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NIETZSCHE Y EL VITALISMO ( )

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Presentación del tema: "NIETZSCHE Y EL VITALISMO ( )"— Transcripción de la presentación:

1 NIETZSCHE Y EL VITALISMO (1844-1900)

2 Nietzsche es contrario a la actitud general más importante de todo el pensamiento filosófico occidental desde Sócrates hasta su época. Pero no sólo de la filosofía si no también de la cultura occidental en general y de su creencia básica de que la realidad, el mundo, es un espacio organizado y bien estructurado racionalmente, un mundo que la razón, o el lenguaje como logos, puede captarlo y llegar conocerlo con validez y perfección. Por ello la crítica de Nietzsche va a alcanzar a todo el saber humano: a la Ciencia, la Epistemología, la Metafísica y la Moral. Será a partir de estas críticas que su propuesta irá cobrando fuerza, una propuesta vital y humana.

3 1) Crítica de la noción de Ciencia
Rechaza: la supuesta objetividad del conocimiento científico, la existencia de las llamadas leyes naturales, la racionalidad implícita e inherente del mundo natural y el poder explicativo de las matemáticas y la lógica.

4 La supuesta objetividad del conocimiento humano
Niega que podamos conocer o descubrir el mundo tal cual es, independientemente de las peculiaridades, valores y creencias que condicionan a la persona o grupo que lleva a cabo el conocimiento. Todo conocimiento es conocimiento situado y se da o se hace en perspectiva, desde un punto de vista determinado La propia pretensión de objetividad no es más que una perspectiva, la dominante en la modernidad (es sólo un punto de vista)

5 “El hombre ha proyectado fuera de sí sus tres «hechos internos», aquello en lo que él más firmemente creía: la voluntad, el espíritu, el yo. El concepto de ser lo extrajo del concepto de yo, puso las «cosas» como existentes guiándose por su propia imagen, por su concepto del yo como causa. ¿Cómo puede extrañar que luego volviese a encontrar siempre en las cosas tan sólo aquello que él había escondido dentro de ellas?” (NIETZSCHE, F. Crepúsculo de los ídolos)

6 La existencia de leyes de orden natural que conformen o regulen a la propia naturaleza.
Las leyes que los científicos dicen descubrir y que regulan la naturaleza no son más que invenciones de los propios científicos, maneras de explicar u ordenar el acontecer natural. En la naturaleza no hay regularidades, sino que las pone el ser humano. Siguiendo los planteamientos de Hume, considera que en la naturaleza no hay relaciones entre las cosas que tengan una necesidad natural o propia, si no que son contingentes y son así porque así ocurren, pero podrían ser de otra manera.

7 El orden que el científico encuentra en las relaciones naturales no está en la naturaleza, sino que lo construye el hombre. De existir en la naturaleza, debería haber sido impuesto por alguien, por un ser superior o sobrenatural, Dios o el Ser Supremo o el Espíritu Absoluto o la Razón. Pero Nietzsche no cree que exista Dios. Cree que la apelación a Dios o la Razón o a cualquier orden natural necesario es una invención humana que necesita dominar al mundo natural para soportar un mundo caótico e irracional.

8 “Hemos inventado el concepto «finalidad»: en la realidad falta la finalidad... Se es necesario, se es un fragmento de fatalidad, se forma parte del todo, se es en el todo, -no hay, nada que pueda juzgar, medir, comparar, condenar nuestro ser, pues esto significaría juzgar, parar, condenar el todo... ¡Pero no hay nada fuera del todo! - Que no se haga ya responsable a nadie, que no sea lícito atribuir el modo de ser a una causa prima, (…) sólo esto es la gran liberación” (NIETZSCHE, F. Crepúsculo de los ídolos)

9 La Apolinio y lo dionisiaco
La validez del ejercicio de la razón tanto en su uso científico como filosófico. Considera que es un uso o un ejercicio sobredimensionado y que excede a su valor real. La razón es una de las dimensiones humanas, pero es una dimensión producto de la evolución. Es de reciente aparición en la historia de la humanidad tomada en su globalidad y que, probablemente, algún día perderá su posición privilegiada. La Apolinio y lo dionisiaco

10 Junto a la dimensión racional, hay otras dimensiones, como la vital, la imaginativa, la estética, la sentimental, la instintiva. Éstas son también capaces de promover nuestro juicio y nuestras creencias y que pueden darnos un mejor ‘conocimiento’ de la realidad vital. La ciencia se equivoca al poner en un lugar destacado y único a la razón como medio privilegiado para conocer y comprender la verdadera realidad.

