La Historia. La palabra Pentecostés es un termino griego que significa literalmente cincuenta. Cuando se habla de Pentecostés se quiere hacer referencia.

Presentación del tema: "La Historia. La palabra Pentecostés es un termino griego que significa literalmente cincuenta. Cuando se habla de Pentecostés se quiere hacer referencia."— Transcripción de la presentación:

1 La Historia

2 La palabra Pentecostés es un termino griego que significa literalmente cincuenta. Cuando se habla de Pentecostés se quiere hacer referencia a los 50 días después de la Pascua de Resurrección del Señor Jesús, para conmemorar la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.

3 La fiesta de Pentecostés era, originariamente una fiesta cananea, es decir, celebrada por las tribus que habitaban en Canaán, la tierra que Dios entrego a su pueblo de Israel. En ella se festejaba el inicio de la cortada del trigo; por esta razón, en el Antiguo Testamento se le llama también con otros nombres: fiesta de la siega o fiesta de las primicias, o bien, fiesta de las semanas. Estas apelaciones revelan el sentido original de esta fiesta de agricultores (no de pastores como la Pascua), celebrada al final de la cosecha del trigo, siete semanas después de la fiesta de los asimos.

4 El nombre de Pentecostés se debe a que el primer día de la fiesta de los asimos coincidía con el día de la Pascua; de modo que la fiesta de las semanas caía 50 días más tarde. Sin embargo, fue solamente a partir del siglo II a.C. que comenzó a ser llamada así: fiesta de Pentecostés, tal como lo encontramos en la Biblia griega (Tb 2,1; 2Mc 12,32). Puede decirse que solo hasta entonces perdió su significación agraria, es decir, dejo de ser la fiesta de la cosecha del trigo después de las siete semanas que duraba, más o menos, la recolección de la cebada, y adquirió un significado mas específicamente religioso.

5 Así es como la fiesta cananea se hizo hebrea, al ponerse en relación con los acontecimientos del Sinaí, con lo cual Pentecostés empezó a ser considerada como la fiesta de la Alianza, que conmemoraba las grandes alianzas del pasado y especialmente la del Sinaì, para pasar finalmente para celebrar mas concretamente el don de la ley. De esta manera Pascua y Pentecostés muy pronto quedaron unidas en el calendario litúrgico de Israel. La razón es muy clara: la Liberación de Egipto y la donación de la Ley Divina habían marcado el nacimiento de Israel como pueblo de Dios.

6 Nada extraño, pues, que Lucas haya hecho coincidir, a nivel narrativo, el día del Pentecostés judío con el don del Espíritu Santo a los apóstoles. Esta coincidencia, que difiere por ejemplo de la narración teológica del Evangelio de Juan (Jn 20,22), según el cual el Espíritu se les dió a los discípulos la misma tarde del día de Pascua, debe tener su importancia.

7 Esto significa que para entender bien la fiesta del Pentecostés cristiano, hay que leerla a la luz del Don de la Ley en el Sinaí: lo mismo que Moisés subió hasta Dios para recibir allí la Ley, transmitiéndola luego al pueblo, también Jesús Resucitado subió hasta el Padre, para dar su Espíritu a los hombres: exaltado por la diestra de Dios, (Jesús) ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y ha derramado lo que ustedes ven y oyen (He 2,33). Parece, ser, que Lucas aplica a Cristo y al don de su Espíritu lo que el Pentecostés judío aplicaba a Moisés y al don de la ley.

8 Así mismo, si los acontecimientos del Sinaí habían marcado el nacimiento del pueblo de Israel como pueblo de Dios, hay que ver en Pentecostés el nacimiento de la Iglesia como nuevo pueblo de Dios.

9 Esta interpretación hace del Pentecostés cristiano la realización de las esperanzas de Israel y de las promesas hechas por los profetas (Ez 36,24-48; Ji 3,1-5), que anunciaban la efusión del Espíritu Santo sobre el conjunto del pueblo de Dios, representado en los 12 apóstoles, dando lugar a un hombre nuevo motivado en su actuar no por una ley exterior a él, sino, impulsado por una ley interior, que es el Amor. Es lo que ordinariamente llamamos: caminar obedeciendo a las inspiraciones del Espíritu Santo. Consiguientemente surge una nueva sociedad que hace del Amor su nuevo y principal mandamiento: Un nuevo mandamiento les doy: que se amen los unos a los otros. Que como yo los he amado, así se amen también ustedes los unos a los otros. En esto conocerán todos que ustedes son discípulos míos: si se tienen amor los unos a los otros (Jn 13,34s).

10 Hecho este recorrido histórico es más fácil comprender el significado, profundo y definitivo de la fiesta de Pentecostés: Cristo resucitado, que ha sido exaltado a la derecha de Dios, hace de nosotros criaturas nuevas, mediante el don del Espíritu Santo.

