HACERSE UNO = VIVIR EL OTRO

Presentación del tema: "HACERSE UNO = VIVIR EL OTRO"— Transcripción de la presentación:

1 HACERSE UNO = VIVIR EL OTRO
NUESTRAS EXPERIENCIAS 9 PdV esVida PALABRA DE VIDA 1 Co 3, 22-23 Ale 16 años “Todo es de ustedes; ¡UN GIRO... COMPARTIDO! y ustedes de Cristo y Cristo de Dios” Practico natación a un nivel competitivo desde hace algunos años. Somos alrededor de un centenar de chicos. En estos años, nos hemos vuelto un grupo compacto y unido, algo que no sucede a menudo, porque se sabe que la natación, al ser un deporte individual, tiende a crear en los atletas una mentalidad cerrada. Cuando leo la Palabra de Vida a menudo me pregunto cómo vivirla en mi vida cotidiana, pienso en mi equipo, donde me doy cuenta de que, aunque no hablemos explícitamente de Jesús o no leamos el Evangelio, hay un espíritu de hermandad entre nosotros… Allí, en la piscina cada tarde cuando entro en el vestuario trato de alejar todos los pensamientos del día y vivir esas horas atento a mis compañeros y tratando de ayudarlos. Una experiencia especial que me ocurrió fue cuando uno de mis compañeros mientras estábamos en una competición importante para la clasificación a la fase nacional, se equivocó en un giro en su carrera más importante. Les aseguro que fue una gran decepción ver a la llegada su nombre como último llegado y con escrito: descalificado, se pueden imaginar las consecuencias. Justo mientras él se acercaba, dentro de mí como un chispazo que me hizo pensar: “mira que en él está Jesús”, en ese momento un Jesús que sufría, al que podía amar. Inmediatamente le di una sonrisa y traté de consolarlo, para tranquilizarlo. Me llevó toda una tarde, pero cuando me dijo: 'Gracias Ale, eres grande' dentro de mí sentí una gran alegría; Estaba feliz porque había logrado hacer mío su dolor. En estas palabras resuena el gran anuncio cristiano: Dios está con nosotros, y nosotros no estamos abandonados a nuestra suerte, no somos huérfanos; somos hijos suyos. Como un verdadero padre, Él se preocupa de cada uno sin dejar que nos falte nada de lo necesario para nuestro bien. CONFIANZA Y GRATITUD El don inmenso de Dios –“Todo es de ustedes”– requiere gratitud. Con frecuencia nos lamentamos por lo que no tenemos o nos dirigimos a Dios solo para pedir.. ¿Por qué no mirar a nuestro alrededor y descubrir el bien y la belleza que nos rodean? ¿Por qué no dar las gracias a Dios por todo lo que nos da cada día? NUESTRA RESPONSABILIDAD “Todo es de ustedes” es también una responsabilidad. Reclama nuestros desvelos, ternura y cuidado por todo lo que se nos encomienda: el mundo entero y cada ser humano; el mismo cuidado que Jesús tiene con nosotros. Corta y dobla ¿Has vivido una experiencia parecida? UN GESTO CONCRETO: HACERSE UNO = VIVIR EL OTRO Deberíamos saber gozar con quien está en la alegría y llorar con quien está en el llanto, dispuestos a recoger cualquier división, dolor o violencia como algo que nos pertenece y compartirlo, hasta transformarlo en amor.