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Publicada porGabriel Castro Hidalgo Modificado hace 7 años
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Armado y peligroso: El poder de la oración
Capítulo 3
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INTRODUCCIÓN ¿Su vida de oración constantemente tiene como resultado oraciones contestadas? ¿Regularmente experimenta que el poder milagroso de Dios fluye a través de usted? O, ¿su vida de oración ha llegado a ser trillada y predecible? Posiblemente, usted luche incluso para encontrar por lo menos el tiempo y la energía para la oración. Si a sus oraciones les falta pasión e interacción, tal vez su percepción de Dios es demasiado pequeña. La manera como oramos es el resultado de nuestra visión de Dios. Cuando no entendemos realmente la magnificencia y poder de Dios, oramos de una manera que no espera realmente que Él haga algo milagroso en y a través de nosotros.
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Aunque seamos seres finitos con limitaciones humanas, servimos al Dios que nos permite vivir más allá de nuestros propios límites. Él nos llama a una vida de fe valerosa, creyendo que Él hace lo extraordinario. Este capítulo considerará el poder asombroso que está a nuestra disposición a través de la fe que se expresa en la oración. Primero: Reflexionaremos en la grandeza de nuestro Dios. Segundo: Descubriremos precisamente lo que sucede cuando escogemos vivir más allá de nuestros límites. Tercero: Consideraremos varios tipos de oración disponibles en nuestro arsenal de oración para sumergirnos más profundo en una comunicación significativa con Dios.
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Lección 3.1 Los hijos de un Dios grandioso George Lucas hizo popular la expresión: «Que la fuerza te acompañe» en sus películas de Star Wars. Aunque el dicho sea relativamente nuevo en la historia de la iglesia, la noción de un gobernador impersonal del cosmos no lo es. Muchos cristianos se comportan (y oran) como si Dios fuera una fuerza impersonal, distante y separado de una participación personal en nuestra vida. ¿Por qué habría alguien de ignorar al Dios del universo, quien nos ofrece el placer de su compañía? Una razón ser que nosotros simplemente no entendamos cuán personal es Dios. O subconscientemente, algunos creyentes desean mantener a Dios distante. «Restringa a Dios a la corteza cerebral y Él no será capaz de desordenar sus planes. Mientras más abstracto e impersonal usted lo pueda hacer, menos exigente será Él.»
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El problema, sin embargo, es que mientras menos exigente y personal percibamos que Dios es, Él nos parecerá más aburrido y estaremos menos inclinados a pasar tiempo con Él en oración. Un Dios abstracto e indiferente es: Un Dios encogido en nuestra mente. Podríamos creer que Él es demasiado grande y por lo tanto demasiado ocupado para involucrarse con las personas. «Pero el Dios al que Jesús nos dijo que oráramos puede tanto dirigir el cosmos como formar un bebé en el vientre de la madre. El puede numerar tanto las partículas subatómicas como los cabellos de su cabeza». A decir verdad, somos hijos de un gran Dios.
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El punto de partida: Nuestro entendimiento de Dios
Si la oración es nuestra respuesta a todo lo que Dios ha revelado de si mismo, entonces una buena pregunta podría ser: ¿Qué dice mi vida de oración acerca de quien creo que Dios es? ¿Mi vida de oración refleja la grandeza de nuestro Creador Todopoderoso, soberano, omnipotente, omnisciente, amoroso y santo? O, ¿mi vida de oración refleja un Dios pequeño, débil, distante, que no se involucra? Creer en un Dios de segunda categoría e impersonal resultará en una vida de oración de segunda categoría e impersonal, porque nuestras oraciones provienen de nuestras creencias acerca de Dios.
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Nuestra vida de oración está relacionada directamente con nuestras creencias conscientes (o inconscientes) acerca de Dios. Una respuesta apropiada a Dios está arraigada en una visión correcta de Dios, la que debe ser informada por su Palabra. Una imagen incompleta o inadecuada de Dios tendrá un impacto en nuestras oraciones. Muchos cristianos sostienen una variedad de conceptos equivocados acerca de Dios. Destacaremos unos pocos de estos conceptos erróneos en la siguiente página: Objetivo «Identificar cinco conceptos equivocados comunes acerca de Dios que impactan nuestra vida de oración.»
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Concepto equivocado 1: Dios tiene preocupaciones más importantes que yo
Algunos cristianos actúan con la creencia de que el Dios Todopoderoso, Creador y Sustentador del universo, tiene cosas mucho más grandes y más importantes de qué preocuparse que gastar tiempo con ellos. Ejemplos: Meister Eckhart: Se negó a orar al rico y amoroso Dios por tales trivialidades como ayudarle a recuperarse de una enfermedad. Catherine de Génoa: se enorgullecía de nunca haber pedido nada para sí misma en treinta y cinco años de oración constante. Esta sensación de insignificancia podría provenir de una auto imagen pobre o de una sensación de piedad. Sin embargo, la Biblia enfatiza el interés de Dios en cada aspecto de nuestra vida.
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Incluso una mirada rápida a las oraciones de la Biblia revela que Dios responde todo tipo de oraciones «egoístas»: Una mujer estéril que desea tener un bebé. Una viuda que necesita más aceite para cocinar. Un soldado que ruega por victoria en la batalla. Las personas también oran por lluvia durante una sequía. La oración del Señor incluye una petición por el pan diario. Pablo ora por viajes seguros, trabajos prósperos, alivio de una enfermedad física, y valentía en la predicación. Santiago insta a las oraciones por sabiduría y sanidad física. Después de revisar las oraciones de la Biblia, es seguro dejar de preocuparse acerca de ser demasiado insignificante para Dios. «Ya que nosotros en realidad podríamos bloquear la intimidad potencial por medio de filtrar las oraciones que puedan parecer que no son lo suficientemente espirituales.»
