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Biblioteca Miguel Hernández
La imagen de Filipinas en la literatura española Filipiniana peninsular Biblioteca Miguel Hernández Instituto Cervantes de Manila Material preparado por Carlos Valmaseda
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Pero… ¿Dónde están las Filipinas?
La imagen de Filipinas en la literatura española Pero… ¿Dónde están las Filipinas? Un lugar muy, muy lejano… Del Asia noble porción, las Filipinas os dan hoy, Carlos, veneración; que, aunque remotas, están prontas a su obligación. García de la Huerta, Vicente ( ) ¡Oh; usted hará carrera!, usted irá lejos, como dice el Sr. Ladevese, que también llama banal a lo vulgar. Al decir que usted irá lejos, no me refiero a Filipinas ; cometo un barbarismo. ...Sermón perdido : (crítica y sátira) / Clarín (Leopoldo Alas) Más allá de las islas Filipinas , hay una, que ni sé cómo se llama ni me importa saberlo, donde es fama que jamás hubo casta de gallinas, hasta que allá un viajero llevó por accidente un gallinero. Fábulas literarias / Iriarte, Tomás de ( ) MACARENA.- (En sus brazos.) ¿Así que vos no pensáis en marcharos a Cuba, ni a Filipinas..., ni siquiera a Albacete? La zorra ilustrada o Samaniego en el Madrid de Carlos III / Ignacio Amestoy Egiguren
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Pero… ¿Dónde están las Filipinas?
La imagen de Filipinas en la literatura española Pero… ¿Dónde están las Filipinas? Un lugar muy, muy lejano… Cede un indiano el fruto de las minas por que le den de conde el tratamiento. Surca un viajero el pérfido elemento para decir: «Estuve en Filipinas ». Sonetos del siglo XVIII -Pues ya suena el run run de que van a proponerle; sí, señora, obispo de no sé qué punto, allá en las islas de Filipinas . -¿Tan lejos? No, eso no. Por acá tienen que dejarle para que haga mucho bien. Misericordia / por B. Pérez Galdós ( ) LUISA ¿Y adónde irá usted...? GENERAL No sé... Muy lejos: a Filipinas ... No; allí hay población. Me iré a las islas Chafarinas. La escuela del matrimonio / Bretón de los Herreros, Manuel ( ) Aunque me aprieta el achaque de la ijada, la tos, la gota y la piedra, como tu pan, soy gallego, y he de seguirte aunque fuera al Cairo o las Filipinas . Todo es enredos de amor / Moreto, Agustín ( )
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Pero… ¿Dónde están las Filipinas?
La imagen de Filipinas en la literatura española Pero… ¿Dónde están las Filipinas? Tanto que algunos se pierden… No hay otra mujer que raye a mayor altura para gobernar a una servidumbre numerosa. La mía es como los ejércitos de Jerjes. ¿Sabéis vosotros quién era ese Jerjes? Un rey de la Persia, país que está allí por Filipinas , el cual tenía tantas tropas de todas armas, que cuando les pasaba revista, lo menos tardaba siete meses en verlas venir, o verlas pasar... Torquemada y San Pedro / Benito Pérez Galdós ( ) A. Una hermana vieja tiene casada. G. ¿Casada? T. Está en Indias... Muy lejos, mucho, de la otra parte del mar. G. ¿En Filipinas ?... T. Más lejos. G. ¿Acaso en Nueva Orleáns? T. Eso es. Yo soy quien lleva las cartas... El parador de Bailén / Rivas, Ángel de Saavedra, Duque de ( ) (…) Doña Violante de Quincoces, hija del marqués de Utrique, capitán general de las islas Filipinas y costa Patagónica, concluido este asunto que la retardó, no tiene al presente ninguna dificultad. El barón / Leandro Fernández de Moratín ( ) Si es injusto tildarle de ignorante, aquí donde hay Ministros que creen que la Habana es camino para Filipinas (...), De Oñate a La Granja / B. Pérez Galdós ( )
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¿Qué llega de Filipinas?
La imagen de Filipinas en la literatura española ¿Qué llega de Filipinas? Por supuesto, el mantón de Manila… -De hoy en ocho días, el 4 de Agosto, habrá grandes fiestas en este pueblo. Habrá procesión, feria, velada, función de iglesia y sermón, que predicará el padre Anselmo, contando y celebrando la vida y milagros del glorioso Santo Domingo de Guzmán, nuestro patrono y abogado en el cielo. Tengo yo una pieza de tela de seda, flexible y rica, por el estilo de la de estos mantones que llaman de espumilla o de Manila. Carece de bordados y es de color verde oscuro. Me la envió meses ha de regalo mi sobrino Jacintico, que está en Filipinas empleado en Hacienda. Tiempo hay todavía de hacer con esta tela un precioso vestido de mujer. ¿Y quién le llevaría con más garbo y lucimiento que Juanita si aceptase mi presente? La tela es pintiparada para hacer el traje, y si ustedes quieren darse prisa, aún tienen tiempo de sobra. Juanita la Larga / Juan Valera ( )
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¿Qué llega de Filipinas?
La imagen de Filipinas en la literatura española ¿Qué llega de Filipinas? Pero también muchos otros objetos más o menos exóticos. … les divertía que les hablase de Cuba o de Filipinas, y del mono que me traje de Malacañá (eso escríbalo como le parezca, yo no sé cómo se escribiría, será tagalo, o chino, o yanqui, Dios sepa). A traque barraque / Alonso Zamora Vicente Dispuso cómo se habían de repartir las alhajas que tenía, algunas de bastante valor, sortijas con hermosos solitarios, botonaduras, y además cajitas primorosas de marfil y sándalo que había traído de Filipinas (…) Fortunata y Jacinta : (dos historias de casadas) / por B. Pérez Galdós ( ) En otra fotografía más pequeña, aparecía ya el joven señor con más claros pormenores. Estaba él solo, de cuerpo entero, pero sin accesorio ninguno. Su traje, aunque sobrado pintoresco, era más europeo que indio, salvo el extraño sombrero que llevaba en la cabeza y que era de los que llaman salacotes en Filipinas. Garuda o La cigüeña blanca / Juan Valera ( ) Amparo observaba la sala, el piano de reluciente barniz, el menguado espejo, las conchas de Filipinas y aves disecadas que adornaban la consola (…) La Tribuna / Emilia Pardo Bazán Abanicábase majestuosamente con un pericón enorme, traído de las islas Filipinas El sombrero de tres picos / Pedro Antonio de Alarcón ( )
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¿Qué llega de Filipinas? Pero tiene un coste, las enfermedades... -No lo crea. Los recuerdos de la niñez son confusos. Sé que mi padre también murió joven. -No tan joven, pero no viejo. (…) Lo seguro es que, como le dieron un cargo allá en Filipinas , donde cogió la disentería que acabó con él, no tuvo tiempo de venir a hacerte fiestas. La protección de doña Catalina le tranquilizaba respecto a tu suerte. -Por lo visto mi papá era una cabeza de chorlito, como el abuelo. Y hasta parece que... -hice ademán de alzar el codo. -Ya que estás enterada... -balbuceó, turbadísimo, don Antón. -Los que tienen esa costumbre y van a Filipinas , dejan allí el pellejo. Polilla, aguado, modelo de sobriedad, aprobó con la cabeza, sentencioso. Dulce dueño / Emilia Pardo Bazán ( ) El clima de Cuba y Filipinas le había dejado en los huesos, y como era todo él una pura mojama, relumbraban en su cara las miradas de tal modo que parecía que se iba a comer a la gente. Fortunata y Jacinta : (dos historias de casadas) / por B. Pérez Galdós ( )
