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Verso de Memoria “Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él” (Núm. 12:6)

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Presentación del tema: "Verso de Memoria “Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él” (Núm. 12:6)"— Transcripción de la presentación:

1 Verso de Memoria “Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él” (Núm. 12:6)

2 Objetivos Comprender de qué formas se comunica Dios con sus profetas.
Destacar que Daniel 2, 7-9, 11 y 12 abarcan, aproximadamente, el mismo período de tiempo. Afirmar que, a pesar del terrible conflicto con el mal, Jesús logra la victoria absoluta. DANIEL CONSTITUYE una unidad con tres elementos. La primera parte es el capítulo 10, la segunda parte es la visión misma, en 11:2-12:4, y la tercera (Dan. 12:5-13) concluye no sólo el capítulo sino también el libro de Daniel. La última visión dada a Daniel ocurrió dos años después del regreso de los judíos de Babilonia. En esta visión, Dios descorrió el velo de la historia y mostró a Daniel algunas realidades del mundo invisible: el conflicto entre las fuerzas del bien y las del mal. Apocalipsis 12:7-9 revela un cuadro similar: Miguel y sus ángeles luchan contra el príncipe del mal y sus ángeles. Asimismo, el epílogo en ambos libros es el mismo: Miguel, el gran Príncipe, vence a Satanás y libera a su pueblo, los que “se hallen escritos en el libro” (Dan. 12:1).   Ésta, la última visión de Daniel, cubre básicamente el mismo período de la historia que los capítulos 2, 7 y 8, aunque nos da una vislumbre de la gran controversia cósmica invisible.

3 Bosquejo El profeta en visión (Dan. 10:4-13).
Dios levantó el velo y mostró a Daniel las realidades del mundo invisible: el conflicto entre las fuerzas del bien y del mal. Los efectos orgánicos de la visión sobre Daniel fueron similares a los que experimentó el apóstol Pablo.

4 Bosquejo El conflicto final (Dan. 10:14).
Los postreros días se refieren al futuro, y culminan con la segunda venida de Cristo. Por medio de Daniel, recibimos una vislumbre cósmica de la lucha entre el bien y el mal. Todos deben elegir a quién servirán

5 Bosquejo Los reyes del norte y del sur (Dan. 11:1-28).
Daniel 2, 7 y 8 comprenden, aproximadamente, el mismo período que Daniel 11:1-12:4. De este modo, Grecia, Roma y el reino dividido encuentran paralelos correspondientes en Daniel 11-12:4. Las profecías mesiánicas también se encuentran en Daniel 10:21; 11:1 y el capítulo 12.

6 Resumen Dos adventistas estaban discutiendo acerca de qué modo trabaja Satanás, mediante las personas de la iglesia, para obtener el poder y el control a fin de comprometer la verdad y la justicia. Uno levantó su Biblia y dijo: “Revisé el último capítulo y la última página de mi Biblia. ¡Nosotros ganamos!”.

