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Publicada porEsperanza Espinoza Suárez Modificado hace 6 años
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Considerando que somos y estamos llamados a ser,
templos vivos de Dios, -templos del Espíritu-, ese mismo “celo por la casa del Padre” no nos devora precisamente, a diferencia del Señor Jesús. Cuántas veces permito que los mercaderes de un mundo que rechaza a Dios asedien este templo que soy yo mismo, este templo que Cristo ha purificado mediante su Sangre derramada en la Cruz. ¡Con qué facilidad, o ingenuidad abro las puertas a aquellos “mercaderes” y “cambistas” hábiles vendedores para hacer de este templo- mi cuerpo- un mercado.! Alzira - Tercer domingo de Cuaresma –B Juan 2, 13-25
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13 Como ya estaba próxima la fiesta judía de la pascua, Jesús fue a Jerusalén.
Ruinas del Templo de Jerusalén La pascua era la fiesta de la liberación. Jesús acude a celebrarla como uno más, mezclándose con la multitud rezando y cantando salmos. Los sinópticos sitúan este relato en la última semana de la vida de Jesús: (Mc 11, 15-19; Mt 21, 12-17; Lc 19, 45-46). En cambio el cuarto evangelio lo coloca al comienzo de la vida pública. Nos hace pensar que con Jesús se inaugura un tiempo nuevo en las relaciones del ser humano con Dios.
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14 En el templo se encontró con los vendedores de bueyes, ovejas y palomas; también estaban allí, sentados detrás de sus mesas, los cambistas de dinero. 15 Jesús, al ver aquello, hizo un látigo de cuerdas y echó fuera del templo a todos, con sus ovejas y bueyes; tiró al suelo las monedas de los cambistas y volcó sus mesas; 16 y a los vendedores de palomas les dijo: –Quitad esto de aquí. No convirtáis la casa de mi Padre en un mercado. Jesús se enfrenta con indignación a todo el tinglado religioso-mercantil que se había formado en torno al templo. Es un gesto profético con el que Jesús denuncia la situación en la que diversos intereses humanos, económicos, sociales y religiosos han ocultado y suplantado el verdadero culto a Dios. Ritos y acciones que manipulan lo sagrado.
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17 Sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: “El celo por tu casa me consumirá”. (Salmo 69 ,9) « Llegará como fuego de fundidor para purificarnos y como lejía de lavandero que quitará nuestras manchas» Mal 3,2b Tener celo por algo es vivirlo con pasión, defenderlo con interés e intensidad Se tiene pasión y celo por las cosas que se aman, que interesan profundamente. Sentir pasión por llevar a todos la Buena Noticia, por hacer un mundo más fraterno y una sociedad más justa .
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18 Los judíos le salieron al paso
y le preguntaron: –¿Qué señal nos ofreces como prueba de tu autoridad para hacer esto? Están tan instalados en su error que no le reconocen. Creen que debería acreditarse con señales claras, con algún signo o manifestación de su poder, o intervención sobrenatural como garantía de que verdaderamente era quien decía ser. El Señor sí es ofrece ese “signo”, aunque lo anuncia de una manera velada, no es otro que el “signo de Jonás”, ( Mt 12,38-40)
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19 Jesús replicó: –Destruid este templo, y en tres días yo lo levantaré de nuevo. 20 Los judíos le contestaron: –Han sido necesarios cuarenta y seis años para edificar este templo, ¿y piensas tú reconstruirlo en tres días? Templo de Salomón Atrio del Templo Jesús y su mensaje serán desde ahora el centro del culto, el templo, el holocausto y el sacrificio.
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21 El templo del que hablaba Jesús era su propio cuerpo.
El verdadero templo es Jesús y todas y cada una de las personas Jesús resucitado es el nuevo lugar de encuentro entre Dios y el ser humano. Las personas son templos vivos de Dios y su gloria es que sean santos, libres y felices.
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22 Por eso, cuando Jesús resucitó de entre los muertos,
los discípulos recordaron lo que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras que él había pronunciado. La comunidad cristiana, iluminada por la experiencia pascual, descubrirá que el lugar de la presencia y el encuentro con Dios no es un recinto, sino la Persona de Jesús. La resurrección de Jesús es la confirmación de sus palabras. Comienza el tiempo del culto “en espíritu y en verdad” (J 4,20),
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23 Durante su estancia en Jerusalén con motivo de la fiesta de pascua, muchos creyeron en su nombre, al ver los signos que hacía. 24 Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos, 25 y no necesitaba que lo informasen sobre los hombres, porque él sabía muy bien lo que hay en el hombre. Si aceptamos y damos cabida a los nuevos vendedores y cambistas con sus propias monedas y mercancías, terminaremos disipados interiormente, desordenados, llenos de bullicio y vacíos de Dios Jesús nos conoce y nos invita a una profunda reflexión a nivel personal y comunitario.
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Templo “casa de oración”,
Una víctima inocente es un deicidio, Un niño hambriento es una blasfemia, Una mujer violada es una profanación, Una tortura física o psicológica es un sacrilegio, Un drogadicto es un templo derrumbado, Un enfermo solo, sin cuidados, es un sagrario abandonado… A. H. Busquemos la purificación del propio templo. ¿Qué arrojaría Jesús del templo de mi corazón? Templo “casa de oración”,
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