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No vayáis tras ellos Lectio divina Domingo XXXIII T. O Ciclo C 13 Noviembre 2016 Secretariado de Catequesis.

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Presentación del tema: "No vayáis tras ellos Lectio divina Domingo XXXIII T. O Ciclo C 13 Noviembre 2016 Secretariado de Catequesis."— Transcripción de la presentación:

1 No vayáis tras ellos Lectio divina Domingo XXXIII T. O Ciclo C Noviembre Secretariado de Catequesis Cádiz y Ceuta Música: Conquest of Paradise Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual

2 Oración inicial Señor Jesús,
quiero abrirme a la confianza que Tú me das siempre. Con tu ayuda, quiero sacar de mi interior los temores y los miedos. Que en mi interior resuene con fuerza lo que Tú le dijiste una vez al apóstol Pablo: Te basta mi gracia, ya que la fuerza se pone de manifiesto en la debilidad. Que nadie escuche a los falsos profetas, que infunden sólo el miedo ante el futuro. Que sintamos el gozo de hacer vida tu Palabra.

3 TEXTO BÍBLICO Lc Y como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida». Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». Él dijo: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».

4 Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

5 Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

6 lectura ¿Qué dice el Texto?

7 A punto de acabar el año litúrgico nos encontramos con un evangelio en el que Jesús nos habla de la destrucción del Templo y de la llegada del fin de los tiempos.

8 El Templo de Jerusalén era conocido en la antigüedad por su grandeza y esplendor. Algunos en el evangelio de hoy admiran su calidad y belleza. Sin embargo Jesús les reprocha que tenían un Templo recubierto de oro pero su corazón se había alejado de Dios.

9 Los edificios podrán ser destruidos, pero Dios no desaparecerá jamás.
Estaban vacíos por dentro y hacían un culto superficial. Habían pecado, habían roto la alianza con Dios, pero les encantaba ver el imponente Templo. Los edificios podrán ser destruidos, pero Dios no desaparecerá jamás.

10 Sabemos que en tiempos de Jesús existía la creencia de que el final de los tiempos era inminente, por eso Jesús advierte contra los falsos profetas. El anuncio que Jesús hace de guerras y calamidades no nos ha de extrañar. Desgraciadamente llevamos siglos siendo testigos de estas cosas. Es igualmente cierto que el final de los tiempos y del orden de este mundo como lo conocemos, vendrá acompañado de señales específicas: “espantos y grandes signos en el cielo”.

11 Todo eso llegará un día, pero añade Jesús:
Así lo dice Jesús. Así lo creemos. Lo importante es que Jesús se esfuerza en insistir en el hoy. Todo eso llegará un día, pero añade Jesús: “Pero antes de todo eso”, os perseguirán, os detendrán y alguno incluso será odiado por su familia y podrá encontrar la muerte.

12 Mientras eso llega Jesús nos pide en el evangelio que demos testimonio de Él en medio de la adversidad. Nada nos podrá pasar si confiamos y creemos en Él. Nuestro testimonio de Cristo, convencido y apasionado, será una humilde colaboración que irá preparando lo que un día habrá de llegar:

13 un mundo y orden nuevo que no nos debe asustar, sino llenar de esperanza, pues entonces veremos, por fin, a Dios cara a cara.

14 ¿Qué me dice el Señor en el Texto?
meditación ¿Qué me dice el Señor en el Texto?

15 Este discurso de Jesús es siempre actual, también para nosotros que vivimos en el siglo XXI. Él nos repite: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre». Es una invitación a discernir y comprender dónde está el espíritu del Señor y dónde está el espíritu maligno. También hoy existen falsos «salvadores», que buscan sustituir a Jesús. Él nos alerta: «¡No vayáis tras ellos!». (Papa Francisco).

