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Existía algo en su sonrisa, en sus ojos, y en su elegancia natural.

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Presentación del tema: "Existía algo en su sonrisa, en sus ojos, y en su elegancia natural."— Transcripción de la presentación:

1 Existía algo en su sonrisa, en sus ojos, y en su elegancia natural.
LA VERDADERA BELLEZA Esto fue escrito por Audrey Hepburn, cuando le pidieron que compartiera los secretos de su belleza.

2 Para tener unos labios atractivos, dí siempre palabras amables.

3 Para tener ojos adorables, mira siempre las cosas buenas de la gente.

4 Para una figura esbelta, comparte tu comida con los que padecen de hambre.

5 Para tener un pelo lindo, permite que un niño a niña pase sus deditos por él por lo menos una vez al día.

6 Para mantener la elegancia, camina con la certeza de que nunca estás sola.

7 Recuerda, si necesitas una mano amiga, la encontrarás en el extremo de cada uno de tus brazos.
Con el tiempo y la madurez, descubrirás que tienes dos manos: una para ayudarte a tí misma y la otra para ayudarle a los demás.

8 La gente, más que las cosas, tiene derecho a ser reestablecida, revivida, reivindicada y redimida; Nunca rechaces ni deseches a nadie.

9 La belleza de una mujer no está en su figura, en la ropa que viste o en la forma como se peina. La belleza de una mujer tiene que ser vista en sus ojos, por que son la puerta de su alma, el lugar donde habita el amor.

10 La belleza de una mujer crece con el pasar de los años.

11 La belleza de una mujer no está en la moda superficial.
La verdadera belleza de una mujer se refleja en su alma. En la bondad con la que dá amor y en la pasión que demuestra.

12 Dios te quiere tal como te hizo. A Sus ojos eres una persona hermosa.
No hay otro como tú  Dios te quiere tal como te hizo. A Sus ojos eres una persona hermosa. Todos somos seres singulares y extraordinarios. Para Él no hay persona fea, sea cual sea nuestra figura.

13 Oración para hoy Pudiste haberme hecho una persona perfecta según mi propio concepto de la perfección o el de alguien más. Sin embargo, no lo hiciste, Jesús. Más bien me creaste tal como querías que fuera, y me dotaste de perfección a Tu manera. Dudar de ello equivale a dudar de Tu amor. Aceptarlo es hallar completa paz, seguridad y reposo en Tu amor. Acógeme ahora, tal como soy, en Tu corazón. Amén. POR FAVOR ENVÍA ESTE MENSAJE A OTROS


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