Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
Publicada porHugo Luna Modificado hace 6 años
1
VERÁ LA SALVACIÓN Lectio divina Domingo II Adviento. Ciclo C.
9 Diciembre Secretariado Catequesis de Cádiz y Ceuta Música: Scarborough Fair Elaboración: Manuel López/Eloísa Díaz-Jara Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
2
ORACIÓN INICIAL Señor, me percibo como un terreno accidentado,
lleno de obstáculos y oscuridades, que impiden y retrasan tu venida hacia mí. Quiero ir preparando este camino, para que Tú entres plenamente en mi vida. Quiero dejarte mi terreno abierto para que Tú vayas haciendo esta tarea, que Tú sabes, quieres y puedes.
3
TEXTO BÍBLICO Lc. 3, 1-6 En el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; los valles serán rellenados los montes y colinas serán rebajados; lo torcido será enderezado, lo escabroso será camino llano. Y toda carne verá la salvación de Dios».
4
LECTURA ¿Qué dice el Texto?
5
El mensajero es Juan Bautista (que junto con Isaías y María, forma parte de la tríada que nos acompañará en todo este tiempo litúrgico). Fue un profeta querido y temido, porque cantaba las verdades sin pose ni ficción. Pagó caro su amor a la verdad. Pero no sólo la decía, sino que sobre todo la vivía, la decía viviéndola.
6
Su mensaje se allega hoy hasta nosotros haciéndonos la misma invitación que hace 2000 años hizo a otra gente: está por venir otro, alguien especial, por quien el corazón de todos los hombres ha estado siempre en vilo; avivad, pues, vuestra espera, encended vuestra esperanza, y cambiad, convertíos, porque Él, el esperado por todos y por ti... está para llegar.
7
Porque el Mesías no viene por todos los caminos
Porque el Mesías no viene por todos los caminos. A saber: el camino de la injusticia, el camino de la violencia, de la inmisericordia, de la dureza, del olvido, de la idolatría, de la tibieza... por ahí no vendrá Él. Es imposible caminar por estos andurriales creyendo que nos llevan a Belén. Juan Bautista, entrará a saco para ir al grano y preguntar sin ambages a los de entonces y a nosotros los de acá: ¿qué caminos andas tú?
8
En el cruce de caminos de mi vida con la suya, en las sendas allanadas y las colinas descendidas, quiere el Señor mostrar a cuantos quieran ver, su Bondad y su Ternura, sin distinción de raza, lengua y nación.
9
Y así termina este Evangelio: “todos verán la salvación de Dios”
Y así termina este Evangelio: “todos verán la salvación de Dios”. Tremendo misterio, que Dios haya querido en buena parte supeditar el que esa salvación sea vista, a que yo no tenga, no ande, los caminos indebidos que ofenden a Dios y manchan al hombre.
10
Sólo queda enderezar lo torcido, allanar lo altanero, igualar lo escabroso. Dios nos quiere camineros y caminantes para que nuestros pies frecuenten las sendas por las que Dios vino, viene y vendrá;
11
caminos que huelen a tomillo de paz, gracia y comunión, caminos de horizontes largos donde la gente se ve de lejos y los rostros como son, caminos llenos de la misericordia y lo entrañable, caminos propios de Dios.
12
¿Qué me dice el Señor en el Texto?
meditación ¿Qué me dice el Señor en el Texto?
13
¿Es verdad que sentimos como Él lo hace
¿Es verdad que sentimos como Él lo hace? Por ejemplo, cuando sufrimos algún mal o alguna afrenta, ¿logramos reaccionar sin animosidad y perdonar de corazón a los que piden disculpas? En este segundo domingo de Adviento, la liturgia nos pone en la escuela de Juan el Bautista, que predicaba «un bautismo de conversión para perdón de los pecados» … Preguntémonos: ¿es realmente cierto que en diversas situaciones y circunstancias de la vida tenemos en nosotros los mismos sentimientos de Jesús?
14
Cuando estamos llamados a compartir alegrías y tristezas, ¿lloramos sinceramente con los que lloran y nos regocijamos con quienes se alegran? Cuando expresamos nuestra fe, ¿lo hacemos con valentía y sencillez, sin avergonzarnos del Evangelio? Y así podemos hacernos muchas preguntas. Siempre tenemos que convertirnos, tener los sentimientos que Jesús tenía.
15
La voz del Bautista grita también hoy en los desiertos de la humanidad, que son las mentes cerradas y los corazones duros, y nos hace preguntarnos si en realidad estamos en el buen camino, viviendo una vida según el Evangelio.
16
Hoy, como entonces, nos advierte con las palabras del profeta Isaías: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos». Es una apremiante invitación a abrir el corazón y acoger la salvación que Dios nos ofrece incesantemente, casi con terquedad, porque nos quiere a todos libres de la esclavitud del pecado… Y la salvación se ofrece a todo hombre, todo pueblo, sin excepción, a cada uno de nosotros.
17
Si a nosotros el Señor Jesús nos ha cambiado la vida, y nos la cambia cada vez que acudimos a Él, ¿cómo no sentir la pasión de darlo a conocer a todos los que conocemos en el trabajo, en la escuela, en el edificio, en el hospital, en distintos lugares de reunión? Cada uno de nosotros está llamado a dar a conocer a Jesús a quienes todavía no lo conocen. «¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!», declaraba san Pablo.
