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MIGUELÓN MIGUELICO Pueblecico de Aragón Orihuela.

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Presentación del tema: "MIGUELÓN MIGUELICO Pueblecico de Aragón Orihuela."— Transcripción de la presentación:

1 MIGUELÓN MIGUELICO Pueblecico de Aragón Orihuela

2 Miguelico, cuéntame, cuéntamelo una vez más, cómo de fina es la arena cómo de azul es el mar. Porque nací en Aragón nunca me llegué a acercar; quiero saber cómo sabe el agua aliñada en sal. Cuenta, cuéntame otra vez cómo crecen las palmeras, cómo el viento levantino las envuelve y las menea. Cómo en tu amado Alicante todas las ramas te mecen, te acunan con sus arrullos, se curvan y te protegen. Recita un lindo poema, yo lo escucharé en silencio, rimaré mi corazón con el eco de tus versos. Poeta del pueblo te llaman, y yo del pueblo soy hijo; tú traduces en palabras lo que en mis carnes yo vivo Dime qué es lo que soñabas bajo aquel pino sentado, qué musa canta en tu oído cuando guardas el rebaño. Mientras tú escribes poemas también de un rebaño cuido pero mis mansas ovejas sólo me ofrecen balidos. Muéstrame cómo lo haces cómo el color y el dolor se vierten en un papel; ¿cómo se escribe el amor? Yo que apenas sé leer y que menos aún escribo en el ara de los sabios te elevo y te canonizo. Nacido en tierras de casta rodeado de altos montes, nunca pensé ir más allá de mis barrancos y bosques. Tú naciste al sol naciente, bañado por la alegría de la brisa y de la luz de tus tierras levantinas.

3 Te lo contaré otra vez, mil veces si lo pidieras ¿qué tengo mejor que hacer que enredarte en mis poemas? Ven y siéntate a mi lado, quitémonos las abarcas dejemos los pies desnudos que en este suelo no hay zarzas. Tú y yo, mozos de pueblo, tostados al sol, morenos, nacidos en malos tiempos para los que somos buenos. Tú y yo, almas gemelas; yo no soy sabio ni listo, tú sabes cosas que yo en mi vida he conocido Me pongo en marcha a tu norte, siguiendo el trazo en el aire del perfil de las montañas que conservas en la sangre. Y aquí, al pie de esta encina te contaré mis historias pero tú también tendrás que recitarme las propias Cuéntame cómo es la nieve, ésa que llega en noviembre y hasta que mayo se va hace que tu cuerpo tiemble. Cómo es tu casa y tu padre, quiénes eran tus amores, cómo huele en primavera tu prado sembrado en flores. Mientras yo construyo versos, no hagas parar tu paleta. Yo, albañil de poemas. Tú, poeta de las piedras. Los dos fuimos solitarios, hambrientos de hambre y cariño a ti te faltó la madre, a mí un padre compasivo. La soledad de los montes fue nuestra fiel compañía, el viento nos regaló la mejor de sus caricias.. Todo lo vertí en mis versos y ahora poeta me llaman, también podrías tú serlo con lo que guarda tu alma.

4 Ay, Miguelico, mi hermano, mi compañero, mi amigo, puedes leer en mi alma, de mi ser eres testigo. Fui un pobre pieblerinico Pobre feliz infeliz No conocía otro mundo Aquél era mi vivir. Nacimos casi a la vez, lejos, pero bien cercanos, vivimos en paralelo aunque fuéramos extraños. Cuando tú trazas palabras sabes bien de lo que hablas si dices hambre es Hambre y es Amor porque tú amas. Temprano voló la vida, temprano trazó el destino sendas de sangre y de penas. para seguir el camino. La guerra, la triste guerra, la única guerra posible que a mí me costó la vida y a ti te llevó a la muerte. La guerra, la triste guerra, que no silenció tu voz mas la colmó de tristeza, de olvido y de desamor. Dale que dale a la lengua, dale que dale al cantar para que versos y rimas nos traigan la libertad … Dale que dale al amor, dale que dale a los besos para llegar a esas niñas que nos guardan sus secretos. Dale, que dale a la higuera, dale, dale, Miguelico, para que vuelva a su huerto el más añorado amigo …

5 La muerte vive engañada, sólo se llevó sus cuerpos pero sus almas y genios están aquí, entre los versos.

6 MIGUEL HERNÁNDEZ 1910 - 2010 CENTENARIO DE UN POETA

7 Miguel Hernández abandonó el colegio a los 14 años muy a su pesar. Su padre era pastor y necesitaba ayuda con las cabras. El quería estudiar y ser poeta pero tuvo que comenzar muy pronto a trabajar de cabrero con su hermano Vicente. Pero mientras cuidaba las cabras leía todo lo que se encontraba. Su padre no entendía esa afición por la lectura de su hijo. Eran dos personas muy distintas y por eso no siempre se llevaron bien. Los libros se los facilitaba su amigo Ramón Sijé que estudiaba en la Universidad. Cuando Ramón falleció tempranamente, Miguel quedó derrumbado por la tristeza y escribió uno de sus más hermosos poemas: ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ. (En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería) Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado que por doler me duele hasta el aliento. (…) Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada

