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Publicada porReyes Lucas Modificado hace 9 años
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En Tarso, la griega, ha estado en contacto con el mundo de las letras, a la vez que arrebujado en la atmósfera densa y erizada de un islote judaico, de una de esas familias que los griegos compaisanos, excluidos siempre del acceso y trato con los escogidos - fariseos -, denominan, vengativamente hebreas".
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A los dieciocho años, como solamente pueden permitirse los aventajados entre los de su linaje, se traslada a Jerusalén, metrópoli, para escuchar lecciones de Gamaliel el Viejo. Después vemos cómo, llevado por su celo farisaico, reaparece en la escena histórica en la lapidación de San Esteban, protomártir. No le está permitido levantar con su brazo los pedruscos contra la cándida víctima desnuda, pero recaba para sí el honor de custodiar los mantos de los apedreadores. De esta traza, el discípulo de Gamaliel conserva un contacto, si remoto, casi táctil – textil - con la lapidación.
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San Pablo podrá preguntar luego a sus fieles de Corinto, retadoramente: "¿Es que no he visto a Jesús, Nuestro Señor?" (1 Cor. 9,1). En esta corporal visión del Señor glorioso están las credenciales de San Pablo ante la historia. Magnífico se presenta ante nosotros, con esas cartas, el Apóstol de las gentes.
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¿Podrá extrañarnos ahora que Ananías, prevenido por una visión celeste sobre la llegada de Saulo, responda: "Señor, oí de muchos acerca de ese hombre, cuántos males causó a tus santos en Jerusalén (Act. 9,13). ¿O que cuando Pablo, tras lo acaecido en Damasco, se presente de nuevo en Jerusalén, tenga que esperarlo todo, sumisamente, de la intercesión de Bernabé ante los apóstoles, pues "todos se temían de él, no creyendo que fuera discípulo?" (Act.9,26).
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En un instante en que proféticamente ve llegado su fin, rinde cuentas a sus discípulos: "Plata, oro, o vestido de nadie lo codicié. Vosotros mismos bien sabéis que a mis necesidades y a las de los que andan conmigo han proveído estas manos" (Act. 24,33-34). Es degollado en Roma. En Roma se enseña el lugar en que rebotó su cabeza, por tres veces, al ser segada: Tre Fontane.
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