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Poemas Musicalizados.

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Presentación del tema: "Poemas Musicalizados."— Transcripción de la presentación:

1 Poemas Musicalizados

2 A una nariz Francisco de Quevedo Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado. Érase un espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las doce Tribus de narices era. Érase un naricísimo infinito, muchísimo nariz, nariz tan fiera que en la cara de Anás fuera delito.

3 A callarse Si no pudimos ser unánimes Ahora contaremos doce
moviendo tanto nuestras vidas, y nos quedamos todos quietos. tal vez no hacer nada una vez, Por una vez sobre la tierra tal vez un gran silencio pueda no hablemos en ningún idioma, interrumpir esta tristeza, por un segundo detengámonos, este no entendernos jamás no movamos tanto los brazos. y amenazarnos con la muerte, tal vez la tierra nos enseñé Seria un minuto fragante, cuando todo parece muerto sin prisa, sin locomotoras, y luego todo estaba vivo. todos estaríamos juntos en una inquietud instantánea. Ahora contare hasta doce y tu te callas y me voy. Los pescadores del mar frío no harían dañó a las ballenas y el trabajador de la sal Autor: Pablo Neruda  miraría sus manos rotas. Poema: A Callarse  Edición: Estravagario. Buenos Aires, Losada, 1958. Los que preparan guerras verdes, guerras de gas, guerras de fuego, Interprete: Julieta Venegas  victorias sin sobrevivientes, Compositor: Julieta Venegas se pondrían un traje puro Titulo: A Callarse (letra)  y andarían con sus hermanos Álbum: Neruda en el Corazón, BMG, 2004 por la sombra, sin hacer nada. No se confunda lo que quiero con la inacción definitiva: la vida es solo lo que se hace, no quiero nada con la muerte.

4 Poema: Rotación y Traslación Edición: Contra la Muerte, Santiago,
Mi estrella: tú, tan partida, y tan única, y tan total como mi vida, y mi muerte: tú eres la llama que sale de mis ojos. Pareces pájaro, y eres cólera porque tienes tus pétalos manchados por la sangre. No te rompes en lágrimas ni ríes cuando tu rueda gira frenética en su órbita. Todo lo haces tuyo con un golpe de vista. Todo cobra tu vuelo profundo. Traspasas el día con tu eje, como una aguja su perla. Tu rayo es la piedra que cae a remover las aguas estremecidas hacia abajo corno una flecha sin fondo donde posar su cabeza. Mi estrella: he salido de ti para nombrarte en el mundo, para comunicarte con los gusanos, y los peces, y las flores, y el silencio. Soy tu demonio divino, el príncipe de otras edades, parecido a un árbol por el sismo arrancado desde su puesto de combate, para volver al final de un milenio de nebulosa a su fuego de origen. Tal vez la máquina es mi cadáver. La guerra me permite respirar a gusto. La mujer me recuerda un precipicio. Mi estrella; ¿por qué nací sobre tu roca? ¿Por qué crecí sobre tu espina? Mi estrella; mi dominio es tu vértigo. A mi alrededor quema tu luz, Pero yo te destruyo por dentro. Autor: Gonzalo Rojas  Poema: Rotación y Traslación  Edición: Contra la Muerte, Santiago, Editorial Universitaria, 1964 Interprete: Mamma Soul  Compositor: Titulo: Los días pasan tan pronto Álbum: Fe, Emi, 2001

5 Sinfonía de cuna Una vez andando por un parque inglés con un angelorum sin querer me hallé. Buenos días, dijo, yo le contesté, él en castellano, pero yo en francés. Dites moi, don angel. Comment va monsieur. Él me dio la mano, yo le tomé el pie ¡hay que ver, señores, cómo un ángel es! Fatuo como el cisne, frío como un riel, gordo como un pavo, feo como usted. Susto me dio un poco pero no arranqué. Le busqué las plumas, plumas encontré, duras como el duro cascarón de un pez. ¡Buenas con que hubiera sido Lucifer! Se enojó conmigo, me tiró un revés con su espada de oro, yo me le agaché. Ángel más absurdo no volveré a ver. Muerto de la risa dije good bye sir, siga su camino, que le vaya bien, que le pise el auto, que le mate el tren. Ya se acabó el cuento, uno, dos y tres. Autor: Nicanor Parra Poema: Sinfonía de cuna Edición: De Poemas y antipoemas, Santiago, Nascimento, 1954 Interprete: Chancho en Piedra Compositor: Titulo: Sinfonía de cuna (letra) Álbum: Peor es Mascar Lauchas, Alerce, 1995

