa, no basta muy poco para decir que la pluma se ha bifurcado? Por otra parte, el principio, propio del inconsciente, de ser “no temporal”, ¿no corre el riesgo, en definitiva, de pasar al lado de la realidad temporal de la escritura que, a pesar de su imagen espacial, no se puede inscribir más que bajo la ley del tiempo? Y finalmente, cómo un marco teórico que niega extrañadamente, ferozmente, toda existencia de un sujeto escritor —Bellemin Noël sólo admite el inconsciente del texto y el inconsciente del lector—, cómo tal teoría puede dar cuenta de una dinámica de escritura que es imposible de concebir sin una instancia escritural?. Posiblemente estas sean razones por las cuales Bellemin Noël abandonó finalmente el terreno del pre-texto, siendo uno de los primeros en construirlo como campo de investigación.

10 Problemas 109 (Henri Miterand) p. 109 (Grésillon)
¿Cómo domesticar el concepto tan seductor como vago de “intertexto”, sin recaer en una suerte de romanticismo crítico en favor de constelaciones culturales, y sin caer en el recuento meticuloso y miope de fuentes autentificadas? p. 109 (Grésillon) ¿Cómo hacer, entre la polifonía de Bajtín y la arqueología del saber de Foucault, para trazar una ruta —y forjar un método— que permita aislar y describir la transformación y deformación de discursos anteriores sobre los que se construye un nuevo discurso? p (Mitterand) La crítica genética ofrece un resguardo. Tiene en común con la arqueología que actualiza estratos materiales de una historia: la historia de un pensamiento, de un lenguaje, en la materialización de sus palabras y sus configuraciones. Es una garantía contra la incertidumbre y la divagación. Después de todo, si tiene algo de éxito en la actualidad, es en razón de su exigencia filológica de principio, porque todos hemos regresado un poco de grandes generalizaciones geniales e improbables, en todo caso ni verificables y falsables.

11 p. 112 (Mitterand) Se comprende bien la tendencia que lleva la crítica genética, porque ubica su objeto más cerca de aquello que nace, incluso de lo que germina de un pensamiento y de una escritura, desea asir, de un mismo golpe, en el primer impulso de un manuscrito, y más allá de un soliloquio individual, los síntomas de una modificación del pensamiento, de las ideas y gustos colectivos, los primeros trazos de una transformación de la cultura de referencia. Tendencia justificada porque, lo sabemos bien, el discurso individual, sobre todo en sus fases de titubeos, está nutrido de lugares, de imposiciones y de presuposiciones del discurso colectivo; las palabras de uno son necesariamente las palabras de los otros; no hay semántica innata, ni verbo nuevo, sino siempre una semántica hereditaria, heredada de los padres, las madres, los compañeros de clase, en todos los sentidos de la palabra clase.

12 Élida Lois (p. 116) A lo largo de las dos últimas décadas (del s. xx) se fue imponiendo en el ámbito de las investigaciones históricas y sociales un nuevo espíritu científico: aportes teóricos que, más que surgir del enfrentamiento o de la derivación de otras teorías, se ofrecían como resultado del análisis de nuevos datos y de conceptualizaciones surgidas de prácticas científicas rigurosamente controladas. Hacia 1980 se aprecia una reconversión de la coyuntura teórica caracterizada por el cuestionamiento de las coherencias globalizadoras, en tanto que el repliegue sobre lo privado y el retorno del sujeto definin un horizonte nuevo. “Repensar” en forma específica a partir de cada problema particular es un ejercicio intelectual que cifra una orientación epistemológica


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