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Publicada porSilvia Ojeda Modificado hace 5 años
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“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”
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La restauración de Dios de este planeta caído por el pecado es una promesa irrevocable. No podemos aplicar esa promesa de una manera que socave el libre albedrío. Pero si hay alguien que puede persuadir un corazón es el Espíritu de Dios. En esta esperanza ponemos nuestra confianza.
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LA PROFECÍA DE LOS CORAZONES RECONCILIADOS
“E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:17) ¿Qué significa la frase “volver el corazón”? Que Dios envíe el llamamiento a la santidad, a través de la familia, es muy relevante. Dios no llama a la conversión a un culto o forma de gobierno. Pero sí a volver a las relaciones familiares. Padre para hijos, porque las acciones redentoras de Dios son primero al ser humano. Después de los hijos a sus padres, es decir, de la humanidad a Dios (Malaquías 4:5-6) Juan el Bautista y Elías llamaron al pueblo a volver a Dios, tal como el llamamiento de Malaquías "vuelva a mí", pero la respuesta arrogante fue: "¿En qué habremos de volvernos?" (Malaquías 3:7). Al igual que el llamado de Elías, en el monte Carmelo, que se diera al pueblo oportunidad de volver a Dios (1 Reyes 18:37). Dios siempre quiere a sus hijos reconciliados con Él (Isaías 63:16), pues sólo Él perdona y redime la rebeldía de todos (Miqueas 7:18-19), llamándolos de la apostasía y el pecado a su redención (Malaquías 3:7) . Quiere reunir a su pueblo a Él y a las generaciones entre sí (Deuteronomio 4:29-31), así como, bendice con restauración y renovación las relaciones familiares. (Proverbios 2:21). PIENSA: ¿Cuál es la conexión entre una relación restaurada con Dios y las relaciones restauradas en nuestra familia? ¿Por qué una debe preceder a la otra?
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REUNIÓN FAMILIAR “Tomando luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive” (1 Reyes 17:23). ¿Qué lección extraemos respecto a la reunión de las familias en le experiencia de Elías y la viuda de Sarepta? Como resultado del pecado hubo una sequía en Israel y Elías fue acusado de ser el causante de ese mal. Entonces entró en escena una familia (la de la viuda de Sarepta) que dio al profeta abrigo y protección. Incluso después de recibir los milagros de Dios en el sustento de la casa, la viuda vio a su hijo morir. Ella reveló una creencia de la época según la cual la muerte era un castigo por su pecado (1 Reyes 17:18). Sin embargo, su hijo fue resucitado y ella reconoció el poder de Dios y la identidad del profeta (1 Reyes 17:24). Hay un contraste entre esa familia humilde pero con fe en Dios, y la familia de Acab, que estaba en completa rebelión contra el Señor. Además, esa madre ilustra el poder de la fe dentro del hogar. El nombre de Elías era un mensaje, pues significa "Jehová es mi Dios", contraponiéndose a Baal como dios. Este mensaje indica cuánto Dios quiere que las familias estén involucradas en afecto, cuidados mutuos y buscando salvación y comunión con Dios. El reencuentro de la viuda con su hijo resucitado le consuela e infunde fe y gratitud al verdadero Dios. Objetivo de Dios para el reencuentro de la familia. PIENSA: ¿Qué reuniones familiares todavía estás esperando? ¿A qué promesas de Dios te aferras que te dan esperanza de concretar esa reunión?