11 La razón pone limites, define, pone fin a la vida, la MATA:
“Los signos distintivos que han sido asignados al “ser verdadero” de las cosas son los signos distintivos del no-ser, de la nada, — a base de ponerlo en contradicción con el mundo real es como se ha construido el “mundo verdadero”: un mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusión óptico-moral.” (NIETZSCHE, F. Crepúsculo de los ídolos) El racionalismo científico es nihilista

12 La legitimidad de la lógica y la matemática como herramienta para lograr un conocimiento verdadero.
Las matemáticas y la lógica no son más que creación del ser humano, no expresan ni constituyen nada real. Cuando hablamos de conceptos como si hablásemos de entidades reales, lo único que hacemos es encerrar la variedad, pluralidad y vitalidad desbordante de la realidad en esquemas cerrados y muertos, en etiquetas simplificadoras.

13 No son, por lo tanto, más que invenciones humanas que le son útiles al ser humano, a cierto tipo de ser humano. Cuando medimos y cuantificamos no conocemos la verdad de las cosas, ya que la verdad nunca es cantidad sino cualidad. El conocimiento científico no nos permite captar cualitativamente lo real. Cuando cuantificamos lo que logramos descubrir de la realidad es simplemente lo que nosotros mismos antes hemos considerado, es decir, cantidades y números

14 La ciencia es un saber histórico no universal
La ciencia nace porque es útil al ser humano en un determinado proceso histórico para poder dominar y hacerse dueño eficazmente de la realidad vital y caótica. Pero ser eficaz no significa poseer la verdad. Así pues, las ciencias positivas no nos sirven para llegar a la verdad auténtica y vital. Lo más importante es aquello que nos permite consolidar una valoración de la vida, para lo que no nos es útil la ciencia positiva. La ciencia ha sustituido a la religión y es un arma que utiliza el poder para someter al individuo.

15 2) Crítica a la epistemología Tradicional
La epistemología se caracteriza por una confianza ilimitada en el poder de la razón y en la capacidad del ser humano de conocer verdaderamente gracias al uso correcto de la razón. La creencia en la validez y en la utilidad de la razón como instrumento para conocer la realidad se basa, en tres presupuestos epistemológicos, que Nietzsche criticará: En la validez de los conceptos como instrumentos para captar la realidad En la validez y la objetividad de las leyes lógicas como expresión de las leyes que rigen el mundo. La validez y objetividad del conocimiento en la que se ha construido el pensamiento moderno y la mayoría de la tradición filosófica.

16 En la validez de los conceptos como instrumentos para captar la realidad
Nietzsche considera que los conceptos no son más que ‘receptáculos’ o ‘moldes’ que nos sirven para encajonar a la realidad. No son más que simplificaciones y reducciones de la variedad y la diversidad natural. Pero, lo real no es tal, no existe en la realidad conceptos ni esencias que subyagan a la diversidad y la variedad. No existen rasgos comunes a todos los individuos y que subsistan más allá de los cambios y la contingencia.

17 No son más que una de las posibles maneras de organizar o de subsumir la realidad bajo formas estables y manejables. Para Nietzsche “las categorías de la razón”, es decir los conceptos lógicos y las leyes de la razón no son más que “medios hacia la adaptación del mundo para fines utilitarios” (NIETZSCHE, F. La voluntad de poder) Los conceptos son herramientas de un lenguaje posible, el lenguaje racional y científico, pero no es el único lenguaje posible.

18 Además de la dimensión racional, se dan otras dimensiones (la sentimental, la imaginativa, la vital, ...), que en el lenguaje se plasman en otras formas de captar la realidad más allá que la meramente conceptual. Por eso aboga y defiende el modo analógico y metafórico del lenguaje. La metáfora, según Nietzsche, es un medio mejor de captar la realidad pues respeta la desigualdad y la divergencia entre los objetos del mundo y no impone significados sino que los sugiere, deja la posibilidad abierta a nuevos sentidos y permite que cada uno exprese el mundo desde su propia perspectiva.

19 En la validez y la objetividad de las leyes lógicas como expresión de las leyes que rigen el mundo.
Tanto el racionalismo como el empirismo habían defendido un orden natural basado en la racionalidad, orden que podía ser captado con el uso adecuado de la razón, cuando el pensamiento y el conocimiento se sometía al tribunal de la razón, a las leyes lógicas del pensamiento.

20 Ante estos presupuestos Nietzsche propone una inversión total y, frente a una concepción del mundo como una realidad racionalmente ordenada, defiende un mundo irracional, vital, caótico, de pura fuerza y contingencia, sin necesidad ni ley alguna. Las cosas del mundo no están sometidas a regularidad o ley alguna, son realidades cambiantes y contradictorias. El orden lógico y racional no es más que una invención del ser humano, una imposición a través del lenguaje y de una forma de pensar.