8 A los 21 años viajó a Madrid para intentar hacer carrera de escritor pero fracasó, a todos les hizo gracia el poeta-pastor pero nadie le hizo mucho caso ni le dio trabajo, así que tuvo que volver a su pueblo, Orihuela. Unos años más tarde volvió a intentarlo y esta vez con mayor fortuna, encontró trabajo como secretario de un conocido escritor y publicó sus propios poemas. Cuando tenía 26 años estalló una guerra en España, se enroló para defender la República y luchó a la vez que escribía poemas y canciones que los soldados conocían y cantaban. VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta. Los bueyes doblan la frente, impotentemente mansa, delante de los castigos: los leones la levantan y al mismo tiempo castigan con su clamorosa zarpa. No soy un de pueblo de bueyes, que soy de un pueblo que embargan yacimientos de leones, desfiladeros de águilas y cordilleras de toros con el orgullo en el asta. Nunca medraron los bueyes en los páramos de España. Asturianos de braveza, vascos de piedra blindada, valencianos de alegría y castellanos de alma, labrados como la tierra y airosos como las alas; andaluces de relámpagos, nacidos entre guitarras y forjados en los yunques torrenciales de las lágrimas; extremeños de centeno, gallegos de lluvia y calma, catalanes de firmeza, aragoneses de casta, murcianos de dinamita frutalmente propagada, leoneses, navarros, dueños del hambre, el sudor y el hacha, reyes de la minería, señores de la labranza, hombres que entre las raíces, como raíces gallardas, vais de la vida a la muerte, vais de la nada a la nada: yugos os quieren poner gentes de la hierba mala, yugos que habéis de dejar rotos sobre sus espaldas.

9 Sus poemas parecen sencillos pero tienen un significado muy profundo. Cuando habla de BARRO, se refiere a sí mismo, a su persona, porque él es un hombre de la tierra; el AIRE y el VIENTO son la LIBERTAD; DALE QUE DALE Dale al aspa, molino, hasta nevar el trigo. Dale que dale, dale que dale, dale que dale. Dale a la piedra, agua, hasta ponerla mansa. Dale que dale, dale que dale, dale que dale. Dale al molino, aire, hasta lo inacabable. Dale que dale, dale que dale, dale que dale. Dale al aire, cabrero, hasta que silbe tierno. Dale que dale, dale que dale, dale que dale. TRISTES GUERRAS Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes, tristes. Tristes armas si no son las palabras. Tristes, tristes. Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes, tristes. El LIMÓN y la MANZANA representan el amor y la pasión; el VIENTRE DE LA MUJER simboliza la fecundidad y los hijos; y la PENA es la pena de AMOR u otras penas como las del HAMBRE, la GUERRA, la CÁRCEL, …

10 El bando republicano en el que luchaba Miguel fue el perdedor de la guerra, al finalizar ésta fue condenado a muerte pero algunos de sus amigos intervinieron y consiguieron que la pena se cambiara por 30 años de cárcel. No llegó a cumplirlos porque cayó enfermo por la miseria y el hambre y falleció cuando sólo contaba con 32 años. En la cárcel recibía las cartas de su esposa Josefina quien le contaba también que sólo tenía pan y cebollas para comer y esas tristes noticias le inspiraron otro célebre poema. LAS NANAS DE LA CEBOLLA

11 La cebolla es escarcha cerrada y pobre. Escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda. En la cuna del hambre mi niño estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba. Pero tu sangre, escarchada de azúcar cebolla y hambre. Una mujer morena resuelta en lunas se derrama hilo a hilo sobre la cuna. Ríete niño que te traigo la luna cuando es preciso. Tu risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea. Es tu risa la espada más victoriosa, vencedor de las flores y las alondras. Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor Desperté de ser niño: nunca despiertes. Triste llevo la boca: ríete siempre. Siempre en la cuna defendiendo la risa pluma por pluma. Al octavo mes ríes con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades. Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes. Frontera de los besos serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma. Sientas un fuego correr dientes abajo buscando el centro Vuela niño en la doble luna del pecho: él, triste de cebolla, tú satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa ni lo que ocurre.

12 MIGUEL HERNÁNDEZ murió en la cárcel de Alicante, víctima de la enfermedad y el hambre. Tenía 32 años


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