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Concepto equivocado 2: Dios no podría amarme como soy realmente.
Otros se preocupan de que el comportamiento del pasado de alguna manera los haya descalificado de merecer el amor sensacional de Dios. Nuevamente la Biblia registra detalladamente como Dios escucha las oraciones de personas decididamente indignas: Moisés que fácilmente se airaba. El ensimismado Sansón. Los toscos marineros que tiraron por la borda a Jonás. El mismo Jonás, el profeta desanimado. Dios respondió las oraciones de arrepentimiento del rey David después de los pecados de asesinato y adulterio. También la oración desesperada del malvado rey Manasés (2 Cr 33:10-13).
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Jesús elogió la oración de un publicano indigno por encima de la de un fariseo honrado.
Philip Yancey enfatiza que una sensación de indignidad difícilmente lo descalifica a uno de la oración; sino que, sirve como un punto de partida necesario. Aparte de sentirse indigno, ¿por qué apelar a Dios en primer lugar? La indignidad establece las reglas básicas, pone la alineación apropiada entre los seres humanos imperfectos y un Dios perfecto. Se debiera considerar como una motivación para la oración, no un impedimento.
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Concepto equivocado 3: Dios requerirá de mi que haga cosas que no quiero hacer. Algunos temen qué sucederá si se acercan demasiado a Dios, y este temor a lo desconocido les impide buscar un encuentro cercano del tipo más importante. Puede ser que teman que Dios les pedirá dejar algunas relaciones, sueños en la vida, o cosas que disfruten. Puede ser que Él desee provocar crecimiento que pudiese ser desagradable o doloroso en el proceso. Incluso otros temen que Dios pueda llamarles a ir a alguna parte donde ellos no quieran ir. La antigua canción de Scott Wesley Brown, «por favor no me envíes a África», expresa este sentimiento sostenido por muchos cristianos de occidente, que revela su temor de que Dios les enviará a un lugar primitivo y remoto, lejos de casa.
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El resultado de estos temores es que rechazamos la emoción de la cercanía de Dios al mantenerlo alejado. Evitamos su abrazo, y en vez de eso elegimos comunicarnos con Dios sobre todo para que podamos entregar nuestra lista de pedidos de oraciones predecibles. Dado que la oración no es un asunto de lograr que Dios haga lo que deseamos que haga, sino que es uno que permita que Dios logre que hagamos lo que Él quiera que hagamos. Cuando experimentamos encuentros cercanos con Dios, cambiaremos, pero también desearemos cambiar (Salmo 37:4). Incluso durante esos tiempos cuando atravesamos el fuego purificador, no tenemos que olvidar que el propósito es purificar y refinarnos para sus propósito (Malaquías 3:3).
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Concepto equivocado 4: Dios, o es alguien que impone trabajos duros y pesados o alguien con características de un abuelo. Dependiendo de su experiencia con sus padres terrenales, y la enseñanza temprana, algunos cristianos perciben a Dios como uno de estos dos extremos. Primero: algunos lo ven como un estricto partidario de la disciplina. Se les ha enseñado que hablen a Dios con reticencia respetuosa. Temen tanto que se les castigue que incluso en momentos desesperados, se reprimen de Dios. Si pensamos que Dios es un tirano enojado, mantendremos nuestra distancia de su trono. Si nos imaginamos a Dios exclusivamente como presidente de la Corte Suprema celestial, seremos reacios a suplicarle misericordia. Segundo: nuestra comunicación con Dios será impactada si lo imaginamos en imágenes demasiado sentimentales y familiares
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de la misma forma que nuestros abuelos bondadosos
de la misma forma que nuestros abuelos bondadosos. Si Dios es simplemente mi amigo o un «Viejito Pascuero» para conceder mis deseos, entonces yo le expresaré libremente mis necesidades, pero no mi adoración. Concepto equivocado 5: Dios no puede o no desea contestar mis oraciones. Muchos creyentes tienen necesidades apremiantes, pero ellos no buscan a Dios pidiendo ayuda porque en alguna parte debajo de la capa de la superficie de fe y confianza, ellos no creen que Dios tenga el poder para hacer algo respecto a sus necesidades. Aunque muchos cristianos mantienen una creencia intelectual en la habilidad de Dios para contestar la oración, no se ha registrado dónde cuenta realmente, en una convicción sincera. Cuando nuestro corazón no está persuadido, no oramos porque en el fondo no creemos que Dios pueda contestar (o que lo hará).
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Una cosa es para nosotros estar simplemente de acuerdo con las doctrinas apropiadas de la omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia de Dios, pero es completamente otra cosa poseerlas, moverse más allá del mero asentimiento mental a creerlas realmente. En algún punto, tenemos que movernos más allá de creer en algo porque es lo que hemos sido enseñados, o porque es lo que dicen los eruditos, al creerlo porque hemos experimentado la realidad. Si realmente creyéramos en la habilidad de Dios para contestar la oración, tomaríamos la oración mucho más seriamente. Si hemos caído en la incredulidad, nuestra primera oración de vuelta a Dios debiera ser: «Creo, ayuda mi incredulidad» (Mr 9:24). Todos estos conceptos errados harán que vacilemos en buscar a Dios de todo corazón. Si usted lucha con uno de estos asuntos, yo le animo a tomarlo como un asunto de oración y estudio. ¡Con un entendimiento apropiado de la naturaleza de Dios estos conceptos equivocados se pueden corregir!
