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EL MURO DE LA VERGÜENZA El “muro de seguridad” que el Gobierno israelí construye en torno a Cisjordania y Jerusalén va a modificar radicalmente el paisaje.

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2 EL MURO DE LA VERGÜENZA

3 El “muro de seguridad” que el Gobierno israelí construye en torno a Cisjordania y Jerusalén va a modificar radicalmente el paisaje geográfico y político de Oriente Próximo. Edificando un vallado tres veces más alto y dos veces más largo que el muro de Berlín –que Alemania delEste llamaba “muro de la paz” y Alemania Occidental “muro de la vergüenza”-, Israel se va a anexionar unilateralmente una parte sustancial de Cisjordania y va a estrechar las barreras militares en torno a la ciudades palestinas, encerrando eficazmente de este modo a sus habitantes.

4 Durante la primera “intifada” (1987-1993) se había construido un primer muro, cuando el Estado hebreo rodeó esta parte del territorio con una barrera electrificada cerrada herméticamente. Esta construcción le permitió mantener su autoridad sobre sus dieciséis colonias, y, al mismo tiempo, controlar los movimientos de los palestinos. Actualmente, Israel mantiene su control sobre el 50% de Gaza y confina a sus 1.200.000 habitantes a un espacio apenas dos veces más grande que Washington DC.

5 A los palestinos de Cisjordania les espera el mismo destino que a los de Gaza. La primera etapa consiste en separa Israel de la mayor parte del norte de Cisjordania. La valla sigue las fronteras de 1967 y se anexionan numerosas colonias. Rodea estrechamente varios territorios clave palestinos y fragmenta otros: Zonas palestinas como Qaffin se ven privadas del 60% de sus tierras agrícolas, mientras que otras, como la ciudad de Kalkilia, no sólo se ven privadas de sus tierras, sino que la valla los separa tanto de Cisjordania como de Israel. Esta parte del muro cuesta al Gobierno israelí más de un millón de dólares por kilómetro y está reforzada por tabiques de hormigón de 8 metros, con torres de control cada 300 metros, zanjas con una profundidad de 2 metros, alambres de espino y carreteras de circunvalación.

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7 La primera parte de este muro “del Norte” se extiende sobre 95 kilómetros de Salem a Kafr Kassem y desembocará de paso en una anexión de 1,6 % de Cisjordania que incluye 11 colonias israelíes y 10.000 palestinos. El Estado hebreo proyecta incorporar esta zona a Israel de manera que, cuando las negociaciones sobre el estatuto final se reanuden, un paso atrás costaría tan caro desde el punto de vista político que esta incorporación será considerada como irreversible. Así pues, nos hallamos ante una estrategia para desplazar la Línea Verde.

8 La construcción del muro en torno a Jerusalén Este es aún más devastadora para las aspiraciones palestinas. Mientras que en el norte, el muro no se extiende nunca más allá de 8 kilómetros en el interior de las tierras, en Jerusalén, se adentra mucho más profundamente. Esta diferencia muestra que la lógica israelí varia según se trate del murto del norte o del de Jerusalén. Las aspiraciones mínimas de Israel, que corresponden a las propuestas formuladas en las reuniones de Camp David (julio de 2000) y de Taba (enero de 2001), demuestran que el Estado hebreo tiene la intención de conservar las colonias situadas en el norte y que se encuentran actualmente más allá del murto. Esto confirma, como lo reitera el primer ministro Ariel Sharon y el ministro de defensa Benjamín Ben Eliezae, que en esta región el muro no representa una frontera política. En cambio, en Jerusalén, su construcción refleja las aspiraciones israelíes y representa de este modo una frontera política.

9 Con el objetivo de consolidar su control sobre el Gran Jerusalén, el Estado hebreo concentra sus construcciones en esta región. En el “plan de circunvalación de Jerusalén” al que Sharon ha dado luz verde a principios de año, el muro debería seguir las fronteras de Jerusalén tal como los israelíes las habían definido tras la anexión de Jerusalén Este en 1967, e incluir además los dos grandes bloques de colonias de Givon y Adumin que se encuentran fuera del territorio anexionado.