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¿Quién va a Filipinas? Alborotóse el Gobierno, reunióse al punto Consejo extraordinario en el ministerio de la Guerra y tomóse por primera providencia la de echar el guante al señor Cánovas del Castillo y a otros muchos personajes de cuenta, entre los que se contaban el señor Pulido, el joven Telémaco y el respetable Mentor. Encerráronles por de pronto en el Saladero, con la sana intención de enviarles más tarde, una vez sofocada la intentona, a tomar camino de Filipinas los saludables aires de mar. Pequeñeces / Luis Coloma ( ) Los condenados Detúvose y lanzó un terno de los garrafales acompañado del destello iracundo de sus ojos, y seguido de esta explosión: «Como me llamo Narváez, que no quisiera morirme sin coger un barco viejo, de los más viejos que tenemos en los arsenales, y llenarlo de estas beatas... y mandarlo bien abarrotado de ellas... ¿Qué Canarias ni qué Filipinas ?...¡a las islas Marianas!». Narváez / B. Pérez Galdós ( ) -Aunque me cueste un viaje a Filipinas -exclamó Redondo entusiasmado-, esto se publicará, y en la sección de fondo: mañana mismo. La hoguera necesita más leña, y este solo tizón es un incendio. ¡A las cajas! Pedro Sánchez / José María de Pereda ( ) ¡Oh vil mujer! No hay remedio, una plaza en Filipinas me dan por aqueste hecho. El estudiante burlado o El licenciado Candonga : sainete para ocho personas / Don Ventura Madero y Montoliu (1841)
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¿Quién va a Filipinas? -Precisamente hay verdades que no son para dichas... No me pregunte usted nada... mi boca es un broche... Únicamente le diré, y esto no porque a usted le pueda interesar, sino por mi propia satisfacción, que mi hermano se ha salvado; mi hermano está ya en camino de Marsella, de donde saldrá dentro de tres días para Filipinas ; mi hermano no tiene mal fondo, y allá en aquellas tierras de salvajes mi hermano volverá en sí. ¿Sabe usted dónde está la isla de Zamboanga? Porque me han dicho que usted, también viene de tierras de caribes. Pues allí, en aquella dichosa Zamboanga desembarcará mi hermano dentro de dos meses, y allí tendrá ocasión de cristianar herejes y hacer grandes méritos. No es esto decir que yo confíe absolutamente en su salvación, pues como la cabra tira al monte, el vicioso tira siempre... a lo que tira. Tormento / Benito Pérez Galdós ( ) Los misioneros Creció en virtudes, y en letras; y a la provincia que llaman Filipinas , pasó un tiempo. Enfermo volvióse a España, y el celo de nuestra fe y conversión de las almas. Los primeros mártires de Japón / Lope de Vega ( ) Faustino llegó a ser modelo de virtud evangélica, y terminó dignamente su carrera en las misiones de Filipinas , tras largos años empleados en difundir por doquiera las puras y saludables máximas del cristianismo. Flores campestres : narraciones / Eloísa Morales (s. XIX)
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¿Quién va a Filipinas? Los militares y otros funcionarios El desatinado Sebo, que no cesaba de acosarme solicitando la protección que yo no le podía dar, escribía artículos hidrofóbicos en La Igualdad, periódico sostenido según rumor público con dineros monárquicos. Tan loco como Sebo, si bien con diferente modo y estilo, estaba don Basilio Andrés de la Caña, que una y otra vez solicitó mi valioso influjo para que le destinaran a Filipinas . «Esta será mi jugada definitiva para redondearme -me decía el hombre serio, frotándose las manos-. Ya ve usted: jubilación a los treinta años de servicios con los cuatro quintos... sueldo de Ultramar. Si se me pide mi credo político, diré que el federalismo no me desagrada; pero acá se queda toda esta faramalla si consigo pasar el charco... Ya sé que el Ministro de Ultramar, don José Cristóbal Sorní, no le niega a usted nada. Si usted le habla por mí como espero, dígale que respondo de poner como una seda la contabilidad en aquel Archipiélago». La Primera República / B. Pérez Galdós ( )
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¿Quién va a Filipinas? Los militares y otros funcionarios Ha repartido más empleos de doce mil reales abajo que toda una familia de esas que tienen el padre jefe, de un partido o de fracción de partido. Para él no hay pan duro; está a las resultas de todo; en cualquier combinación se contenta con la peor; lo peor, pero con sueldo. Sus empleados van a Canarias, a Filipinas ; casi siempre se los pasan por agua; pero vuelven, y suelen volver con el riñón cubierto y agradecidos. Un candidato / Leopoldo Alas ( ) Ja no escriu mes en catalá, parla y escriu en castellá als seus electors empordanesos... ¡Que li importan la ruina, la filoxera! ¡si puja son partit al poder acás no trobará un bon destino á Cuba ó Filipinas hont en poch temps se fará la barba d'or!... L'Heréu Noradell : estudi de familia catalana / Carles Bosch de la Trinxeria ( ) Allí se están si la madre tiene previsión bastante para pensar en lo futuro, mima al mayor que es el único de quien pueda esperar algún alivio en su vejez, los demás como si no existieran. El padre cuidará de darles carrera, de casarlos o hacerlos curas, o enviarlos a Filipinas. Viaje a Italia / Leandro Fernández de Moratín ( )
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¿Quién va a Filipinas? La huida: los perdis Desde Génova escribió despidiéndose a punto de embarcarse para Filipinas . No podía vivir en Serosca. (…) Se apartaba de su hijo como una expiación de su pasado. Huía; y en la huida se entregaría rudamente al trabajo. Adivinaba una lenta decadencia de su hogar; y él ansiaba fortalecerlo por sus padres y por el huérfano. (…) Murió Agustín al tercer año de su huida. Desde Cebú enviaron un recio atadijo de revistas, planos, ropas y un arco indio. Eran los únicos bienes del ingeniero. El abuelo del rey / Gabriel Miró ( ) Tenía Leocadia marido auténtico, allá en Filipinas , un mal hombre, un perdis, que no siempre enviaba los veinticinco duros mensuales con que se remediaba su mujer. Cuentos trágicos / Emilia Pardo Bazán ( ) Ocurre en algunas ocasiones que un teniente de navío que marchó a Filipinas prometiendo a su novia hacer dinero y volver pronto para casarse con ella, vuelve, en efecto, sin un cuarto y asegura tranquilamente que lo perdió jugando al monte mientras recorrían el Canal. Esto no es exacto, y lo que ocurre es que muchos oficiales se van a Filipinas huyendo de sus novias y otros no ahorran porque no les gusta. Novela. II / Silverio Lanza ( )
