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Publicada porYasmin Canejo Veiga Modificado hace 6 años
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Terminada la lectura del Apóstol, todos se ponen de pie y el sacerdote entona solemnemente, tres veces, elevando gradualmente la voz, el Aleluya, que todos repiten. Si es necesario, puede entonarlo el salmista. Inmediatamente después el salmista o el cantor proclama el salmo 117. El pueblo responde con el Aleluya. El sacerdote, de la manera acostumbrada, pone el incienso y bendice al diácono. Para el Evangelio no se llevan cirios sino sólo el incienso. Después del Evangelio, no se omita la homilía, aunque sea breve.
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Tercera Parte: Liturgia bautismal
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Después de la homilía se procede a la liturgia bautismal
Después de la homilía se procede a la liturgia bautismal. El sacerdote y los ministros se dirigen a la fuente bautismal, si ésta se encuentra a la vista de los fieles. De lo contrario, se prepara un recipiente con agua en el presbiterio. Si hay catecúmenos, se les llama, y sus padrinos los presentan a la asamblea. Si son niños, serán llevados por sus padres y padrinos en presencia de la Iglesia congregada.
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Si hay procesión hasta el bautisterio o hasta la fuente, se organiza en este momento. Precede el ministro con el cirio pascual; y a él lo siguen los bautizandos con sus padrinos, los ministros, el diácono y el sacerdote. Durante la procesión se cantan las Letanías. Terminadas las letanías, el sacerdote hace una monición: Amados fieles: acompañemos… Pero si la liturgia bautismal se tiene en el presbiterio, el sacerdote hace inmediatamente la monición introductoria, con las palabras del misal u otras semejantes. Dos cantores entonan las letanías. A ellas responden todos permaneciendo de pie por ser tiempo pascual.
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Si debe hacerse una procesión más larga hasta el bautisterio, las letanías se cantan durante la procesión; en este caso, los bautizandos se llaman antes de la procesión y se organiza la procesión con el cirio pascual al frente precediendo: la siguen los catecúmenos con los padrinos, luego los ministros, el diácono y el sacerdote. Hágase la monición antes de la bendición del agua. Si no hay bautizandos ni se bendice la fuente, se omiten las letanías y se procede en seguida a la bendición del agua. En las letanías se pueden añadir los nombres de otros santos, especialmente del titular de la iglesia, los patronos del lugar y de quienes han de ser bautizados.
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Bendición del agua bautismal
Luego el sacerdote, con las manos extendidas, bendice el agua bautismal con la oración: Oh Dios, que con tu poder invisible. Y mientras dice: Te pedimos, Señor, por mediación de tu Hijo, introduce el cirio pascual en el agua, según convenga, una o tres veces. Habiendo concluido la bendición del agua bautismal y pronunciada la aclamación del pueblo, el sacerdote, de pie, interroga a los adultos y también a los padres o padrinos de los niños, para hacer las renuncias como se determina en los Ordos del Ritual Romano. Si no se ha hecho antes la unción de los adultos con el óleo de los catecúmenos entre los ritos inmediatamente preparatorios, se hace en este momento.
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Después, el sacerdote interroga a cada uno de los adultos acerca de la fe y si se trata de los niños, pide la triple profesión de fe simultáneamente con todos los padres y padrinos, como se determina en los respectivos Rituales. Donde haya muchos bautizandos esta noche, el rito se puede ordenar de tal manera que inmediatamente después de la respuesta de los bautizandos, de los padrinos y de los padres, el celebrante pida y reciba la renovación de los compromisos bautismales de todos los presentes. Terminados los interrogatorios, el sacerdote bautiza a los elegidos adultos y niños.
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Después del Bautismo el sacerdote unge a los niños con el crisma
Después del Bautismo el sacerdote unge a los niños con el crisma. A todos, sin embargo, sean adultos, sean niños, se les entrega la vestidura blanca. A continuación el sacerdote, o el diácono, recibe el cirio pascual de manos del ministro y se encienden los cirios de los neófitos. Para los niños se omite el rito Efeta. Después, a no ser que se haya tenido en el presbiterio la ablución bautismal y algunos ritos explicativos, se regresa al presbiterio organizando la procesión como antes. Los neófitos o los padrinos o los padres llevan el cirio encendido. Durante la procesión se entona el cántico bautismal Vi brotar agua u otro canto apto. Si se bautizan adultos, el Obispo o, en su ausencia, el presbítero que bautizó, les administra inmediatamente el sacramento de la Confirmación, en el presbiterio, como se indica en el Pontifical o en el Ritual Romano.
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Bendición del agua Cuando no hay bautizandos ni se bendice la fuente bautismal, el sacerdote introduce a los fieles para la bendición del agua, diciendo la monición del misal:
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Renovación de los compromisos bautismales
Terminado el rito del Bautismo (y de la Confirmación) o, si no tuvo lugar, después de la bendición del agua, todos de pie, con los cirios encendidos, renuevan los compromisos de la fe bautismal, juntamente con los nuevos bautizados, a no ser que se hubiera realizado. El sacerdote se dirige a los fieles con las palabras del Misal u otras palabras semejantes. El sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita, mientras que todos cantan la antífona del misal u otro canto bautismal.
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Mientras tanto, los neófitos son conducidos a su lugar, entre los demás fieles. Si la bendición del agua bautismal no tuvo lugar en el bautisterio, el diácono y los ministros llevan respetuosamente el recipiente con agua a la fuente bautismal. Si no hubo bendición de la fuente bautismal, el agua bendita se llevará a un lugar conveniente. Terminada la aspersión, el sacerdote vuelve a la sede y, omitido el símbolo, preside la oración universal, en la que los neófitos participan por primera vez.
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