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EDIPO LATIN 1º BACHILLERATO
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Cadmo funda Tebas Descendencia maldita
Cuando Cadmo funda Tebas después de haber buscado a su hermana Europa durante mucho tiempo. Mata a un dragón de Ares que custodiaba una fuente.
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Muerte de Penteo y Lábdaco
Tanto Penteo como Lábdaco mueren por resistirse a la introducción de los cultos de Dioniso
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Layo consulta al oráculo
Si tiene un hijo lo matará y se casará con su madre Layo, rey de Tebas, había recibido el oráculo de que si engendrase alguna vez un hijo, el niño, una vez adulto, le daría muerte. Sin embargo, estando ebrio, se unió a su esposa Yocasta, y tuvo un hijo. Al nacer el niño, Layo le atravesó con fíbulas los pies y lo entregó a un pastor para que lo abandonara. Layo esperaba escapar así del oráculo puesto que matarlo directamente habría sido una impiedad y creía que nadie recogería a un recién nacido con los pies atravesados.
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Edipo abandonado en el Citerón
Así pues, fue abandonado en el monte Citerón pero fue hallado por otros pastores que lo entregaron al rey Pólibo de Corinto. Mérope, la esposa de Pólibo y reina de Corinto, se encargó de la crianza del bebé, llamándolo Edipo, que significa ‘de pies hinchados’.
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Muerte de Layo Al llegar a la pubertad, Edipo, por habladurías de sus compañeros de juegos, sospechó que no era hijo de sus pretendidos padres. Para salir de dudas visitó el Oráculo de Delfos, que le auguró que mataría a su padre y luego desposaría a su madre. Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no regresar nunca a Corinto para huir de su destino. Emprendió un viaje y, en el camino hacia Tebas, Edipo se encontró con Layo, que viajaba a Delfos, en una encrucijada. El heraldo de Layo, Polifontes ordenó a Edipo que le cediera el paso pero ante la demora de éste, mató a uno de sus caballos. Edipo se encolerizó y mató a Polifontes y a Layo sin saber que era el rey de Tebas, y su propio padre. El rey de Tebas pasó a ser Creonte, hermano de la esposa de Layo, Yocasta.
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Encuentro con la esfinge
Más tarde Edipo encontró a la esfinge, un monstruo enviado por Hera que daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos, atormentando al reino de Tebas. Al acertijo de: «¿cuál es el ser vivo que cuando es pequeño anda a cuatro patas, cuando es adulto anda a dos y cuando es mayor anda a tres?», Edipo respondió correctamente que es el hombre puesto que cuando es un bebé gatea, camina con sus dos piernas cuando es adulto y cuando es anciano se apoya sobre un bastón. Había también otro acertijo: «Son dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra y, a su vez, es engendrada por la primera». Edipo contestó: el día y la noche. Furiosa, la Esfinge se suicidó lanzándose al vacío y Edipo es nombrado el salvador de Tebas.
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Edipo y Yocasta Edipo fue nombrado rey y se casó con la viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre. Tuvo con ella cuatro hijos: Polinices, Eteocles, Ismene y Antígona y los dos hermanos se enfrentarían más tarde entre ellos a muerte por el trono tebano.
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Tiresias Al poco, una terrible plaga o escasez de alimentos cayó sobre la ciudad, ya que el asesino de Layo no había pagado por su crimen y contaminaba con su presencia a toda la ciudad. Edipo emprende las averiguaciones para descubrir el culpable, y gracias a Tiresias descubre que en realidad es hijo de Yocasta y Layo y que es él mismo el asesino que anda buscando.
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Suicidio de Yocasta Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se dio muerte, colgándose en el palacio. En versiones alternativas, siguió viviendo hasta que en el ataque de los siete contra Tebas sus hijos se dieron muerte el uno al otro, momento en el que ella se suicidó.
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Edipo se arranca los ojos
Edipo se quitó los ojos con los broches del vestido de Yocasta, huyó o fue exiliado de Tebas, o fue encerrado por sus hijos en el palacio, o siguió reinando en Tebas por algún tiempo. Maldijo a sus hijos Polinices y Eteocles y sólo su hija Antígona le acompañaba en su destierro para servirle de guía.
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Edipo en Colona Edipo se quitó los ojos con los broches del vestido de Yocasta, huyó o fue exiliado de Tebas, o fue encerrado por sus hijos en el palacio, o siguió reinando en Tebas por algún tiempo. Maldijo a sus hijos Polinices y Eteocles y sólo su hija Antígona le acompañaba en su destierro para servirle de guía.
