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Publicada porMaría Dolores Fernández Espinoza Modificado hace 6 años
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¿QUIÉN SOY? POR CHANTAL KLINGBEIL
DÍA INTERNACIONAL DE ORACIÓN DE LA MUJER 2018
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¿QUIÉN SoY? PRECALENTAMIENTO
En tres minutos (anote en una hoja de papel) respondan la siguiente pregunta con una respuesta lo más completa posible: ¿Quién soy?
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¿Quién soy? (II) Tache lo siguiente de su descripción:
Nombre (Sue Brown). Nacionalidad, origen o lugar (de Canadá, viví aquí toda mi vida, originalmente de Londres). Función o trabajo (Trabajo en una guardería, Soy auxiliar, Soy mamá y ama de casa). Trabajos y relaciones (Soy científica nuclear, mamá y tía, Soy soltera). ¿Qué queda de su identidad?
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¿Quién soy? (III) Períodos cruciales de crisis en nuestra vida donde se nos desafiará a ver otra vez quiénes somos… Adolescencia Crisis de los cuarenta Jubilación En el medio de estos momentos de crisis a menudo nos perdemos en nuestros roles Podemos trabajar hasta el agotamiento intentando probar nuestro valor. Podemos apegarnos demasiado a nuestros roles y rehusarnos a cambiarlos por temor a no tener valor.
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¿Quién soy? (IV) PELIGROS Podemos perder a Dios.
Podemos perder nuestras relaciones familiares más importantes. Podemos perdernos a nosotras mismas.
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¿Quién soy? (V) Si no sabemos quiénes somos en realidad…
Podemos volvernos frustradas y desilusionadas. No llegamos a ser el ideal bíblico de una persona mayor piadosa. “Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes” (Salmos 92:13, 14).
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¿QUIÉN SOY? Podemos convertirnos en desconocidos para nuestros hijos.
Podemos vivir vidas paralelas como cónyuges. Y podemos comenzar a preguntar: ¿Quién soy? ¿Qué hice (o estoy haciendo) de mi vida?
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¿quIén soy? (VI) Consejo bíblico
“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmos 90:12).
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La verdadera sabiduría comienza con el conocimiento de quiénes somos en realidad.
No somos un rol o una función, sino mucho más: somos seres creados por el soberano del universo, creados a su imagen.
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Estudio de Caso I Cómo sería para usted haber sido…
El hijo amado y consentido. Un esclavo. Un objeto de deseo sexual. El primer ministro del país más poderoso de la época.
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Estos son roles e identidades conflictivas, pero José los vivió a todos.
Leámoslos en Génesis 37:2-5; 37:23-28; 39:1, 7- 11, 20; 41:39-43.
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Estudio de Caso II ¿Cómo podría él sobrevivir a estos cambios dramáticos de rol? Secreto: Una decisión tomada al principio de su viaje a Egipto.
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Patriarcas y profetas, pág. 215.
“Su alma se conmovió y tomó la alta resolución de mostrarse fiel a Dios y de obrar en cualquier circunstancia cómo convenía a un súbdito del Rey de los cielos. Serviría al Señor con corazón íntegro; afrontaría con toda fortaleza las pruebas que le deparara su suerte, y cumpliría todo deber con fidelidad”. Patriarcas y profetas, pág. 215.
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Estudio de Caso III José creció en su compromiso con Dios. El José que fue vendido en Canaán no era el mismo que respondió a la abierta invitación de la esposa de Potifar con “¿Cómo haría yo esto?”.
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“Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios
“Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Génesis 39:9). “Si abrigáramos habitualmente la idea de que Dios ve y oye todo lo que hacemos y decimos, y que conserva un fiel registro de nuestras palabras y acciones, a las que deberemos hacer frente en el día final, temeríamos pecar”. Patriarcas y profetas, pág. 217. Practicaríamos la presencia de Dios.
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Estudio de Caso IV ¿Cómo puede este concepto ayudarme a saber quién soy? Como elegí ser hija de Dios, yo pertenezco a Él, sin importar la función o rol que esté interpretando. Yo puedo “reclamar” personalmente el amor divino: Jesús murió por mi persona. No es algo que pasó hace mucho tiempo atrás, sino que se vuelve fresco y nuevo cada día: “Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero” (1 Corintios 15:31).
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Patriarcas y profetas, pág. 223.
Estudio de Caso V En mi vida diaria puedo recordar que… “Pocos se dan cuenta de la influencia de las cosas pequeñas de la vida en el desarrollo del carácter. Ninguna tarea que debamos cumplir es realmente pequeña. Las variadas circunstancias que afrontamos día tras día están concebidas para probar nuestra fidelidad, y han de capacitarnos para mayores responsabilidades”. Patriarcas y profetas, pág. 223.
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Cada mañana, cuando me mire en el espejo, puedo tener la seguridad de que mis pecados de ayer fueron perdonados porque mi “vida está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3:3). Tengo valor porque yo soy hija de Dios.
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“Espejito, espejito. Soy…”
ACTIVIDAD FINAL… Escríbase una carta a usted misma para colgarla en su espejo. Piense en lo que aprendió. Escriba quién es realmente para Dios. Comience con las palabras: “Espejito, espejito. Soy…”
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