Crítica de “La Cenicienta”

Presentación del tema: "Crítica de “La Cenicienta”"— Transcripción de la presentación:

1 Crítica de “La Cenicienta”
Miguel-A. Crítica de “La Cenicienta”

2 ¿A quiénes les contaban el cuento de "La Cenicienta". ¡A nosotras
¿A quiénes les contaban el cuento de "La Cenicienta"? ¡A nosotras! Nos machacaban siempre con el mismo cuento. ¡Y lo peor es que nos encantaba! Yo, que no puedo sustraerme de mi línea conspirativa de pensamiento, creo que era una manera de prepararnos para el futuro: “¡Tú limpia... y nada más!. Que el día que aparezca el galán con sombrero de plumita y con calzas, tipo gay, te salvas para toda la vida". ¡Y nosotras, inocentes, seguíamos limpiando, a lo loco, mientras esperábamos la llegada de nuestro “Príncipe Azul”!.

3 Ya desde los personajes, el asunto viene mal barajado
Ya desde los personajes, el asunto viene mal barajado. Analicemos (ahora, a la luz de la sabiduría que da el paso de los años): 1- La Cenicienta, además de haber tenido la desgracia de perder a sus padres (sin contar las segundas nupcias del viudo), era tarada. ¿Por qué? ¿Nunca se le ocurrió reclamar la parte de la herencia, y mudarse? ¿Nunca le tentó la posibilidad de robarles las joyas a las parientastras?. ¡Y no me vengan con la opresión femenina! Porque por la misma época, Blancanieves, por salvar el pellejo, se fue a vivir al bosque, y no con uno, ni con dos, ¡sino con siete enanos! .

4 2. ¿Las hermanastras y su madre eran retrasadas mentales, o eran ciegas?. ¿Cómo no van a reconocer a la Cenicienta, por más vestido, de Armani, que le hubiera conseguido el hada?. A menos que la varita, hiciera también cirugías plásticas... cosa que no consta en los libros de cuentos.

5 3- El príncipe, debía ser un inepto
3- El príncipe, debía ser un inepto. No se me ocurre otro motivo por el cual el padre debiera organizar un baile para conseguirle una muchacha. No estamos hablando de un Sastrecillo Valiente... piojoso, ni de un Gulliver... miserable. El tipo era todo un príncipe... y si Carlos (el de Inglaterra) se puede buscar él solo sus mujeres... éste del cuento, o era tan feo como el monstruo del pantano, o era medio bobalicón.

6 4- El Rey, estaba más loco que una cabra
4- El Rey, estaba más loco que una cabra. ¡Mira que proponer al niño casarse con la primera "a la que le entrara un zapato"! ¿O es que estaba totalmente desesperado por quitarse de encima al principito?.

7 Como ven, todos los personajes de la historia, están al borde de la locura. Y no voy a analizar el tema del hada madrina, porque las hadas no existen. Todo el conjunto conforma un cuento sin pies ni cabeza... que sólo nosotras podíamos escuchar una y otra vez, sin poner en duda la salud mental del relator.

8 ¿Cuál es la moraleja del cuento de la Cenicienta
¿Cuál es la moraleja del cuento de la Cenicienta?: “¡Cállate, y sigue limpiando!”. La Cenicienta, es el paradigma de los finales felices, consistentes en conseguir un bobo para desposar (que se usará para todas las novelas y comedias románticas... salvo "El Club de las Divorciadas”). Y desde la Cenicienta, hasta Susanita Chiruzi (personaje de Mafalda), las mujeres nos pasamos la vida esperando al “Príncipe Azul” que pueda salvarnos de todos los infortunios. Él era la solución mágica... la respuesta a todas nuestras plegarias antiplumero.

9 Ahora bien, la moraleja de Blancanieves es: "Desconfía de los espejos parlantes", o "No cómas manzanas". Y la moraleja de Caperucita: "No cómas nietas y abuelas en el mismo almuerzo” (dieta disociada para lobos), o bien: “No tomes la autopista para ir al lado de tu abuela”.

10 En cambio, los varones, tipo Tarzán, o Gulliveres, tenían una vida interesante, que no dependía de ninguna señorita de la limpieza, ni de ningún patético "hado padrillo" que les convirtiera las calabazas en BMW's. No jodamos, eso es un lavado de cabeza, una programación neuro-lingüística para futuras “príncipe-dependientes”. Que después, se complementa con argumentos "pseudo-estadísticos-racionales” como el de que “hay siete mujeres para cada hombre", o el de que “si la mujer no se casa antes de los 30, se queda para vestir santos", etc., etc...

11 Yo propongo empezar a contarles a las niñas del nuevo siglo, más historias de Mafalda que de huérfanas fregonas psico-pateadas, que esperan ineptos príncipes bobalicones, y milagros de varitas mágicas casamenteras. ¡Porque la magia está en otro lado!. ¡¡¡Y ahora ya mejor me callo, y... SIGO LIMPIANDO... como siempre me enseñaron!!!.