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Objetivo 3.1.2: Determinar qué dice su vida de oración acerca de quién usted cree que es Dios Nuestro Dios es Omnipotente Para apreciar la escala de la grandeza de Dios, considere unos pocos hechos acerca de nuestra galaxia que Él creó: Si la galaxia de la Vía Láctea fuera del tamaño de la parte norte del continente americano, nuestro sistema solar cabría en una taza de café. Incluso ahora dos naves espaciales Voyager se precipitan hacia el borde del sistema solar en un promedio de millas por hora. Por casi tres décadas han estado alejándose velozmente de la tierra, acercándose a una distancia de 9 mil millones de millas (quince mil millones de kilómetros). Cuando los ingenieros transmiten una orden a la nave espacial a la velocidad de la luz, se demora trece horas en llegar.
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Sin embargo, este vecindario vasto de nuestro sol, en verdad del tamaño de una taza de café, encaja junto con varios centenares de miles de millones de estrellas y su universo. Enviar un mensaje a la velocidad de la luz al borde de ese universo tardaría 15 mil millones (veinticuatro mil millones) de años. No es de extrañar que el salmista declaró: «Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿qué es el hombre para que tengas de él memoria?» Como humanos, somos meramente una pizca de polvo dispersa a través de la superficie de un planeta insípido. Frente a tal realidad podemos postrarnos en humildad, o podemos, como el salmista mirar arriba en vez de abajo para concluir: «¡Oh Señor, nuestro Señor, cuán majestuoso es tu nombre en toda la tierra!»
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Objetivo 3. 1. 3 Exponer el significado de servir a Dios
Objetivo Exponer el significado de servir a Dios. Aún si hemos perdido de vista la grandeza de nuestro Dios, la realidad emocionante es que cada vez que salimos en fe, nuestra visión de Dios aumenta. En el libro de C.S. Lewis, Prince Caspian, uno de los niños se encontró con Aslan, la figura de Cristo en las historias de Narnia, después de una ausencia prolongada. «Aslan, estás más grande» dice ella. «Eso es porque tú eres un poco mayor pequeña», contestó el león. «¿No es debido a que tú lo estás?» preguntó ella. «Yo no lo estoy. Pero cada año que crees, me encontrarás más grande.» Así es con Dios. Cada vez que salimos en fe y pasamos tiempo desarrollando intimidad con Él, aprendemos de una manera fresca su fidelidad y confiabilidad y precisamente lo que puede ser logrado cuando actuamos en su poder.
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Es tiempo de dejar de relacionarnos con el León de Judá como si Él fuera un gato de casa dormilón. Jesús está buscando a personas que tienen hambre y sed de Él. Él busca a aquellos para quienes su meta final no es la comodidad, sino un deseo de Dios quien es tan infinitamente grande que Él hará cosas extraordinarias a través de ellos. Esta es la oportunidad de la vida: La intimidad con el Dios personal, es gran Dios, y todo comienza con la oración.
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Preguntas 1. ¿Cuáles son los cinco conceptos equivocados
comunes acerca de Dios que impactan negativamente a la oración, y que las Invalida? 2. ¿Qué dice su vida de oración personal acerca de quién cree que es Dios?
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Lección 3.2 Vivir más allá de sus límites
Aunque somos seres finitos con limitaciones humanas, servimos al Dios que nos permite vivir más allá de nuestros límites. Él nos llama a una vida de fe valerosa, creyendo que Él hace cosas extraordinarias en y a través de nosotros. Objetivo Mencionar una razón del por qué muchos cristianos esperan tan poco de Dios. Espere más de Dios Si consideramos la magnitud asombrosa del Dios descrito en la Biblia, ¿por qué esperamos tan poco de Él? C.S. Lewis ofrece:
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Somos criaturas tibias, que gastamos el tiempo bebiendo y con sexo y ambición, cuando se nos ofrece un gozo infinito, como un niño ignorante que desea continuar haciendo pasteles de lodo en una población porque no puede imaginar lo que sería tener unas vacaciones en el mar. Somos complacidos demasiado fácilmente (C. S .Lewis 1996, 1-2) La clave está en la última línea de Lewis: «Somos complacidos demasiado fácilmente.» Nos conformamos con llenar nuestra vida con menos de lo mejor de Dios. Puede ser que no esté limitado simplemente a beber, al sexo, y a la ambición. Puede ser que algunos de nosotros llenemos nuestra vida con trabajo, entretenimiento o también con la Iglesia. Dejamos que las rutinas de la asistencia a la iglesia y las actividades religiosas desplacen vivir y anhelar el reino y la gloria de Dios. La fatiga que viene de nuestra actividad religiosa, las interminables reuniones y los encuentros y los programas,
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Desarrollar una fe que mueve montañas
puede disminuir nuestro apetito de Dios. «Tranquilamente, de manera imperceptible, comenzamos a esperar menos de Él, y terminamos estando satisfechos con eso.» Objetivo Enumerar dos fundamentos clave para desarrollar una fe que mueve montañas Desarrollar una fe que mueve montañas En vez de conformarnos con el status quo, tenemos que tener un hambre santo de Dios. No tenemos que sentirnos satisfechos hasta que experimentemos su gloria en medio de las actividades de la vida. La forma más segura de movernos es esa dirección es a través de la oración. Al llevar una vida de oración, el Espíritu Santo nos guía a caminar cada vez más por fe (Gal 5:18).