18
Si miramos a nuestro alrededor, nos encontramos con personas que estarían disponibles para iniciar o reiniciar un camino de fe, si se encontrasen con cristianos enamorados de Jesús. ¿No deberíamos y no podríamos ser nosotros esos cristianos? Os dejo esta pregunta: «¿De verdad estoy enamorado de Jesús? ¿Estoy convencido de que Jesús me ofrece y me da la salvación?».
19
Y, si estoy enamorado (de Jesús), debo darlo a conocer
Y, si estoy enamorado (de Jesús), debo darlo a conocer. Pero tenemos que ser valientes: bajar las montañas del orgullo y la rivalidad, llenar barrancos excavados por la indiferencia y la apatía, enderezar los caminos de nuestras perezas y de nuestros compromisos.
20
¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
oración ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
21
Tú eres, Señor, la Palabra de la vida pronunciada en el silencio, y que en silencio debe ser acogida. ¡Haz que germine en nuestros corazones como Buena Noticia, a todos los hombres.
22
Tu Palabra, Señor, nos da la vida.
Por eso, confío en ti, aunque camine despacio y por lugares oscuros, no temo, porque tu Palabra es luz en mi camino.
23
Tu Palabra, Señor, es siempre nueva, alimento de mi alma.
Por eso, me es dulce al paladar y me sabe a amor cuando la proclamo desde mi pobre vida. Amén.
24
¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
contemplación ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
25
Juan no eligió ser predicador, lo eligió Dios; Juan no eligió lo que tenía que decir, Dios le dio la palabra, el mensaje y la enseñanza; Juan no buscó el aplauso de los hombres, simplemente preparó el camino del Salvador. Juan preparó los corazones para que se abrieran al Señor; anunció la conversión, cambiar la manera de vivir, bautizarse para obtener el perdón de los pecados y enderezar el camino.
26
Es una llamada a ser más libres y más felices
Es una llamada a ser más libres y más felices. Una llamada a prepararnos para recibir al Señor y preparar el nacimiento de Jesús en nuestro corazón. Jesús tiene que nacer en mí. Romper la fuente para dar a luz a Cristo en mi vida. La palabra que Dios dirigió a Juan sigue resonando todos los advientos en la iglesia…
27
La autopista que tenemos que construir es la de nuestra vida para llegar a Dios: arrepentimiento, cambio de vida, conversión, escucha del mensaje… Juan nos da una lista de cosas que tenemos que hacer para preparar la visita del Señor: rellenar las quebradas… En nuestro mundo ya no hay caminos que enderezar ni… todo son autopistas, puentes gigantescos.
28
Adviento es tiempo en que “Dios nuestra justicia” nos invita a todos a humanizar la vida, a vivir en un mundo más fraterno, a no tener miedo a Dios ni miedo a los hombres, a construir una ciudad y una sociedad en la que todos cabemos, con derechos y obligaciones porque Dios está presente en cada uno de nosotros.
29
Faltan hoy en nuestro mundo precursores de Dios, creyentes tan seguros de su venida que se empleen a fondo en anunciarla. No encontramos motivos para ponernos a trabajar en sus caminos. Y porque no se le espera, no se le encuentra cuando viene. Sólo quien lo espera y trabaja para que venga de una vez, la verá; sólo el siervo que le aguarda se encontrará con su Señor cara a cara.
30
acción ¿A qué me comprometo?
31
No celebres otro adviento más, sin que tenga consecuencias en tu vida
No celebres otro adviento más, sin que tenga consecuencias en tu vida. Si no recuperas la esperanza en Dios y no te conviertes en causa de esperanza para los demás, pasará, sin pena ni gloria, esta oportunidad.
32
Busca, entre tantas voces y rumores, aquellas que te hablan de Dios y deja que en tu vida resuene su voz: así sí que vivirás el adviento este año.
33
La mejor manera de prepararte para la venida de Jesús sería la de convencer, con tu testimonio de vida, a cuantos te rodean para que preparen contigo los caminos al Señor. Compartiendo el trabajo y la esperanza común se hace menos penoso el esfuerzo y más corta la espera.
34
Esta semana trata de abrirte totalmente a la acción de Dios en tu vida
Esta semana trata de abrirte totalmente a la acción de Dios en tu vida. Con confianza, exclama y ora con el salmo responsorial de este domingo: El Señor es mi Dios y mi Salvador.
35
Busca el bien de todos e intenta romper todo tipo de individualismo
Busca el bien de todos e intenta romper todo tipo de individualismo. Vive cada día más abierto/a a unas relaciones más justas, más humanas, más pacíficas...
36
Haz tuyos los problemas del barrio, de la comunidad, amigos y compañeros y participa en todo lo que aporte soluciones a los problemas.
37
“Preparad el camino del Señor,” dedica tiempo y entrega para que el Señor pueda nacer en cada uno de los que te rodean, empezando por ti mismo. Quita todo aquello que no facilite su llegada. FIN
Presentaciones similares
© 2025 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.