16 Las adversidades que encontramos por nuestra fe y nuestra adhesión al Evangelio son ocasiones de testimonio; no deben alejarnos del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más a Él, a la fuerza de su Espíritu y de su gracia. (Papa Francisco) Jesús anuncia pruebas dolorosas y persecuciones que sus discípulos deberán sufrir, por su causa. Pero asegura: «Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá». Nos recuerda que estamos totalmente en las manos de Dios.

17 Muchos hermanos y hermanas cristianos sufren persecuciones a causa de su fe. Tal vez muchos más que en los primeros siglos. Jesús está con ellos. Nosotros debemos estar unidos a ellos con nuestra oración y nuestro afecto; sintamos admiración por su valentía y su testimonio. Son nuestros hermanos y hermanas, que en muchas partes del mundo sufren a causa de ser fieles a Jesucristo. (Papa Francisco).

18 Al final, Jesús hace una promesa que es garantía de victoria: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». Son una llamada a la esperanza y a la paciencia, a saber esperar los frutos seguros de la salvación, confiando en el sentido profundo de la vida y de la historia…

19 Y ésta es nuestra esperanza. (Papa Francisco).
A pesar de los desórdenes y los desastres que agitan el mundo, el designio de bondad y de misericordia de Dios se cumplirá.

20 ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
oración ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?

21 El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida: ¿de quién me asustaré? Una cosa pido al Señor, es lo que busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida; admirando la belleza del Señor, y contemplando su templo.

22 Escucha, Señor, mi voz que te llama, ten piedad de mí, respóndeme.
Tu rostro buscaré, Señor: no me ocultes tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.

23 Espero contemplar la bondad del Señor en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente, ¡ten ánimo, espera en el Señor!

24 ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
contemplación ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?

25 Sin embargo, su mensaje es de una confianza increíble:
Las palabras de Jesús son de un realismo sorprendente: la historia estará tejida de guerras, odios, hambres y muertes, y después llegará un día el fin. Sin embargo, su mensaje es de una confianza increíble: hay que seguir buscando el reino de Dios y su justicia, hay que trabajar por un «hombre nuevo», hay que seguir creyendo en el amor. «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

26 “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto
“Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto?”, y “¿cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?” Debemos considerar que las guerras y las catástrofes, son herencias de la condición humana y que la condición de la vida del hombre se extingue. Todo esta orientado en que hay urgencia en la conversión, en el anhelo de transformarse de esta triste condición donde nos estamos desenvolviendo.

27 “La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da os la doy yo
“La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da os la doy yo. No se turbe vuestro corazón ni se intimide”. Es tiempo de hacer silencio y oír la palabra del Señor que resuena en los Evangelios, en especial cuando nos dice:

28 Estamos en un mundo enloquecido por los estruendos, los bullicios, los escándalos, es mucha la agitación existente, son tanto los problemas, que nos causan muchos temores y angustias.

29 El compromiso que tenemos es el de construir el Reino de Dios en el hoy, reconociéndolo como tiempo de salvación en el que Dios nos pide que trabajemos en su nombre. La certeza de que habrá un final no puede llevarnos a dejar de remar, sino a garantizar un futuro a nuestros hermanos. El trabajo cotidiano es el lugar de la fiel espera de la intervención definitiva de Dios, es el lugar donde, como cristianos, estamos llamados a dar un buen testimonio de Cristo.

30 acción ¿A qué me comprometo?

31 Vuelve sobre este texto, haciendo un profundo examen de conciencia sobre tu vida y tu relación personal con el Señor y la constancia en la oración.

32 Pon tus miedos ante el Señor y demuestra que quieres ser su discípulo, pues ni un pelo de la cabeza perecerá.

33 El que tiene a Dios nada teme.
En tu vida cotidiana se testigo de confianza, esperanza y de optimismo, porque el Señor es tu fortaleza. El que tiene a Dios nada teme.

34 Realiza alguna obra de caridad, para anunciar al Señor a algunos enfermos, pobres, privados de su libertad, o necesitados. FIN


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