7 Comentario ¿Libertad de elección o determinismo?
A diferencia de la postura de ciertas teologías que sugieren que Dios predestina a los seres humanos ya sea a la salvación o a la condenación, los adventistas del séptimo día generalmente creen que Dios nos ha dado libertad para decidir si obedeceremos a él y viviremos, o desobedeceremos y moriremos. I. ¿Libertad de elección o determinismo? A diferencia de la postura de ciertas teologías que sugieren que Dios predestina a los seres humanos ya sea a la salvación o a la condenación, los adventistas del séptimo día generalmente creen que Dios nos ha dado libertad para decidir si obedeceremos a él y viviremos, o desobedeceremos y moriremos. De hecho, la idea de la gran controversia involucra los esfuerzos de Dios para persuadir a sus criaturas a obedecerlo porque así lo eligen. Es importante que nos demos cuenta de que, aunque somos seres libres, sin Dios esa libertad tiene poco valor o ninguno para nosotros. Dios anhelaba que tuviéramos compañerismo con él; pero, en ausencia de ese compañerismo, buscamos otras cosas para llenar el vacío, cosas que son inadecuadas o peligrosas; aun las cosas que son inofensivas en sí mismas pueden llegar a ser amos crueles de nuestra voluntad si les permitimos que tomen el lugar de Dios en nuestras vidas. Entonces, por supuesto, está el más cruel de todos los amos crueles; Satanás mismo. No servir a Dios es siempre servir a Satanás. ¿Por qué no es factible la neutralidad? Una vez más, porque nosotros, al igual que todos los seres creados, debemos servir a Dios. Como lo afirma el Catecismo Presbiteriano Breve de Westminster: “El fin principal del hombre es glorificar a Dios, y gozarlo para siempre”. No servir a Dios es rebelarse contra su voluntad y, por omisión, nos pone en armonía con la voluntad de Satanás. Después de todo, ¿cómo comenzó Satanás su escalada rebelde? “Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isa. 14:14). Satanás quería ser su propio dios y verse libre del Dios verdadero. Al principio, esto debe de haber parecido bastante inocente, así como le parece a mucha gente hoy. Satanás ni siquiera dijo que él quería reemplazar a Dios; meramente quería ser semejante a Dios, controlar su propio destino. Y él hizo precisamente eso, para su daño personal y el nuestro. Realmente teníamos el control sobre nuestro propio destino, pero teníamos la posibilidad de alcanzarlo en el marco de una sociedad amante con Dios. II. Citas útiles acerca de la libertad de elección. “Daniel no ve problema ni contradicción entre la actividad de Dios en la historia y la libertad humana. Su voluntad ordenada de antemano no desplaza la libertad humana; la persona es libre para tomar decisiones. Pero, cualquier decisión se hace en el contexto del desarrollo inevitable de los eventos. Los hombres pueden elegir servir a la voluntad divina dentro del curso de los eventos determinados por el Soberano divino”.–Arthur Ferch, Symposium on Daniel, p. 66. “Las profecías apocalípticas describen el plan universal de Dios para la raza humana y para su pueblo y, por lo tanto, son incondicionales. El soberano Señor de la historia la conduce, sin violar la elección humana o su libre albedrío, hacia una meta específica: el establecimiento de su Reino eterno sobre la tierra. En consecuencia, la profecía apocalíptica tiene un elemento de determinismo basado en el hecho de que el plan de Dios triunfará a pesar de cualquier oposición”.–Ángel Manuel Rodríguez, Future Glory, p. 12. “Pero el hecho de que Dios sepa lo que los individuos harán no estorba su elección más de lo que el conocimiento que un historiador tiene de lo que la gente hizo en el pasado estorba sus acciones. Tal como una cámara registra una escena sin cambiarla, la presciencia divina contempla el futuro sin alterarlo. El conocimiento anticipado de que disfruta la Deidad nunca viola la libertad del hombre”.–Creencias de los adventistas del séptimo día, p. 29. “Desde una filosofía bíblica de la historia, por lo tanto, la libertad humana debe estar en tensión con la soberanía divina. Negar lo primero es hacer que la historia sea determinista; repudiar (negar) lo segundo es hacerla caótica, incierta y sin sentido”.–William Johnsson, en Frank B. Holbrook, ed., The Seventy Weeks, Leviticus, and the Nature of Prophecy, p. 284. III. Lo que dice la Biblia acerca de la libertad de elección. “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días” (Deut. 30:19, 20). “Escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Jos. 24:15). “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él” (1 Rey. 18:21). “Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado” (Heb. 11:24, 25).    ESTUDIO BIBLICO INDUCTIVO Textos para estudiar:  Daniel 10, 11.  El contexto histórico de Daniel 10 y 11 encuentra a Daniel en Babilonia, mientras que su pueblo había regresado a su patria y estaba luchando para restaurar a Jerusalén. Aunque físicamente alejado de su pueblo, Daniel a menudo oraba por él. (Y, cuando registró sus pecados –Daniel 9:4-19–, se identificó con él.) Compara esta actitud con los críticos actuales de la iglesia. ¿Qué puede lograr una oración a favor de la restauración de la iglesia, que las críticas no logran? ¿Significa esto que no podemos ser críticos? Explica tu respuesta. Ante la presencia de un ser celestial, Daniel se aterrorizó; no obstante, oyó las palabras: “Daniel, varón muy amado” (Dan. 10:11). ¿Qué es lo que provocó la reacción inicial de Daniel? ¿Hay algo acerca de tu relación con Dios que te atemoriza? ¿Cómo sabes que eres altamente considerado por el Cielo? ¿Qué promesa bíblica puedes reclamar como prueba de ello? “¡He aquí, vengo pronto!”, dijo Jesús (Apoc. 22:7). ¿Hay algo en la segunda venida de Cristo que debería enfatizarse más que su proximidad? Si es así, ¿qué es? Si no, ¿por qué no? El tema subyacente de esta lección podría ser la actividad de Dios y de Satanás, tras bambalinas, en la lucha entre el bien y el mal. ¿Qué eventos actuales, en el mundo, te producen los momentos de mayor ansiedad? ¿Qué explicaciones pueden ofrecerse para atrocidades como el Holocausto, las purgas stalinistas, la bomba atómica sobre Hiroshima, la matanza en los campos de Cambodia, la violencia en Ruanda, etc.? Hay casi tantas interpretaciones de Daniel 10 y 11 como intérpretes. ¿Qué verdad fundamental absoluta puedes extraer del pasaje, que te dará consuelo entre el momento actual y el del regreso de Jesús? TESTIFICACIÓN El amor de Dios por nosotros eclipsa cualquier amor humano; su amor es tan profundo como el océano y tan ancho como el cielo; su amor consume todo y abarca todo. ¿Cómo podemos estar seguros de que Dios nos ama tanto? Considera algunas de las maneras en que él nos muestra su amor: Él nos dio su Hijo y el plan de salvación. Vemos su amor cada vez que miramos a nuestros hijos. Dios sigue deteniendo el desenlace del tiempo del fin, para que más personas puedan escuchar su mensaje de amor y redención. Él nos provee lugares sobre esta tierra que son de tanta belleza natural que alimentan nuestra alma; nos dan un pequeño anticipo de lo que nuestro mundo será cuando este planeta finalmente sea hecho de nuevo. “La naturaleza y la revelación a una dan testimonio del amor de Dios. Nuestro Padre celestial es la fuente de vida, de sabiduría y de gozo. Mira las maravillas y las bellezas de la naturaleza. Piensa en su prodigiosa adaptación a las necesidades y a la felicidad, no solamente del hombre, sino también de todas las criaturas vivientes. El sol y la lluvia que alegran y refrescan la tierra; los montes, los mares y los valles, todos nos hablan del amor del Creador. Es Dios quien suple las necesidades diarias de todas sus criaturas. Ya el salmista lo dijo en las bellas palabras siguientes: ‘¡Los ojos de todos miran a ti, y tú les das su alimento a su tiempo. Abres tu mano, y satisfaces el deseo de todo ser viviente’ (Sal. 145:15, 16)” (CC 7). Comparte con otros, en cada oportunidad que tengas, estas manifestaciones del amor expansivo de Dios por sus hijos, de modo que quienes te rodean comprendan cuánto los aprecia Dios a cada uno de ellos. Añade cada día a tu lista un nuevo ejemplo de su amor. Guarda la lista contigo, o colócala en tu Biblia, de modo que puedas referirte a ella con frecuencia, especialmente cuando necesites un recordativo de ese amor grande y perfecto. APLICACIÓN A LA VIDA   Rompamos el Hielo: Piensa en cómo las pruebas y las tristezas a las que has sobrevivido en el pasado te han fortalecido. Tal vez no te diste cuenta de ello en ese entonces; pero, más tarde, cuando enfrentabas un nuevo desafío, te sentías mejor preparado para la experiencia que tenías por delante, a causa de la prueba anterior. Los que han afrontado enfermedades que amenazaban su vida, a menudo manifiestan que son personas mejores por causa de esa experiencia. ¿Por qué piensas que eso es verdad?. Preguntas para Reflexionar: Cuando nos detenemos a pensar acerca de la guerra que se libra por nuestras almas, sólo necesitamos recordar que Jesús mismo afrontó grandes tentaciones por parte del maestro tentador; él derrotó a Satanás manteniendo fijos su corazón y su mente solamente en su Padre celestial. ¿Cómo es que Satanás conoce las áreas más débiles de nuestras vidas? ¿Cómo podemos estar seguros de que podremos resistir sus engaños? Si te ofrecieran la oportunidad de ver todo tu futuro, ¿la aprovecharías? Explica tu respuesta. ¿Crees que serías una persona mejor por disponer de ese conocimiento? ¿Por qué? Preguntas de aplicación: Una vez más queda claro que el Papado es el principal adversario de Dios en el plan de salvación. “[La iglesia romana] emplea toda clase de estratagemas para extender su influencia y aumentar su poder, mientras se prepara para una lucha violenta y resuelta a fin de recuperar el gobierno del mundo, restablecer las persecuciones y deshacer todo lo que el protestantismo ha hecho. El catolicismo está ganando terreno en todas direcciones” (CS 621, 622). ¿No te sientes animado al saber que, aunque todo esto está ocurriendo a tu alrededor, Dios está en pleno control de los acontecimientos de la historia humana? ¿Cómo puedes reclamar su promesa de que todo ocurrirá de acuerdo con su voluntad? Se nos advierte que falsos profetas tratarán de engañar al pueblo justo de Dios; se necesita una extrema vigilancia para discernir a través de los engaños. Aquí está la prueba que debemos aplicar para verificar la autenticidad: “Si menosprecian la Ley de Dios, si no prestan atención a su voluntad tal como está revelada en los testimonios de su Espíritu, son engañadores. Son dirigidos por impulsos e impresiones que creen que proceden del Espíritu Santo y consideran más dignos de fe que la Palabra inspirada [...] Pero, aunque piensan que son guiados por el Espíritu de Dios, en realidad están siguiendo una imaginación producida por Satanás”.–“Comentarios de Elena G de White” (7 CBA 963). Para aplicar la prueba ¿qué debemos ser primero? (Lee las páginas 962 y 963 del mimo comentario para tu respuesta.)