10 Esta incorporación del Gran Jerusalén al Estado hebreo plantea numerosos y graves problemas, ya que desemboca en la incorporación de un gran número de palestinos, acentuando las contradicciones entre los imperativos de la demografía y los de la seguridad. Para resolver este problema, Israel trata de construir dos muros en torno a Jerusalén. El primero es una separación interna construida principalmente alrededor de las fronteras municipales definidas por Israel. El segundo será una separación externa en torno a los bloques de colonias, A diferencia de las fortalezas medievales, estos muros de Jerusalén se compondrán de una barrera electrificada, de una carretera de circunvalación y, en algunos lugares, de zanjas, tabiques de hormigón y detectores de movimiento.

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12 Los dos muros de presentan como un collar, formando una especie de hilo que en laza las colonias israelíes existentes y los emplazamientos militares. Se trata de unir colonias ya protegidas por cordones de seguridad y reforzar de este modo el control sobre todos los espacios que las separan.

13 De momento, Israel se centra en la construcción de barreras para separar las zonas israelíes de la población palestina. En el norte, Israel ha construido un muro que atraviesa la zona de Qalandia para disociar Jerusalén de Ramala. En el este, se ha levantado un tabique de hormigón a lo largo del monte de los Olivos para aislar las zonas palestinas de Abu Dis y de Asaría de Jerusalén. En el sur, un muro y una zanja separan Belén de Jerusalén y, además, entrañan la anexión de una parte considerable de las últimas tierras municipales palestinas. Israel se anexiona de este modo el lugar –sagrado tanto para los judíos como para los musulmanes—llamado de la tumba de Raquel que, sin embargo, está situado en el interior de Belén y bordeado por dos campos de refugiados.

14 Alentado por la ausencia de condena internacional de estas acciones, el alcalde Ehud Olmert prepara también la construcción de un muro alrededor de Kruf Aqab y del campo de refugiados de Qalandia. Situados en la parte norte de la municipalidad israelí de Jerusalén, los habitantes palestinos de esta zona disponen de permisos de residencia de Jerusalén y pagan impuestos, pero no tienen acceso a los servicios municipales. Al contrario, el “check point” de Qalandia limita sus posibilidades de entrar a Jerusalén. Además. Olmert tienen intenciones de construir un muro adicional para fragmentar zonas de Cisjordania, encerrando de este modo a sus habitantes en una prisión virtual.

15 Una vez acabado el muro, del Norte de Cisjordania a Jerusalén, el Estado hebreo habrá anexionado el 7% de la Orilla Occidental, que cuenta con 39 colonias israelíes y aproximadamente 290.000 palestinos, 70.000 de los cuáles no tiene oficialmente el derecho de viajar o de beneficiarse de servicios sociales israelíes cuando incluso Israel le ha suprimido todo medio de existencia en Cisjordania. Estos 70.000 palestinos de enfrentan a una situación de extrema vulnerabilidad y sin duda serán forzados progresivamente a emigrar. Si el muro se extiende hacia el sur hasta Hebrón, se estima que Israel habrá anexionado todavía el 3% adicional de Cisjordania.

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17 El Gobierno israelí construye el muro y extiende sus colonias sobre la base principal según la cuál “lo que se ha construido hoy, lo mantendremos mañana”. Aunque ésta sea contraria a la ley internacional, incluso a decenas de resoluciones de las Naciones Unidas, esta lógica ha sido legitimada al mismo tiempo por las negociaciones de Oslo (que no han previsto mecanismos para impedir las acciones contrarias a la búsqueda de la paz) y por los parámetros propuestos, en diciembre de 2000, por el presidente norteamericano Bill Clinton: “Lo que es judío en Jerusalén será israelí, lo que es árabe será palestino”.

18 Aunque la comunidad internacional parece haberse unificado tras Estados Unidos y su propuesta de una reanudación de las negociaciones sobre el estatuto final en un plazo de tres a cinco años, apenas ha reflexionado sobre el tipo de Estado palestino que podrá ser negociable en ese momento. Para que las negociaciones tengan una posibilidad de progresar, la comunidad internacional debe no solamente imponer un freno a la colonización, sino que deben además establecer medidas para fomentar la salida de los colonos de los territorios ocupados. Una política de este tipo no puede depender de pre-condiciones o de un alto el fuego. Si las negociaciones de paz van a tratar sobre muchos asuntos, los de las colonias y la construcción del muro representan un riesgo real y estructural para la paz en la región y, más concretamente, para toda perspectiva de coexistencia entre dos Estados independientes y viables. __________________________________ *LE MONDE DIPLOMATIQUE

19 GRACIAS Y NUNCA OLVIDE… “EN LA UNIDAD ESTA LA FUERZA” (65)-2003 solidaridadpps@hotmail.com LA ESTRELLA


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