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¿Quién va a Filipinas? La huída: los perdis Para colmo de desdicha, Rogelio Navascués, en vez de llevar dinero a casa, se gastaba en el Casino toda su paga, y era además insaciable sanguijuela que desangraba horriblemente el bolsillo de la esposa, nutrido por la pensión que daban a esta sus padres. Tales razones y el absoluto enfriamiento del amor que tuvo a su marido, labraron en el ánimo de Valeria la idea y el propósito de desembarazarse de tan gran calamidad. No había más que un medio: mandarle a Filipinas , con lo cual ella se veía libre de él, y él cortaba por lo sano la insostenible situación a que le habían llevado sus estúpidos vicios. Iniciado el proyecto por la esposa, el marido lo encontró de perlas. Quería pasarse por agua, y salir a un mundo nuevo donde no le conocieran. Manos a la obra. Valeria trabajó el asunto con febril actividad en Febrero y Marzo, tecleando las amistades y relaciones de su familia con personajes del Progreso. Moncasi, Sorní, Montesinos, Allende Salazar ofrecían; mas todo quedaba en agua de cerrajas. Dirigiose luego a los amigos de O'Donnell, a Vega Armijo, Ulloa, Corbera, y ello fue mano de santo. No había, no, hombre como O'Donnell: su sombra era benéfica, y en ella encontraban su paz las familias. A principios de Abril recibió Navascués el pase a Filipinas , con ascenso, y no esperó muchos días para ponerse en marcha, porque Valeria, modelo de esposas precavidas, le tenía ya dispuesta toda la ropa que había de llevar: las camisas ligeras como tela de araña, los chalecos de piqué, levitines de crudillo... Todo lo adquirió la dama en las mejores tiendas, y del género superior, por aquello de al enemigo que huye, puente de plata. ¡Qué descansada se quedó la pobre! No podía con su alma de fatiga y ajetreo de arreglarle en tan pocos días el copioso surtido de ropa para países tropicales. Horas después de aquella en que la diligencia de Andalucía se llevó a Rogelio, Valeria dijo a su cordial amiga Teresita: «¡Ay, qué descanso!... Si en España tuviéramos Divorcio, no necesitaríamos tener Filipinas ». Y la otra: «¡ Filipinas ! Alargar la cadena miles de leguas, ¿no es lo mismo que romperla?». O'Donnell / B. Pérez Galdós ( )
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La guerra de independencia La boda estaba tan próxima, que ya solo se esperaba la llegada de los trajes encargados por el novio para convidar a las amigas a la exposición de los regalos. Se suspendió y aplazó cuando a él le tocó en sorteo ir a Filipinas . Interiores / Emilia Pardo Bazán ( ) En suma, aunque el sabio no tuviera razón ni yo tampoco, yo tengo aquí la autoridad y la fuerza, que para el caso importan más que la razón, y te declaro que si continúas amedrentando a la gente, a mí no me amedrentas, y te empapelo, y si me empeño te envío a Ceuta o a Melilla para que allí luzcas tu valor matando moros. Si eres tan animoso, ¿por qué no te vas a Cuba o a Filipinas a espantar y a vencer a los rebeldes en vez de espantar al pacífico vecindario que yo gobierno ahora? -Yo, maestro, me hallo bien en este lugar, y maldita la gana que tengo de ir a Cuba o a Filipinas. Conque así, no me amenace usted, que ya procuraré enmendarme. De todos mis furores tiene la culpa la penilla negra, y de la penilla negra que hay en mi corazón, bien me sé yo quién tiene la culpa. El maestro Raimundico / Juan Valera ( ) Y a veces acude a la tertulia, ya la tardecita cayendo, don Secundino, que estuvo de cabo primero en Filipinas , cuando lo de Cavite, ya nadie le hace caso, sus medallitas en la solapa, una geografía confusa, mil veces repetida, Barcelona, Suez, Adén, Malacañang, Caravaca, el monte Igueldo. A traque barraque / Alonso Zamora Vicente
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La guerra de independencia EL TENIENTE CAMPERO:.- Y en Marruecos. Allí no se oye hablar más que árabe y español. EL TENIENTE CARDONA.- ¿Tagalo, no? EL TENIENTE CAMPERO.- Algún moro del interior. Español es lo más que allí se habla. EL TENIENTE CARDONA.- Yo había aprendido alguna cosa de tagalo en Joló. Ya lo llevo olvidado: Tambú, que quiere decir puta; Nital budila, hijo de mala madre; Bede tuki pan bata, ¡Voy a romperte los cuernos! EL TENIENTE ROVIROSA.- ¡Al parecer, posee usted a la perfección el tagalo! EL TENIENTE CARDONA.- ¡Lo más indispensable para la vida! EL TENIENTE ROVIROSA.- ¡Evidente! A mí se me ha olvidado lo poco que sabía, e hice toda la campaña en Mindanao. EL TENIENTE CARDONA.- Yo he pasado cinco años en Joló. ¡Los mejores de mi vida! EL TENIENTE ROVIROSA.- No todos podemos decir lo mismo. Ultramar ha sido negocio para los altos mandos y para los sargentos de oficinas… Mindanao tiene para mí mal recuerdo. Enviudé y he perdido el ojo derecho de la picadura de un mosquito. EL TENIENTE CARDONA.- La isla de Joló ha sido para mí un paraíso. Cinco años sin un mal dolor de cabeza y sin reservarme de comer, beber y lo que cuelga. EL TENIENTE CAMPERO.- ¡Las batas de quince años son muy aceptables! EL TENIENTE CARDONA.- ¡De primera! Yo les daba un baño, les ponía una camisa de nipis, y como si fuesen princesas. Los cuernos de don Friolera / Ramón María del Valle-Inclán
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La guerra de independencia Abreviando detalles de los años que allí residieron en paz, diré que la sublevación al pronto no les asustó; creían inofensivos a aquellos adormilados y obedientes indígenas, y les parecía seguro reducirlos, con solo alzar la voz en lengua castellana, a la sumisión y al inveterado respeto. Disipóse su error al cercar el poblado hordas diabólicamente feroces, que lanzaban gritos horrendos y esgrimían el bolo y el campilán. Defendióse con valor de guerrillero el fraile párroco, refugiado en la iglesia, realizando proezas que no pasarán a la Historia; ayudóle como pudo el empleado; cedieron al número; quedó el fraile acuchillado allí mismo; al empleado le cogieron vivo, y a su hermana la llevaron arrastra a una choza donde el vencedor, un cabecilla tagalo (poco importa su nombre), tenía su cuartel general. La española se arrojó a sus pies llorando, implorando el perdón del hermano con acentos desgarradores. La cara amarillenta del cabecilla no se alteró: expresaba la frialdad inerte de la raza, y se creería que era de madera de boj, a no brillar en ella la chispa de los oblicuos ojuelos de azabache. En el semblante impasible leyó la señorita, enloquecida de horror, la sentencia del hermano adorado, y besando los pies del cabecilla, le ofreció «su sangre por la de él». «Se admite -contestó de pronto el amarillo-. La sangre de él no correrá. Que sangren a ésta.» La sangría, estremece decirlo, duró... una semana. Cada mañanita, en una escudilla de coco, recogían la sangre de la desdichada, que caía después al suelo en mortal desmayo. Cuentos de la patria / Emilia Pardo Bazán ( ) «La exangüe»
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Las primeras obras de temática filipina
La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Son autores que en su mayoría forman parte de lo que Lilia Hernández Chung denominaría escritores peninsulares. En ocasiones vivieron y publicaron en Filipinas, en otras, a su vuelta a la metrópoli. Resulta complicado decidir si forman parte de la literatura hispano-filipina o simplemente de la literatura española de temática filipina. No obstante, la obra que sigue siendo más importante para conocer esta literatura es Letras en Filipinas del antiguo embajador de España en el país Pedro Ortiz Armengol.
