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“Nos han dado la tierra”
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… resulta asombroso, hoy, leer consideraciones [críticas negativas] acerca de la "desordenada composición", la falta de unidad, la ausencia de argumento central, las escenas deshilvanadas, el esquematismo [de los cuentos de Juan Rulfo y, sobre todo, de su novela: Pedro Páramo]. Una mera sinopsis, una exposición irresuelta y relatos inconexos que naufragan por la falta de unidad. Todos estos reproches partían de concepciones inánimes de la novela como unidad de personajes, argumento y estilo. La elipsis narrativa de Rulfo desconcertaba a los críticos y lectores de novelas "bien hechas", es decir, adheridas a la lógica y sin resquicio de misterio. La cercanía de Pedro Páramo a la forma poética enajenaba, también, a críticos y lectores acostumbrados a novelas que lo eran por que, a la manera de Zola, describían detalladamente muebles, calles, carnicerías y burdeles. Carlos Fuentes. “Formas que se niegan a ser olvidadas”, disponible aquí
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Carlos Fuentes. “Formas que se niegan a ser olvidadas”,
Rulfo estaba haciendo y diciendo algo distinto y tan simple como esto: la creación literaria pertenece al mundo plurívoco de la poesía. No se la puede juzgar con el criterio unívoco de la lógica. En la lógica, los hechos tienen un solo sentido. En la poética, tienen muchos sentidos. Éste es el hallazgo que separa a Rulfo de las categorías "realista", "naturalista", "costumbrista", "documental" y otros fieles reflejos de la realidad que la preceptiva crítica mexicana de mediados del siglo XX exigía … El desconcierto saludable que produjo la obra de Rulfo no es ajeno al hecho de que todos los elementos de la novela realista tradicional mexicana están allí, pero elaborados de una manera insólita, poética, renovadora. Yo lo decía de esta manera en mi reseña de 1955: la descripción de la naturaleza en Rulfo nunca se da como fenómeno aparte, jamás es descanso lírico sino más bien un todo completo que desde las primeras páginas penetra la conciencia del lector y de los personajes. … no se trata de una naturaleza apacible. Representa un conflicto, el de un país que se crea y se sueña en la luz pero que vive en un llano de polvo seco, roas ardientes y tumbas inquietas. Carlos Fuentes. “Formas que se niegan a ser olvidadas”, disponible aquí
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Actividad 6: “Nos han dado la tierra”
1. El título 2. ¿Afirmativo o negativo? 3. Escritura y oralidad Desterritorialización / Reterritorialización “este nudo que somos nosotros…” Los deícticos. Su función 4. El narrador, “a la escucha de las voces oscuras y profundas”
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1. El título: la ironía y su procedencia
DEFINICIÓN DE IRONÍA: figura retórica que consiste en afirmar lo contrario de lo que se quiere dejar entender: ¡Qué honestos son los banqueros estadounidenses! ¿POR QUÉ EL TÍTULO, “Nos han dado la tierra”, ES IRÓNICO?
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1. El título: la ironía y su procedencia
A menudo, mediante la ironía estamos citando las palabras de otra persona con la que no estamos en absoluto de acuerdo. Por ejemplo, un estudiante que considera que un curso es extremadamente difícil podría decirle a un compañero: ¡Sí que es fácil este curso! porque eso es lo que dijo el profe el primer día... ¿Ocurre algo parecido en el cuento? Examinemos este pasaje (final de la penúltima página y comienzo de la última):
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1. El título: la ironía y su procedencia
Nos dijeron: -Del pueblo para acá es de ustedes. … -No se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos. -Y ahora váyanse. Es al latifundio al que tienen que atacar, no al Gobierno que les da la tierra. Así nos han dado esta tierra. Y en este comal acalorado quieren que sembremos semillas de algo, para ver si algo retoña y se levanta. Pero nada se levantará de aquí. Ni zopilotes. Uno los ve allá cada y cuando, muy arriba, volando a la carrera; tratando de salir lo más pronto posible de este blanco terregal endurecido, donde nada se mueve y por donde uno camina como reculando. Melitón dice: -Esta es la tierra que nos han dado. Faustino dice: -¿Qué? Yo no digo nada. Yo pienso: “Melitón no tiene la cabeza en su lugar. Ha de ser el calor el que lo hace hablar así. El calor, que le ha traspasado el sombrero y le ha calentado la cabeza. Y si no, ¿por qué dice lo que dice? ¿Cuál tierra nos han dado, Melitón? Aquí no hay ni la tantita que necesitaría el viento para jugar a los remolinos.” (final de la p. 3-comienzo de la p. 4) 1. El título: la ironía y su procedencia
