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Publicada porVicente Álvarez Modificado hace 5 años
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LECCIÓN 6: EL PROFETA SAMUEL Texto bíblico: 1 Samuel 1
LECCIÓN 6: EL PROFETA SAMUEL Texto bíblico: 1 Samuel 1. Texto áureo: 1 Samuel 1:28.
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Elementos previos a considerar:
El libro de Samuel se llama así por uno de sus personajes decisivos: Samuel. Consta de dos partes, 1 Samuel y 2 Samuel. El tema central del libro es la venida de la monarquía. Ya pasó el tiempo de los Jueces ahora viene el tiempo de los reyes. Es Samuel, como juez y profeta quien acompaña este proceso, de hecho él es quien debe ungir al primer y segundo rey de Israel. Con razonable probabilidad podemos situar estos relatos en los siglos XI y X a.C. Hacia el año 1030 Saúl es ungido rey, David comenzaría su reinado en Hebrón hacia el 1010 y Salomón en el 971.
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Diálogo Introductorio: En aquellos tiempos era común ofrecer el primer hijo a Dios (como en el caso de Samuel). ¿Han ofrecido, ustedes, sus hijos para el Señor? ¿Cómo fue? ¿En qué situación? ¿Bajo qué términos?
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LA FAMILIA DE SAMUEL. Un varón con dos mujeres: El relato del 1 Samuel 1 parte hablando de Elcana, padre de Samuel, quien tenía dos mujeres: Penina y Ana. El verso 2 añade: “Y Penina tenía hijos, más Ana no los tenía”. En aquel tiempo era común tener dos mujeres. Sin embargo Elcana amaba a Ana (1 Samuel 1:44-5). Un varón que cumple con sus deberes religiosos: El relato sigue diciendo que Elcana iba todos los años al santuario ubicado Silo (1 Sam.1:3). Dos mujeres contrariadas: Las mujeres de Elcana tenían diferencias entre ellas. Ana se sentía inferior por no tener hijos y Penina se ponía celosa porque Elcana ponía más atención a Ana. Penina además ofendía a Ana, “…la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos” (1 Sam 1:6). De pura pena Ana “…lloraba y no comía” (1 Sam. 1:7). La oración perseverante de Ana: Ana no dejó de ir al santuario de Silo a orar pidiendo un hijo. Cierto día, estando en el santuario, “…ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente” (1 Sam. 1:10). El sacerdote Elí la ve y luego de conversar con ella le dice: “Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho” (1 Sam.1:17). La respuesta de Dios: Al día siguiente, se levanta temprano en el Santuario “…adoraron a Jehová” (1 Sam. 1:19) y se dirigen a su hogar. Alcana “… se llegó a Ana… y Jehová se acordó de ella” (1 Sam. 1:19).
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ANA: UNA MUJER DE PALABRA
Ana cuando iba al santuario de Silo, oraba al Señor, pero igualmente le hizo un voto, una promesa: “E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza” (1 Sam. 1:11). Ella prometió que si Dios le regalaba ser madre de un varón ella lo consagraría para Él. Sería un nazareo, como Sansón, (Jueces 13:5; Núm. 6:1-21), un consagrado a Dios. Luego que Samuel fue destetado ella, es decir entre 3 ó 4 años de edad, tomó a su hijo y todo lo necesario para ofrecer al Señor su ofrenda: becerros, harina y vino y volvió a Silo y matando el becerro entregaron el niño al sacerdote Elí (1 Sam.1:24). Y ella dijo al sacerdote Elí “¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová” (1 Sam.1:26-28). Ella entrega, dedica, consagra su hijo a Dios para que Samuel “… todos los días que viva, será de Jehová”.
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ANA PROMETIÓ Y CUMPLIÓ Samuel llegó a ser un siervo de Dios, así lo atestiguan las Escrituras: 1 Samuel 2:18: “Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová…”. 1 Samuel 2:21: “…Y el joven Samuel crecía delante de Jehová” 1 Samuel 2:26: “Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres”. 1 Samuel 3:1: “El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí”. 1 Samuel 3:19: “Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras”. 1 Samuel 3:20: “Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová”. Posteriormente Samuel, por la queja del pueblo de querer tener un rey (1 Samuel 8:5) consagra al primer y segundo rey de Israel.
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Algunos temas que se desprenden del pasaje de hoy:
Dios es poderoso, puede producir vida de una mujer infértil. La oración perseverante puede mover al milagro. Lo que pedimos a Dios debe ser para engrandecerlo a Él. Ana pidió un hijo que luego lo consagró para Dios. Lo que sembramos cosechamos. Ana sembró devoción (yendo al santuario y orando) y cosechó un hijo fiel al Señor. Hay que ser personas fieles, consecuentes en nuestras palabras. Ana prometió y cumplió.
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PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO
¿Quién de los presentes conoce al Señor Jesucristo por el testimonio y trabajo de su madre? (Comentar).
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