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Las primeras obras de temática filipina
La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina José Antonio Montero Vidal ( ) José Antonio Julián Montero y Vidal fue un escritor y político español nacido en Gérgal (provincia de Almería, Andalucía) en 1851 y fallecido probablemente durante la primera mitad del siglo XX. Ocupó diversos cargos en las colonias de Filipinas y Cuba, y escribió abundantemente sobre aquellas. Obra José Montero y Vidal desarrolló una obra ensayística y literaria centrada en la historia, geografía y etnografía de las Filipinas, ámbito en el que destacó como uno de los mayores especialistas del último tercio del siglo XIX; no en vano fue miembro correspondiente de la Real Academia de Historia. -Cuentos filipinos 1ª ed., Madrid, ª ed., Madrid, págs. Con títulos como "Enriqueta" o "El payo de Chang-Chuy". -La bolsa, el comercio y las sociedades mercantiles. Madrid, eds. 262 págs. -El cólera en Madrid, eds. 144 págs. -El archipiélago filipino y las islas Marianas, Carolinas y Palaos. Su historia geográfica y estadística. Madrid, eds. 512 págs. 2 mapas. -Historia general de Filipinas desde el descubrimiento de dichas islas hasta nuestros días. Madrid, eds. 606 págs. -Historia de la piratería malayo-mahometana en Mindanao, Joló y Borneo. Madrid, eds. -Obras: novelas cortas, monografías, artículos literarios, poesías, retrato del autor
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Las primeras obras de temática filipina
La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Antonio García del Canto ( ) Militar y escritor español nacido en Oviedo en 1823. Ingresó muy pronto en el ejército, y en 1866 fue a Filipinas como nuevo gobernador político y militar de Davao. Bajo su gobierno se construyeron allí distintos edificios como la Casa consistorial, además de cuarteles, muelles y otros edificios civiles. En 1872 se hallaba en Madrid trabajando para el Ministerio de la Guerra y fue propuesto secretario general de gobierno civil por Fernández de Córdoba dado el gran conocimiento que tenía de Filipinas, desempeñó el cargo con acierto, pero debido a desavenencias con el Capitán General de Filipinas, dimitió del puesto. Se le concedió la cruz de San Fernando (a los 22 años), la cruz y placa de San Hermenegildo, la cruz del Mérito Militar y la encomienda de Isabel la Católica. Fue también un muy prolífico escritor que, a parte de colaborar en numerosos periódicos, alcanzó su mayor éxito con novelas de tipo folletinesco. Murió en Salamanca en 1886.
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La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Antonio García del Canto ( ) Alguna de sus obras sobre Filipinas disponibles en la Biblioteca Digital Hispánica: Misterios de Filipinas : novela original de Antonio García del Canto. 1859 España en la Oceanía : estudios históricos sobre Filipinas : proyecto de conquista y colonización de Mindanao : guía del viajero desde Madrid o Cádiz a Manila por el Istmo de Suéz y por el Cabo de Buena Esperanza Los terremotos de Manila : estudios históricos sobre los grandes terremotos que han tenido lugar en el archipiélago filipino, desde su descubrimiento por Magallanes hasta el 5 de junio de El misionero : leyenda religiosa. 1873 Los piratas de Filipinas : novela histórica
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La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Francisco de Mas y Otzet Don Francisco de Mas y Otzet estuvo en Filipinas en el último tercio del siglo XIX, donde fue secretario de la Sociedad de Amigos del País de Manila, y aprovechó su estancia en el archipiélago para escribir un largo poema sobre uno de los parajes naturales más espectaculares de la isla de Luzón: el volcán de Taal. Según cuenta Mas y Otzet en la "Advertencia" inicial a El volcán de Taal (Madrid, 1885), su pretenesión no fue la de escribir un poema descriptivo. "Si ha adoptado esta forma -dice el autor en tercera persona-, ha sido solo para llamar la atención sobre este foco volcánico de Filipinas... por lo que encarece la lectura de las notas, más importantes, en su concepto, que el poema, y eso que no son más que ligerísimas indicaciones". Hechas públicas sus intenciones, de la lectura de El volcán de Taal se deduce, en efecto, que Mas y Otzet no es un gran poeta -con antelación había escrito un poemario en catalán, Flors boscanas (1866. Las notas ocupan 17 páginas de letra menuda y se refieren a cuestiones históricas, geográficas y geológicas. Sin embargo, ni siquiera ese esfuerzo explicativo, en el que el autor había puesto sus esperanzas, se vio recompensado. W. E. Retana, en su Epítome de la bibliografía general de Filipinas (1898) afirma al respecto: "Al final unas notas eruditas plagadas de errores". Por su parte, Trinidad H. Pardo de Tavera (Biblioteca Filipina, 1903) las califica de "muy escaso interés", y en cuanto al encarecimiento de su lectura hecho por el autor simplemente dice: "¡Sin comentarios!". Publicado por Jorge Ordaz ( Enlace a la obra original en la Biblioteca Digital Hispánica: El volcán de Táal : poema
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La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Ventura F. López Ventura Fernández López nació en 1886 en Bárcena de Pie de Concha (Cantabria). Presbítero, su vida trascurre la mayor parte de su vida en Toledo donde se desarrolla su actividad literaria en varios géneros, como el ensayo, la novela, el teatro o la poesía. La relación de sus obras es la siguiente: Las novelas "El filibustero" (1893) y "Los niñongos" (Toledo, 1898). Los sonetos "Teologales" (Madrid, 1895), el poema "Un sueño" (1897), el canto épico "La Rota" (Toledo, 1901), el ascético "Práctica de la vida espiritual" (1902), el drama "Don Quijote y su escuela" (1905), el estudio "Homenaje a Toledo con motivo de la transición de los restos de Garcilaso de la Vega" (Toledo, 1900), y otras obras como "Apuntes de arqueología y bellas artes" y "Sonatas sin conocer" que escribió con el seudónimo de "F. Venzel Pronta" y "las basílicas de los concilios" (1915), además de muchas colaboraciones y opúsculos en la prensa. Enlace a la obra original en la Biblioteca Digital Hispánica: El filibustero : (novela corta Filipina)
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La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Antonio Chápuli El último novelista al que haremos referencia es el alicantino Antonio Chápuli Navarro. Estuvo durante varios años en Filipinas y a su vuelta se trasladó a Madrid, donde publicó la práctica totalidad de su obra. Tras unos comienzos poco prometedores que tienen como fruto el volumen titulado Ocios literarios (Madrid, 1887) -donde incluye folletines, cuentos, cuadros costumbristas y poesías destinadas al álbum de alguna señorita-, Antonio Chápuli escribe una novela un tanto exótica dentro de la narrativa de la época: Pepín (Madrid, 1892). El título no invita al exotismo, pero sí la narración de las peripecias de un joven burócrata en Filipinas . Pocas novelas españolas de la época se centran en el mundo colonial, pero la experiencia personal de Antonio Chápuli le llevaría a hilvanar una serie de cuadros costumbristas filipinos que -sin revestimiento novelístico- reeditaría en El autor define así su obra: «En honor de la verdad, Pepín tiene la menor cantidad posible de novela. No es ni más ni menos que un conjunto de cuadros sueltos, que podrían muy bien vivir independientes y que, coleccionados en un libro, forman el proceso histórico de un tipo vulgar» (p. 12). La literatura en Alicante: De la Restauración al 98 / Juan A. Ríos Carratalá Enlace a la obra original en la Biblioteca Digital Hispánica: Pepín : (novela)