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La vida de oración nos lleva a umbrales nuevos de fe y de obediencia
La vida de oración nos lleva a umbrales nuevos de fe y de obediencia. Nos escapamos de la zona de comodidad de lo racional y confortable al apasionante campo de la ve valerosa. La fe valerosa es una fe que mueve montañas. Jesús dijo: «De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis… sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo lo recibiréis» (Mt 21:21-22). Los creyentes pueden estar seguros que sus oraciones serán contestadas. ¿Pero cómo aprendemos a orar con una fe que mueve montañas? El pastor Bill Hybels habla de dos principios que nos indican el camino. Primero: la fe viene de mirar a Dios, no a la montaña. Dios no ve el obstáculo en el camino. Él está listo para obrar en nuestra vida. Al comenzar a concentrarnos en él y no en el problema, Él es
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Capaz de obrar en y a través de nosotros
Capaz de obrar en y a través de nosotros. Segundo: Dios nos da fe al caminar con Él. Después de vagar por el desierto por cuarenta años, cuando Israel estaba esperando entrar en la tierra prometida, había un obstáculo en su camino: el rio Jordán. Dios le dijo a Josué que instruyera a los sacerdotes que cargaran el arca del pacto y comenzaran a caminar en el agua. Dios no les dio a los sacerdotes ninguna evidencia de que las aguas se dividirían. Él no hizo nada hasta que ellos pusieron sus pies en el agua, tomaron el primer paso de compromiso y de obediencia. Sólo entonces detuvo Él el caudal del rio (Josué 3 y 4). De la misma forma, se nos dará a nosotros la fe que mueve montañas al momento de salir y seguir la dirección del Señor. ¿Cómo puede hacer una oración llena de fe que pueda mover una montaña?
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Al dejar de concentrarse en el tamaño de su montaña a enfocarse en la suficiencia del que mueve la montaña, y al dar un paso adelante en obediencia. Es probable que todos los que lean este libro estén parados en la sombra de por lo menos una montaña que no cede: un hábito destructivo, un defecto de carácter, una situación de trabajo imposible, una relación difícil, o una limitación física. ¿Cuál es su montaña? ¿Ha estado usted parado a su sombra por tanto tiempo que usted se ha acostumbrado a la oscuridad? ¿Sus oraciones son saboteadas por medio de la futilidad?
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Modifique el punto de concentración de su oración
Modifique el punto de concentración de su oración. En vez de concentrarse en la montaña, cambie su atención al que mueve la montaña: su gloria, poder y fidelidad. Luego comience a caminar en fe, siguiendo su dirección y mire como la montaña se hace a un lado (Hybels 1998, 83-85) ¿Cómo desarrolla un cristiano una fe que mueve montañas?
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Interrumpir el cielo: Cómo funciona la oración
Objetivo Relatar cuál es el significado de la frase interrumpir el cielo Interrumpir el cielo: Cómo funciona la oración John Ortberg discute la seriedad con la que los autores de la Biblia veían la oración. En Apocalipsis 8, el apóstol Juan describe una escena en el cielo donde hubo silencio por alrededor de una media hora. Durante este tiempo, un ángel con un incensario de oro se acercó al altar y ofreció mucho incienso, lo que es una representación de las oraciones que suben de la tierra (Apoc 8:4). Después de esto vinieron grandes actos de juicio en la tierra. ¡Lo que llama la atención es que estos actos vienen en respuesta a las oraciones de los santos! Generalmente pensamos que los eventos en la tierra son interrumpidos debido a las acciones tomadas en el cielo.
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Sin embargo, aquí es a la inversa. Todo el cielo se detiene
Sin embargo, aquí es a la inversa. Todo el cielo se detiene. Los cantos y alabanzas interminables de las huestes celestiales de repente terminan porque el pueblo de Dios en la tierra está orando. La implicación para nosotros es esta: nuestras oraciones importan; ellas suben a Dios y son escuchadas. Lo que sucede luego en la tierra sucede debido a que el pueblo ora. La historia pertenece a los intercesores, aquellos que creen y oran para que el futuro se haga realidad (Ortberg 2002, 93). Puede ser que nunca sepamos los verdaderos efectos de la oración en este lado del cielo, pero si sabemos esto: la oración cambia las cosas. En Números, Dios se enojó tanto por los israelitas, que le habían desobedecido directamente a Él y caído en pecado, que planificó exterminarles a todos ellos con un plaga.
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Moisés intercedió a favor de ellos, rogando a Dois que salvara su vida y les perdonara por sus malas acciones. ¿El resultado? El Señor cedió y los perdonó. Así de fuerte es nuestra relación con Dios. En realidad tenemos la habilidad de pedir cosas buenas con la perspectiva de que Él pueda responder positivamente. Esto no significa que podemos manipular al Ser más omnipotente. A través de los años, el carácter de Dios ha permanecido igual: Él es y siempre será Amoroso, Perdonador, Justo. Este relato ilustra que sus relaciones no están estancadas sino que son dinámicas. Tenemos un efecto en Dios. Hay un misterio en la oración que excede nuestro entendimiento. El Señor soberano, el que es omnisciente, es todo sabio y todopoderoso, ha elegido incluirnos entre sus consejeros. Él no solamente escucha nuestras oraciones, Él actúa en respuesta a ellas (Roberts 2005, 31)
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Así que en realidad, llegamos a ser los compañeros (socios) de oración de Dios. Comprender que Dios usa nuestras oraciones aparentemente débiles para cumplir su voluntad debiera llenarnos de reverencia y asombro. E. M. Bounds dijo: «Dios forma el mundo por medio de la oración.» Por alguna razón desconocida para nosotros, Dios ha escogido asociarse con sus hijos. A finales del siglo diecinueve, William Carey sintió un llamado de viajar a la India como un trabajador en la cosecha. Los pastores de alrededor se burlaron por su idea: «Joven, si Dios hubiera deseado salvare a los paganos en India, Él ciertamente podría hacerlo sin personas como usted o nosotros.» Ellos no captaron la idea de compañerismo. Dios hace muy poco en la tierra sin personas como usted o nosotros (Yancey 2006, 112).