6 A Salvador Allende Qué puede hacer un hombre que está solo -solo como el mundo me refiero- sino vivir este combate por la vida con tanta soledad que crece, aumenta. Y en el rumbo que toma su mirada que es la nuestra Nuestro pueblo-no es la herida que se abre en el país, la llaga inmensa- es más perfecto, es dejar la muerte allá tan lejos. Y es que el su corazón que cae para siempre, y es aquel que disparando para siempre  amo la patria, y es aquel que en esta muerte - su sangre en esta hoja un hoyo enorme- deja latir un  corazón que al beso llega y que otro hombre necesita en esta lucha.  Autor: José María Memet  Poema: El último encuentro con la vida  Edición:       Interprete: Illapu  Compositor: Titulo: Encuentro con la vida (letra)  Álbum: Morena Esperanza, Emi Odeon, 1998

7 Balada Él pasó con otra; yo le vi pasar
Balada Él pasó con otra; yo le vi pasar. Siempre dulce el viento y el camino en paz. ¡Y estos ojos míseros le vieron pasar! Él va amando a otra por la tierra en flor. Ha abierto el espino; pasa una canción. ¡Y él va amando a otra por la tierra en flor! El besó a la otra a orillas del mar; resbaló en las olas la luna de azahar. ¡Y no untó mi sangre la extensión del mar! El irá con otra por la eternidad. Habrá cielos dulces. (Dios quiera callar.) ¡Y él irá con otra por la eternidad! Autor: Gabriela Mistral Poema: Balada Edición: Desolación. Santiago de Chile: Nascimento, Interprete: Javiera Parra Compositor: Ángel Parra Titulo: Balada (letra) Álbum: Amado, Apresura el Paso

8 El monte y el río En mi patria hay un monte. En mi patria hay un río
El monte y el río En mi patria hay un monte. En mi patria hay un río. Ven conmigo. La noche al monte sube. El hambre baja al río. Ven conmigo. Quiénes son los que sufren? No sé, pero son míos. Ven conmigo. No sé, pero me llaman y me dicen "Sufrimos". Ven conmigo. Y me dicen: "Tu pueblo, tu pueblo desdichado, entre el monte y el río, con hambre y con dolores, no quiere luchar solo, te está esperando, amigo". Oh tú, la que yo amo, pequeña, grano rojo de trigo, será dura la lucha, la vida será dura, pero vendrás conmigo Autor: Pablo Neruda Poema: El monte y el río Edición: Los versos del capitán. Nápoles, Imprenta "L'Arte Tipográfica", Interprete: Jorge Drexler Compositor: Jorge Drexler Titulo: El monte y el río (letra) Álbum: Neruda en el Corazón, BMG, 2004

9 INSOMNIO De fierro, de encorvados tirantes de enorme fierro tiene que ser la noche, para que no la revienten y la desfonden las muchas cosas que mis abarrotados ojos han visto, las duras cosas que insoportablemente la pueblan. Mi cuerpo ha fatigado los niveles, las temperaturas, las luces: en vagones de largo ferrocarril, en un banquete de hombres que se aborrecen, en el filo mellado de los suburbios, en una quinta calurosa de estatuas húmedas, en la noche repleta donde abundan el caballo y el hombre. El universo de esta noche tiene la vastedad del olvido y la precisión de la fiebre. En vano quiero distraerme del cuerpo y del desvelo de un espejo incesante que lo prodiga y que lo acecha y de la casa que repite sus patios y del mundo que sigue hasta un despedazado arrabal de callejones donde el viento se cansa y de barro torpe. En vano espero las desintegraciones y los símbolos que preceden al sueño. Sigue la historia universal: los rumbos minuciosos de la muerte en las caries dentales, la circulación de mi sangre y de los planetas. (He odiado el agua crapulosa de un charco, he aborrecido en el atardecer el canto del pájaro) Las fatigadas leguas incesantes del suburbio del Sur, leguas de pampa basurera y obscena, leguas de execración, no se quieren ir del recuerdo. Lotes anegadizos, ranchos en montón como perros, charcos de plata fétida: soy el aborrecible centinela de esas colocaciones inmóviles. Alambre, terraplenes, papeles muertos, sobras de Buenos Aires. Creo esta noche en la terrible inmortalidad: ningún hombre ha muerto en el tiempo, ninguna mujer, ningún muerto, porque esta inevitable realidad de fierro y de barro tiene que atravesar la indiferencia de cuantos estén dormidos o Muertos -aunque se oculten en la corrupción y en los siglos- y condenarlos a vigilia espantosa. Toscas nubes color borra de vino infamarán el cielo; amanecerá en mis párpados apretados. Poeta: Jorge Luis Borges Compositor: Pedro Aznar