8 Daniel en Visión (Dan. 10:1-9)
Pregunta 1 Al comienzo de este capítulo, ¿por qué Daniel estuvo afligido y ayunando durante tres semanas? (Daniel 9:2,3) Al comienzo de este capítulo, ¿por qué Daniel estuvo afligido y ayunando durante tres semanas? (vers. 2, 3). Aunque no se indica ninguna razón evidente en el capítulo mismo, las circunstancias históricas en Palestina, en ese momento, pueden darnos respuestas. El tercer año de Ciro (535 a.C.), probablemente, fue el año en el que se despertó la oposición de los samaritanos contra los judíos, como lo registra Esdras 4:1-5. Daniel debe de haber oído acerca de la oposición de los samaritanos, y ayunó y oró por su pueblo que estaba en Palestina. “Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino” (Dan. 10:5). Una visión de día se distingue de una visión nocturna o un sueño profético, como el que se registra en el capítulo 7. ¿Cuáles fueron los efectos físicos de la visión sobre Daniel y sus compañeros? Dan. 10:8, 9, 17. El efecto de la visión sobre los compañeros de Daniel fue el mismo que cuando Jesús se le apareció a Saulo en el camino a Damasco (Hech. 9:3-7). Los efectos físicos sobre el profeta mismo fueron similares a los del apóstol Juan (Apoc. 1:17). Estuvo en trance, como Pedro (Hech. 10:9-11) y Pablo (2 Cor. 12:1, 2), inconsciente de lo que lo rodeaba durante toda la visión. Su atención estaba tan completamente absorbida en las cosas que se le mostraban, que pareció tomar parte en ellas (Dan. 12:5-9). Compara la experiencia de Daniel con la de Elena de White: “A veces, mientras he estado en visión, mis amigos se acercaban a mí, y exclamaban: ‘¡Ella no respira!’ Colocaban un espejo delante de mis labios y se daban cuenta de que no se humedecía el vidrio. Mientras no existía ninguna señal de que hubiera alguna clase de respiración, continuaba hablando de las cosas que me eran presentadas. Estos mensajes fueron dados en esta forma para sostener la fe de todos, para que en estos últimos días tuviéramos confianza en el espíritu de profecía” (3 MS 42). El hecho de que Elena de White no respiraba durante sus visiones no demuestra que sus visiones vinieran de la misma fuente que la de Daniel; sin embargo, lo que demuestra es su origen sobrenatural. “Los testimonios llevan el sello de Dios o el de Satanás. Un buen árbol no puede producir frutos corrompidos, ni puede un árbol maleado llevar buenos frutos. Por sus frutos los conoceréis” (2JT 26). Supongamos que alguien se levantara en nuestro medio hoy, con visiones y manifestaciones similares a las que tuvieron Daniel, Elena de White y otros profetas. ¿Cómo deberíamos tratar a esta persona y a sus pretensiones? 

9 Daniel en Visión (Dan. 10:1-9)
Pregunta 2 ¿Cuáles fueron los efectos físicos de la visión sobre Daniel y sus compañeros? Daniel 10:8, 9, 17. Al comienzo de este capítulo, ¿por qué Daniel estuvo afligido y ayunando durante tres semanas? (vers. 2, 3). Aunque no se indica ninguna razón evidente en el capítulo mismo, las circunstancias históricas en Palestina, en ese momento, pueden darnos respuestas. El tercer año de Ciro (535 a.C.), probablemente, fue el año en el que se despertó la oposición de los samaritanos contra los judíos, como lo registra Esdras 4:1-5. Daniel debe de haber oído acerca de la oposición de los samaritanos, y ayunó y oró por su pueblo que estaba en Palestina. “Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino” (Dan. 10:5). Una visión de día se distingue de una visión nocturna o un sueño profético, como el que se registra en el capítulo 7. ¿Cuáles fueron los efectos físicos de la visión sobre Daniel y sus compañeros? Dan. 10:8, 9, 17. El efecto de la visión sobre los compañeros de Daniel fue el mismo que cuando Jesús se le apareció a Saulo en el camino a Damasco (Hech. 9:3-7). Los efectos físicos sobre el profeta mismo fueron similares a los del apóstol Juan (Apoc. 1:17). Estuvo en trance, como Pedro (Hech. 10:9-11) y Pablo (2 Cor. 12:1, 2), inconsciente de lo que lo rodeaba durante toda la visión. Su atención estaba tan completamente absorbida en las cosas que se le mostraban, que pareció tomar parte en ellas (Dan. 12:5-9). Compara la experiencia de Daniel con la de Elena de White: “A veces, mientras he estado en visión, mis amigos se acercaban a mí, y exclamaban: ‘¡Ella no respira!’ Colocaban un espejo delante de mis labios y se daban cuenta de que no se humedecía el vidrio. Mientras no existía ninguna señal de que hubiera alguna clase de respiración, continuaba hablando de las cosas que me eran presentadas. Estos mensajes fueron dados en esta forma para sostener la fe de todos, para que en estos últimos días tuviéramos confianza en el espíritu de profecía” (3 MS 42). El hecho de que Elena de White no respiraba durante sus visiones no demuestra que sus visiones vinieran de la misma fuente que la de Daniel; sin embargo, lo que demuestra es su origen sobrenatural. “Los testimonios llevan el sello de Dios o el de Satanás. Un buen árbol no puede producir frutos corrompidos, ni puede un árbol maleado llevar buenos frutos. Por sus frutos los conoceréis” (2JT 26). Supongamos que alguien se levantara en nuestro medio hoy, con visiones y manifestaciones similares a las que tuvieron Daniel, Elena de White y otros profetas. ¿Cómo deberíamos tratar a esta persona y a sus pretensiones? 