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¡Cuán increíble es que Dios elija usar las oraciones de sus hijos para que sucedan cosas tanto en el reino terrenal como en el celestial! Qué lugar tan emocionante para estar, tener compañerismo con Dios para llevar a cabo su voluntad. ¿De qué manera somos los compañeros (socios) de oración de Dios?
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Espere lo extraordinario
Objetivo Indicar el significado de esperar que Dios haga lo extraordinario en su vida Espere lo extraordinario Tristemente, muchos cristianos no ven las oraciones como la herramienta poderosa que es. La oración no es meramente un deber religioso con la intención de ser tomado a la ligera, sino un acto peligroso y que causa impacto, el motor poderoso que Dios usa para llevar a cabo su voluntad en esta tierra. Si nuestra fe en Dios no puede creer que Él es algo más grande que nosotros, entonces lo hemos domesticado, y nuestra fe ya no está en Él sino en nuestra actividad religiosa. Hay posibilidades emocionantes para el creyente que se atreve a entrar a las provisiones ilimitadas de Dios para sus hijos. Dios le llama a tener compañerismo con Él en una misión que es más grande que usted.
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La misión de Dios para nuestra vida es más grande que cualquier cosa que podamos hacer por nuestra propia cuenta. Dios nos llama a tareas del tamaño de Dios, cosas que nunca podríamos hacer por nuestra propia cuenta. Para evocar a William Carey, ¡al esperar grandes cosas de Dios deberíamos intentar grandes cosas para Él! Por consiguiente, debiéramos ir al trono de una manera expectante. La importancia de la oración no es lo que estamos pidiendo, sino a quién nos estamos dirigiendo. Venga con una confianza infantil a su Padre Celestial. Espere lo sobrenatural; pídale algo que solamente Él puede hacer y vea lo que sucede. «Truena Dios maravillosamente con su voz; Él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos» (Job 37:5). La oración nos mueve de lo seguro y cómodo a las áreas imposibles a aun milagrosas de la vida y el miniserio. Una vida de oración es una vida de gran aventura y potencial ilimitado (Cedar 1998, 10).
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Salir del barco Cuando Pedro salió en fe y caminó sobre el agua, él descubrió el gozo de experimentar el poder de Dios para llevar a cabo algo que él nunca podría haber hecho por su propia cuenta. ¿Tiene un desafío de vida en este mismo momento que es tan grande que no tiene esperanza de satisfacerlo excepto por parte de Dios? No se limite por las circunstancias físicas, porque podemos hacer todo a través de Él que nos da fortaleza (Filp 4:13). Jesús aún busca a individuos que se salgan del barco y que vivan por encima del nivel del mar. Aún busca a aquellos que se nieguen a concentrarse en la tormenta para hacerlo en el Salvador. Él llama a personas cuya meta no es estar cómodas sino hacer cosas extraordinarias por medio de Él. Ésta es su oportunidad de responder a un llamado que es más grande de lo que usted es: el llamado de un Dios sin límites que desea hacer cosas del tamaño de Dios a través de usted.
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El poder de la oración Mary Slessor fue una misionera en África Occidental en el siglo diecinueve, donde su trabajo entre los huérfanos era notablemente extraordinario. Soltera y activista, sus días eran largos y arduos y a veces solitarios. Ella realizó el trabajo de diez personas promedio en su vida. Pero ella mencionó la oración, no simple hacer, como la dinámica real de sus logros.
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Lección 3.3 Un Arsenal en su armario
Objetivo Mencionar el papel de las diversas oraciones en la batalla espiritual Como creyentes estamos ocupados en una continua batalla espiritual para la cual tenemos que estar ocupados. En Efesios, el capítulo 6, Pablo desafía a los cristianos a ponerse toda la armadura de Dios, para que cuando venga el día malo, puedan ser capaces de estar firmes. Después de enumerar varias piezas de la armadura, Pablo concluye con otra táctica global de batalla: “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Ef 6:18).
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De la misma manera, en 1 Ti 2:1 Pablo anima a la Iglesia a tener muchos tipos de oración como parte de su adoración pública. Él insta a los creyentes que se debieran realizar oraciones de todo tipo. Nuestro Dios deliberadamente diseñó la variedad en la oración, con cada tipo de oración que contribuye únicamente a esta experiencia poderosa a través de la cual Dios elige obrar. La oración puede tomar varias formas para satisfacer cada ocasión del alma. Cada tipo de oración es como un arma en nuestro arsenal espiritual. Saber cuándo utilizar un tipo particular de oración puede ayudarnos a orar más eficazmente. La Biblia de una plétora de maneras por las cuales podemos relacionarnos con nuestro Padre. La siguiente reflexión sobre la oración del Señor en Mt revela una muestra de los medios por los cuales un creyente llega a estar armado y peligroso.
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La Alabanza y la Adoración
Objetivo Resumir cinco expresiones de oración La Alabanza y la Adoración Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre (v.9). Jesús comienza su oración alabando al Padre, inmediatamente poniendo el centro de la atención en el lugar correcto. Por medio de la adoración y la alabanza, el Espíritu Santo ayuda a alejar nuestra concentración de nosotros mismos hacia Dios, donde debe estar. De acuerdo a Efesios, Dios nos redimió para que pudiésemos vivir para alabanza de su gloria (Ef 1:12). Una vida dedicada a la alabanza de Dios es nuestro propósito final. Al pasar tiempo reflexionando sobre su grandeza, construimos un punto de apoyo para nuestra fe. Al tomar en cuenta su majestad, la vida asume su perspectiva apropiada.