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Las primeras obras de temática filipina
La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Patricio Montojo ( ) Patricio Montojo y Pasarón (Ferrol, La Coruña, 7 de septiembre de Madrid, 30 de septiembre de 1917) fue un almirante de la Marina española. Miembro de una de las más importantes sagas de marinos de los siglos XIX y XX. Célebre por su participación en la batalla de Cavite en 1898, decisiva en la guerra hispano-estadounidense. Fue autor de una novela de carácter marino en la que parte de la acción transcurre en Filipinas: León Aldao. Enlace a la obra original en la Biblioteca Digital Hispánica: León Aldao : novela marítima
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La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Juan José Pérez Alonso El propio autor reconoce en el prólogo su escasa fama: Nada podrá decirte mi firma obscura... Soy masa literaria... sin levadura; Soy... un pobre coplero, vulgo poeta, Sin fama, ni prestigio, ni una peseta... Que, desgraciadamente, no tengo cura. Como no tengo á nadie que me presente A tí..., sin más ambages, yo me presento, Que, aunque viejo aún no sea, con edad cuento Para salir del paso decentemente, Y quiero ser contigo fino y atento. Enlace a la obra original en la Biblioteca Digital Hispánica: Cavite o Cantos de la derrota : (ensayo poético)
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La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Ximeno Ximénez (Alberto Díaz de la Quintana) Al parecer el verdadero nombre del autor de Siluetas filipinas es Alberto Díaz de la Quintana, del que no he podido encontrar mucha más información. Fue, al parecer, periodista en Filipinas durante algunos años, siendo redactor de El Diario de Manila y El Comercio, así como del semanario cómico Manila alegre. Ximénez, Ximeno. Siluetas filipinas. 3ª ed. Madrid, Lib. de Robles, p. Acceso directo en la Biblioteca Digital Hispánica:
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La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Elena Sánchez de Arrojo No he podido encontrar más datos de esta autora que lo que aparece en el prólogo de la obra que tenemos en la biblioteca del Instituto Cervantes: El padre Mabuti. Esta es la información que proporciona: «A la colonia filipina. Si el largo tiempo de mi permanencia en el hermoso país filipino, donde pasé los más venturosos años de mi vida, entre amigos cariñosos y consecuentes, tanto como jamás volví a tener, no justificaran mi cariño y mis recuerdos, bastaría para mantenerlos en mi alma pensar que allí nacieron mis tres hijos, y allí dejé enterrado, en el hermoso templo de S. Agustín, a mi marido. Quise, en este pobre cuento mío, enlazar con la trágica historia de un Religioso y el recuerdo de un moro joloano sentenciado a muerte, a quien asistí en sus últimos momentos, algunos otros de las costumbres de aquel país para mí tan simpático, para mí tan querido… Tejidos van, historia y recuerdos con la inhabilidad mía, pero tejidos fueron para ofrendarlos modestamente como testimonio de cariño a los filipinos, paisanos de mis hijos, y a cuya benevolencia se encomienda.» El padre Mabuti / por Elena Sánchez de Arrojo. Madrid: Imprenta de Cleto Vallinas, 1915
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La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Jaume Molgosa i Valls Jaume Molgosa i Valls (Barcelona, Barcelona, entre l'1 i el 14 de setembre [1] del 1907) fue un actor, director de teatro y dramaturgo catalán. Provenía de una familia artística. Entre los años 1860 y 1895 actuó habitualmente en diversos teatros barceloneses, normalmente en papeles cómicos. Fue también autor de una gran cantidad de comedias, que estrenó él mismo, de un nivel más bien discreto. Algunas fueron impresas, pero muchas quedaron inéditas o se han perdido. Tuvo su propia compañía de revista con la que representó por pueblos de Catalunya (Vilanova i la Geltrú, 1884 y 1905; Caldes de Montbui, 1900). Entre sus obras se pueden destacar las comedias Un bateig a cops de punys (1885) y Conseqüències de l’Electra (1902) -quizá su obra más conocida- y el drama Blanca Monnier, o la secuestrada de Poitiers (1901). També adaptó para la escena catalana óperas como Les Huguenots de Meyerbeer o Die Jungfrau von Orléans de Schiller, así como pequeñas obras teatrales de originales castellanos o franceses. Valls, J. M. Filipinas por España; drama en 5 actos y en prosa. Estrenado con espontáneo y brillante éxito en el Teatro Circo Barcelonés, la noche del 6 de junio de Barcelona, Imp. de Pujol, p. (Biblioteca de´l Periodich lo Teatro Catala).
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La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Felipe Trigo Nacido en Villanueva de la Serena, en el seno de una familia de clase media con dificultades económicas por la temprana muerte del padre, Felipe Trigo cursó la carrera de medicina. Tras licenciarse ejerció como médico titular en los pueblos pacenses de Trujillanos y Valverde de Mérida, circunstancia biográfica que novelizaría en El Médico Rural. Hastiado de la vida rural, entró por oposición en el Cuerpo de Sanidad Militar. Su primer destino fue Sevilla, donde comenzó su actividad periodística que ya había intentado en Madrid. De Sevilla pasó a Trubia, como médico de la fábrica de armas. Años después marchó voluntario a unas Filipinas en plena rebelión. Destinado como médico en Fuerte Victoria, en realidad un destacamento de prisioneros tagalos, estuvo a punto de perder la vida durante una escaramuza. Los sublevados le asestaron no menos de siete machetazos, dejándolo por muerto. Trigo, sin embargo, consiguió huir a campo través, en espantosas condiciones. Con una mano inutilizada, fue repatriado como mutilado de guerra, con el grado de teniente coronel. La prensa le recibió como "el héroe de Fuerte Victoria" y llegó a ser propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando. Rechazando la posibilidad de capitalizar políticamente su celebridad, en 1900 se retiró del Ejército y fijó su residencia en Mérida para dedicarse en exclusiva a la literatura. El éxito arrollador de su primera novela, Las ingenuas, en la que relata su dramática peripecia filipina, le convirtió en un auténtico best seller, tanto en España como en América; le permitió llevar una vida de lujo, a caballo entre su Extremadura natal y su chalé de la Ciudad Lineal madrileña, y le dio acceso a los círculos sociales más selectos, ganándose fama de gran señor, dandi y donjuán. En menos de quince años, publicó diecisiete novelas, varias novelas cortas (en las célebres y popularísimas colecciones El Cuento Semanal, primero, y La Novela Corta, ya al final de su vida) y varios relatos, todos ellos con gran acogida del público. En pleno apogeo de su popularidad, el 2 de septiembre de 1916 Felipe Trigo acabó de un tiro con su vida, siendo enterrado en el cementerio de Canillejas.
