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PSICOLOGÍA. Prof. Janina Fonseca M.
SIGMUND FREUD PSICOLOGÍA. Prof. Janina Fonseca M.
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Sigmund Freud Médico neurólogo, inventor del psicoanálisis. Nacido en Freiberg (Moravia) en 1856, primer hijo del segundo matrimonio de su padre, Jakob, un comerciante en lanas judío.
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En 1881 obtuvo su título de doctor en medicina, especializándose en neuropatología. En este periodo se interesó por los efectos terapéuticos de la cocaína ( ).
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En 1885 asiste en el hospital de la Salpétrière (París) al tratamiento de la histeria por la hipnosis, que realizaba el doctor Charcot.
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La histeria es una neurosis cuyo cuadro clínico suele estallar en síntomas
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Los efectos espectaculares de este tratamiento, que afectaba a las capas profundas del psiquismo de los enfermos, le orientan hacia el descubrimiento del inconsciente
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Casado en 1886 con Martha Bernays, tuvo que renunciar a la carrera universitaria y ganarse la vida como médico en su consulta privada y como director del servicio de neurología de la clínica de Niños Enfermos, pero continúa sus investigaciones sobre las causas psíquicas de la histeria..
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Breuer- Anna O. ( Bertha Popenhein) -Freud
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La ruptura con Breuer se realiza como consecuencia de la etiología sexual de la neurosis planteada por Freud. Origen o causas de las enfermedades
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Inconsciente Lo contrario de la conciencia. En general, aquella parte de la vida psíquica de la que no se tiene conciencia, al menos en el momento presente, pero que muestra signos de su presencia a través de manifestaciones diversas.
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Tres niveles de la actividad psíquica: el consciente, el preconsciente y el inconsciente.
Mientras el preconsciente (que pertenece al yo) está constituido por los contenidos psíquicos que son solamente inconscientes de manera latente y que son susceptibles de ser conscientes, el inconsciente (un sistema -al que llama sistema Inc- más bien propio del ello) alberga los deseos y pulsiones reprimidos o censurados que no afloran a la conciencia y que son atemporales, es decir, no sujetos a las categorías habituales del tiempo.
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Freud coloca en el inconsciente los deseos reprimidos, que son la expresión psíquica de excitaciones somáticas o pulsiones, generalmente constituidos por deseos infantiles censurados o reprimidos, que tienden a ejercer una fuerte presión sobre la conciencia. Pero que solamente pueden manifestarse a través de mecanismos como los del desplazamiento o de la condensación.
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La energía del inconsciente está regida por el principio del placer, que se opone al principio de realidad, y sus manifestaciones más destacables son los sueños y los actos fallidos.
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Actos Fallidos Los olvidos de nombres de personas o lugares bien conocidos por el sujeto, el extravío de objetos y, en general, los diversos errores de pequeña magnitud que la mayoría de las personas atribuyen a la casualidad .
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El complejo de Edipo. Complejo nuclear del inconsciente que se constituye por un conflicto de sentimientos, originados por la intervención del padre en la relación del niño con la madre.
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Los fundamentos de la nueva disciplina ya están asentados a partir de “La interpretación de los sueños” (1899), obra en la que se afirma la realidad del complejo de Edipo y la estructura tripartita del psiquismo.
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Neurosis Para Freud son manifestaciones de un conflicto de represión.
a) neurosis actuales: debidas a trastornos afectivos, vegetativos y motores momentáneos (como estados de ansiedad, de angustia, de miedo, neurastenias, etc.); b) psiconeurosis: o neurosis de defensa con manifestaciones somáticas, cuyo origen se debe a fenómenos de represión interna (histerias, fobias), y c) neurosis traumáticas: debidas a un origen traumático, pero con los mismos síntomas que las actuales y las psiconeurosis.
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La histeria (de hystéra, útero; se creía antiguamente que el útero exacerbado afectaba al cerebro)
Es la neurosis más estudiada y la que ha intervenido de forma principal en el origen del psicoanálisis. Es un estado psíquico que presenta diversos trastornos psíquicos y síntomas corporales sin origen orgánico.
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Histeria Aparecen en las personas que tienen una predisposición congénita (hay histerias adquiridas), con ocasión de una vivencia afectiva traumática que no son capaces de elaborar de manera normal.
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Histeria Las manifestaciones somáticas -corporales-, consisten en rigidez, convulsiones, desvanecimientos, parálisis, alteraciones profundas de la sensibilidad, pérdidas del habla, dolores de cabeza, temblores, alteraciones cardíacas, etc.
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Histeria Emocionalmente, las personas histéricas son muy excitables, inconstantes, débiles y manifiestan un psiquismo infantil. No manifiestan, por lo general, perturbaciones en su inteligencia.
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Histerias de conversión
Son aquellas que consisten principalmente en trastornos físicos sin base orgánica. Los fenómenos disociativos, manifestaciones histéricas, que suponen cierta disociación en la personalidad del individuo, se manifiestan como amnesias acerca de uno mismo, sonambulismo, o personalidad múltiple.
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Freud recordaba (p.e. 1916, 1917, 1924) que, en la historia de la investigación científica, las innovaciones han sido recibidas frecuentemente con un fuerte rechazo, sobre todo cuando atentan contra nuestra propia imagen: “(…) el amor propio de la Humanidad, ha sufrido hasta ahora tres graves ofensas por parte de la investigación científica”: La “ofensa cosmológica” que Copérnico infringió a la humanidad al arruinar “la ilusión narcisista” de que la Tierra era el Centro del Universo; la “ofensa biológica” con que Darwin nos hirió al poner punto y final a la fantasía de que los seres humanos eran cualitativamente diferentes a los animales. “Pero la ofensa más sensible es la tercera, de naturaleza psicológica”, la que él mismo acababa de hacernos, al demostrar que ni siquiera somos dueños de nuestra propia conciencia, porque dentro de nuestro equipaje psíquico existe un inconsciente dinámico y bien repleto, que controla a aquélla sin que nos demos cuenta, “el yo no es dueño y señor en su propia casa (…) No es por tanto, de extrañar que el yo no acoja favorablemente las tesis psicoanalíticas y se niegue tenazmente a darles crédito” (Freud, 1917/1974, tomo VII, ).
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