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Cuando hemos pasado tiempo alabando a Dios por quién es Él, nuestra agenda cambia. Aquellos temas candentes por los que estábamos ansiosos de llamar la atención de Dios pueden parecer menos cruciales. Además, nuestra desesperación disminuye al concentrarnos en la grandeza de Dios. La alabanza levanta nuestros ojos por encima de la futilidad de esta vida. Aparta nuestra atención de nuestras preocupaciones terrenales a la grandeza indescriptible de Dios. La alabanza da el tono de nuestra reunión con Dios y nos prepara para escucharle a Él. Algunos cristianos son culpables de ser avaros en alabanza. Por una variedad de razones, ellos retienen expresiones de alabanza a Dios. Tal vez fueron criados en una familia donde la alabanza era distribuida en cantidades medidas cuidadosamente; tal vez no eran dadas para nada. Tal vez no se sienten cómodos alabando a Dios porque no están seguros que saben las palabras correctas que decir.
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A veces, es verdaderamente un sacrificio alabar
A veces, es verdaderamente un sacrificio alabar. No tenemos que preocuparnos acerca de inventar palabras asombrosas y contundentes, y sentir presión de ser creativos en encontrar nuevas formas de expresar nuestro amor por Él. El Señor está más preocupado por la integridad de nuestro corazón que con la creatividad de nuestras palabras. Cuando nos encontramos verdaderamente con Dios, la alabanza espontáneamente fluirá de nuestro corazón y labios. Mientras más experimentamos a Dios, más le alabaremos. ¿Alaba usted a Dios todos los días? Muchos cristianos reservan la alabanza para tiempos de adoración colectiva. Sus devociones privadas consisten principalmente en pedir, tal vez con un toque de acción de gracias o de confesión. Aunque la alabanza debiera de ser un componente central de la adoración congregacional, también debiera ser una expresión diaria que damos a Dios.
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La oración Intercesora
Si usted está luchando para alabar a Dios, trate de concentrarse en Aquel que merece su alabanza. Medite en la naturaleza de Dios y en lo que Él ha hecho por usted a través de Jesucristo. Determine bendecir al Señor porque Él ha hecho obras maravillosas y hazañas poderosas. Salmo 103:1-2 La oración Intercesora Venga tu reino. Hágase tu voluntad (v.10). Se instruye a los cristianos que oren en el Espíritu siempre, que intercedan por todos los santos (Ef 6:18). A veces, abordamos la intercesión como si fuera nuestra responsabilidad de obtener la atención de un Dios muy ocupado, y nos comportamos como si el resultado dependiera de nosotros. Sentimos que tenemos que persistir en la oración hasta que Él finalmente ceda y se doblegue a nuestra voluntad.
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En su provechoso trabajo (Las disciplinas del Espíritu Santo), se sugiere un entendimiento más preciso de la intercesión, el cual es esperar ante Dios, desarrollar tranquilidad en el corazón, y escuchar el suave murmullo de su voz, para que Dios pueda darnos un golpecito en el hombro y tener nuestra atención. El nos invita a tener compañerismo con Él en las cosas que Él está haciendo. De modo que, fundamentalmente, la intercesión nos alinea a nosotros mismos, nuestras oraciones, con la voluntad y propósito de Dios. Jesús es nuestro modelo intercesor, se alinea perfectamente a sí mismo con el Padre en la oración. Juan 5:30. Rom 8:27 ¿Qué podemos hacer para ser más abiertos a la dirección del Espíritu Santo en cuanto a la oración de intercesión? Tan y Gregg sugieren tres cosas que ayudarán:
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Primero: Cultivar intimidad con Jesús
Primero: Cultivar intimidad con Jesús. El Espíritu Santo fluye a través de relaciones, no métodos, a través de las personas, no programas. Segundo: Desarrollar un corazón que escuche, así llegaremos a darnos cuenta de lo que Dios se propone. Puesto que el principio de la intercesión siempre es “Sea hecha tu voluntad”, requiere tanto escuchar como hablar. Tercero: Responder a la iniciativa e invitación del Espíritu Santo. En medio de nuestra necesidad de ocupación, es fácil resistir sus indicaciones. Sin embargo, al mantenernos en intimidad con Jesús, y desarrollar un corazón que escuche, mas a menudo seremos capaces de decir, si, y entrar en obediencia en compañerismo con el Espíritu.
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La oración de petición “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (v.11). La petición se refiere a llevar nuestras peticiones a Dio. Una gran cantidad de oraciones cristianas caen en esta categoría. Actuamos como alumnos de universidad que llaman a casa, cobro revertido, solamente cuando el dinero se está acabando. Sin embargo, de modo interesante, la Biblia no nos desanima a presentar nuestras necesidades a Dios y Jesús incluyó peticiones en su oración modelo. Por nada estés afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Fil 4:6. Casi la mitad de los salmos se atribuyen a David y estos están llenos de peticiones por ayuda, protección, liberación, sanidad.
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Usted no puede leer los salmos sin maravillarse por la libertad de los salmistas para pedir vez tras vez lo que necesitan. ¿Por qué Dios hace que llevemos nuestras peticiones a Él? El pastor y autor Dr Mark Roberts sugiere varias razones posibles: Primero: recordarnos cuanto necesitamos su ayuda. Si Dios hiciera automáticamente lo que deseáramos sin pedirselo, nos imaginaríamos que el mundo simplemente funciona perfectamente y que Dios no es activo ni necesario. Suplicar nos ayuda a reconocer nuestra necesidad de Dios y maravillarnos ante su poder cuando Él contesta la oración. Segundo: Suplicar nos permite participar en la obra de Dios en el mundo. Él nos puso en su mundo para cuidarlo y trabajar dentro de él. La oración es un aspecto esencial de nuestra mayordomía y labor.