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Las primeras obras de temática filipina
La imagen de Filipinas en la literatura española Las primeras obras de temática filipina Felipe Trigo Su primera novela, Las ingenuas, al parecer está ambientada en las Filipinas, pero no he podido leerla. De ámbito filipino será también Del frío al fuego : (ellas a bordo) en la que se narra un viaje en barco desde Barcelona a Manila. «El capitán de Artillería Andrés Serván, destinado a combatir en la guerra de Filipinas, viaja de Barcelona a Manila a bordo del buque Conde de Reus. A lo largo del mes en que dura la travesía, Andrés nos descubrirá a sus compañeros de viaje, entre los que surgirán desencuentros, nuevas amistades y romances. Situaciones cómicas, absurdas, que el autor intercala con el descubrimiento de un nuevo mundo para los protagonistas, a un ritmo trepidante. «Trigo defiende en sus novelas la ética del amor libre, de la igualdad de la mujer y del hombre en materia de amor. Sus teorías sociales, su moral y su estética se apoyan sobre las leyes naturales, que él consideraba desvirtuadas y deformadas por la civilización (...)» Enlace en Cervantesvirtual: Del frío al fuego : (ellas a bordo) novela / Felipe Trigo; ilustraciones de F. Mota
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Los años del silencio Desde la década de los 20 hasta aproximadamente los años 70 no hay prácticamente obras de temática filipina, si exceptuamos naturalmente la obra de Adelina Gurrea, domicialada en Madrid pero a la que considero autora hispanofilipina más que peninsular. Haremos por tanto referencia solo a un par de obras publicadas durante estos años. Si se le pregunta a un español sobre Filipinas, sin duda una de las primeras cosas de las que hablará es de Los últimos de Filipinas, película famosísima de los años 40. La película está basada en diversas obras que provocaron una cierta confusión en la que no entraremos ahora. Baste decir que consta como guionista Enrique Llovet a partir de un texto anterior suyo. Dado el éxito de la película, años después publicaría una versión literaria con el mismo título aparecida en la colección La novela del sábado. Nos referimos por último a una novela de un autor muy poco conocido, Antonio Alcalá López, del que se puede encontrar más información en Alcalá López, Antonio. Bajo el cielo filipino (novela). Barcelona, Editorial Juventud, p.
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El “mini-boom” contemporáneo
La imagen de Filipinas en la literatura española El “mini-boom” contemporáneo Lorenzo Mediano Lorenzo Mediano (Zaragoza, 1959), es médico y ha ejercido la medicina en apartados valles del Pirineo. Durante quince años, ha sido instructor de supervivencia, y fue el autor del primer libro sobre esta materia que se editó en España, obteniendo una gran acogida del público, con más de ejemplares vendidos (Supervivencia en la naturaleza, 1983). Ha alternado la publicación de libros sobre naturaleza (Vivir en el campo, 1987) con publicaciones técnicas dirigidas a médicos (El burnout en los médicos: causas, prevención y tratamiento; El dolor en reumatología) Durante las noches pirenaicas, se formó como narrados de relatos orales, uno de los cuales constituyó la base de su primer libro de ficción (La escarcha sobre los hombros, 1998), que ha alcanzado su sexta edición. Le siguieron Cuentos de amor imposible (2000) y la novela histórica Los olvidados de Filipinas (2001), basada en hechos reales. Con El secreto de la diosa (Editorial Grijalbo, 2003), se adentra en una emocionante aventura prehistórica y explora un universo donde imperan las creencias mágicas. Al mismo tiempo, ofrece una estimulante reflexión sobre el eterno conflicto entre hombres y mujeres.
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El “mini-boom” contemporáneo
La imagen de Filipinas en la literatura española El “mini-boom” contemporáneo Lamentablemente, queridos lectores, no puedo contar toda la verdad sobre la génesis de esta obra. Diré, solamente, que es una novela que escribí en homenaje a mi abuelo, que vivió una vida de lo más aventurera. Lo que más me costó fue hacer accesible (y comprensible) la mentalidad de fin de siglo XIX para los lectores actuales, sin falsearla. Y no revelo más. Durante la escritura de esta obra y tras su publicación, hubo de todo: traiciones, mentiras, espionaje... Incluyendo el intento de robo de ciertos documentos en el Archivo del Ejército por parte de la embajada de un país extranjero, documentos que podrían dar pistas acerca de un tesoro perdido por aquella época. Y pillaron a los ladrones, lo cual se silenció para evitar un serio incidente diplomático. Si me lo hubiesen preguntado, yo les podría haber dicho lo que sucedió con aquel tesoro. En fin, gracias a ese incidente, ahora el Archivo del Ejército está mejor vigilado. ¡A lo mejor, algún día escribo una novela sobre cómo se escribió esta novela! La primera edición tuvo lugar en enero de 2001, y han tenido lugar dos ediciones más. Lorenzo Mediano
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Pedro Ortíz Armengol ( ) Former Spanish ambassador to the Philippines. He was also known as a distinguished writer, historian, traveller and Philippine scholar. Ortiz Armengol was known to Filipinos for his book Intramuros de Manila: de 1571 hasta su destruccion en 1945, which was published in Madrid by the Ediciones de Cultura Hispanica in Because of this landmark book, he is considered as the primary Spanish scholar on the history and urbanity of Manila. He was a true Madrileño, born in its city center in Calle San Luis. In Spain he grew in fame as the primary scholar of Spanish literary great Benito Perez Galdos, a novelist whom he championed and positioned against other international authors Charles Dickens and Honore de Balzac. Ortiz Armengol strongly believed that Perez Galdos was the second most important Spanish writer of all time, after Miguel Cervantes. He published his masterful and voluminous biography of Galdos in The following year Ortiz Armengol's work was accorded the highest distinction when the Real Academia Española awarded it the Premio Fastenrath, its highest literary award. He also wrote on a diversity of subjects, ranging from Pio Baroja, Leandro Fernandez de Moratin, Jose Rizal, and the Generation of '98. He served as a Spanish diplomat in London, Washington D.C., Paris, Lisbon, and Manila.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Pedro Ortíz Armengol ( ) Pedro Ortiz inició una colección titulada Historias viejas de Manila en la que publicó un par de obras: Dolores Armijo, en la que se refleja la realidad de la colonia hacia , y Pasyon filipina del hermano Pulé, obra que trata de la rebelión tagala ocurrida en la región de Tayabas en , la sostenida por Apolinario de la Cruz, relato basado en documentos poco conocidos o inéditos.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Manuel Lozano Leyva (1949) Manuel Luis Lozano Leyva (Sevilla, 1949) es un físico nuclear, escritor y divulgador científico. Desde 1994 es catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear en la Facultad de Física de la Universidad de Sevilla. Es autor de varias novelas históricas ambientadas en el siglo XVIII como El enviado del rey (Salamandra, 2000), donde reconstruye la vida cotidiana del setecientos en una trama centrada en torno a las minas de mercurio de Almadén, Conspiración en Filipinas (Salamandra, 2003) y El galeón de Manila (Ediciones B, 2006); asimismo ha escrito La excitación del vacío (Diagonal, 2003), ambientada en tiempos actuales. Como divulgador científico ha publicado obras como: El cosmos en la palma de la mano (Debate-Mondadori 2003), De Arquimedes a Einstein: Los diez experimentos más bellos de la historia de la física (Debate-Mondadori, 2005), Los hilos de Ariadna: diez descubrimientos científicos que cambiaron la visión del mundo (Debate-Mondadori, 2007), Nucleares, ¿por qué no? (Debate, 2009) y ha realizado una serie de divulgación científica de trece capítulos para televisión, Andaluciencia.