10 Considere Supongamos que alguien se levantara en nuestro medio hoy, con visiones y manifestaciones similares a las que tuvieron Daniel, Elena de White y otros profetas. ¿Cómo deberíamos tratar a esta persona y a sus pretensiones?  Al comienzo de este capítulo, ¿por qué Daniel estuvo afligido y ayunando durante tres semanas? (vers. 2, 3). Aunque no se indica ninguna razón evidente en el capítulo mismo, las circunstancias históricas en Palestina, en ese momento, pueden darnos respuestas. El tercer año de Ciro (535 a.C.), probablemente, fue el año en el que se despertó la oposición de los samaritanos contra los judíos, como lo registra Esdras 4:1-5. Daniel debe de haber oído acerca de la oposición de los samaritanos, y ayunó y oró por su pueblo que estaba en Palestina. “Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino” (Dan. 10:5). Una visión de día se distingue de una visión nocturna o un sueño profético, como el que se registra en el capítulo 7. ¿Cuáles fueron los efectos físicos de la visión sobre Daniel y sus compañeros? Dan. 10:8, 9, 17. El efecto de la visión sobre los compañeros de Daniel fue el mismo que cuando Jesús se le apareció a Saulo en el camino a Damasco (Hech. 9:3-7). Los efectos físicos sobre el profeta mismo fueron similares a los del apóstol Juan (Apoc. 1:17). Estuvo en trance, como Pedro (Hech. 10:9-11) y Pablo (2 Cor. 12:1, 2), inconsciente de lo que lo rodeaba durante toda la visión. Su atención estaba tan completamente absorbida en las cosas que se le mostraban, que pareció tomar parte en ellas (Dan. 12:5-9). Compara la experiencia de Daniel con la de Elena de White: “A veces, mientras he estado en visión, mis amigos se acercaban a mí, y exclamaban: ‘¡Ella no respira!’ Colocaban un espejo delante de mis labios y se daban cuenta de que no se humedecía el vidrio. Mientras no existía ninguna señal de que hubiera alguna clase de respiración, continuaba hablando de las cosas que me eran presentadas. Estos mensajes fueron dados en esta forma para sostener la fe de todos, para que en estos últimos días tuviéramos confianza en el espíritu de profecía” (3 MS 42). El hecho de que Elena de White no respiraba durante sus visiones no demuestra que sus visiones vinieran de la misma fuente que la de Daniel; sin embargo, lo que demuestra es su origen sobrenatural. “Los testimonios llevan el sello de Dios o el de Satanás. Un buen árbol no puede producir frutos corrompidos, ni puede un árbol maleado llevar buenos frutos. Por sus frutos los conoceréis” (2JT 26). Supongamos que alguien se levantara en nuestro medio hoy, con visiones y manifestaciones similares a las que tuvieron Daniel, Elena de White y otros profetas. ¿Cómo deberíamos tratar a esta persona y a sus pretensiones? 

11 Los Postreros Días (Dan. 10:14)
Pregunta 3  ¿Cuáles eran los postreros días para Daniel? (Dan. 10:14) ¿Cuáles eran los postreros días para Daniel? (Dan. 10:14). Un estudio de las doce referencias del Antiguo Testamento a los “postreros días”, aparte del libro de Daniel, muestra que la expresión postreros días puede referirse a diversos períodos de la historia. En Génesis 49:1, donde la frase aparece por primera vez, Jacob les dice a sus hijos: “Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros”. Aquí, Jacob, al final de su vida, mira hacia el futuro y, bajo la inspiración profética, predice los grandes momentos de la historia de sus hijos y de sus descendientes: los ve ubicados en Canaán destaca los dos personajes principales en su historia: Judá, por una parte (vers. 8), y José o Efraín, por otro lado (vers. 22), y predice que el Mesías vendría de la tribu de Judá (vers. 10). Por cuanto Jacob está describiendo principalmente la historia futura de sus descendientes, es decir, el pueblo de Israel, los “días venideros” o “postreros” se refieren al futuro que comenzó con la conquista de Canaán y continuó hasta la primera venida de Cristo. En Deuteronomio 31:29, Moisés predijo que, después de su muerte, los hijos de Israel se corromperían totalmente y que el mal caería sobre ellos en “los postreros días”. Esta profecía se cumplió en el tiempo de los jueces (Juec. 2:11-16) y de los reyes (Jer. 7:28-34), cuando Israel repetidamente apostató en gran escala; de aquí que “los postreros días”, en este texto, fueron los tiempos de los jueces y de los reyes. En Jeremías 23:20; 30:24, la frase se refiere al tiempo de la caída de Jerusalén en 586 a.C. Entonces, dijo Jeremías, los judíos entenderían claramente que las calamidades que vinieron sobre ellos eran castigos divinos por sus pecados. En Jeremías 48:47; 49:39 se contempla el tiempo de la restauración del período persa. En otros textos –especialmente Isaías 2:2, Miqueas 4:1 y Oseas 3:5– se habla del tiempo del reinado mesiánico como los “tiempos postreros”. De este modo, “los postreros días”, en el Antiguo Testamento, fuera del libro de Daniel, pueden referirse a: a) un período futuro específico en la historia de Israel (Deut. 4:30; 31:29; Jer. 23:20; 30:24; 48:47; 49:39); b) la historia futura de Israel, comenzando con la conquista (Gén. 49:1) o la monarquía (Núm. 24:14), y llegando hasta el tiempo del Mesías; y c) la era Mesiánica (Isa. 2:2; Miq. 4:1; Ose. 3:5) o el tiempo que la precede inmediatamente (Eze. 38:16). En Daniel 10, “los postreros días” se refiere al futuro, que comenzó en los tiempos de Daniel y termina con la segunda venida de Cristo. Sabemos esto porque muchas de las profecías, tales como las de Daniel 2 y 7, se extienden, sin ambigüedad, hasta el fin del mundo actual. ¿Qué significa vivir en “los postreros días”? ¿Qué peligro hay en escuchar esta frase tantas veces que pierda su significado vital para nosotros? 