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La Oración de confesión
Finalmente, Dios desea que oremos porque Él nos desea. No solamente desea bendecirnos con respuestas, pero Él nos bendice con su presencia, y nosotros lo bendecimos a Él con nuestra presencia. La Oración de confesión «Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos» (v.12) Cuando yo era niña temía que la segunda venida ocurriera cuando yo tuviera algún pecado sin confesar en mi corazón. En consecuencia, a menudo repetía: Dios perdóname por todos mis pecados, cualquier cosa que haya hecho alguna vez, perdóname ahora. Amén. ¿Ha hecho usted esto alguna vez: agrupar todos sus pecados juntos en un gran montón sin siquiera mirarlos mucho, y pedirle a Dios que cubra todo el lote?
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En un sentido, esto es una evasión, un malentendido de la naturaleza y del arrepentimiento del perdón. No tomo una pausa para examinar mi corazón y tratar con asuntos específicos que Dios podría desear cambiar en mi vida. En vez de eso, cuando saco esos pecados del montón uno por uno y los llamo por nombre, me permite la oportunidad de elegir alejarme de ese pecado. Nuestro Dios requiere santidad de su pueblo. El pecado pone una muralla entre nosotros y Dios. La muralla tiene que ser derribada si vamos a experimentar intimidad con Dios una vez más. Debido a que Dios requiere un corazón puro, un elemento importante de la oración es traer ante Dios todas las cosas que no le den la gloria a Él. Tenemos que orar con David: Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. Salmo 51:10
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Permitir que Dios nos condene puede evitar que enmascaremos el pecado al tratar solamente un síntoma. Podríamos arrepentirnos de una acción, cuando es una actitud subyacente que necesita ser tratada. Tenemos que permitirle que alumbre su luz en lo recóndito de nuestra vida (Salmo 139:23-34). Mantenga en mente que la convicción del Espíritu Santo es diferente a la condenación del enemigo. La convicción tiene la intención de sacarnos de nuestra maldad y liberarnos a una nueva vida libre del pecado. La condenación por otra parte, nos presiona y nos pone bajo una carga de culpa y vergüenza. La Biblia lo confirma en Juan 3:17 y Romanos 8:1. Esto no quiere decir que la convicción siempre debiera hacernos sentir cómodos, debiera empujarnos a un nivel más alto. Pero también debiera darnos el deseo que nos motive a hacer lo que es correcto.
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Paradójicamente, si Dios va a cubrir nuestro pecado, necesitamos descubrirlo. Nuestra tendencia natural podría ser desear cubrir o esconder nuestro pecado. Puede ser que estemos de acuerdo con confesar los pecados que parecen bastante inocuos, pero tendemos a evitar confesar los pecados que causan la mayor vergüenza, los pecados que tienen el mayor poder para derribarnos. Por supuesto, al no admitirlos delante del Señor, permitimos que estos pecados retengan su poder sobre nosotros. Cualquiera que haya luchado con una adicción sabe que un secreto revelado pierde su poder. Paradójicamente, si Dios va a cubrir nuestro pecado, necesitamos descubrirlo. Además de la confesión de esas cosas de las cuales estamos conscientes, también deberíamos permitir tiempo parta que Dios escudriñé nuestro corazón, examine nuestros motivos y acciones.
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Al confesar a Dios, podemos descansar seguros que recibiremos perdón
Al confesar a Dios, podemos descansar seguros que recibiremos perdón. Salmo 51:7. De la misma forma 1 Juan 1:9 y Salmo 103:12 Fíjese que la oración de Jesús le pide a Dios que nos perdone nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Este es un principio importante del perdón (Mt 6:14-15 y 18:21-35). Si estamos caminando en la luz, tendremos comunión unos con otros, y esto involucra una muestra consecuente de misericordia y de perdón hacia los compañeros creyentes (1 Jn 1:7). EL perdón no es condonar la ofensa, tampoco quiere decir que todos los sentimientos y el dolor desaparecerán. En vez de eso, el perdón es renunciar a su derecho de devolver la herida.
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Es una elección, un compromiso diario, de ceder su derecho de azotar de vuelta. El perdón es elegir no tener amargura hacia la otra persona. De acuerdo, algunas heridas son tan profundas que han dejado cicatrices por las que Dios nos llevará a través de un proceso continuo hacia la sanidad completa del dolor. Él no va ocultarse a sí mismo porque no hemos alcanzado la conclusión del proceso. La confesión siempre acompañará un hambre genuina de Dios. El Espíritu Santo nos convence de pecado y de incredulidad y nos guía a una oración de confesión y de arrepentimiento (Jn 16:8-9). El Espíritu obra a través de nuestra confesión para producir una vida llena de fruto, santa y semejante a Cristo: el único camino para una vida más allá de los lamentos.
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La Guerra Espiritual «Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal» (v.13) Cuando comprometemos nuestra vida a Cristo, entramos en el campo de batalla de la guerra espiritual. Efesios 6:12 confirma que los creyentes están en una batalla. Los hindúes se ponen un punto en la frente, lo que significa un tercer ojo, o un ojo espiritual, el que ve dentro del reino espiritual. Además, cuando enseñamos en África, nuestros estudiantes están conscientes con mucho interés del reino espiritual, es una realidad en la vida diaria. Sin embargo, en la cultura occidental, a menudo somos ignorantes acerca del reino espiritual. Una palabra de advertencia: no nos atrevamos a subestimar el poder de las tinieblas. Pedro lo hizo y terminó negando a Cristo.
