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PARA QUERERTE (Anónimo)

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Presentación del tema: "PARA QUERERTE (Anónimo)"— Transcripción de la presentación:

1 PARA QUERERTE (Anónimo)
NO ME MUEVE, MI DIOS, PARA QUERERTE (Anónimo)

2 No me mueve, mi Dios, para quererte…

3 …el cielo que me tienes prometido.

4 Ni me mueve el infierno tan temido…

5 para dejar por eso de ofenderte.

6 Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido…

7 muéveme ver tu cuerpo tan herido,

8 muévenme tus afrentas y tu muerte.

9 Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,

10 que aunque no hubiera cielo,
yo te amara,

11 y aunque no hubiera infierno, te temiera.

12 No me tienes que dar porque te quiera,

13 pues aunque lo que espero
no esperara,

14 lo mismo que te quiero te quisiera.

15 PARA QUERERTE (Anónimo)
NO ME MUEVE, MI DIOS, PARA QUERERTE (Anónimo)

16 ANÁLISIS DEL POEMA

17 AUTOR Posibles autores
Han sido muchos los intentos de atribución de este soneto a uno u otro autor, sin que la crítica se haya sentido suficientemente comprometida a corroborar una autoría por la falta de argumentos probatorios suficientes. San Juan de la Cruz Santa Teresa de Ávila Miguel de Guevara P. Torres, capuchino P. Antonio Panes, franciscano Entre otros Posibles autores

18 ESTRUCTURA Fecha de composición: Siglo XVI Tipo de poema : Soneto
No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. ¡Tú me mueves, Señor! Muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido; muévenme tus afrentas y tu muerte. Muéveme en fin, tu amor, y en tal manera que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera. 2 CUARTETOS 2 TERCETOS

19 VERSOS: ENDECASÍLABOS
No me mue-ve, mi Dios, pa-ra que-rer- te el cie-lo que me tie-nes pro-me-ti-do ni me mue-ve_el in-fier-no tan te-mi-do pa-ra de-jar por e-so de_o-fen-der-te.

20 ¡Tú me mue-ves, Se-ñor! Mué-ve-me_el ver-te cla-va-do_en u-na cruz y_es-car-ne-ci-do; mué-ve-me ver tu cuer-po tan he-ri-do; mué-ven-me tus a-fren-tas y tu muer-te.

21 Mué-ve-me_en fin, tu_a-mor, y_en tal ma-ne-ra que_aun-que no_hu-bie-ra cie-lo, yo te_a-ma-ra, y_aun-que no_hu-bie-ra_in-fier-no, te te-mie-ra.

22 No me tie-nes que dar por-que te quie-ra, pues aun-que lo que_es-pe-ro no_es-pe-ra-ra, lo mis-mo que te quie-ro te qui-sie-ra.

23 Rima: Rima perfecta, con el esquema:
ABBA ABBA CDC CDC No me mueve, mi Dios, para quererte A el cielo que me tienes prometido; B ni me mueve el infierno tan temido B para dejar por eso de ofenderte A ¡Tú me mueves, Señor! Muéveme el verte A clavado en una cruz y escarnecido; B muéveme ver tu cuerpo tan herido; B muévenme tus afrentas y tu muerte A Muévenme en fin, tu amor, y en tal manera C que aunque no hubiera cielo, yo te amara, D y aunque no hubiera infierno, te temiera C No tienes que me dar porque te quiera, C pues aunque cuanto espero no esperara, D lo mismo que te quiero te quisiera C Cómputo silábico: El poema es un soneto formado por catorce versos endecasílabos de arte mayor. Catorce versos graves, siendo cada verso de once sílabas poéticas.  Ritmo: El acento estrófico se encuentra en la sílaba 10, y los rítmicos en las sílabas 8,6,4 y 2.