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Manuel Lozano Leyva (1949) Cumplida su misión de resolver el caso de las minas de azogue de Almacén, tema de "El enviado del rey", don Álvaro de Soler, hombre de plena confianza del marqués de la Ensenada y soldado curtido en varias batallas de ultramar, embarca rumbo a Filipinas con una nueva misión. Luego de una larga travesía marítima, don Álvaro llega a la colonia en el año 1754, cuando la situación política y social en Filipinas empieza a hacerse insostenible. El marqués de Ovando, gobernador de las islas, planea la expulsión masiva de los sangleyes gentiles, chinos no conversos que dominan la actividad económica. El marqués de la Ensenada encomienda a don Álvaro infiltrarse en el hermético y poderoso círculo de los sangleyes para descubrir sus verdaderos propósitos.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Manuel Lozano Leyva (1949) Año Un galeón español parte de Manila rumbo a Acapulco cargado de objetos valiosos. La precariedad de su sistema defensivo favorece que los piratas holandeses y los cham intenten apoderarse de su cargamento: estos porque creen que desde este modo reemprender la reconquista de su pueblo; aquellos, por simple codicia. Todo en la travesía del San Venancio es anormal y parece prefigurar las desgracias que se avecinan.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Jorge Ordaz (1946) Jorge Ordaz nació en Barcelona en Desde 1972 reside en Oviedo, donde es profesor de Petrología y Geoquímica en el Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, e investigador titular del Instituto Universitario Feijoo del Siglo XVIII. Miembro fundador de la Asociación de Escritores de Asturias. Ha publicado principalmente narrativa (relatos y novela). Finalista del premio Herralde de novela (1985) con Prima donna, y del premio Nadal (1993) con La Perla del Oriente. Ha publicado también traducciones poéticas y diversos textos narrativos en antologías y libros colectivos. Ha colaborado en periódicos (La Nueva España, La Voz de Asturias, El Comercio) y revistas culturales (Los Cuadernos del Norte, Ábaco, Pretexto, Letras Libres, Clarín, Pembroke Magazine…) y participado en coloquios y encuentros literarios.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Jorge Ordaz (1946) La Perla del Oriente, narra en primera persona la historia de Claudio Castellá, marinero español nacido en 1854 y afincado en Manila que se ve involucrado en una trama de espionaje filipino hacia El narrador nos hace partícipes de su historia, desde los tiempos de su infancia en que decidió hacerse marino hasta las extrañas circunstancias que le condujeron a su huida hacia las islas Marianas. Nuestro protagonista se convertirá en alumno de la última promoción de la Escuela Náutica de Arenys de Mar y, tras múltiples peripecias, se convertirá en capitán de la fragata Perla del Oriente, dedicada al comercio con Filipinas. De 1883 a 1885 recorre la ruta comercial sin problemas hasta que la Perla del Oriente se avería y queda definitivamente obsoleta a consecuencia de una tormenta y… de la pujante competencia de los buques de vapor. Termina en Manila y se ve inmerso en una trepidante trama de espionaje conducente a desenmascarar al temible Kalipulako, supuesto cabecilla de la organización secreta Katipunan.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Jorge Ordaz (1946) En la estela de La Perla del Oriente pero en clave juvenil, Jorge Ordaz publicó posteriormente Perdido edén. El protagonista, Javier Villaamil, evoca sus años de adolescencia en Filipinas de 1896 a 1899. Nuestro joven héroe pronto encontrará amigos españoles como Alejandro, Eduardo, Quinti… y también amigos filipinos como su kapatid (hermano) Pitoy y la hermosa y joven Máriang. A los ojos del joven protagonista, recorreremos las calles, barrios y haciendas de la floreciente colonia. De su mano, entraremos también en una serie de averiguaciones sobre una peligrosa trama de conspiradores vinculada al independentista Katipunan.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Jorge Ordaz (1946) 1941. Tras el bombardeo de Pearl Harbor, las tropas japonesas desembarcan en Filipinas ocupando la ciudad de Manila. Durante la Segunda Guerra Mundial la capital se convertirá en el campo de batalla que enfrentará a los americanos con el imperio nipón y que culminará, en 1945, con el fin de la ocupación japonesa. Pero no a cualquier precio. Miles de muertos de ambos bandos, una ciudad devastada por el fuego de los bombardeos y la sangrienta masacre civil dan testimonio de la implacable brutalidad de la guerra. Con este trasfondo histórico Jorge Ordaz nos presenta una intriga, a modo de thriller de espionaje internacional, en la que la realidad y la ficción conviven en feroz disputa. Intrigas y luchas de poder, dobles espías, asesinos a sueldo y empresarios sin escrúpulos participan en un juego de máscaras e identidades en el que nadie puede fiarse de nadie. Una trama que marcará a fuego la existencia de unos personajes dominados por la violencia y el afán de supervivencia.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Pedro Jesús de la Peña (1944) Pedro Jesús de la Peña de la Peña (Reinosa, Cantabria, 1944) es un escritor y profesor universitario español. Es doctor en Filología y licenciado en Ciencias de la Información. Desde 1982 es profesor del Departamento de Filología Española de la Facultad de Filología de la Universidad de Valencia, donde imparte asignaturas referentes a la literatura española de los siglos XVIII y XIX. Es también coordinador del departamento de literatura de la escuela privada católica CEU-San Pablo (Moncada, Valencia). Es autor de varias novelas y libros de poemas, así como de trabajos académicos sobre literatura. Ha recibido distintos premios por su obra literaria. Como historiador de la literatura, ha trabajado particularmente la poesía de los siglos XIX y XX y la obra de diversos escritores valencianos en lengua castellana: Vicente Blasco Ibáñez, Miguel Hernández, Azorín, Juan Gil-Albert, entre otros. También ha estudiado la obra de José Hierro. Obtuvo el Premio Valencia de Poesía. Pertenece por fecha de nacimiento al grupo poético de los Novísimos.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Pedro Jesús de la Peña (1944) En la segunda mitad del siglo XVI, un grupo de marinos, soldados y misioneros – la mayor parte de los cuales era de origen vasco – salieron desde México bajo el mando del Adelantado Miguel López de Legazpi,cuya mission para conquistar las isles Filipinas incluía el ensanchamiento de los dominios del Rey Felipe II. Estos hombres cruzaron mares, bosques e islas. Lucharon por la transformación de la hostilidad de los nativos para lograr un paz duradera. Estos hombres son los protagonistas de una aventura sin comparación, y en muchos de cuyos casos se vieron seducidos por las tierras de los lugares a los que habían sido enviados a conquistar. En “Los Primeros de Filipinas”, Pedro J. de la Peña transforma las crónicas en aventuras, la épica en poesía lírica y la historia en episodio, a través de una novela apasionante que consiguió la 8ª edición del Premio de Novela Ciudad de Salamanca.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Inma Chacón Fue hermana gemela de la también escritora Dulce Chacón, ya fallecida. Se licenció y doctoró en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid, y ha sido profesora en la Universidad Europea, en la que ha sido decana de la Facultad de Comunicación y Humanidades, y fundadora y directora de la revista Binaria: Revista de Comunicación, Cultura y Tecnología, dentro de la misma. Es profesora de la Universidad Rey Juan Carlos I en Madrid, y colabora en periódicos y revistas tales como El País, El Mundo o el Periódico de Extremadura, además de participar en tertulias radiofónicas. En 2011 quedó finalista del Premio Planeta gracias a su novela, Tiempo de arena. Obras La princesa india, novela, Alfaguara, 2005 Alas, poemario, Ellago, 2006 Urdimbres, poemario, Ellago, 2007 Las filipinianas, Alfaguara, 2007 Nick, novela juvenil, La Galera, 2011 Antología de la herida, poemario, Musa a la 9, 2011 Tiempo de arena, novela, Planeta, 2011 Mientras pueda pensarte, novela, Planeta, 2013