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2. ¿Afirmativo o negativo? La isotopía de la negatividad
”Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros. Uno ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada habría después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura rajada de grietas y de arroyos secos. Pero sí, hay algo. Hay un pueblo. Se oye que ladran los perros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza. Pero el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca.” (p. 1, líneas 1-7) “Faustino dice: -Puede que llueva. Todos levantamos la cara y miramos una nube negra y pesada que pasa por encima de nuestras cabezas. Y pensamos: “Puede que sí”. No decimos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas de hablar. Se nos acabaron con el calor. Uno platicaría muy a gusto en otra parte, pero aquí cuesta trabajo. Uno platica aquí y las palabras se calientan en la boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello. Aquí así son las cosas. Por eso a nadie le da por platicar. Cae una gota de agua, grande, gorda, haciendo un agujero en la tierra y dejando una plasta como la de un salivazo. Cae sola. Nosotros esperamos a que sigan cayendo más y las buscamos con los ojos. Pero no hay ninguna más. No llueve. (p. 1, líneas 15-25)
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3. Escritura hegemónica (de “ellos”: el gobierno) vs oralidad (de “nosotros”: los campesinos)
Nos dijeron: -Del pueblo para acá es de ustedes. Nosotros preguntamos: -¿El Llano? -Sí, el llano. Todo el Llano Grande. Nosotros paramos la jeta para decir que el llano no lo queríamos. Que queríamos lo que estaba junto al río. Del río para allá, por las vegas, donde están esos árboles llamados casuarinas y las paraneras y la tierra buena. No este duro pellejo de vaca que se llama Llano. Pero no nos dejaron decir nuestras cosas. El delegado no venía a conversar con nosotros. Nos puso los papeles en la mano y nos dijo: -No se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos. -Es que el llano, señor delegado… -Son miles y miles de yuntas. -Pero no hay agua. Ni siquiera para hacer un buche hay agua. -¿Y el temporal? Nadie les dijo que se les iba a dotar con tierras de riego. En cuanto allí llueva, se levantará el maíz como si lo estiraran. -Pero, señor delegado, la tierra está deslavada, dura. No creemos que el arado se entierre en esa como cantera que es la tierra del Llano. Habría que hacer agujeros con el azadón para sembrar la semilla y ni aun así es positivo que nazca nada; ni maíz ni nada nacerá. -Eso manifiéstenlo por escrito. Y ahora váyanse. Es al latifundio al que tienen que atacar, no al Gobierno que les da la tierra. -Espérenos usted, señor delegado. Nosotros no hemos dicho nada contra el Centro. Todo es contra el Llano… No se puede contra lo que no se puede. Eso es lo que hemos dicho… Espérenos usted para explicarle. Mire, vamos a comenzar por donde íbamos… Pero él no nos quiso oír. (final de la p. 3)
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La escritura como instrumento de dominación.
Escritura: posesión (del poder, de la tierra, del dinero...) Habla: carencia de escritura privación de la tierra Desterritorialización “No son las cuestiones de la lengua sino las cuestiones de la tierra lo que enfatiza la narrativa de Rulfo. No obstante, ... la cuestión económica de la tierra presupone la cuestión simbólica de la lengua en la construcción territorial”. (Walter Mignolo. Escribir la oralidad: la obra de Rulfo en el contexto de las literaturas del ‘Tercer Mundo’”. Juan Rulfo. Toda la obra. Madrid: CSIC, 1992: 433.)
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DESterritorialización
“De este modo se nos fue acabando la tierra. Casi no nos quedaba ya ni el pedazo que pudiéramos necesitar para que nos enterraran. Por eso decidimos separarnos los últimos, cada quien arrendando por distinto rumbo”. Juan Rulfo. “El llano en llamas”.
