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Lectio divina del Salmo dominical
Domingo I de Adviento Is 63, 16b-17; 64, 1.2b-7: ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases! Sal 79, 2ac.3b : Oh Dios restáuranos, que brille tu rostro y nos salve. 1Co 1,3-9: Aguardamos la manifestación de Jesucristo nuestro Señor. Mc 13,33-37: Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa.
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que brille tu rostro y nos salve.
Oh Dios restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
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Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre querubines, resplandece. Despierta tu poder y ven a salvarnos.
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que brille tu rostro y nos salve.
Oh Dios restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
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Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa.
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que brille tu rostro y nos salve.
Oh Dios restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
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Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú fortaleciste
Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú fortaleciste. No nos alejaremos de ti; danos vida, para que invoquemos tu nombre.
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que brille tu rostro y nos salve.
Oh Dios restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
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Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio…
2Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como a un rebaño; tú que te sientas sobre querubines, resplandece 3ante Efraín, Benjamín y Manasés; despierta tu poder y ven a salvarnos. 4Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve. 5Señor Dios de los ejércitos, ¿hasta cuándo estarás airado mientras tu pueblo te suplica? 6Les diste a comer llanto, a beber lágrimas a tragos; 7nos entregaste a las contiendas de nuestros vecinos, nuestros enemigos se burlan de nosotros. 8Dios de los ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve. 9Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste; 10le preparaste el terreno, y echó raíces hasta llenar el país; 11su sombra cubría las montañas, y sus pámpanos, los cedros altísimos; 12extendió sus sarmientos hasta el mar, y sus brotes hasta el Gran Río. 13¿Por qué has derribado su cerca para que la saqueen los viandantes, 14la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas? 15Dios de los Ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, 16la cepa que tu diestra plantó y que tú hiciste vigorosa. 17La han talado y le han prendido fuego; con un bramido hazlos perecer. 18Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú fortaleciste. 19No nos alejaremos de ti: danos vida, para que invoquemos tu nombre. 20Señor Dios de los ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve. Si quieres escuchar el salmo en hebreo, pincha aquí
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Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio?
Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.
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Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio?
Dentro del tercer libro, los salmos constituyen la “Colección de los hijos de Assaf”. Sobre la paternidad de Assaf (levitas que hacían de cantores en el templo: 2Cr 35, 15: Esd 2, 41) es posible que este grupo de salmos fuera escrito durante la Deportación o poco después. En los salmos se hace un repaso colectivo de la historia para recordar a Dios cómo se comportaba con ellos cuando los llevaba por el desierto. La relectura que se hace a las Colecciones de David es para acentuar que el juicio pertenece exclusivamente a Dios. Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos º: salmos Y 3º: salmos 72-88 Salmo 79: Ven a visitar tu viña.
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Lectio ¿Qué dice el texto?
El salmo 79 es una lamentación pública ante una grave desgracia: el enemigo ha invadido el territorio nacional y ha destruido la ciudad y el templo, y Dios parece mostrarse indiferente y callado. La caída de Samaría el año 721 a.C. o la deportación del año 586, que provoca una relectura del desastre de Samaría, puede ser el telón de fondo de este salmo. El pueblo orante pide la restauración. Restauración que implica un “volver”: que Dios se vuelva y podamos ver su Rostro de nuevo; y que nosotros volvamos sobre nuestros pasos y retornemos a Dios. El estribillo (vv y 20) subraya la insistencia de la petición. Las emociones expresadas son fundamentalmente dos: la amargura que se siente en el abandono, bajo la presión enemiga, y la confianza en la protección divina.
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Meditatio: Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto
Meditatio: Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Tanto el pueblo de Israel, que sufre tras el destierro, como nosotros cuando estamos desolados, nos sentimos abrumados por la “ausencia” del Señor. Pero, hagámonos fuertes y pacientes en la espera: ¡Dios es Fiel! Hoy el salmo es una fantástica respuesta coral a la 1ª lectura. El profeta Isaías ruega al Señor que se vuelva, rasgue el cielo y baje, y el salmista, que haga volver su rostro sobre nosotros.
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“Danos vida para que invoquemos tu Nombre”
Queremos aferrarnos a Ti, a tus promesas, mientras velamos, esperando tu venida.
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El orante, en su angustia y confianza, se atreve a exigir a Dios y a marcarle un ritmo.
Cristo, el Escogido, el Hombre fortalecido por Dios, nos pide que, mientras no llega el momento, velemos, estemos despiertos, ocupados cada uno en nuestra tarea. “Despierta tu poder y ven a salvarnos”
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Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo?
Te damos gracias, Señor. Vuélvete por amor a tus siervos; enséñanos a velar, a buscar la luz de tu Rostro mientras perseveramos en la tarea que nos has encomendado. Amén.
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Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros… “¡Dios de los ejércitos, vuélvete! Aunque hayan sucedido estas cosas, ¡vuélvete! Mira desde el cielo, fíjate, y ven a visitar esta viña, Cuida y perfecciona la que tu diestra plantó. No plantes otra; perfecciona ésta. Porque ella es la descendencia de Abrahán; es la descendencia en la que serán benditas todas las generaciones. Ahí está la raíz que sostiene el acebuche injertado. Lleva a la perfección esta viña que tu diestra plantó. Pero ¿dónde la perfeccionará? Sobre el hijo del hombre, a quien afianzaste para ti. ¿Qué cosa hay más clara? ¿Por qué esperáis todavía que, discutiendo, aclaremos, y no, más bien, que admirando exclamemos junto con vosotros: Perfecciona esta viña que tu diestra plantó, y perfecciónala sobre el hijo del hombre?¿Sobre qué hijo del hombre? El que afianzaste para ti. ¡Qué gran firmamento! ¡Edifica cuanto puedas! Pues nadie puede poner otro cimiento fuera de aquel que ya está puesto, Jesucristo.” (San Agustín, Comentario al salmo 79, 12)
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Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra
Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”… ¡Velad!
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