La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

LAS VIRTUDES EN LA VIDA MORAL (2). LAS VIRTUDES CARDINALES La enseñanza cristiana tradicional ha sintetizado la actividad moral natural del hombre en.

Presentaciones similares


Presentación del tema: "LAS VIRTUDES EN LA VIDA MORAL (2). LAS VIRTUDES CARDINALES La enseñanza cristiana tradicional ha sintetizado la actividad moral natural del hombre en."— Transcripción de la presentación:

1 LAS VIRTUDES EN LA VIDA MORAL (2)

2 LAS VIRTUDES CARDINALES La enseñanza cristiana tradicional ha sintetizado la actividad moral natural del hombre en el ejercicio de cuatro virtudes fundamentales llamadas “cardinales”. Se llaman así porque son como el quicio alrededor del cual gira la vida moral. Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza. En la práctica es imposible distinguir la actividad moral natural y la sobrenatural, porque la gracia todo lo eleva, lo diviniza.

3 PRUDENC IA  Permite encontrar los medios más aptos para llevar a cabo el bien moral que se desea.  No es recelo ni mediocridad, ni astucia o habilidad para lograr particulares intenciones.  Se trata de razonar rectamente, para encontrar el mejor modo de servir a Dios y a las almas.  No basta poseer la fe y la ciencia moral: hay que conocer hechos, personas, circunstancias…  Hay que considerar las propias experiencias y pedir consejo.

4 PRUDEN CIA Luego hay que relacionar esos conocimientos, discernir –a la luz de la fe y de los principios morales, y con la ayuda de la gracia− lo que realmente tiene importancia. El tercer momento es poner en práctica esos consejos y juicios. La prudencia ha sido llamada “auriga de todas las virtudes”, porque las dirige y regula.

5 PRUDEN CIA Se necesita para actuar de acuerdo a la voluntad de Dios. «Esta virtud cardinal es indispensable en el cristiano; pero las últimas metas de la prudencia no son la concordia social o la tranquilidad de no provocar fricciones. El motivo fundamental es el cumplimiento de la Voluntad de Dios, que nos quiere sencillos, pero no pueriles; amigos de la verdad, pero nunca aturdidos o ligeros» (San Josemaría, Amigos de Dios, n. 88).

6 PRUDEN CIA Para permanecer “con las lámparas encendidas” (cfr. Mateo 25, 7) y no descuidar los detalles pequeños. Para construir cada obra. «¿Has visto cómo levantaron aquel edificio de grandeza imponente? –Un ladrillo, y otro. Miles. Pero, uno a uno. –Y sacos de cemento, uno a uno. Y sillares, que suponen poco, ante la mole del conjunto. –Y trozos de hierro. –Y obreros que trabajan, día a día, las mismas horas... ¿Viste cómo alzaron aquel edificio de grandeza imponente?... – ¡A fuerza de cosas pequeñas!» (San Josemaría, Camino n. 823).

7 PRUDEN CIA Para edificar y hacer crecer: «Cuando en nuestra vida personal o en la de los otros advirtamos algo que no va, algo que necesita del auxilio espiritual y humano que podemos y debemos prestar los hijos de Dios, una manifestación clara de prudencia consistirá en poner el remedio oportuno, a fondo, con caridad y con fortaleza, con sinceridad. No caben las inhibiciones. Es equivocado pensar que con omisiones o con retrasos se resuelven los problemas. La prudencia exige que, siempre que la situación lo requiera, se emplee la medicina, totalmente y sin paliativos, después de dejar al descubierto la llaga. Al notar los menores síntomas del mal, sed sencillos, veraces, tanto si habéis de curar como si habéis de recibir esa asistencia. En primer lugar hemos de proceder así con nosotros mismos, y con quienes, por motivos de justicia o de caridad, tenemos obligación de ayudar: encomiendo especialmente a los padres, y a los que se dedican a tareas de formación y de enseñanza» (San Josemaría, Amigos de Dios, n. 157).

8 PRUDEN CIA Para hacer siempre el bien. «No es prudente el que no se equivoca nunca, sino el que sabe rectificar sus errores. Es prudente porque prefiere no acertar veinte veces, antes que dejarse llevar de un cómodo abstencionismo. No obra con alocada precipitación o con absurda temeridad, pero se asume el riesgo de sus decisiones, y no renuncia a conseguir el bien por miedo a no acertar» (San Josemaría, Amigos de Dios, n. 88).

9 PRUDEN CIA Para hablar: «¿Sabes el daño que puedes ocasionar al tirar lejos una piedra si tienes los ojos vendados? – Tampoco sabes el perjuicio que puedes producir, a veces grave, al lanzar frases de murmuración, que te parecen levísimas, porque tienes los ojos vendados por la desaprensión o por el acaloramiento» (San Josemaría, Camino, n. 455).

10 PRUDEN CIA Prudencia en el silencio. Para poner la otra mejilla. Para dejar al Espíritu Santo actuar. «El primer paso de la prudencia es el reconocimiento de la propia limitación: la virtud de la humildad. Admitir, en determinadas cuestiones, que no llegamos a todo, que no podemos abarcar, en tantos casos, circunstancias que es preciso no perder de vista a la hora de enjuiciar. Por eso acudimos a un consejero; pero no a uno cualquiera, sino a uno capacitado y animado por nuestros mismos deseos sinceros de amar a Dios, de seguirle fielmente. No basta solicitar un parecer; hemos de dirigirnos a quien pueda dárnoslo desinteresado y recto» (San Josemaría, Amigos de Dios, n. 86).

11 PRUDEN CIA Para dominar las pasiones. Para tomar decisiones: «No juzguéis sin oír a las dos partes. –Muy fácilmente, aun las personas que se tienen por piadosas, se olvidan de esta norma de prudencia elemental» (San Josemaría, Camino, n. 454).

12 PRUDEN CIA Prudencia en el trato con los “sabios y entendidos”. «La verdadera prudencia es la que permanece atenta a las insinuaciones de Dios y, en esa vigilante escucha, recibe en el alma promesas y realidades de salvación: ‘Yo te glorifico, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has tenido encubiertas estas cosas a los sabios y prudentes y las has revelado a los pequeñuelos’ (Mateo 11, 25)» (San Josemaría, Amigos de Dios, n. 87) Para llegar hasta los corazones más pobres: no buscó Jesús a los justos, sino los pecadores (los corazones de los sacerdotes).


Descargar ppt "LAS VIRTUDES EN LA VIDA MORAL (2). LAS VIRTUDES CARDINALES La enseñanza cristiana tradicional ha sintetizado la actividad moral natural del hombre en."

Presentaciones similares


Anuncios Google