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Inma Chacón Una saga de mujeres aristócratas con unas vidas marcadas por el viaje. Manila, Alejandría, Palma de Mallorca y Toledo se convertirán en escenario de la evolución de tres hermanas, que llegarán a Manila arrastradas por el sueño de su padre. En un clima de tensiones políticas, estas mujeres lucharán por encontrar el hueco que las defina a sí mismas, en la masonería, en la familia, o en la sociedad clasista de la segunda mitad del siglo XIX, pero, sobre todo, en un país bello y a la vez hostil que las cambiará para siempre. Inma Chacón construye con minuciosidad una novela histórica que nos traslada a los olores y sinsabores de una época difícil en la que España se enfrenta a la pérdida de sus colonias.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Manena Munar Estudié periodismo. Hablo inglés, francés y polaco. Vivi en Filipinas durante años y allí escribí mi primer libro mientras trabajaba como free lance en Manila y Hong Kong donde hice varias exposiciones fotográficas. Escribí , ya en España, el guión del corto" ASI FUE " dirigido por Jorge Alfonso Munar. Actualmente trabajo como free lance (texto y fotos) para periódicos y revistas . He publicado una novela sobre Filipinas titulada “Y Soplará el Amihan”, terminado el manuscrito de la novela sobre Polonia en los años 80: “Sol de Invierno” y estoy a punto de finalizar mi tercera novela “Parece que va a abrir”.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Manena Munar A través de los hojos de Beatriz, una española que decide viajar a Filipinas para dentrarse en la vida y la muerte de un ancestro suyo en Negros, donde se encuentran las mayores plantaciones de caña de las islas, la novela nos sumerje en las costumbres, historia y creencias de la sociedad filipina de 1896, cuando la insurre cción filipina estaba en su máximo apogeo y Rizal fue ejecutado, poco antes de la pérdida de lasúltimas colonias españolas. Manena Munar muestra, además, y gracias a un hábil entramado una Filipinas actual muy diferente a de finales del siglo XIX.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Enrique V. García La historia de La soledad de Balmis es un homenaje a este personaje extraordinario, Francisco Xavier de Balmis, ilustre cirujano de Cámara del rey Carlos IV, que capitaneó la famosa Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de la Viruela que propagó por la colonias de España, sur y centroamérica, México, Filipinas y hasta C hina.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Jesús Ferrero (1952) Pasó su juventud en Pamplona, Barcelona, Ginebra, Madrid y París. En la Escuela de Altos Estudios de la capital francesa se graduó en Historia Antigua referida al mundo griego, a la vez que ejercía de portero de noche en el Hotel Marigni. Allí escribió su primera novela, Bélver Yin (1981), con la que obtendría el Premio Ciudad de Barcelona de 1982, y cuyo notable éxito de crítica y público, así como su corte con la tradición literaria española, la señalan como uno de los referentes más importantes de la nueva literatura de la España democrática.1 El crítico Rafael Conte la calificó en su momento como "la primera novela más sorprendente, espléndida y fascinante de los últimos lustros de la literatura española".2 En 1986, publicó su segunda novela, Opium, residiendo ya en Barcelona, ciudad donde también escribiría Lady Pepa, Débora Blenn, Alis el Salvaje, Los reinos combatientes, El secreto de los dioses, El efecto Doppler (Premio Plaza & Janés, 1990), y el relato Besos en tu suéter manchado de vino. Ferrero se trasladó en 1994 a Madrid, donde impartirá cursos en la Escuela de Letras de Madrid durante más de una década, y donde ha escrito el resto de su producción literaria desde las novelas Amador o la narración de un hombre afortunado.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Jesús Ferrero Jesús Ferrero vuelve con Las Fuentes del Pacífico (Siruela, 2008) a sus temas obsesivos, como la rivalidad entre hermanos o el lejano oriente que ya desarrollaba en su aclamada Belver Yin. Intrépida novela de aventuras en los mares del sur, tiene historias de marinos y piratas, los perfumes y misterios de los puertos de Oriente y de las mujeres hermosas, y un gusto por la narración de aventuras clásicas muy entretenido. La prosa está tamizada por una meditación poética y filosófica que dota a la aventura de un significado elevado, metáfora de la evolución de la civilización gracias al motivo de la masonería. Lo más sugerente del libro quizás sean sus reflexiones sobre la colonización española de Filipinas y Cuba, del rastro que, para bien o para mal, España dejó en el Pacífico y en las rutas comerciales del siglo XIX. Visto en
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Luis Leante (1963) Luis Leante (Caravaca de la Cruz, Murcia, 1963); escritor español que ha cultivado diversos géneros literarios: relato, teatro, novela, poesía, ensayo, artículo. También ha escrito guiones cinematográficos y algunos de sus relatos han sido adaptados al cine. Su obra ha sido traducida al inglés, alemán, italiano, francés, rumano, coreano, lituano, húngaro, ruso, croata, griego, letón, polaco, portugués, danés, turco, holandés, checo, esloveno, hebreo y chino. Publicó su primera novela, Camino del jueves rojo, a los veinte años. Esta novela corta es un drama rural que se desarrolla en la posguerra española, con el tema del estraperlo como telón de fondo. Después, sus temas se van universalizando y los escenarios se diversifican: Paisaje con Río y Baracoa de Fondo se desarrolla en Cuba; El canto del zaigú está localizada en el pequeño pueblo leonés de Valderas; La Luna Roja, en Estambul, Múnich y Alicante. Dentro de la novela ha tratado diversos géneros, desde la novela negra hasta la novela histórica: El vuelo de las termitas y La Edad de Plata. En 2007 ganó el Premio Alfaguara por su novela Mira si yo te querré. Aunque hasta entonces había publicado una decena de libros, fue esta novela la que lo dio a conocer al gran público y lo consagró como escritor.
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo En Cárceles Imaginarias se narran dos historias paralelas, por un lado, los movimientos anarquistas catalanes en la Barcelona del finales del XIX y primeros del XX con atentado mortal incluido y, por otro, la vida del narrador, Matías Ferré, bedel del Archivo Histórico de Barcelona, un hombre humilde, tocado por la desgracia, pero al mismo tiempo conmovedor y lleno de ternura que siempre encuentra un ángel, a veces masculino y a veces femenino, que lo rescata del pozo. Ezequiel Deulofeu, anarquista procedente de una familia aburguesada, es el personaje central en torno al cual se va tejiendo una trama de intrigas, persecuciones y huidas. Tras romper con la familia, se ve obligado a huir y envuelto en mil peripecias y peligros, acaba en Filipinas. Pero tampoco la estancia en Filipina va a ser definitiva, pues de allí, en barco de nuevo, lo veremos poner rumbo a Valparaíso, donde se va a ver envuelto en una nueva serie de asechanzas e intrigas. Luis Leante (1963)
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo Félix Blanco Félix Blanco Sánchez nació en Coviella, Cangas de Onís el 18 de Diciembre de 1949 y reside actualmente en Fráncfort. Es licenciado en Filosofía y Letras (Universidad de Oviedo). Tesis Historia del Arte Contemporáneo: “Antonio López García y su obra”. Desde 1984 profesor de español en Argel y Toulouse. Jefe de Estudios del Instituto Cervantes en Manila y actualmente en París. Participación como ponente en Congresos relacionados con la lengua y la cultura españolas (Zacatecas, Manila, Argel, Nueva Delhi, Kuala Lumpur, Taipei, Niza, París, Valenciennes, Caen). Colaborador en revistas y libros Antólogo de Lo último de Filipinas (poesía).
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La imagen de Filipinas en la literatura española El ‘mini-boom’ contemporáneo David Sentado
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