21 “Por su génesis el lenguaje pertenece a la época de la forma más rudimentaria de psicología: penetramos en un fetichismo grosero cuando adquirimos consciencia de los presupuestos básicos de la metafísica del lenguaje, dicho con claridad: de la razón. Ese fetichismo ve en todas partes agentes y acciones: cree que la voluntad es la causa en general; cree en el ‘yo’, cree que el yo es un ser, que el yo es una sustancia, y proyecta sobre todas las cosas la creencia en la sustancia-yo --así es como crea el concepto ‘cosa’” (NIETZSCHE, F. Crepúsculo de los ídolos).

22 La validez y objetividad del conocimiento en la que se ha construido el pensamiento moderno y la mayoría de la tradición filosófica. La búsqueda de la verdad objetiva ha sido la meta de la actividad filosófica occidental, Esta misión se apoyaba en la creencia de que tal verdad absoluta y necesaria, universal y trascendente, existe Y existe independientemente de la voluntad humana, de sus motivaciones e intereses.

23 Pero para Nietzsche, esta creencia, errónea por otra parte, se sustenta en otra más básica y primaria: la creencia en una realidad trascendente, necesaria y universal, llámese Dios o Mundo de las Ideas o Espíritu Absoluto. Pero no hay evidencia alguna de tal realidad, la única evidencia que tenemos es que la realidad es cambiante, contingente y en transformación. La realidad es vida pura, es vitalidad, y no puede ser capturada ni por los conceptos ni por las leyes racionales.

24 3) Crítica a la Metafísica Tradicional.
Critica a toda la tradición occidental, sobre todo a Platón Considera a este como el origen de dicha civilización y de la filosofía cristiana. Han traicionado el espíritu filosófico (o la perspectiva de la vida), Introduciendo un planteamiento antinatural y antivital Negando a la vida los instintos vitales que son sustituidos por unos valores fuera de este mundo.

25 A esta posición la denomina Nietzsche Nihilismo.
El error fundamental desde Sócrates ha sido la invención de un mundo ficticio de carácter racional y la degradación del mundo sensible y natural, que es el resultado del continuo devenir y de la contingencia. Crítica tanto al modo en que se ha ido construyendo la metafísica occidental como a los conceptos básicos en que se ha apoyado.

26 Las críticas a la metafísica tradicional se centran en:
La Crítica a los conceptos racionales como elementos de la construcción metafísica. La Crítica a la concepción del mundo o la realidad racionalmente estructurado y ordenado La victoria de la “Razón” tuvo dos causas: la psicológica y la lingüística

27 Crítica a los conceptos racionales como elementos de la construcción metafísica.
Niega que el mundo real este ordenado, regido por leyes y principios universales y necesarios, todos de carácter racional. La realidad es caótica, es cambiante y se caracteriza por su fuerza y energía vital. Conceptos o entidades racionales tales como esencia, sustancia, unidad, dios, alma, etc... son producto de la mente humana para racionalizar y organizar el caos y el devenir constante de la realidad. “Dividir el mundo en un mundo “verdadero” y en un mundo “aparente”, (…), es únicamente una sugestión de la décadence,-un síntoma de vida descendente.” (NIETZSCHE, F. Crepúsculo de los ídolos)

28 Crítica a la concepción del mundo o la realidad racionalmente estructurado y ordenado
Esta realidad caótica es una evidencia difícil de aceptar, incomoda para vivir con ella y por eso los filósofos se han inventado ese otro mundo ordenado y regular, ese mundo ideal y racional. Sitúa el nacimiento de esta polaridad entre el mundo sensible o real y el mundo ideal y ficticio en el triunfo de Parménides y Platón, y de lo apolinio y racional, frente a Heráclito y el devenir y lo dionisiaco.

29 “Mientras que el resto del pueblo de los filósofos rechazaba el testimonio de los sentidos porque éstos mostraban pluralidad y modificación, él [Heráclito] rechazó su testimonio porque mostraban las cosas como si tuviesen duración y unidad. (…) La “razón” es la causa de que nosotros falseemos el testimonio de los sentidos. Mostrando el devenir, el perecer, el cambio, los sentidos no mienten” (NIETZSCHE, F.) “Todo esto significa la palabra Dionisio: yo no conozco una simbólica más alta que esta simbólica griega, la de las Dionisias. En ella el instinto más profundo de la vida, el del futuro de la vida, el de la eternidad de la vida, es sentido religiosamente, - la misma vía hacía la vida la procreación, es sentida como la vía sagrada... Sólo el cristianismo, que se basa en el resentimiento contra la vida, ha hecho de la sexualidad algo impuro” (NIETZSCHE, F.)

