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Lírica del Renacimiento en España
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En primer lugar, políticamente España se consolidó como la potencia mundial (Absolutismo).
Prueba de ello fue el descubrimiento y conquista de América. El haber retirado a los musulmanes de España también provocó que en el territorio dominara un idioma en particular: El castellano
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La cultura y el conocimiento ya no fueron exclusivos de la iglesia, sino también de la nobleza, quienes se mostraron más interesados. Invención de la imprenta y fundación de universidades.
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A diferencia de la Edad Media, en la que dominó el pensamiento religioso, durante el Renacimiento surgió una corriente filosófica que influyó en la literatura. El Humanismo fue una manera de pensar que colocó al ser humano como el centro de todas las cosas.
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Así, era importante interesarse por conocer y disfrutar la vida, la belleza y el conocimiento humano. Al interesarse la nobleza por la cultura, surgió una figura llamada mecenas, quien era el patrocinador de los artistas de la época. Se admiró a la cultura Clásica (Grecia y Roma).
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En el caso de la poesía, estuvo muy influida por Francesco Petrarca.
Fueron dos las grandes corrientes poéticas:
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La Escuela Salmantina, que se caracterizó por su sobriedad.
Concisión en el lenguaje Búsqueda de la sencillez, tanto en la expresión como en su filosofía (exaltación de la vida sencilla).
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El principal representante de esta corriente fue Fray Luis De León.
Nacido en una familia acomodada, ingresó en la orden de los agustinos y se doctoró como teólogo. Compitió y ganó el puesto para una cátedra vacante en teología, en la Universidad de Salamanca. En 1572 fue detenido y encarcelado durante 5 años. Se le acusó de preferir la versión hebrea de la biblia, así como hacer una traducción al castellano del cantar de los cantares.
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Aunque en ricos montones
I Contra un juez avaro (Fray Luis De León) Aunque en ricos montones levantes el cautivo inútil oro; y aunque tus posesiones mejores con ajeno daño y lloro; y aunque cruel tirano oprimas la verdad, y tu avaricia, vestida en nombre vano, convierta en compra y venta la justicia; aunque engañes los ojos del mundo a quien adoras: no por tanto no nacerán abrojos agudos en tu alma; ni el espanto no velará en tu lecho; ni huirás la cuita y agonía, el último despecho; ni la esperanza buena en compañía del gozo tus umbrales penetrará jamás; ni la Meguera, con llamas infernales, con serpentino azote la alta y fiera y diestra mano armada, saldrá de tu aposento sola una hora; y ni tendrás clavada la rueda, aunque más puedas, voladora del Tiempo hambriento y crudo, que viene, con la muerte conjurado, a dejarte desnudo del oro y cuanto tienes más amado; y quedarás sumido en males no finibles y en olvido.
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Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado. ¡Dichoso el humilde estado del sabio que se retira de aqueste mundo malvado, y, con pobre mesa y casa, en el campo deleitoso, con sólo Dios se compasa y a solas su vida pasa, ni envidiado, ni envidioso! Sus textos siguieron la filosofía ascética, es decir, la fidelidad religiosa, meditación y sencillez en la forma de vivir, más allá de las riquezas que ofrecían la práctica religiosa.
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Por otro lado, la Escuela Sevillana tuvo las características opuestas.
Concentración en la forma Adjetivos Ornamentación en el lenguaje y empleo de la retórica Uno de los autores más importantes fue Fernando de Herrera
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Nació en una familia humilde y aunque recibió educación, nunca obtuvo un título académico como tal.
Sus mecenas fueron Don Álvaro y Doña Leonor de Milán. Se le conoció por su carácter introvertido y orgulloso. Su poesía, de forma muy cuidada, adoptó el estilo de Petrarca.
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Pensé, mas fué engañoso pensamiento,
armar de puro hielo el pecho mío; porque el fuego de Amor al grave frío no desatase en nuevo encendimiento. Procuré no rendirme al mal que siento, y fue todo mi esfuerzo desvarío; perdí mi libertad, perdí mi brío, cobré un perpetuo mal, cobré un tormento. El fuego al hielo destempló, en tal suerte, que, gastando su humor, quedó ardor hecho; y es llama, es fuego, todo cuanto espiro. Este incendio no puede darme muerte; que, cuando de su fuerza más deshecho, tanto más de su eterno afán respiro.
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Independientemente de éstas escuelas, se dio otro tipo de poesía de tipo religiosa.
El misticismo, se conoce como una experiencia en la que el alma se une a los sagrado. Se entiende como una comunicación entre el alma y dios. El misticismo es propio de varias religiones.
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En la religión cristiana, se cree que el éxtasis se logra a través de una disciplina muy estricta.
Ésta consiste en ayuno, soledad, oración, trabajo, penitencia, mortificación y meditación. Así, se lograba la experiencia mística, que otorgaba placer.
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La literatura no estuvo exenta del tema místico.
Dos autores de poesía mística fueron San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila.
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I Santa Teresa de Ávila Si el amor que me tenéis, Dios mío, es como el que os tengo, Decidme: ¿en qué me detengo? O Vos, ¿en qué os detenéis? - Alma, ¿qué quieres de mí? -Dios mío, no más que verte. -Y ¿qué temes más de ti? -Lo que más temo es perderte. Un alma en Dios escondida ¿qué tiene que desear, sino amar y más amar, y en amor toda escondida tornarte de nuevo a amar? Un amor que ocupe os pido, Dios mío, mi alma os tenga, para hacer un dulce nido adonde más la convenga. Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero.
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II San Juan De la Cruz 1. En mí yo no vivo ya, y sin Dios vivir no puedo; pues sin él y sin mí quedo, este vivir ¿qué será? Mil muertes se me hará, pues mi misma vida espero, muriendo porque no muero. 2. Esta vida que yo vivo es privación de vivir; y así, es continuo morir hasta que viva contigo. Oye, mi Dios, lo que digo: que esta vida no la quiero, que muero porque no muero. 3. Estando ausente de ti ¿qué vida puedo tener, sino muerte padecer la mayor que nunca vi? Lástima tengo de mí, pues de suerte persevero, que muero, porque no muero. 4. El pez que del agua sale aun de alivio no carece, que en la muerte que padece al fin la muerte le vale. ¿Qué muerte habrá que se iguale a mi vivir lastimero, pues si más vivo más muero? 5. Cuando me pienso aliviar de verte en el Sacramento, háceme más sentimiento el no te poder gozar; todo es para más penar por no verte como quiero, y muero porque no muero. 6. Y si me gozo, Señor, con esperanza de verte, en ver que puedo perderte se me dobla mi dolor; viviendo en tanto pavor y esperando como espero, muérome porque no muero. 7. ¡Sácame de aquesta muerte mi Dios, y dame la vida; no me tengas impedida en este lazo tan fuerte; mira que peno por verte, y mi mal es tan entero, 8. Lloraré mi muerte ya y lamentaré mi vida, en tanto que detenida por mis pecados está. ¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será? cuando yo diga de vero: vivo ya porque no muero.
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Corriente literaria Temporalidad Características Antigüedad clásica VIII a.C - V d.C Busca belleza, sencillez, claridad y proporción Edad Media Siglos X al XV Obras cultas con propósito religioso; las populares, de crítica y diversión. Renacimiento Siglos XV y XVI Se retoma el gusto por la antigüedad clásica. El ser humano es el centro. Barroco Siglos XVII y XVIII Unión de la forma y fondo, reacciona contra el Renacimiento. Romanticismo Siglos XVIII y XIX Gusto por lo exótico. Exalta los sentimientos y la inspiración.
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