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Domingo XI del Tiempo Ordinario

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Presentación del tema: "Domingo XI del Tiempo Ordinario"— Transcripción de la presentación:

1

2 Domingo XI del Tiempo Ordinario
Ciclo B Domingo XI del Tiempo Ordinario «Es la semilla más pequeña, pero se hace más alta que las demás hortalizas»

3 Primera Lectura Ezequiel 17,22-24
22 Así habla el Señor: Yo también tomaré la copa de un gran cedro, cortaré un brote de la más alta de sus ramas, y lo plantaré en una montaña muy elevada: 23 lo plantaré en la montaña más alta de Israel. El echará ramas y producirá frutos, y se convertirá en un magnífico cedro. Pájaros de todas clases anidarán en él, habitarán a la sombre de sus ramas. 24 Y todos los árboles del campo sabrán que yo, el Señor, humillo al árbol elevado y exalto al árbol humillado, hago secar el árbol verde y reverdecer al árbol seco. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré. Palabra de Dios Te alabamos Señor

4 «Seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos»
Ezequiel, profeta de Dios en el exilio. Allí marchó con su pueblo y allí murió. Su mensaje va dirigido, su pueblo deportado. La ira de Dios pesa dolorosamente sobre su pueblo. Su gente desterrada, su tierra en manos extranjeras, el culto abolido, la monarquía trucada.

5 El destino de las naciones está en sus manos.
El castigo ha sido irremediable pero Dios se mantiene FIEL a sus promesas. Dios no olvida a su pueblo. El destino de las naciones está en sus manos. Puede truncar los cedros más robustos y los abetos más altos y levantar hasta el cielo las plantas más humildes. Dios es el Señor de la historia. Y así lo hará.

6 Vuelven a revivir las esperanzas mesiánicas
Vuelven a revivir las esperanzas mesiánicas. La ramita verde -símbolo de la esperanza- se convertirá en árbol frondoso y elevado. Acudirán a él aves de todo género. Todos los pueblos van a ver la maravilla. La rama -vástago, brote, en Isaías- nos recuerda al Mesías y a su pueblo. De una ramita verde, de un tronco que parecía seco, de una planta humilde -situación actual del pueblo y su monarquía - va a surgir todo un cedro noble. Dios lo ha determinado. Maravillosa la acción de Dios.

7 Salmo 92(91) 2-3.13-14.15-16 2 Es bueno dar gracias al Señor,
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre; 3 proclamar tu amor de madrugada, y tu fidelidad en las vigilias de la noche, 13 El justo florecerá como la palmera, crecerá como los cedros del Líbano: 14 trasplantado en la Casa del Señor, florecerá en los atrios de nuestro Dios. 15 En la vejez seguirá dando frutos, se mantendrá fresco y frondoso, 16 para proclamar qué justo es el Señor, mi Roca, en quien no existe la maldad.

8 «Es bueno dar gracias al Señor»
Salmo de acción de gracias. El pueblo de Israel rompe en alabanza. Dios se ha mostrado bueno, Dios ha prodigado sus bondades. Esa misma experiencia abre camino a una «sabiduría» especial. Obliga a pensar y a seguir un comportamiento determinado.

9 Las obras del Señor, sus bondades, nos invitan a alabarlo y a estudiarlo. Alabanza y reflexión sapiencial. La obra de Dios revela «fidelidad» que opera maravillas y es una constante bendición para sus fieles. El justo -en los atrios del Señor, bajo su sombra- crecerá y se multiplicará. El fruto será abundante aun en el tiempo inesperado. Alabanza a Dios, invitación a servirle. Serás como la palmera.

10 Segunda Lectura II Corintios 5,6-10
6 Por eso, nos sentimos plenamente seguros, sabiendo que habitar en este cuerpo es vivir en el exilio, lejos del Señor; 7 porque nosotros caminamos en la fe y todavía no vemos claramente. 8 Sí, nos sentimos plenamente seguros, y por eso, preferimos dejar este cuerpo para estar junto al Señor; 9 en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradarlo. 10 Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal. Palabra de Dios Te alabamos Señor

11 «En destierro o en patria nos esforzamos en agradar al Señor»
Pablo se mueve en un plano específicamente cristiano, centrando su mirada en Jesucristo, que nos está esperando en el cielo, nuestra verdadera patria, de la que actualmente, mientras moramos en este cuerpo, estamos ausentes, teniendo que caminar “en fe y no en visión.”