30 La victoria de la “Razón” tuvo dos causas: la psicológica y la lingüística
La Metafísica y la invención de ese mundo ideal es el resultado de la victoria de una actitud psicológica ante la vida, de una actitud antivital y débil. La raíz inmoral de la filosofía platónica, incapaz de asumir la vida y los riesgos que ella conlleva (muerte, vejez y destrucción) le lleva a inventar un mundo que excluye todas aquellas categorías y elementos vitales. El temor a la contingencia crea la necesidad.

31 Por otro lado, el triunfo de un lenguaje temeroso, un lenguaje gramaticalmente estructurado que conlleva una ordenación sustancialista del mundo permitió a la Metafísica desarrollarse y llegar a imponerse. El lenguaje en su mayoría establece una forma gramatical de ‘sujeto-objeto o predicado’, que se impone sobre el mundo sustancializándolo y cosificándolo. Atribuimos a las percepciones que recibimos de la realidad una naturaleza que no tienen, les damos sustancia y ser. Creamos, con ello, su naturaleza esencial.

32 Así, pasamos de la mera existencia del mundo, con su devenir y transformación, a la esencia de las cosas, eternas y subsistentes, universales. Si nuestro lenguaje y su estructura fuese distinta, la forma en que entenderíamos el mundo sería, a su vez, diferente (ejem: la metáfora y la poesía) “De hecho, hasta ahora nada ha tenido una fuerza persuasiva más ingenua que el error acerca del ser, tal como fue formulado, por ejemplo, por los eleatas: ¡ese error tiene en favor suyo, en efecto, cada palabra, cada frase que nosotros pronunciamos! (…) La “razón” en el lenguaje: ¡oh, qué vieja hembra engañadora! Temo que no vamos a desembarazarnos de Dios porque continuamos creyendo en la gramática…  ” (NIETZSCHE, F.)

33 4) Crítica a la moral tradicional
Se centra, sobre todo, en el dogmatismo que conlleva la moral racional occidental. Este dogmatismo es producto de la afirmación de la objetividad de los valores y leyes morales. Contra esta pretensión Nietzsche reclamando que los valores y leyes morales son creaciones o invenciones del ser humano.

34 Defiende que los valores morales tradicionales tienen un origen social fruto de intereses inconfesables: el resentimiento de los débiles. Lejos de contribuir a la afirmación del individuo, los valores han contribuido a su aniquilación, a la negación de la vida Crean una conciencia insuperable de culpa y deuda ante una norma trascendente y una vida divina superior. Sólo desenmascarando el fundamento de la moral, reconociendo el engaño, podrá el individuo liberarse.

35 Los argumentos contra la moral tradicional
Critica la consideración universal de los valores morales, normas y leyes morales. El origen de la moralidad tradicional de corte dogmático La moral según Nietzsche: la afirmación de unos valores morales superiores. El superhombre frente a la moral del esclavo

36 Critica la consideración universal de los valores morales, normas y leyes morales
Son proyecciones o sublimaciones de nuestras pasiones, deseos, intereses y sentimientos. Existen porque el ser humano los ha creado por su utilidad. El dogmatismo nace cuando nos olvidamos de que son productos nuestros y consideramos que tienen una existencia independiente, objetiva, necesaria y universal.

37 Este carácter, falsamente independiente, universal hace que se abogue por la extensión y validez de las normas y leyes morales a todo ser humano, independientemente de la época y el contexto, reforzando así su carácter dogmático. Pero para que fueran realmente universales debería existir un mundo objetivo y universalmente verdadero, un mundo más allá de este mundo contingente en el que vivimos. Nietzsche insiste en que ese mundo sólo es una invención, con la realidad que el ser humano le ha otorgado: es contingente y ficticio.

38 “La fórmula más general que subyace a toda religión y a toda moral dice: «Haz esto y aquello, no hagas esto y aquello - ¡así serás feliz! En otro caso... » Toda moral, toda religión es ese imperativo, -yo denomino el gran pecado original de la razón, la sinrazon inmortal. En mi boca esa fórmula se transforma su contraria -primer ejemplo de mi «transvaloración de todos los valores»: un hombre bien constituido, un «feliz», tiene que realizar ciertas acciones y recela instintivamente de otras, lleva a sus relaciones con los hombres y las cosas el orden que él representa fisiológicamente. Dicho en una fórmula: su virtud es consecuencia de su felicidad.” (NIETZSCHE, F. Crepúsculo de los ídolos.)