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Los Siete contra Tebas El hermano de Yocasta, Creonte, tomó las riendas de la ciudad y desterró a Edipo, que se fue huyendo de las Erinias y maldiciendo a sus dos hijos, Eteocles y Polinices, por el trato vejatorio que había recibido de ellos. Los hijos (y hermanos) de Edipo decidieron entonces hacerse cargo del trono tebano alternándose cada año uno en el poder. Pero cuando pasó el primer año Eteocles se negó a abdicar en su hermano y lo desterró de la ciudad alegando que no era apto para reinar. Entonces Polinices se dedicó a buscar aliados para su causa. Irónicamente acudió a Colono para pedir a su padre que le apoyara, pues se decía que un aliado de Edipo siempre saldría vencedor. Sin embargo, Polinices se encontró con una nueva maldición por parte de su padre, que sentenció que sus dos hijos se matarían entre sí y le vaticinó que nunca reinaría. Decepcionado, Polinices buscó apoyos en la ciudad de Argos, donde reinaba el rey Adrasto. Adrasto, rey de de Argos, tenía dos hijas que, teniendo en cuenta la riqueza de Argos, eran pretendidas por los mejores príncipes de toda Grecia. Esto puso en un dilema a su padre, pues temía que cuando eligiera a los dos maridos de sus hijas, el resto se convertirían en enemigos. Por esto acudió al oráculo de Delfos, que le aconsejó que unciera a su carro al león y al jabalí que luchaban en su palacio. Sin entender el significado de la respuesta, Adrasto se volvió a su ciudad. No tardó mucho en descifrar el mensaje del oráculo, pues esa misma noche tuvo que separar a dos de sus ilustres huéspedes, que se habían enfrascado en una dura pelea que empezó al jactarse cada uno de las bondades de su ciudad. Se trataba de Polinices de Tebas y de Tideo de Calidón, que en la lucha portaban cada uno en sus escudos los emblemas de sus ciudades, es decir, el león (símbolo de Tebas) y el jabalí de Calidón. Siguiendo las instrucciones del oráculo, Adrasto casó a Argía con Polinices y a Deípile con Tideo. Sin embargo ambos príncipes estaban desterrados de sus reinos, Polinices por los hechos comentados anteriormente y Tideo por haber matado a su hermano Melanipo, que si bien él argumentó que se había tratado de un accidente de caza, no fue creído por su padre, pues se había profetizado que Melanipo le mataría a él. Para congraciar a sus nuevos yernos y engrandecer su poder en la zona, Adrasto les prometió restaurarles en sus respectivos tronos, siendo así como un conflicto interno de Tebas se convertiría en una guerra entre dos reinos.
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Anfiarao y Erífile Adrasto decidió que primero marcharían sobre Tebas, pues estaba más cerca de Argos y todavía se encontraba revuelta por los incidentes de Edipo y su familia. Todos sus comandantes se mostraron de acuerdo a excepción de Anfiarao, que predijo que todos morirían en el asalto a Tebas menos Adrasto y, por lo tanto, se negaba a participar en la marcha. Al conocer esta respuesta Adrasto embistió furioso contra Anfiarao, con el que ya arrastraba viejos rencores, y le hubiera matado allí mismo si no hubiera intercedido Erífile, hermana del primero y esposa del segundo, que arrancándoles las espadas de las manos les hizo jurar que siempre acatarían su decisión. Entonces Tideo y Polinices, que eran los que más beneficios esperaban de esta guerra, decidieron sobornar a Erífile para que convenciera a su marido de que se uniera a la expedición. Le ofrecieron el collar mágico que Afrodita, la diosa del amor, había regalado a Harmonía, una antepasada de Polinices. El collar hacía irresistiblemente bella a la mujer que se lo pusiera, por lo que Erífile, que estaba obsesionada por el paso de la edad, aceptó el chantaje y ordenó a su marido y a su hermano que iniciaran la marcha contra Tebas.
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Los siete contra Tebas Cuando los siete se acercaron a Tebas, enviaron a Tideo para que convenciese a Eteocles de que abdicara pacíficamente en su hermano. Como era de esperar, el hijo de Edipo rechazó esta propuesta, por lo que se dio como oficialmente declarada la guerra que seguiría. Tideo desafió uno a uno a todos los tebanos que quisieran luchar contra él. Salió vencedor de todos los combates, por lo que pronto no hubo en Tebas nadie que intentase salvar a la ciudad del desastre. Entonces cada uno de los comandantes de la expedición se apostaron delante de las siete puertas de la ciudad, dando comienzo al asedio. Para evitar más derramamiento de sangre, Polinices propuso que se decidiera la cuestión mediante un combate singular entre él y su hermano. Eteocles aceptó el reto, pero en la lucha que siguió ambos contendientes se atravesaron mutuamente con su espada y murieron uno junto al otro. A partir de entonces Creonte capitaneó el ejército tebano hasta la victoria. Los argivos se retiraron diezmados, Adrasto huyó a lomos del caballo alado Arión y Anfiarao hubiera muerto si Zeus no hubiera abierto con un rayo la tierra a su paso justo cuando iba a ser atravesado por la espada de un enemigo. Desde entonces se cuenta que Anfiarao y su auriga Batón son los únicos vivos que habitan en el mundo de los muertos.
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Muerte de Polinices y Eteocles
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Antígona Dada por finalizada la guerra, Creonte se proclamó rey de Tebas y declaró traidores a Polinices y a sus seguidores, prohibiendo, bajo pena de muerte, el darles sepultura. Pero su sobrina Antígona desafió su decreto y salió en la oscuridad de la noche para incinerar a su hermano. Creonte la sorprendió y, viendo también una buena oportunidad para librarse de una enemiga potencial, la condenó a ser enterrada viva en la tumba de Polinices. Encargó a su hijo Hemón esta tarea, pero el joven, que era amante de Antígona, primero le suplicó piedad y después, al no conseguirla, huyó con su amada, se refugiaron entre unos pastores y tuvieron un hijo al que llamaron Meón.
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Antígona es condenada Creonte, entonces, se convierte en rey de Tebas y dictamina que, por haber traicionado a su patria, Polinices no será enterrado dignamente y se dejará a las afueras de la ciudad al arbitrio de los cuervos y los perros. Los honores fúnebres eran muy importantes para los griegos, pues el alma de un cuerpo que no era enterrado estaba condenada a vagar por la tierra eternamente. Por tal razón, Antígona decide enterrar a su hermano y realizar sobre su cuerpo los correspondientes ritos, rebelándose así contra Creonte, su tío y suegro (pues estaba comprometida con Hemón, hijo de aquel).
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Complejo de Edipo En psicoanálisis, el complejo de Edipo se refiere al agregado complejo de emociones y sentimientos infantiles caracterizados por la presencia simultánea y ambivalente de deseos amorosos y hostiles hacia los progenitores. En términos generales, Freud define el complejo de Edipo como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio).
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