24 DIMENSIÓN EXPRESIVA El poeta ha escrito un poema sumamente dramático. El título nos refiere a la gran pasión que el autor siente  respecto a Jesús y el sacrificio que hizo por los hombres, imagina su gran sufrimiento y la tortura de la cual fue víctima. El autor se dirige a nosotros, expresándonos su sentir y pesar al ver a Jesús crucificado. Al mismo tiempo que describe la manera que fue sacrificado Jesús, el autor expresa que la misma figura crucificada de Jesús, es su motivación de amor a Dios. 

25 DIMENSIÓN NARRATIVA-DRAMÁTICA
En la primera estrofa, el autor menciona las promesas que Dios ha ofrecido a los hombres, cuando se refiere a el cielo como premio (por una conducta buena y sin pecado), en contraste con la amenaza de lo malo que nos espera si no procedemos como él nos ha pedido (cuando nos refiere el infierno tan temido). En la segunda estrofa, el autor narra cómo Jesús ha sido crucificado, describe gráficamente la manera en que fue asesinado, y cómo queda su cuerpo al final, maltratado, humillado y escarnecido.

26 DIMENSIÓN NARRATIVA-DRAMÁTICA
En la tercera estrofa, el autor describe el amor de Dios quien motiva su corazón a tal grado que aunque no existiera el cielo ni el infierno, el autor seguiría sintiendo el mismo amor y piedad por su Creador.  Por último, en la cuarta estrofa, el autor culmina expresando que no espera ningún tipo de recompensa por su amor, ya que aunque no recibiera algún tipo de retribución o castigo eterno, sus sentimientos serían los mismos hacia Dios.

27 OPINIÓN Este soneto, por su perfecta factura, figura como modélico en todas las antologías que se precien, desde que lo incluyó en la suya de las Cien Mejores Poesías de la lengua castellana don Marcelino Menéndez Pelayo. Nunca el amor a Cristo crucificado había alcanzado tal grado de pureza e intensidad en la sensibilidad de la expresión poética. En fechas en que la superficialidad cifraba en el temor al destino dudoso del hombre en el más allá, la moción de la piedad popular, este poeta acierta a olvidar premios y castigos para suscitar un amor que, por verdadero, no necesita del acicate del correctivo interesado, sino que nace limpio y hondo de la dolorosa contemplación del martirio con que Cristo rescata al hombre. Esa es la única razón eficaz que puede mover a apartarse de la ingratitud del ultraje a quien llega a amarte de manera tan extrema.

28 Concluido el desarrollo del tema en el espacio de los dos cuartetos, trazada la preceptiva línea de simetría armoniosa que distingue y define la bondad del soneto clásico, vuelven a retomar el desarrollo temático las dos estrofas restantes, mediante cambios sintácticos que encadenan sucesivas concesiones ponderativas, tendentes a reforzar de manera excluyente y convencida el propósito de amar a Cristo por encima de cualquiera otra consideración espúrea y cicatera. El estilo es directo, enérgico, casi penitencial por lo desnudo de figuras y recursos ornamentales. No es la belleza imaginativa del lenguaje lo que define a este soneto, sino la fuerza con que se renuncia a todo lo que no sea amar a cuerpo descubierto a quien, por amor, dejó destrozar el suyo. El lenguaje, renunciando a los afeites del lenguaje figurado, se atiene y acopla, en admirable conjunción, desde la forma recia y musculosa, a la mística desnudez del contenido. (Fr. Ángel Martín, o.f.m.)

29 CONCLUSIÓN Culmino este somero análisis puntualizando la perfección del soneto “No me mueve mi Dios para quererte”. Una perfección tal, que en todos sus aspectos parece poco probable encontrar alguna persona que no se sienta atraída por la simetría, la musicalidad, la armonía, el ritmo, la cadencia y la espiritualidad que del poema emana. Además, desde mi punto de vista, considero este poema una joya de la poesía, a tal grado, que difícilmente lo visualizo escrito por la mano de un autor humano. Por tales motivos, considero oportuno el compartir este poema con todos ustedes.

30 GRACIAS


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