Puedes recibir poder para la vida que deseas tener

Presentación del tema: "Puedes recibir poder para la vida que deseas tener"— Transcripción de la presentación:

1 Puedes recibir poder para la vida que deseas tener

2 Ellos la llamaron la “Guerra Fría”
Ellos la llamaron la “Guerra Fría”. Hubieron algunos disparos y ambos lados hicieron lo que pudieron para mantener el ejercito militar a una confrontación lo mas mínima posible. Acerca de 50 anos más o menos, el mundo vivía con esta frase: “Balance en el poder”. Los Estados Unidos y la Unión Soviética balancearon el control de la Guerra Fría del mundo, y el balance del poder fue lo que los mantuvo de la Segunda Guerra Mundial. Destrucción mutua fue la clave para la paz.

3 “Pero recibirás poder cuando haya venido el Espíritu Santo sobre vosotros y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo ultimo de la tierra” (Hechos 1:8) “Porque Dios no nos ha dado un Espíritu de cobardía sino de poder, de amor y dominio propio” (2 Timoteo 1:7) “Guarda el deposito que se te ha encomendado, guárdalo con la ayuda del Espíritu Santo que vive en ti” (2 Timoteo 1:14)

4 Eso no suena como un balance de poder. No lo creen
Eso no suena como un balance de poder. No lo creen? Eso suena como que Jesús estaba prometiendo todo el poder necesario para cumplir con la gran comisión. Eso suena como que Pablo creyó que la promesa no fue originalmente para los discípulos sino para todos los cristianos.

5 Como puedo vivir una vida de propósito?
Podemos solamente vivir una vida con propósito si Dios nos ha dado el poder para lograrlo. Ha proveído Dios esa clase de poder? La carta de Pablo a los creyentes en Efeso sugiere que si El lo hizo.

6 El poder de Dios esta trabajando
en nosotros “Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cual es la esperanza a que el os ha llamado, y cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.

7 Y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual opero en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándose en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señor, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo sin también en el venidero” (Efesios 1:18-21)

8 2. El poder de Dios nos da fuerza
“Para que os de, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu, para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones” (Efesios 3:16-17ª)

9 3. El poder de Dios es mostrado a través del amor
A fin de que arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cual sea la anchura, lo longitud, la profundidad y la altura y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seas llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios 3:17b-19)

10 Una vez que Dios nos ha perdonado y gozamos de la nueva relación con El, pronto descubrimos que necesitamos aprender mucho acerca de Dios, de nosotros mismos y de la relación con El. Antes de llegar a la estatura de un varón perfecto, necesitamos recorrer un buen camino para experimentar la unidad profunda con Dios.

11 Dios no nos busca porque nos encuentre atractivos y agradables tal como somos naturalmente. No, no hemos tratado bien a Dios. En el menor de los casos, lo hemos ignorado, pretendiendo que no existe o que no es importante.

12 A diferencia de todo romance que hayamos conocido, Dios desea tener relación con nosotros y nos busca simplemente porque nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Al recibir el perdón divino, principia una relación que promete que seremos uno con Dios. En el recurrir del tiempo, descubrimos mucho acerca de nosotros que antes no sabíamos.

13 Cuando fueron dado los diez mandamientos el pueblo se comprometió con Dios y dijeron: Haremos todo lo que Jehová ha dicho (Exodo 19:8). Jesús jamás perdió de vista el punto principal: Somos llamados a tener una exclusiva relación de amor con Dios: Amaras a tu Dios... (Marcos 12:30).

14 Jesús nos dirige a no enfocarnos en reglas sino el amor
Jesús nos dirige a no enfocarnos en reglas sino el amor. Si no amamos a Dios con pasión, de nada valdrá la más perfecta obediencia a las reglas. Si decidimos amar a Dios plenamente, entonces desearemos agradarle, como lo hace con su ser amado toda persona que ama apasionadamente.

15 4. El poder de Dios trabaja en nosotros
“Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a el sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos, amen”. (Efesios 3:20-21)

16 Mediante el sacrificio de Cristo hemos recibido una nueva vida en relación correcta con Dios. Dios nos libro del poder del pecado y nos dio su Espíritu para que pudiéramos tener una vida agradable ante El.

17 Si comparamos con el matrimonio nuestra relación con Dios, en verdad este es un matrimonio conforme a la voluntad divina. Por tanto, nos aseguraremos de ser totalmente suyos. No esconderemos nada; nos entregaremos por completo a Dios.

18 En relación de amor ningún compromiso a medias es valido
En relación de amor ningún compromiso a medias es valido. La entrega a Dios tiene que ser total. Solo así puede funcionar una relación. Se imagina un matrimonio en el que un cónyuge le diga al otro: Te dedicare un dia a la semana. Que absurdo seria.

19 Que opinaría si un cónyuge le dijera al otro: te dedicare todos los días excepto uno. Ese dia hare lo que quiera. Ni siquiera eso resultaría tampoco. Los cónyuges que se aman no ponen límites en su compromiso. Lo dan todo.

20 Parece que Dios no solamente nos ha prometido poder sino que nos ha dado el poder que necesitamos para vivir vidas de amor que deseamos.

21 Tenemos que alcanzar el potencial pleno de la relación
Tenemos que alcanzar el potencial pleno de la relación. Solo la unidad completa y la intimidad total con Dios podrán satisfacernos. Dios nos ha dado ese poder para vivir para El, completamente. Por eso Pablo pudo decir: “Para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21).