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RECONCILIACIÓN EN EL ALTAR
“Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado” (1 Reyes 18:30). Aunque el contexto sea totalmente diferente, ¿cómo se pueden aplicar los principios que se observan en esta historia a la vida familiar? El gran objetivo de Elías era promover una renovación de la alianza y hacer que el corazón del pueblo se volviera hacia Dios (1 Reyes 18:37). El acto de levantar del altar en el Carmelo debe recordarnos la importancia de levantar el altar de la familia diariamente. En él, padres e hijos renuevan la alianza con Dios y los unos con los otros. Desafortunadamente, "entre los miembros activos de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, el 40% de las familias nunca hacen el culto familiar, el 27% realizan el culto diario y el 33% lo celebran sólo una vez por semana" (S. Joseph Kidder, "Cómo desarrollar cultos familiares edificantes, "Willie y Elaine Oliver, El fortalecimiento de los recuerdos en la familia ( Ministerio de la Familia , Unión Central Brasileña, 2015), p Ellen G. White tiene una clara advertencia: "Si alguna vez hubo momento en que cada casa debe ser una casa de oración, es ahora" (Elena G. de White, Consejos sobre la Iglesia, p 155.). PIENSA: ¿En qué condición está tu “altar” familiar? ¿De qué maneras específicas puedes “reconstruir el altar” en tu hogar, si de verdad lo necesita?
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RECONCILIACIÓN EN EL JORDÁN
“Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas” (Mateo 3:3) ¿En qué sentido su mensaje fue revolucionario y de qué modo preparó el camino para Jesús ? Como Elías rogó la conversión de los corazones en el Carmelo, Juan el Bautista pidió la conversión de los corazones en el Jordán, cumpliendo la profecía de que el Señor enviaría a un siervo suyo, con el espíritu de Elías, para preparar el camino del Mesías. La invitación de Juan al arrepentimiento pretendía la remisión de los pecados (Marcos 1:4). Su predicación se centraba en la transformación de pecadores y malvados seres en nuevas criaturas, cuyas palabras y acciones demostraban su conversión, dejando supersticiones y tradiciones y teniendo una experiencia personal con Dios y la salvación (Lucas 7:27). Sus mensajes señalaban, en palabras y actos, a Jesús como el "Cordero de Dios", de esa forma preparando el camino del Mesías y no cuidando si sus seguidores lo dejarían para seguir a Jesús. Nuestra misión en el umbral de la travesía del Jordán que llevará al pueblo de Dios a la eternidad es preparar el camino del Señor mientras es tiempo. PIENSA: ¿Están tus hijos, tu cónyuge, tus padres, tus hermanos, tu famila, imitándote por precepto y ejemplo?
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RECONCILIACIÓN EN LOS ÚLTIMOS DÍAS
“E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:17). ¿Cómo refuerza nuestro mensaje estas palabras? Finalmente, el pueblo de Dios en el tiempo del fin (el remanente de Apoc. 12:17) proclama el mismo mensaje de Elías, llamando a las personas y familias al arrepentimiento y "convirtiendo corazones" al Señor. Es interesante notar que, mientras predican a los hombres los tres mensajes angélicos de Apocalipsis 14, hablando de salvación y juicio, son semejantes a la predicación de Elías y Juan el Bautista. El mensaje de salvación debe ser proclamado con el mismo fervor y valor, de Elías y de Juan el Bautista. Los tres Elías (Elías, Juan Bautista y el Remanente) tienen el mismo mensaje: "Nuestro mensaje necesita ser tan directo como el de Juan. Él reprendió a reyes por su iniquidad. A pesar del peligro que su vida corría, nunca permitió que la verdad vacilara en sus labios. En este momento, nuestro trabajo debe ser realizado con la misma fidelidad "(Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día , v. 4, p edición en portugués). PIENSA: ¿Qué puedes hacer, en forma especial, para mostrar a tus allegados (tu familias inmediata u otros) que los amas y te preocupas por ellos?
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En este trimestre tuvimos la oportunidad de estudiar el tema "Las Etapas Familiares", visitando semanalmente temas referentes a nuestra formación personal, nuestros "ciclos de la vida", la responsabilidad que llevamos por los resultados de nuestros días por nuestras elecciones y decisiones. En resumen, su familia y mi familia, representamos a la familia de Dios en la Tierra y todos somos hijos de Él y, por tanto, hermanos. Como hermanos, debemos cuidar unos de otros, amablemente, desinteresadamente, altruistas.
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