12 Los Postreros Días (Dan. 10:14)
Pregunta 4 ¿Qué significa vivir en “los postreros días”? ¿Qué peligro hay en escuchar esta frase tantas veces que pierda su significado vital para nosotros?  ¿Cuáles eran los postreros días para Daniel? (Dan. 10:14). Un estudio de las doce referencias del Antiguo Testamento a los “postreros días”, aparte del libro de Daniel, muestra que la expresión postreros días puede referirse a diversos períodos de la historia. En Génesis 49:1, donde la frase aparece por primera vez, Jacob les dice a sus hijos: “Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros”. Aquí, Jacob, al final de su vida, mira hacia el futuro y, bajo la inspiración profética, predice los grandes momentos de la historia de sus hijos y de sus descendientes: los ve ubicados en Canaán destaca los dos personajes principales en su historia: Judá, por una parte (vers. 8), y José o Efraín, por otro lado (vers. 22), y predice que el Mesías vendría de la tribu de Judá (vers. 10). Por cuanto Jacob está describiendo principalmente la historia futura de sus descendientes, es decir, el pueblo de Israel, los “días venideros” o “postreros” se refieren al futuro que comenzó con la conquista de Canaán y continuó hasta la primera venida de Cristo. En Deuteronomio 31:29, Moisés predijo que, después de su muerte, los hijos de Israel se corromperían totalmente y que el mal caería sobre ellos en “los postreros días”. Esta profecía se cumplió en el tiempo de los jueces (Juec. 2:11-16) y de los reyes (Jer. 7:28-34), cuando Israel repetidamente apostató en gran escala; de aquí que “los postreros días”, en este texto, fueron los tiempos de los jueces y de los reyes. En Jeremías 23:20; 30:24, la frase se refiere al tiempo de la caída de Jerusalén en 586 a.C. Entonces, dijo Jeremías, los judíos entenderían claramente que las calamidades que vinieron sobre ellos eran castigos divinos por sus pecados. En Jeremías 48:47; 49:39 se contempla el tiempo de la restauración del período persa. En otros textos –especialmente Isaías 2:2, Miqueas 4:1 y Oseas 3:5– se habla del tiempo del reinado mesiánico como los “tiempos postreros”. De este modo, “los postreros días”, en el Antiguo Testamento, fuera del libro de Daniel, pueden referirse a: a) un período futuro específico en la historia de Israel (Deut. 4:30; 31:29; Jer. 23:20; 30:24; 48:47; 49:39); b) la historia futura de Israel, comenzando con la conquista (Gén. 49:1) o la monarquía (Núm. 24:14), y llegando hasta el tiempo del Mesías; y c) la era Mesiánica (Isa. 2:2; Miq. 4:1; Ose. 3:5) o el tiempo que la precede inmediatamente (Eze. 38:16). En Daniel 10, “los postreros días” se refiere al futuro, que comenzó en los tiempos de Daniel y termina con la segunda venida de Cristo. Sabemos esto porque muchas de las profecías, tales como las de Daniel 2 y 7, se extienden, sin ambigüedad, hasta el fin del mundo actual. ¿Qué significa vivir en “los postreros días”? ¿Qué peligro hay en escuchar esta frase tantas veces que pierda su significado vital para nosotros? 

13 Considere En Daniel 10, “los postreros días” se refiere al futuro, que comenzó en los tiempos de Daniel y termina con la segunda venida de Cristo. Sabemos esto porque muchas de las profecías, tales como las de Daniel 2 y 7, se extienden, sin ambigüedad, hasta el fin del mundo actual. ¿Cuáles eran los postreros días para Daniel? (Dan. 10:14). Un estudio de las doce referencias del Antiguo Testamento a los “postreros días”, aparte del libro de Daniel, muestra que la expresión postreros días puede referirse a diversos períodos de la historia. En Génesis 49:1, donde la frase aparece por primera vez, Jacob les dice a sus hijos: “Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros”. Aquí, Jacob, al final de su vida, mira hacia el futuro y, bajo la inspiración profética, predice los grandes momentos de la historia de sus hijos y de sus descendientes: los ve ubicados en Canaán destaca los dos personajes principales en su historia: Judá, por una parte (vers. 8), y José o Efraín, por otro lado (vers. 22), y predice que el Mesías vendría de la tribu de Judá (vers. 10). Por cuanto Jacob está describiendo principalmente la historia futura de sus descendientes, es decir, el pueblo de Israel, los “días venideros” o “postreros” se refieren al futuro que comenzó con la conquista de Canaán y continuó hasta la primera venida de Cristo. En Deuteronomio 31:29, Moisés predijo que, después de su muerte, los hijos de Israel se corromperían totalmente y que el mal caería sobre ellos en “los postreros días”. Esta profecía se cumplió en el tiempo de los jueces (Juec. 2:11-16) y de los reyes (Jer. 7:28-34), cuando Israel repetidamente apostató en gran escala; de aquí que “los postreros días”, en este texto, fueron los tiempos de los jueces y de los reyes. En Jeremías 23:20; 30:24, la frase se refiere al tiempo de la caída de Jerusalén en 586 a.C. Entonces, dijo Jeremías, los judíos entenderían claramente que las calamidades que vinieron sobre ellos eran castigos divinos por sus pecados. En Jeremías 48:47; 49:39 se contempla el tiempo de la restauración del período persa. En otros textos –especialmente Isaías 2:2, Miqueas 4:1 y Oseas 3:5– se habla del tiempo del reinado mesiánico como los “tiempos postreros”. De este modo, “los postreros días”, en el Antiguo Testamento, fuera del libro de Daniel, pueden referirse a: a) un período futuro específico en la historia de Israel (Deut. 4:30; 31:29; Jer. 23:20; 30:24; 48:47; 49:39); b) la historia futura de Israel, comenzando con la conquista (Gén. 49:1) o la monarquía (Núm. 24:14), y llegando hasta el tiempo del Mesías; y c) la era Mesiánica (Isa. 2:2; Miq. 4:1; Ose. 3:5) o el tiempo que la precede inmediatamente (Eze. 38:16). En Daniel 10, “los postreros días” se refiere al futuro, que comenzó en los tiempos de Daniel y termina con la segunda venida de Cristo. Sabemos esto porque muchas de las profecías, tales como las de Daniel 2 y 7, se extienden, sin ambigüedad, hasta el fin del mundo actual. ¿Qué significa vivir en “los postreros días”? ¿Qué peligro hay en escuchar esta frase tantas veces que pierda su significado vital para nosotros? 