10 Canto para matar a una culebra. ¡Mayombe—bombe—mayombé
Canto para matar a una culebra. ¡Mayombe—bombe—mayombé! La culebra tiene los ojos de vidrio; la culebra viene y se enreda en un palo; con sus ojos de vidrio, en un palo, con sus ojos de vidrio. La culebra camina sin patas; la culebra se esconde en la yerba; caminando se esconde en la yerba, caminando sin patas. Tú le das con el hacha y se muere: ¡dale ya! ¡No le des con el pie, que te muerde, no le des con el pie, que se va! Sensemayá, la culebra, sensemayá. Sensemayá, con sus ojos, Sensemayá, con su lengua, Sensemayá, con su boca, La culebra muerta no puede comer, la culebra muerta no puede silbar, no puede caminar, no puede correr. La culebra muerta no puede mirar, la culebra muerta no puede beber, no puede respirar no puede morder. Sensemayá, la culebra… Sensemayá, no se mueve… Sensemayá, se murió. Poeta: Nicolás Guillén Interprete: Inti-Illimani

11 A un gato No son más silenciosos los espejos ni más furtiva el alba aventurera; eres, bajo la luna, esa pantera que nos es dado divisar de lejos. Por obra indescifrable de un decreto divino, te buscamos vanamente; más remoto que el Ganges y el poniente, tuya es la soledad, tuyo el secreto. Tu lomo condesciende a la morosa caricia de mi mano. Has admitido, desde esa eternidad que ya es olvido, el amor de la mano recelosa. En otro tiempo estás. Eres el dueño de un ámbito cerrado como un sueño. Poeta: Jorge Luis Borges Intérprete: Pedro Aznar

12 XII (Alturas de Machi Pichu) SUBE a nacer conmigo, hermano
XII (Alturas de Machi Pichu) SUBE a nacer conmigo, hermano. Dame la mano desde la profunda zona de tu dolor diseminado. No volverás del fondo de las rocas. No volverás del tiempo subterráneo. No volverá tu voz endurecida. No volverán tus ojos taladrados. Mírame desde el fondo de la tierra, labrador, tejedor, pastor callado: domador de guanacos tutelares: albañil del andamio desafiado: aguador de las lágrimas andinas: joyero de los dedos machacados: agricultor temblando en la semilla: alfarero en tu greda derramado: traed a la copa de esta nueva vida vuestros viejos dolores enterrados. Mostradme vuestra sangre y vuestro surco, decidme: aquí fui castigado, porque la joya no brilló o la tierra no entregó a tiempo la piedra o el grano: señaladme la piedra en que caísteis y la madera en que os crucificaron, encendedme los viejos pedernales, las viejas lámparas, los látigos pegados a través de los siglos en las llagas y las hachas de brillo ensangrentado. Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta. A través de la tierra juntad todos los silenciosos labios derramados y desde el fondo habladme toda esta larga noche como si yo estuviera con vosotros anclado, contadme todo, cadena a cadena, eslabón a eslabón, y paso a paso, afilad los cuchillos que guardasteis, ponedlos en mi pecho y en mi mano, como un río de rayos amarillos, como un río de tigres enterrados, y dejadme llorar, horas, días, años, edades ciegas, siglos estelares. Dadme el silencio, el agua, la esperanza. Dadme la lucha, el hierro, los volcanes. Apegadme los cuerpos como imanes. Acudid a mis venas y a mi boca. Hablad por mis palabras y mi sangre. Poeta: Pablo Neruda Intérpretes: Los jaivas


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