12 Claramente deja entender que la reunión del cristiano con Cristo tendrá lugar en seguida después
de la muerte individual. Serían vanos esos deseos de morir, si una vez dejado el cuerpo, no se le concediese al justo la visión beatífica, teniendo que esperar hasta el final de los tiempos en la resurrección general. Su preferencia por la muerte para “estar junto al Señor,” se somete gustoso a la voluntad divina sin otra ambición que la de esforzarse por ser “grato al Señor,” sabiendo que habremos de darle cuenta de todas las acciones realizadas mientras vivimos en esta carne mortal.

13 Lectura del Santo Evangelio Marcos 4,26-34
26 Y decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: 27 sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. 28 La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. 29 Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha». 30 También decía: «¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? 31 Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, 32 pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra». 33 Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. 34 No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo. Gloria a Ti, Señor Jesús Palabra de Dios

14 «Es la semilla más pequeña, pero se hace más alta que las demás hortalizas»
El Reino de los Cielos es una realidad sobrenatural que irrumpe en la vida del hombre y lo arrastra a éste a esferas desconocidas y divinas. Urge escucharle. El Reino de los Cielos tiene su dinámica propia, sus misterios. El hombre no puede adentrarse en él, si Dios no le abre la puerta. La Puerta es Jesús.

15 amanece antes, apunta más rápida la espiga o se adelanta la siega.
«Cuando el grano está apunto, se mete la hoz, porque el ha llegado la siega». Así termina la primera de las comparaciones. No porque el hombre madrugue o trasnoche, amanece antes, apunta más rápida la espiga o se adelanta la siega. Hay una maduración natural con un ritmo vital misterioso, sorprendente, que se pone en movimiento al margen del hombre. Al hombre no le toca más que admirarlo y esperar. Ya vendrá la siega. Así sucede con el Reino de los Cielos.

16 Jesús no se comporta a la altura de estas esperanzas.
El Reino tiene un período de maduración, una hora de la siega: el juicio definitivo. No le toca al hombre adelantarlo. Hay que esperar con paciencia. Ya llegará. Los zelotes y la mayor parte del pueblo esperaban y deseaban una intervención definitiva de Dios, un juicio inmediato y severo. Todo iba a quedar en orden, muy humano por otra parte, de modo fulminante: salvación del pueblo, ruina de las gentes. Tenían prisa. Jesús no se comporta a la altura de estas esperanzas.

17 El Reino de los Cielos tiene comienzos humildes, insignificantes
El Reino de los Cielos tiene comienzos humildes, insignificantes. Como un grano de mostaza. Llegará a ser un árbol frondoso. Allí irán a cobijarse las aves del campo. Esa figura del árbol simbolizando un reino, el Reino de Dios, tiene raíces bíblicas. Es, al comienzo, una insignificancia en sí, pero crecerá, se expandirá y sus ramas cubrirán la tierra. Será la admiración de las gentes. Dios es admirable en sus obras. Así también el Reino de los Cielos.

18 Jesús habla en parábolas, acomodándose al entender de las gentes, pero no lo dicen todo.
El Misterio del Reino queda misterio. Solamente los allegados reciben una información mayor. Son aquellos que tienen fe en él, aquellos que le siguen, aquellos que le aman. Jesús se comunica sus intimidades a quienes sabrán entenderlo, comprenderlo por que tienen un mismo sentir. Aquellos que han hecho causa común con él. De no ser así sería peligroso y perjudicial. Ellos pueden apreciar y entender algo de su persona, de su obra, del Reino de Dios. Ellos le han aceptado. Le han confesado Mesías. A ellos se confía Jesús.

19 Gracias Señor por tu Palabra purificadora,
que ilumina, alimenta, enriquece, alegra, consuela y compromete. Concédenos vivir conforme a ella.

20 me olvide de todo lo que me rodea y, viviendo,
DAME FE COMO UN GRANO DE MOSTAZA, SEÑOR Para que, orando, me olvide de todo lo que me rodea y, viviendo, sepas que Tú habitas en mí. Para que, creyendo en Ti, anime a otros a fiarse de Ti. A moverse por Ti. A no pensar sino desde Ti. ¿Me ayudarás, Señor? ¿Será mi fe como el grano de mostaza? Dame la capacidad de esperar y soñar siempre en Ti. Dame el don de crecer y de robustecer mi confianza en Ti. Dame la alegría de saber que, Tú, vives en mí. Dame la fortaleza que necesito para luchar por Ti. DAME FE COMO UN GRANO DE MOSTAZA Sencilla, pero obediente y nítida. Radical, pero humilde y acogedora. Soñadora, pero con los pies en la tierra. Con la mente en el cielo, pero con los ojos despiertos. Con los pies en el camino, pero con el alma hacia Ti. ¿Me ayudarás, Señor? Dame fe, como un grano de mostaza ¿Será suficiente, Señor? Oración: P. Javier Leoz

21 Servicio Gratuito con Fines Educativos
Servicio Gratuito con Fines Educativos


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