14 La Gran Controversia (Dan. 10:12, 13, 20, 21)
Pregunta 5 Lee Daniel 10:13. ¿Qué clase de batalla se describe allí? ¿Dónde ocurre esta batalla? ¿Qué fuerzas están comprometidas?  Lee Daniel 10:13. ¿Qué clase de batalla se describe allí? ¿Dónde ocurre esta batalla? ¿Qué fuerzas están comprometidas? “Mientras Satanás estaba procurando influir en las más altas potestades del reino de Medo-Persia para que mirasen con desagrado al pueblo de Dios, había ángeles que obraban en favor de los desterrados. Todo el cielo estaba interesado en la controversia. Por intermedio del profeta Daniel se nos permite vislumbrar algo de esta lucha poderosa entre las fuerzas del bien y las del mal. Durante tres semanas, Gabriel luchó con las potestades de las tinieblas, procurando contrarrestar las influencias que obraban sobre el ánimo de Ciro; y antes de que terminara la contienda, Cristo mismo acudió en auxilio de Gabriel” (PR 418, 419). ¿Quién es el “príncipe del reino de Persia” (vers. 13)? Ver Efesios 6:12 para recibir algo de ayuda. Contrasta el príncipe del reino de Persia con el Príncipe de Daniel 10:21. ¿Quién es el príncipe aquí descrito? Como vemos aquí en Daniel 10, aunque Satanás y Cristo estaban influyendo sobre la mente del rey persa, ninguno de los dos podían forzarlo. La libertad humana de elección –aunque es uno de los mayores dones que se nos han dado– se nos concede a un precio elevado: Jesús en la cruz. Si no tuviéramos libertad de elección, no podríamos haber pecado, y si no hubiésemos pecado, no habría existido una cruz, porque no habría sido necesaria. Por eso, de muchas maneras, la cruz es el mayor ejemplo no sólo de la realidad de la libertad humana para elegir, sino también de las consecuencias de nuestro abuso de esa libertad de elección. Entonces, cuán importante es que hagamos todo lo que podamos para mantener nuestra voluntad del lado de Cristo y de su santa Ley. La conclusión es que todos, de hecho, estamos en medio de la gran controversia; y de qué lado nos encontraremos, con qué “príncipe” nos uniremos, es nuestra propia elección y no la de alguna otra persona. Si el velo entre lo visible y lo invisible fuera abierto, ¿qué piensas que verías que ocurre a tu alrededor? Imagina que se está librando la batalla por tu alma ahora mismo. ¿Qué puedes hacer para ponerte, con toda seguridad, del lado del bien, que es el ganador?  Lee Daniel 10:13. ¿Qué clase de batalla se describe allí? ¿Dónde ocurre esta batalla? ¿Qué fuerzas están comprometidas?

15 La Gran Controversia (Dan. 10:12, 13, 20, 21)
Pregunta 6 ¿Quién es el “príncipe del reino de Persia” (vers. 13)? Ver Efesios 6:12 para recibir algo de ayuda. Contrasta el príncipe del reino de Persia con el Príncipe de Daniel 10:21. ¿Quién es el príncipe aquí descrito?  Lee Daniel 10:13. ¿Qué clase de batalla se describe allí? ¿Dónde ocurre esta batalla? ¿Qué fuerzas están comprometidas? “Mientras Satanás estaba procurando influir en las más altas potestades del reino de Medo-Persia para que mirasen con desagrado al pueblo de Dios, había ángeles que obraban en favor de los desterrados. Todo el cielo estaba interesado en la controversia. Por intermedio del profeta Daniel se nos permite vislumbrar algo de esta lucha poderosa entre las fuerzas del bien y las del mal. Durante tres semanas, Gabriel luchó con las potestades de las tinieblas, procurando contrarrestar las influencias que obraban sobre el ánimo de Ciro; y antes de que terminara la contienda, Cristo mismo acudió en auxilio de Gabriel” (PR 418, 419). ¿Quién es el “príncipe del reino de Persia” (vers. 13)? Ver Efesios 6:12 para recibir algo de ayuda. Contrasta el príncipe del reino de Persia con el Príncipe de Daniel 10:21. ¿Quién es el príncipe aquí descrito? Como vemos aquí en Daniel 10, aunque Satanás y Cristo estaban influyendo sobre la mente del rey persa, ninguno de los dos podían forzarlo. La libertad humana de elección –aunque es uno de los mayores dones que se nos han dado– se nos concede a un precio elevado: Jesús en la cruz. Si no tuviéramos libertad de elección, no podríamos haber pecado, y si no hubiésemos pecado, no habría existido una cruz, porque no habría sido necesaria. Por eso, de muchas maneras, la cruz es el mayor ejemplo no sólo de la realidad de la libertad humana para elegir, sino también de las consecuencias de nuestro abuso de esa libertad de elección. Entonces, cuán importante es que hagamos todo lo que podamos para mantener nuestra voluntad del lado de Cristo y de su santa Ley. La conclusión es que todos, de hecho, estamos en medio de la gran controversia; y de qué lado nos encontraremos, con qué “príncipe” nos uniremos, es nuestra propia elección y no la de alguna otra persona. Si el velo entre lo visible y lo invisible fuera abierto, ¿qué piensas que verías que ocurre a tu alrededor? Imagina que se está librando la batalla por tu alma ahora mismo. ¿Qué puedes hacer para ponerte, con toda seguridad, del lado del bien, que es el ganador?  Lee Daniel 10:13. ¿Qué clase de batalla se describe allí? ¿Dónde ocurre esta batalla? ¿Qué fuerzas están comprometidas?

16 Considere Si el velo entre lo visible y lo invisible fuera abierto, ¿qué piensas que verías que ocurre a tu alrededor? Imagina que se está librando la batalla por tu alma ahora mismo. ¿Qué puedes hacer para ponerte, con toda seguridad, del lado del bien, que es el ganador?    Lee Daniel 10:13. ¿Qué clase de batalla se describe allí? ¿Dónde ocurre esta batalla? ¿Qué fuerzas están comprometidas? “Mientras Satanás estaba procurando influir en las más altas potestades del reino de Medo-Persia para que mirasen con desagrado al pueblo de Dios, había ángeles que obraban en favor de los desterrados. Todo el cielo estaba interesado en la controversia. Por intermedio del profeta Daniel se nos permite vislumbrar algo de esta lucha poderosa entre las fuerzas del bien y las del mal. Durante tres semanas, Gabriel luchó con las potestades de las tinieblas, procurando contrarrestar las influencias que obraban sobre el ánimo de Ciro; y antes de que terminara la contienda, Cristo mismo acudió en auxilio de Gabriel” (PR 418, 419). ¿Quién es el “príncipe del reino de Persia” (vers. 13)? Ver Efesios 6:12 para recibir algo de ayuda. Contrasta el príncipe del reino de Persia con el Príncipe de Daniel 10:21. ¿Quién es el príncipe aquí descrito? Como vemos aquí en Daniel 10, aunque Satanás y Cristo estaban influyendo sobre la mente del rey persa, ninguno de los dos podían forzarlo. La libertad humana de elección –aunque es uno de los mayores dones que se nos han dado– se nos concede a un precio elevado: Jesús en la cruz. Si no tuviéramos libertad de elección, no podríamos haber pecado, y si no hubiésemos pecado, no habría existido una cruz, porque no habría sido necesaria. Por eso, de muchas maneras, la cruz es el mayor ejemplo no sólo de la realidad de la libertad humana para elegir, sino también de las consecuencias de nuestro abuso de esa libertad de elección. Entonces, cuán importante es que hagamos todo lo que podamos para mantener nuestra voluntad del lado de Cristo y de su santa Ley. La conclusión es que todos, de hecho, estamos en medio de la gran controversia; y de qué lado nos encontraremos, con qué “príncipe” nos uniremos, es nuestra propia elección y no la de alguna otra persona. Si el velo entre lo visible y lo invisible fuera abierto, ¿qué piensas que verías que ocurre a tu alrededor? Imagina que se está librando la batalla por tu alma ahora mismo. ¿Qué puedes hacer para ponerte, con toda seguridad, del lado del bien, que es el ganador? 