11 Espíritu Santo, tal es el nombre propio de Aquel que adoramos y glorificamos con el padre y el Hijo. La iglesia ha recibido este nombre del Señor y lo profesa en el bautismo de sus nuevos hijos. El termino Espíritu en hebreo Ruah, significa soplo, aire, viento. Jesús utiliza la imagen sensible del viento para sugerir a Nicodemo la novedad trascendente del que es personalmente el Soplo de Dios, el Espíritu Santo. En San pablo se encuentran los siguientes apelativos: Espíritu de adopción, de Cristo, consolador, de verdad y en el nuevo testamento el Paráclito.

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14 El agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que, después de la invocación de l Espíritu Santo, esta se convierte en el signo sacramental eficaz del nuevo nacimiento: del mismo modo que la gestación de nuestro primer nacimiento se hace en el agua. De igual forma recibimos esta agua de Cristo crucificado que en nosotros se convierte en vida eterna.

15 El Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo. El profeta Elías que surgió como el fuego y cuya palabra abrazaba como antorcha. Jesús mismo lo manifiesta cuando dice: he venido a traer fuego sobre la tierra y como desearía que ya estuviera ardiendo. El Espíritu descendió en forma de lenguas de fuego y se poso sobre los apóstoles el día de Pentecostés.

16 La Nube y la Luz: estos dos símbolos son inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Ejemplos claro de estos símbolos son: Moisés en la montaña del monte Sinaí; Durante la marcha en el desierto; en la tienda de reunión; con Salomón en la dedicación del templo; sobre la virgen María en la anunciación; en el monte de la transfiguración cuando se escucha una voz desde la nube que decía: este es mi hijo amado; y la nube que oculta a Jesús de los ojos de los apóstoles en el día de la Ascensión.

17 La Unción: El simbolismo de la unción con el óleo también es significativo en el Bautismo. Cristo significa ungido del Espíritu de Dios y quien recibe la unción esta lleno del Espíritu Santo.

18 El Sello: Dios nos ha marcado con su sello. la imagen del sello indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu Santo en los sacramentos del bautismo, la Confirmación y del orden.

19 La Mano: Imponiendo las manos Jesús cura a los enfermos, bendice a los niños, mas aun en la imposición de manos de los apóstoles el Espíritu Santo nos es dado.

20 El Dedo: Por el dedo de Dios Jesús expulsa a los demonios. Si la ley de Dios ha sido escrita en tablas de piedra, por el dedo de Dios, la carta de Cristo, entregada a los apóstoles, esta escrita no con tintas, sino con el espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra sino en las tablas de la carne del corazón.

21 La Paloma: al fin del diluvio, la paloma soltada por Noé vuelve con una rama tierna de olivo en el pico, signo de que la tierra es habitable de nuevo. Cuando Cristo sale del agua del Bautismo, el Espíritu santo en forma de paloma baja y se posa sobre él.

22 Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera 12: caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad.

23 Don de Sabiduría: Nos da la capacidad de apreciar, valorar y saborear las cosas de Dios.

24 Don de Entendimiento: Nos ayuda a comprender lo que dios nos quiere comunicar a través de las verdades de la fe.

25 Don de Ciencia: Nos ayuda a conocer las verdades de la fe en forma coordinada y armónica. No hace ver la distancia y la cercanía entre nosotros y Dios.

26 Don de Consejo: Nos ayuda a tomar un juicio sensato, acerca de las cosas practicas de la vida cristiana. Nos aconseja y orienta en nuestra vida ordinaria.

27 Don de Piedad: Nos da la prontitud de agradar y obedecer a Dios. Nos hace rápidos para amar al prójimo y a Dios mismo.

28 Don de Fortaleza: Nos impulsa al apostolado con entusiasmo, nos ayuda a superar el desaliento, las incomprensiones, la critica abierta y demás obstáculos que impiden el trabajo en bien de Cristo y de los demás.

29 Don de Temor de Dios: es el temor que surge de la conciencia de ser una criatura ante la grandeza de Dios. También es el temor de estar lejos de Dios por causa del pecado, es el valorar entre lo que es bueno y lo que nos puede hacer caer en el pecado y alejarnos de Dios.

30 Sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, piedad, fortaleza, temor de Dios. La vida moral de los cristianos es sostenida por los dones del Espíritu santo.

31 Los carismas son gracias del Espíritu Santo que tienen una utilidad eclesial: los carismas están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien delo hombres y las necesidades del mundo Los carismas se han de acoger con reconocimiento. En efecto son una maravillosa riqueza para la vitalidad apostólica y para la santidad de todo el Cuerpo de Cristo.