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Las tácticas de Satanás son confabulaciones astutas
Las tácticas de Satanás son confabulaciones astutas. Él miente y distorsiona la verdad. Él es descrito como un maestro de los disfraces, se presenta a sí mismo como un ángel de luz. Para contrarrestar sus confabulaciones, tenemos que conocer bien la verdad. Aunque no podamos subestimar el poder de las tinieblas, no nos atrevamos a desesperarnos. Nuestro Señor no desea que adoptemos una mentalidad de escondernos en el búnker. La Iglesia de Jesucristo está en marcha, no bajo sitio, no importa como su pueblo actúe a veces. Nuestro comandante prometió que sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella (Mateo 16:18).
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Debido a que nuestra batalla es espiritual, tiene que ser peleada con la fuerza de Dios. Afortunadamente, Dios nos ha preparado para la batalla a través de Cristo. Cada pieza de la armadura descrita por Pablo en Efesios 6:13-18 es Cristo. Él es la verdad Él es la justicia Él es el evangelio de la paz Él es la fuente de nuestra fe Él es nuestra salvación Él es la Palabra de Dios Estamos totalmente protegidos y armados a través de Cristo (Gálatas 3:27). No requerimos ninguna pieza de la armadura o arma fuera de Él.
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Cuando entramos en la batalla, encontramos a Satanás y a sus fuerzas indefensos en contra de nosotros. Las fuerzas de Satanás ya están vencidas. Él y ellos fueron vencidos en la cruz (Colosenses 2:15). La oración es una de nuestras armas más efectivas en la guerra espiritual. Piense de nuestras oraciones dirigidas por el Espíritu como bombas inteligentes que caen directamente en las fortalezas del enemigo. Nuestras oraciones perseverantes están sistemáticamente y precisamente destruyendo el control de Satanás. En contra de aparentemente todos los pronósticos, la victoria está ganada. Por lo tanto, la guerra espiritual es radical; va bajo la superficie para desarraigar la maldad y desbaratar el status quo. Aquellos que saben esto son los verdaderos subversivos, los guerrilleros del Espíritu, que mueven los reinos y la creación desde sus rodillas.
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La riqueza y la diversidad de la oración
La oración de Jesús revela la riqueza y la diversidad de la oración. Nuestro Dios deliberado diseñó la variedad en la oración, con cada tipo de oración que contribuye únicamente a esta experiencia poderosa. Esta lista no es por ningún motivo exhaustiva. La Biblia revela numerosos tipos adicionales de oraciones incluyendo la oración de acción de gracias, la oración por sanidad, la oración contemplativa (en silencio), la oración colectiva, y la oración en el Espíritu. Al darnos cuenta de la variedad en la oración, podemos entrar a nuevas avenidas de oración. En las palabras del misionero pionero Frank Laubach, hay «continentes no descubiertos en la vida espiritual».
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Siempre he sido de la opinión de que el mundo se ve mejor en color
Siempre he sido de la opinión de que el mundo se ve mejor en color. La diversidad es buena. Tome, por ejemplo, la simple experiencia de comer. Mi esposo y yo pasamos un verano en Uganda, África. Durante ese tiempo comimos arroz y porotos, o mandioca y arroz, cada noche (con solamente cuatro excepciones). Tengo que admitir que cuando regresamos a casa yo tenía hambre de otra cosa que no fuera de arroz y porotos Si tuviera que comer esa comida todo el tiempo, me cansaría de ella rápidamente porque me he acostumbrado a disfrutar de una variedad de comidas. La india, la italiana, la mexicana, la china, la tailandesa, la escandinava, como también la americana, todas son comidas que podrían estar en nuestra mesa familiar en cualquier noche determinada de la semana. La variedad hace la vida mucho más interesante.
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De la misma forma, es posible para nosotros atascarnos en un surco de oración. A menudo seremos fuertes en algunas pocas áreas, y descuidados en otras. Pero la oración es más emocionante, y más eficaz, cuando cultivamos la variedad. Nuestras oraciones debieran incorporar todos los elementos de la confesión, la intercesión, la alabanza y la adoración, la súplica, la guerra espiritual y la acción de gracias. Descubrir la rica variedad de la oración no solamente ampliará y profundizará nuestra experiencia con Dios, sino que también nos ayudará a llevar a cabo su voluntad en la tierra. Conviértase en armado y peligroso, guerrillero del Espíritu, y espere que su poderoso Dios haga lo extraordinario.
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Preguntas: ¿Por qué es importante para nosotros esperar que Dios haga grandes cosas cuando oramos? Porque Dios es un Dios Grande e ilimitado (Job 37:5) ¿Por qué debieran los cristianos orar en una variedad de formas? Porque cada circunstancia requiere una oración determinada, ya sea alabanza, intercesión, adoración, confesión, etc. ¿Cuáles son cinco expresiones diferentes en la oración del Señor? 1. Alabanza y Adoración; 2. Intercesión; 3 Petición; 4. Confesión; 5. Guerra espiritual ¿Qué puede hacer un cristiano para llegar a ser un intercesor más eficiente? Cultivar intimidad con Jesús; Desarrollar un corazón que escuche; Responder a la iniciativa e invitación del Espíritu.
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Preguntas: ¿Cuál es el propósito de la convicción
Preguntas: ¿Cuál es el propósito de la convicción? Tiene la intención de sacarnos de nuestra maldad y liberarnos a una nueva vida libre del pecado.
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