“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan.

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2 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

3 Dado que Dios puso en marcha el proceso de dar, por naturaleza es el emprendimiento más feliz que los seres humanos puedan compartir con su Amigo, Creador y Redentor.

4 “DONDE ESTÉ VUESTRO TESORO”
“Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón." (Malteo 6:21) ¿Qué es la ofrenda y cuál es el propósito de ella? La ofrenda no es el diezmo; ni el diezmo es ofrenda. Uno difiere del otro. Pero ambos deben ser entregados a Dios. El diezmo se refiere a nuestra fidelidad en lo que Dios nos pide acerca de las ganancias que recibimos como resultado de las bendiciones divinas. Y la ofrenda está relacionada con nuestra gratitud por los dones que alcanzamos durante nuestra existencia. Él quiere que lo reconocemos como el Supremo Dador y quiere desarrollar un carácter semejante en nosotros. Cuando lo permitamos, tendremos el corazón en armonía con su corazón y el resultado será evidente. "Las iglesias más sistemáticas y liberales son las más prósperas. La verdadera liberalidad en el seguidor de Cristo lo identifica con los intereses de su Maestro! (Elena G. de White. Testimonios, vol. 1, p. 385). Para ello, su principal estrategia es el sistema de ofrendas de gratitud, la cual, de corazón le damos. Para las ofrendas, Dios no estipula valores ni porcentajes, pues ellos deben ser motivados por la gratitud. Además, debemos ofrecer a Jesús lo mejor de nosotros. PIENSA: El tamaño de tu gratitud, refleja el valor de tus ofrendas.

5 MAYORDOMOS DE LA GRACIA DE DIOS
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8). ¿Qué es la gracia y de qué manera nos convertimos en mayordomos de ella? La gracia es el don máximo, más complejo y maravilloso que alguna vez se haya dado a la humanidad. La gracia es misericordia divina, el don más valioso que Dios tiene para nosotros.(“Stewardship: Motives of the Heart” ) El mayordomo de Dios se convierte en conducto de su gracia en el mundo, desde su conversión. Al convertirse en cristiano, percibe que Cristo es la mayor gracia concedida por el cielo a los pecadores. Entonces, liberado del egoísmo, él utiliza todos los medios y recursos para compartir esa gracia a las multitudes que están en la desgracia del pecado. La gracia de Dios que transforma a pecadores en santos es un regalo de Dios para ser compartido: “Cada uno ejerza el don que ha recibido para servir a los demás, administrando fielmente la gracia de Dios en sus múltiples formas" (1 Pedro 4:10, Nueva Versión internacional). PIENSA: ¿De qué manera puedes ser un mayordomo de la gracia que has recibido tan libremente?

6 NUESTRA MEJOR OFRENDA ¿Cuál es el nuestra mejor ofrenda?
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” ( Romanos 12:1). ¿Cuál es el nuestra mejor ofrenda? No hay nada que el Señor más desea, que la rendición de la voluntad del hombre a su control. Esta es la única cosa sobre la cual Él dio derecho de propiedad y de decisión al hombre. Por eso Él pide: “Dame hijo mío tu corazón".(Prov. 23:26). Es la única cosa que el hombre realmente puede dar o negar a Dios. Nuestra mejor ofrenda para Dios somos nosotros mismos, un "sacrificio vivo" (Romanos 12:1). Aunque parezca extraño, somos el bien más valioso que podemos dar. Esto es cierto solo por causa de lo que Jesús hizo por nosotros. Al darnos a nosotros mismos, ponemos a Dios primero con nuestra mejor ofrenda. (“Stewardship: Motives of the Heart” ) María comprendió esto cuando le ofreció lo mejor que tenía a Jesús (Mat. 26:7,12). En el siglo XXI, el frasco de perfume que compró puede valer unos dólares. Ella sabía del sacrificio que Jesús pronto haría. Los que lo aman mucho dan mucho, y los que lo aman poco dan poco. (Ibíd.) PIENSA: ¿Eres tú, la mejor ofrenda para el Señor?

7 LAS MOTIVACIONES DEL CORAZÓN
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre" (2 Corintios 9:7) ¿Cuál debiera ser el motivo para ofrendar? La declaración: "Que cada uno dé según la decisión de su corazón", o: "Como ha determinado en su corazón" (NVI), significa que es una decisión fundamentada en el amor centralizado en Dios. El motivo para dar, sea en tiempo, dinero u objetos, es una de las luchas espirituales internas más frecuentes que un cristiano tiene que pasar. Las acciones revelarán los motivos de nuestro corazón. (“Stewardship: Motives of the Heart” ) Una oferta, sea pequeña o grande, sólo tiene real valor al Señor cuando está empapada de amor por el Soberano Dador. Si nuestras ofrendas están motivadas por el amor a las bendiciones y no por amor a Aquel que bendice, ellas estarán manchadas de egoísmo. Y Dios no quiere esa mancha en el carácter de sus mayordomos. PIENSA: ¿Cuál es la causa que te motiva a ofrendar?

8 LA EXPERIENCIA DE DAR ¿De qué se trata el dar?
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará” (2 Corintios 9:6) ¿De qué se trata el dar? El mayordomo que da generosas ofrendas con alegría y por amor al Salvador tiene el privilegio de experimentar sentimientos divinos de altruismo en lugar del veneno del egoísmo. El mayordomo deja de reflejar el carácter del pecado y su autor, y pasa a reflejar el carácter del Salvador. El mayordomo dedicado es un auténtico adorador consagrado. Él da su corazón al ofrecerse al Salvador y entrega sus ofrendas con alegría, de forma sistemática y proporcional a sus ganancias, es la única forma de demostrar que, de su corazón desborda gratitud por todo lo que Dios le ha dado. Así, él también demuestra fe en las promesas de su Salvador. Cuando el hombre aprende a responder al amor de Dios, él comprende que sólo puede dar porque está ligado a la fuente de todas las bendiciones. PIENSA: ¿De qué modo experimentaste la realidad de cómo crece la fe al dar en forma voluntaria y generosa de lo que recibiste?

9 El mayordomo alegre es aquel que no ofrenda por obligación, sino voluntariamente por gratitud. El siervo generoso no es aquel que ofrece gran cantidad de dinero, sino que alegremente se da a Cristo por entero. El mayordomo satisfecho no es el que usa los recursos de Dios para su propia gloria, sino para glorificar a su Señor que, le concedió, no sólo el privilegio de ser mayordomo, sino que le confió recursos valiosos. El mayordomo fiel es aquel que vive para representar en la Tierra el carácter generoso de su Señor que está en el cielo. Por lo tanto, "el dar no es algo que hacemos, sino algo que somos. Es una forma de vida para el cristiano que entiende la gracia de Dios“ (W. W. Wierbe. Expositor: Nuevo Testamento, vol 1, p. 864). De esta forma, ofrendar no solo tiene que ver con el tamaño del salario, ni con la cantidad de dinero que tenemos, sino sobre todo con el tamaño de la gratitud que tenemos en el corazón.