39 El origen de la moralidad tradicional de corte dogmático
El miedo a la verdadera moralidad, al mundo de valores que imperan en nuestro mundo sensible (la vitalidad y el caos) genera un mundo de conceptos y de verdades morales racionales, La moral tradicional es antinatural pues presenta leyes que van en contra de las tendencias y de los instintos básicos de la vida Es una moral de los débiles y resentidos contra la fuerza de los instintos y contra el mundo biológico y natural.

40 La moral según Nietzsche: la afirmación de unos valores morales superiores
Hay unos valores morales que emergen de la propia naturaleza vital y desbordante de la realidad contingente. Será la moral de los señores o los superhombres, una moral compatible con la verdadera realidad vital del mundo real. Hay un rechazo de la represión y el pecado, invención del cristianismo, como mecanismos de control para evitar la verdadera moral vital, culpabilizarla y reprimirla.

41 “Reconocemos entonces que no hay pecados en el sentido metafísico” (NIETZSCHE).
La libertad defendida por la moral tradicional es una artimaña para culpar al ser humano de sus propias acciones y castigarle. No es una verdadera libertad de crecer y de autoconstruirse, de ser dueño de sí mismo y de llevar al limites la propia vitalidad. Los valores tradicionales representan el triunfo de una moral de débiles, de la moral de los esclavos como revancha contra los poderosos o superhombres.

42 Nietzsche exige una nueva moral, la moral de los señores, sin temor a la culpa y el pecado, reclamando la vida en toda su fuerza y energía. El hombre libre es capaz de aceptar el azar, la inseguridad y la contingencia de la existencia. En lugar de la inmortalidad, quiere el instante, la repetición de su propia existencia. Es el mito del eterno retorno.

43 El superhombre frente a la moral del esclavo
Será el hombre nuevo que surgirá tras la aceptación de la muerte de Dios y supere la moral tradicional. Es el ser humano que defiende la moral de los señores: ser fiel a los valores de la vida y al sentido auténtico de la naturaleza. La característica del superhombre: la negación del igualitarismo tanto cristiano como socialista

44 Al igualitarismo basado en la postración, en la mediocridad, opone que “los débiles y malogrados deben perecer: artículo primero de nuestro amor a los hombres. Y además se debe ayudarlos a perecer” (El Anticristo) No es una proclama contra algunos seres humanos o grupos concretos, tal y como malinterpretado por el nazismo, sino contra el hombre que se somete a una moral antivital y a una racionalidad degeneradora.

45 Busca el conflicto, la violencia y la guerra, pero siempre en el marco de su crítica a la moral del ‘rebaño’, a la actitud de mansedumbre, de humillación y servilismo. El superhombre es aquel que, en vez de seguir los valores morales creados por otros, busca e inventa sus propios valores, los valores que responden a sus necesidades y a sus impulsos vitales. Vive la vida tal y como se presenta, en su contingencia y finitud, sin apelar a instancias superiores, a falsas entidades que le den una seguridad inexistente y ficticia.

46 Ama el riesgo, la aventura, lo caótico o no programado o previsto, que se enfrenta a lo desconocido y no teme el dolor o el sufrimiento. Ama la vida en toda su intensidad, plenamente, con todo su vigor y potencia. El superhombre es la afirmación máxima de lo vital, es el que se autocrea y se hace dueño de sí mismo, es un ser libre hasta las últimas consecuencias.

47 No se puede afirmar que para Nietzsche haya que acabar con toda moral y destruir toda norma moral,
lo que hay que rechazar es la moral ya dada, la moral de esclavos que defiende unos valores pretendidamente universales y objetivos, pero que realmente son valores inventados por los seres humanos en un momento determinado, contingentes y ya caducos.

48 5) En conclusión El planteamiento de Nietzsche no es más que la afirmación de la vida en sus múltiples afirmaciones, en su historicidad, en su contingencia, en su devenir, en su subjetividad, en su corporeidad, como se manifiesta naturalmente, cambiando y en continua transformación. La vida es entendida como creación y destrucción, como ámbito de la alegría y del dolor, de la felicidad y la tristeza.

49 Esta noción de vida y de vitalidad se nutre de una noción más básica: la voluntad de poder.
No en sentido político, sino existencial. Es la vida misma que se manifiesta en todas las cosas y que tiene una voluntad natural de existir y de existir siendo cada vez más. Esta es la voluntad de poder, que todos seres tienen y que sólo cuando la ejercen logran ser y existir plenamente.


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