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Vi al abuelo que absorto y en silencio, miraba sus manos. Me senté a su lado y él no se dio por enterado. Entonces bajito le pregunté: ¿cómo estás abuelo?

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Presentación del tema: "Vi al abuelo que absorto y en silencio, miraba sus manos. Me senté a su lado y él no se dio por enterado. Entonces bajito le pregunté: ¿cómo estás abuelo?"— Transcripción de la presentación:

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3 Vi al abuelo que absorto y en silencio, miraba sus manos. Me senté a su lado y él no se dio por enterado. Entonces bajito le pregunté: ¿cómo estás abuelo?

4 Levantó su cabeza, me miró y sonrió. “Estoy bien, gracias por preguntarme” - dijo con fuerte y clara voz -.

5 El abuelo cogió mis manos con mucho cariño y me preguntó: “Hijo, ¿te has mirado alguna vez tus manos?”

6 Lentamente solté mis manos, las abrí y me quedé contemplándolas. No, creo que realmente nunca las había observado. Mientras intentaba averiguar qué quería decirme.

7 Mi abuelo me contó su historia: Miro estas manos que me han servido a través de los años. Estas manos, aunque arrugadas, secas y débiles han sido las herramientas que he usado para alcanzar, agarrar y abrazar la vida.

8 Ellas pusieron comida en mi boca y ropa en mi cuerpo. Cuando niño, mi madre me enseñó a juntarlas en oración. Ellas ataron los cordones de mis zapatos y me ayudaron a ponerme mis botas. Han estado sucias, raspadas y ásperas, hinchadas y dobladas.

9 Mis manos se mostraron torpes cuando intenté sostener a mi hijo recién nacido.

10 Ellas temblaron cuando enterré a mis padres y cuando caminé por el pasillo con mi hija en su boda. Han cubierto mi rostro, peinado mi cabello, lavado y limpiado el resto de mi cuerpo. Han estado pegajosas y húmedas, dobladas y quebradas, secas y cortadas.

11 Y hasta el día de hoy, estas manos me ayudan a levantarme y a sentarme, y se siguen juntando para orar.

12 Estas manos son la marca de dónde he estado y la rudeza de mi vida. Pero más importante aún, es que son ellas las que Dios tomará en las suyas cuando me lleve a su presencia.

13 Desde entonces, nunca he podido ver mis manos de la misma manera. Pero recuerdo cuando Dios tomó las de mi abuelo y se lo llevó a su presencia Pero recuerdo cuando Dios tomó las de mi abuelo y se lo llevó a su presencia.

14 Cada vez que voy a usar mis manos pienso en mi abuelo, y me pregunto: ¿Qué estoy haciendo con ellas? ¿Las estaré usando como él? ¿Qué estoy haciendo con ellas? ¿Las estaré usando como él?

15 Mira tus manos y….


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