17 Los Reyes del Norte y del Sur (Dan. 11:1-28)
Pregunta 7 ¿Qué reinos se mencionan en Daniel 11:1-4? Ver también Daniel 8:2-22. Las visiones de Daniel 2, 7 y 8 mencionan una sucesión de reinos desde Babilonia hasta el Reino de Dios y el fin del tiempo. Deberíamos esperar, entonces, que la última visión de Daniel (11:1-12:4) –que también trata de una sucesión de reinos políticos– cubra aproximadamente el mismo período que las visiones anteriores. ¿Qué reinos se mencionan en Daniel 11:1-4? Ver también Daniel 8:2-22. Daniel 11 ha sido interpretado de diversas maneras, aun dentro de nuestra propia iglesia. La mayoría de los intérpretes modernos vislumbran las guerras entre los sucesores de Alejandro Magno en este capítulo. Aunque ciertamente hay algunas referencias a estas luchas en los versículos que siguen inmediatamente a Daniel 11:1-4, éste no puede ser (como descubriremos) el tema central de todo el capítulo. El versículo 22 menciona a un rey que destruirá al “príncipe del pacto”. ¿Quién es este príncipe del pacto”, de acuerdo con las Escrituras, y cuál es el significado de que sea destruido? Ver Dan. 9:25-27. En Daniel 9:25-27, el Mesías Príncipe confirma el pacto que Dios estableció con Israel en el monte Sinaí. Isaías llama al Mesías “Príncipe de paz” (Isa. 9:6), y Daniel se refiere a Miguel como “el gran príncipe” (Dan. 12:1). Entonces, “el príncipe del pacto” es el Mesías, Jesús. Lo que tenemos aquí, en el versículo 21, es una referencia a la muerte de Jesús en la cruz, y esto nos ayuda a seguir la línea del tiempo en Daniel 11 y 12. El Mesías fue “derrotado” cuando fue clavado en la cruz, cuando Palestina se encontraba bajo el gobierno del emperador romano Tiberio (14-37 d.C.). El “hombre despreciable” de Daniel 11:21 es, muy probablemente, Tiberio. Esto significa que, en algún lugar entre el versículo 4 (que describe la división del Imperio Griego después de la muerte de Alejandro Magno) y el versículo 21 (la muerte de Jesús), entra en escena la Roma pagana. La mayoría de los intérpretes adventistas entiende que se trata del cambio del reino griego al romano, ya sea en el versículo 14 o el 16. No importa cuán difícil sea entender Daniel 11 en algunos lugares, nos proporciona más evidencias del control definitivo de Dios sobre los asuntos humanos. ¿De qué maneras, cuando miras atrás, a tu propia experiencia, has visto evidencias poderosas de la conducción de Dios, aun cuando, en el momento en que ocurrían, te preguntabas dónde estaba Dios? ¿Qué lecciones deberías extraer de esas experiencias, que te pueden ayudar en pruebas futuras? 

18 Los Reyes del Norte y del Sur (Dan. 11:1-28)
Pregunta 8 El versículo 22 menciona a un rey que destruirá al “príncipe del pacto”. ¿Quién es este príncipe del pacto”, de acuerdo con las Escrituras, y cuál es el significado de que sea destruido? Ver Dan. 9:25-27. Las visiones de Daniel 2, 7 y 8 mencionan una sucesión de reinos desde Babilonia hasta el Reino de Dios y el fin del tiempo. Deberíamos esperar, entonces, que la última visión de Daniel (11:1-12:4) –que también trata de una sucesión de reinos políticos– cubra aproximadamente el mismo período que las visiones anteriores. ¿Qué reinos se mencionan en Daniel 11:1-4? Ver también Daniel 8:2-22. Daniel 11 ha sido interpretado de diversas maneras, aun dentro de nuestra propia iglesia. La mayoría de los intérpretes modernos vislumbran las guerras entre los sucesores de Alejandro Magno en este capítulo. Aunque ciertamente hay algunas referencias a estas luchas en los versículos que siguen inmediatamente a Daniel 11:1-4, éste no puede ser (como descubriremos) el tema central de todo el capítulo. El versículo 22 menciona a un rey que destruirá al “príncipe del pacto”. ¿Quién es este príncipe del pacto”, de acuerdo con las Escrituras, y cuál es el significado de que sea destruido? Ver Dan. 9:25-27. En Daniel 9:25-27, el Mesías Príncipe confirma el pacto que Dios estableció con Israel en el monte Sinaí. Isaías llama al Mesías “Príncipe de paz” (Isa. 9:6), y Daniel se refiere a Miguel como “el gran príncipe” (Dan. 12:1). Entonces, “el príncipe del pacto” es el Mesías, Jesús. Lo que tenemos aquí, en el versículo 21, es una referencia a la muerte de Jesús en la cruz, y esto nos ayuda a seguir la línea del tiempo en Daniel 11 y 12. El Mesías fue “derrotado” cuando fue clavado en la cruz, cuando Palestina se encontraba bajo el gobierno del emperador romano Tiberio (14-37 d.C.). El “hombre despreciable” de Daniel 11:21 es, muy probablemente, Tiberio. Esto significa que, en algún lugar entre el versículo 4 (que describe la división del Imperio Griego después de la muerte de Alejandro Magno) y el versículo 21 (la muerte de Jesús), entra en escena la Roma pagana. La mayoría de los intérpretes adventistas entiende que se trata del cambio del reino griego al romano, ya sea en el versículo 14 o el 16. No importa cuán difícil sea entender Daniel 11 en algunos lugares, nos proporciona más evidencias del control definitivo de Dios sobre los asuntos humanos. ¿De qué maneras, cuando miras atrás, a tu propia experiencia, has visto evidencias poderosas de la conducción de Dios, aun cuando, en el momento en que ocurrían, te preguntabas dónde estaba Dios? ¿Qué lecciones deberías extraer de esas experiencias, que te pueden ayudar en pruebas futuras? 