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“… este nudo que somos nosotros…”
“… es la figura de la comunidad en marcha. Si la gallina era un vestigio de lo local desolado y arrasado, este nudo de a cuatro es la forma de la comunidad en vivo, de lo local resistiendo en acto las fuerzas de la disgregación” Jaime Concha. “Lo local en los cuentos de Rulfo”. Revista canadiense de estudios hispánicos XXII.2, invierno 1998: 207) La desterritorialización Es decir, de las fuerzas de la DESterritorialización La resistencia es el anhelo de REterritorialización
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DESterritorialización
/ REterritorialización Concepto propuesto por los filósofos franceses Gilles Deleuze y Félix Guattari en varios de sus libros. La desterritorialización consiste, en primer lugar, en la pérdida o carencia de un territorio. Pero la desterritorialización implica una dialéctica de resistencia: el deseo, el anhelo de REterritorialización: -los palestinos luchan por conseguir un estado-nación que asegure su dignidad y garantice su supervivencia, -los campesinos desposeídos comienzan una revolución, como ocurrió en México a comienzos del siglo XX, u ocupan latifundios, como ocurre actualmente en Brasil con el Movimiento de los Sin Tierra... “Conforme bajamos, la tierra se hace buena. Sube polvo desde nosotros como si fuera un atajo de mulas lo que bajará por allí; pero nos gusta llenarnos de polvo. Nos gusta. Después de venir durante once horas pisando la dureza del Llano, nos sentimos muy a gusto envueltos en aquella cosa que brinca sobre nosotros y sabe a tierra”. (última página, líneas 28-30) “... hasta quedar nada más este nudo que somos nosotros”. “Nos han dado la tierra”, 1a página, línea 14 Pero, a otro nivel, también es el sentimiento de pérdida de cualquier territorio simbólico estable: la nación, la identidad, la religión, incluso la lengua... Por ejemplo, los palestinos se sienten desterritorializados en su propio territorio; o los desempleados, los campesinos sin tierra, etc.
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La función de los deícticos
“ ... incipiente proliferación de los deícticos, que ... a mí me parecen fundamentalmente vinculados a la implantación en lo local ... Comienza a esbozarse una búsqueda de lo local, una aspiración a estabilizar la trashumancia. Este lugar en viaje, este lugar que los hombres llevan consigo mismos ... es en ellos lo inclaudicable, quizás la única razón de su existencia. Desmovilizados, desarmados, desmontados, después de perderlo todo y de recibir una tierra que no les sirve, estos hombres van en pos de un lugar en que habitar, para reconstituir así su hábitat local”. Jaime Concha. “Lo local en los cuentos de Rulfo”. Revista canadiense de estudios hispánicos XXII.2, invierno 1998:
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Rulfo, a la escucha de las voces “profundas y oscuras”
“Entre el coro de todas las voces universales y gloriosas yo volví a oír la voz profunda y oscura [de mi infancia]. Tal vez la de un pobre viejo que está a la orilla del fuego volteando las tortillas: ‘Te acuerdas de cuando mataron a la perra’. Y aunque Ud. no lo cree, esa voz predomina en el coro, y es la del verdadero, la del único solista en que creo, porque me habla desde lo más hondo de mi ser y de mi memoria”. (Declaraciones de Juan Rulfo, apud Arturo Melgoza. Modernizadores de la narrativa mexicana. Rulfo. Revueltas. Yáñez. México: Katún, 1984.)
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Rulfo, a la escucha de las voces “profundas y oscuras”
“Una de las cosas más difíciles que me ha costado hacer, precisamente, es la eliminación del autor, eliminarme a mí mismo. Yo dejo que aquellos personajes funcionen por sí mismos y no con mi inclusión, porque entonces entro en la divagación del ensayo, en la elucubración: llega uno a meter sus propias ideas, se siente filósofo, en fin, y uno trata de hacer creer hasta en la ideología que tiene uno, su manera de pensar sobre la vida, o sobre el mundo, o sobre los seres humanos, cuál es el principio que movía a las acciones del hombre”. (Declaraciones de Juan Rulfo, en Juan Rulfo. Toda la obra. Madrid: CSIC, 1992: 384)
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Rulfo, a la escucha de las voces “profundas y oscuras”
Rulfo forma parte de un grupo de autores que “rechazan la opción de sustitución paternalista, en la cual el escritor adopta ‘la voz del pueblo’. En lugar de eso, el método de escritores como Rulfo consiste en traer las prácticas culturales de los grupos subalternos al centro del arte narrativo”. (William Rowe y Vivian Schelling. Memory and Modernity. Popular Culture in Latin America. London/New York: Verso, 1991: ) VERSIÓN ORIGINAL: “... reject the option of paternalistic substitution where the writer adopts the ‘voice of the people’. Instead, their method has been to bring the cultural practices of subaltern social groups into the centre of narrative art”.
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