19 Considere No importa cuán difícil sea entender Daniel 11 en algunos lugares, nos proporciona más evidencias del control definitivo de Dios sobre los asuntos humanos. ¿De qué maneras, cuando miras atrás, a tu propia experiencia, has visto evidencias poderosas de la conducción de Dios, aun cuando, en el momento en que ocurrían, te preguntabas dónde estaba Dios? ¿Qué lecciones deberías extraer de esas experiencias, que te pueden ayudar en pruebas futuras?  Las visiones de Daniel 2, 7 y 8 mencionan una sucesión de reinos desde Babilonia hasta el Reino de Dios y el fin del tiempo. Deberíamos esperar, entonces, que la última visión de Daniel (11:1-12:4) –que también trata de una sucesión de reinos políticos– cubra aproximadamente el mismo período que las visiones anteriores. ¿Qué reinos se mencionan en Daniel 11:1-4? Ver también Daniel 8:2-22. Daniel 11 ha sido interpretado de diversas maneras, aun dentro de nuestra propia iglesia. La mayoría de los intérpretes modernos vislumbran las guerras entre los sucesores de Alejandro Magno en este capítulo. Aunque ciertamente hay algunas referencias a estas luchas en los versículos que siguen inmediatamente a Daniel 11:1-4, éste no puede ser (como descubriremos) el tema central de todo el capítulo. El versículo 22 menciona a un rey que destruirá al “príncipe del pacto”. ¿Quién es este príncipe del pacto”, de acuerdo con las Escrituras, y cuál es el significado de que sea destruido? Ver Dan. 9:25-27. En Daniel 9:25-27, el Mesías Príncipe confirma el pacto que Dios estableció con Israel en el monte Sinaí. Isaías llama al Mesías “Príncipe de paz” (Isa. 9:6), y Daniel se refiere a Miguel como “el gran príncipe” (Dan. 12:1). Entonces, “el príncipe del pacto” es el Mesías, Jesús. Lo que tenemos aquí, en el versículo 21, es una referencia a la muerte de Jesús en la cruz, y esto nos ayuda a seguir la línea del tiempo en Daniel 11 y 12. El Mesías fue “derrotado” cuando fue clavado en la cruz, cuando Palestina se encontraba bajo el gobierno del emperador romano Tiberio (14-37 d.C.). El “hombre despreciable” de Daniel 11:21 es, muy probablemente, Tiberio. Esto significa que, en algún lugar entre el versículo 4 (que describe la división del Imperio Griego después de la muerte de Alejandro Magno) y el versículo 21 (la muerte de Jesús), entra en escena la Roma pagana. La mayoría de los intérpretes adventistas entiende que se trata del cambio del reino griego al romano, ya sea en el versículo 14 o el 16. No importa cuán difícil sea entender Daniel 11 en algunos lugares, nos proporciona más evidencias del control definitivo de Dios sobre los asuntos humanos. ¿De qué maneras, cuando miras atrás, a tu propia experiencia, has visto evidencias poderosas de la conducción de Dios, aun cuando, en el momento en que ocurrían, te preguntabas dónde estaba Dios? ¿Qué lecciones deberías extraer de esas experiencias, que te pueden ayudar en pruebas futuras? 

20 La Abominación Desoladora (Dan. 11:31)
Pregunta 9 ¿Qué hitos encontramos en la segunda mitad del capítulo 11 que muestran que la Roma “cristiana” sigue en la sucesión de los poderes políticos que aparecen en este capítulo? Dan. 11:31, 36.

21 La Abominación Desoladora (Dan. 11:31)
Pregunta 10 La evidencia textual, entonces, indica que el principal poder en la segunda mitad del capítulo 11 es nuevamente el cuerno pequeño. ¿Cuál es la importancia de la “abominación desoladora” que el cuerno pequeño pone en lugar del “continuo”? Dan. 11:31.

22 Considere Daniel 12:11 tiene otra referencia al hecho de quitar el “continuo” y poner en su lugar la “abominación desoladora”. En Daniel 8, el quitar el “continuo” se refería a la distorsión del ministerio sumo sacerdotal de Cristo en el cielo, mediante la usurpación que hace el cuerno pequeño. En Daniel 11:31 y 12:11, el “continuo”, el ministerio celestial de Cristo, es usurpado por un falto sistema de adoración: “la abominación desoladora”

23 Preguntas para dialogar
Tres veces se le dijo a Daniel que era muy amado en el cielo (Dan. 9:23; 10:11, 19). A muy pocos de nosotros un ángel nos dice que somos muy amados en el cielo. ¿Cómo podemos saber que también nosotros lo somos? ¿De qué otras maneras nos hace saber Dios que realmente somos amados? Preguntas para dialogar

24 Preguntas para dialogar
Daniel 11 ha sido el tema de especulaciones incontables y extravagantes. Considerando lo que hemos estudiado hasta aquí, ¿qué parámetros se encuentran en el mismo libro de Daniel (como en Daniel 2, 7 y 8), que nos pueden ayudar, en nuestro estudio de Daniel 11 y 12, a evitar salirnos de los límites correctos para entender estos capítulos? Preguntas para dialogar

25 En Daniel 10, el profeta recibió una vislumbre de la batalla espiritual entre Cristo y Satanás. Se le aseguró el amor y la estima de Dios, y se le mostró que las fuerzas celestiales están luchando en los círculos de los gobiernos terrenales para el bien del pueblo de Dios. En Daniel 11, se dan profecías detalladas con respecto a las naciones, desde el Imperio Persa hasta el fin del tiempo. Resumen

26 “En los anales de la historia humana, el crecimiento de las naciones, el levantamiento y la caída de los imperios, parecen depender de la voluntad y las proezas del hombre. Los sucesos parecen ser determinados, en gran parte, por su poder, su ambición o su capricho. Pero, en la Palabra de Dios se descorre el velo, y contemplamos detrás, encima, y entre la trama y la urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios” (Ed 173). Un abrazo en Cristo para todos los miembros de la Escuela Sabática Al servicio del Maestro Dr Pedro Martinez Ministerios Audio-Visual de Ministerios PM

27 Un abrazo en Cristo para todos los miembros de la Escuela Sabática
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